LA CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO TURÍSTICO EN CANCÚN, QUINTANA ROO, MÉXICO
Guadalupe Aldape Pérez
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Este capítulo expuso el marco conceptual de la planificación turística que deriva y retoma muchos de los preceptos de la disciplina de la planificación urbana británica. Este capítulo enunció una serie de principios teóricos y de buenas prácticas en la planificación turística de la OMT que han surgido del quehacer de algunos estudiosos del fenómeno turístico (OMT, 2001; Gunn, 1994; Inskeep, 1991; Pearce,1989) los cuales han compilado una serie de experiencias para conformar un marco conceptual del desarrollo turístico. Dentro de esta generalización teórica se ubicó el caso de la planificación turística mexicana en el cual destacan dos autoridades gubernamentales en materia de turismo. Por un lado existe FONATUR como agencia ejecutiva de planes del Gobierno Central, con el peso de una ONT, y por el otro, la SECTUR como autoridad parte del Gobierno Central en el papel de ANT.
Se describieron los tres planes directores que ha tenido la ciudad de Cancún. El análisis de los tres planes apunta a la devolución del poder político de FONATUR al Gobierno del Estado y posteriormente la cesión de dicho poder al Municipio de Benito Juárez. Esto se puede apreciar en la elaboración de cada plan de desarrollo urbano; es decir, el Plan 1982 fue hecho por FONATUR; el Plan de 1993, por el Gobierno del Estado de Quintana Roo; y el Plan 2005, por el Municipio de Juárez. Cabe destacar que al haber sido elaborados en momentos históricos distintos, los planes reflejan los temas que requerían mayor atención en su momento. Se ha visto que mientras el primer plan -1982- pone gran interés en la planificación de la zona turística como de la habitacional; los dos planes siguientes, dejan la zona turística de lado y vuelven la vista hacia los grandes problemas de la zona habitacional.
El Plan 1982 se caracterizó por hacer el análisis más profundo de las condicionantes físico-naturales y socio-económicas del sitio de los tres planes. Describió los recursos destinados a proyectos específicos. Esquematizó la mancha urbana y los flujos turísticos a la manera del planeamiento británico. Desarrolló a detalle ejecutivo los proyectos de los enclaves más relevantes. El Plan 1982 dividió el desarrollo urbano en tres etapas de 10 años. Elaboró matrices de afinidad de usos y factores ambientales. El Plan 1982 mostró una correspondencia de la distribución de las redes de servicios públicos tanto en la zona habitacional como en la zona turística.
El Plan Director de 1982 propuso la segregación de usos de suelo que determinó la configuración espacial de la posterior ciudad. Ubicó los usos turísticos sobre la barra postarrecifal; y los servicios públicos, usos habitacionales y el aeropuerto, sobre la plataforma continental. La ubicación de la zona turística sobre la Isla Cancún, aseguró una serie de características como la exclusividad para el turismo internacional por encontrarse entre cuerpos de agua. Al mismo tiempo la zona turística contaba con una magnifica ubicación y dos accesos, uno de visitantes por el extremo sur y otro norte para la distribución de bienes y población trabajadora.
El Plan 1982 imprimió en el territorio un esquema en donde la zona turística ocupó la Isla Cancún, que además de ser el sitio de mayor riqueza paisajística, entre el Sistema Lagunar Nichupté y el Mar Caribe, era un sitio estratégicamente ubicado en cuestión de enlaces de comunicación. De tal suerte se propició un sitio de gran exclusividad para el turismo internacional, apartado de usos no directamente relacionados con la recreación; pero sin perder de vista un excelente acceso desde el aeropuerto por el extremo sur y el abastecimiento inmediato de bienes, servicios y personal por ambos extremos de la Isla.
En cuanto al diseño de la zona habitacional, el Plan 1982 ubicó el trazado en supermanzanas para la clase media y alta de la población residente y la reticula rectangular para la clase baja. A pesar de las diferencias morfológicas entre estas dos zonas, el Plan 1982 hizo una propuesta de dotación de servicios públicos conjunta para ambas zonas.
En resumen, el Plan 1982 apostó por un esquema basado en la segregación del alojamiento y servicios recreativos de la zona habitacional y administrativa. El Plan 1982 propuso un esquema segregado turista-habitante en el cual el turista se ubicó en el “frente” del desarrollo en contacto directo con el mar y el habitante ocupó el “detrás” que es la zona operativa de la ciudad.
Cabe hacer notar que el primer plan se propuso dotar de servicios públicos y equipamiento tanto a la zona turística como a la habitacional proyectada por FONATUR y a la habitacional proyectada por el Gobierno de Estado de Quintana Roo. Sin embargo posteriormente la dotación de servicios en la zona habitacional irá a la zaga de la dotación de servicios y el crecimiento en la turística.
