Juan Soto del Angel
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Verdad/Relaciones de valor. En esta perspectiva, entonces, la verdad no es la concordancia del pensamiento con las cosas. Se trata de algo distinto. Dos problemas convergen aquí: la elaboración cognitiva de sorpresas y el aprendizaje por medio de otros.
Los sistemas, ante las decepciones, requieren de expectativas sostenibles, es decir, susceptibles de ser aprendidas. Normalmente no llueve cuando se desea ni en la cantidad que se desea. Esto hace que las cosechas lleguen a perderse por exceso o escasez de agua, incluso, es dable que se generen inundaciones o sequías con daños más severos. Hacen falta, pues, expectativas que logren sostenerse ante tales calamidades, y de este modo, estar preparado para ellas. La elaboración cognitiva de sorpresas no es otra cosa que la construcción de expectativas sostenibles.
Por otra parte, los sistemas se han dado a la tarea de ganar tiempo produciendo complejas reducciones del entorno, que son posibles si se permite aprender a otros, es decir, si se hacen experiencias; y a la vez, uno mismo aprende por medio de comunicaciones. El comportamiento del clima, de los meteoros, de los fertilizantes, permite aprender de ellos, haciendo posible reducirlos a determinadas regularidades. Con esto se gana tiempo, puesto que puede avanzarse por el camino más corto frente a las contingencias: mejores cosechas o menores daños ante las calamidades. A la vez, estas regularidades se aprenden por medio de comunicaciones, por ejemplo, los pronósticos del tiempo y la capacitación agrícola.
La elaboración cognitiva de sorpresas y el aprendizaje a partir de otros constituyen dos problemáticas que se unifican bajo el medio verdad. De ello resultan consecuencias importantes. Téngase presente en esto que los sistemas, con los medios de comunicación simbólicamente generalizados, logran dos adquisiciones estructurales: la generalización simbólica y la codificación binaria. Y en este caso, tales adquisiciones son aplicables a las condiciones que someten a los participantes de una comunicación, a estar de acuerdo en que una selección determinada debe ser tratada como vivencia. En efecto, todo lo que cae bajo el medio verdad es tratado como vivencia, o lo que es lo mismo, atribuible al entorno. La verdad acerca del clima, los meteoros, los fertilizantes, o de cualquier otro tema, es sólo la verdad, es lo que pasa en el exterior y ningún sistema tiene la culpa de ello. Con ayuda de este medio (la verdad), que regula las selecciones de las diferencias entre los participantes de la comunicación, se explora un entorno en principio desconocido y que suele mostrarse sólo por casualidad, y desde luego, no verazmente. De aquí resultan verdades establecidas o falsedades comprobadas.
De este modo el medio verdad hace posible la obtención de informaciones sobre el entorno, las cuales se logran primero casualmente y luego de manera sistemática. Poco a poco estas informaciones se vuelven científicas. Unas verdaderas y otras falsas, pero las dos, por derivar de operaciones científicas, con un alto valor conectivo. Esto quiere decir que las referencias directas al mundo de la vida pierden terreno: se preferirán comunicaciones científicas, antes que las relativas al miedo a las tormentas, a lo valioso de los materiales o a la respetabilidad de las instituciones. En otras palabras, frente a la desconfianza de un saber espontáneo, se impone un medio de comunicación simbólicamente generalizado, esto es, aceptado por todos.
En este sentido, la verdad es el medio; las verdades y las falsedades, las formas. Formas que por ser simbólicamente generalizadas, permanecen relativamente estables a disposición de todo interlocutor en cualquier situación y momento.
Por otra parte, la esquematización binaria combina selección y motivación, o lo que es lo mismo, codifica preferencias: las verdades y las falsedades instituidas científicamente motivan a su selección, se les prefiere en la autorreproducción de la comunicación antes que cualquier otra información del entorno que no se obtenga de manera científica.
En la misma constelación de sentido que se da la verdad, se mueve la relación de valores. Éstos también son tratados como vivencias por alter y por ego. Uno y otro, por ejemplo, aceptan de manera indiscutible la paz y la defensa de los derechos humanos. Sin embargo, esta fortaleza de aceptación universal de los valores, los hace débiles en el campo de la acción. El hecho de indicar lo común a todos los pone en un nivel elevado de abstracción, y por tanto, con escasa competencia para orientar las acciones. Poco o nada puede apuntar el valor de la paz a fin de obtener la paz.