El Plan 1982 evidencia el desconocimiento de la forma en que se integra la población trabajadora temporal a la localidad y los movimientos migratorios que genera un destino turístico de gran derrama económica sobre la región circundante. Lo que resultará en alto crecimiento de la población de bajos recursos y su asentamiento sobre una zona carente de servicios públicos. La desconsideración de la integración de la población trabajadora temporal a la ciudad y de la relación entre el crecimiento de cuartos de hotel y residencia de trabajadores desde el Plan 1982, ha llevado a los subsecuentes, el Plan 1993 y el Programa 2005, a concentrarse en los problemas urbanísticos como son la regularización legal de terrenos ocupados irregularmente y la dotación de servicios públicos.
Los planes 82 y 93 hicieron proyecciones a 30 años, divididos en periodos de 10 años, que en todos los casos las estimaciones han sido sobrepasadas por la realidad. El Plan 2005 no hizo estimaciones futuras. El Plan 1993 encontró aproximadamente 65.000 habitantes más de lo estimado por el Plan 1982 para esas fechas, ubicados en asentamientos urbanos irregulares por la falta de correspondencia entre la demanda popular y la oferta del suelo. Esto llevó al Plan 93 a dedicar recursos importantes a la regularización y la dotación de servicios.
Cabe hacer mención que el Plan de 1993 también se tuvo que enfrentar a la regularización de la propiedad que los ejidatarios adquirieron y vendieron o arrendaron a migrantes a la ciudad, tanto en el ejido Bonfil como en el Ejido Isla Mujeres. Un año antes de la publicación de aquel plan, la Ley de la Reforma Agraria de 1992 otorgó la propiedad a los ejidatarios, quienes se repartieron la tierra sin considerar planes de desarrollo urbano, ni dotación de servicios públicos por parte del ayuntamiento. De tal suerte el ayuntamiento se enfrentó a la dotación de servicios y regularización de zonas habitacionales como industriales expropiando un total de 2.000 ha; 1.300 correspondiente al Ejido Isla Mujeres, parte del municipio del mismo nombre, que posteriormente fueron integradas al Municipio de Benito Juárez y 700 ha al sur de la mancha urbana pertenecientes al Ejido Bonfil, ubicadas en la colindancia con el polígono de FONATUR.
El Plan Director de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Cancún de 1993 se ocupó de los problemas del crecimiento incontrolado de la zona habitacional. Propuso la adquisición de reserva territorial y trató de confinar el crecimiento urbano: precisó la introducción de infraestructura y equipamiento en áreas ya pobladas; y el rescate y rehabilitación ecológica por distintos focos de contaminación.
El Plan 1993 unificó la ciudad proyectada por FONATUR y el Gobierno de Quintana Roo. Detalló características y restricciones por parcela, como por ejemplo los gastos eléctricos, la intensidad de construcción incluyendo alturas y densidades. El Plan 1993 planteó una estrategia regional para el suministro local de insumos; la localización de actividades industriales en otros centros de población y la diversificación de la oferta turística a nivel regional.
Por otra parte, en la zona turística el Plan 1993 ha elevado la densidad constructiva constantemente. Específicamente se analizó el incremento del Porcentaje de Ocupación del Lote y la asignación de un ligeramente elevado CUS en las parcelas de Punta Cancún. De lo que se saca en conclusión que el permitir la densificación en la zona turística sin la provisión de mayores servicios públicos en la zona urbana, ha incentivado el crecimiento irregular sobre la placa continental. Los esfuerzos por delimitar el crecimiento urbano tanto en un número fijo de población como con un elemento limítrofe alrededor de la mancha urbana -el cinturón verde que propuso el Plan 1993- fueron inútiles al continuar incrementándose la densificación constructiva y el crecimiento de la zona turística.
El tercer documento estudiado es el Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de la Ciudad de Cancún de 2005, el cual siguió abocándose a la integración de las zonas habitacionales alrededor del proyecto de FONATUR. Este plan propuso una serie de enlaces físicos en un programa de articulación de vialidades en las distintas zonas de la ciudad y la conexión de la totalidad de zonas del norte de la ciudad al sistema de drenaje y tratamiento de aguas.
En cuanto a la zona turística, el Programa 2005 no modificó la clasificación de usos de suelo ni sus características. Es decir, el Plan 1993 siguió vigente en toda la zona turística. No obstante, se introdujeron una serie de planes y programas de zonas específicas de la ciudad. En este capítulo se analizó el Programa Parcial de Reordenamiento Urbano Turístico de Punta Cancún 2001 que es parte del Programa 2005. En general se puede afirmar que el Programa de 2005 con excepción de la Punta Cancún, no tuvo mayor consideración de la zona turística y sus requerimientos específicos. El Programa de Punta Cancún 2001 solamente se abocó a una problemática muy específica dejando sin resolver muchos de los temas a los que se sigue enfrentando la Punta Cancún en la actualidad, que el mismo documento ya denunciaba en 2001.
Con el análisis de los tres planes directores podemos llegar a la conclusión de que existe una estrecha relación entre la zona operativa y la zona turística. Es importante considerar que la densificación en una, traerá la densificación en la otra. De ahí que los planes de desarrollo urbano no pueden proyectar solamente para una de las zonas sin considerar lo que pasa en la otra. En el caso de Cancún la constante densificación de la zona turística va a resultar en asentamientos irregulares alrededor de la zona habitacional. El proyecto de la zona habitacional va a estar condenado a ir a la zaga del desarrollo turístico con el deterioro medioambiental que conlleva.
Se ha apreciado también que en la etapa más reciente de planificación, con el Programa 2005, va a surgir el interés ciudadano por participar en la planificación urbana al ser los propios hoteleros los que elaboran el Plan 2001 para Punta Cancún. Es decir la densificación de la Punta Cancún durante el Plan 1993 trajo como consecuencia el deterioro, el abandono, la insuficiencia de servicios públicos en Punta Cancún, lo que llevó a los mismos propietarios y hoteleros del sitio, los mayores preocupados por aquella situación, a proponer en 2001 cambios en la imagen urbana y proyectos urbanísticos mas o menos afortunados.
En resumen, el descuido de la zona turística por parte de los documentos de 1993 y 2005, pone de manifiesto la urgente actualización del plan de desarrollo urbano para la zona turística en una visión de conjunto con toda la ciudad y no solamente mediante la introducción de planes parciales como es el caso del Programa Parcial de Reordenamiento Urbano Turístico de Punta Cancún 2001.
Es fundamental tomar en cuenta que tanto el frente como el detrás de una ciudad turística forman un conjunto en el cual las acciones en uno pueden repercutir o repercuten en el otro a corto, medio y largo plazo, es decir que la zona habitacional es reflejo de la zona turística.
No obstante, la separación del frente y del detrás en Cancún, si bien ha evadido la interacción entre habitantes y visitantes, también ha apartado las vistas del crecimiento urbano desmedido de la zona habitacional desde la zona turística. Es decir, es imposible percibir desde la zona turística, la gran extensión de la ciudad de Cancún que ha crecido incontroladamente y ha propiciando un caos visual. Quizás esta separación haya permitido mantener el “éxito económico” o la supervivencia de la zona turística de Cancún a través de tres décadas y media.
En cualquier caso, hay que reconocer que la ciudad de Cancún se ha vuelto más compleja y cada sector que la integra requiere mayor atención. Asimismo es importante considerar que existen grupos dentro de la sociedad que desean participar y participan activamente en la planificación urbana. Son los distintos grupos los que mejor conocen sus circunstancias y necesidades, ahí que sea requisito integrar sus puntos de vista en la planificación urbana.
De manera general se ha encontrado que es necesario por un lado, elaborar el proyecto de conjunto que tome en cuenta las condicionantes particulares de cada sector, como por el otro, considerar las necesidades específicas por sectores y grupos diferenciados dentro de la ciudad.
Es importante volver a estudiar los principios metodológicos de la planificación urbana original y los avances en la planificación urbana actual para elaborar un nuevo plan de la ciudad. El análisis minucioso que se llevó a cabo en el Plan 1982, se requiere actualizar tanto en datos estadísticos como en principios conceptuales que hoy en día atañen a la planificación urbana y regional y a la planificación turística de sol y playa.
Es necesario que vuelva a valorar la zona turística como la más importante en Cancún, no solo por el valor paisajístico que aporta a la ciudad, sino porque es el sitio donde se da la actividad económica más importante de la ciudad: la turística.
Es preciso tomar en cuenta la repercusión de las acciones del frente en el detrás de la ciudad y viceversa. Si bien existe una división espacial, las tantas partes que forman el frente y el detrás conforman una unidad de conjunto y unas piezas viven y dependen de las otras.
Asimismo se requiere reconocer que los esfuerzos de las distintas autoridades por contener el desarrollo urbano en la zona habitacional han sido infructuosos por no ver su origen en el desarrollo constructivo de la zona turística. Es decir, se requiere entender la correspondencia que existe entre el crecimiento y densificación del área turística y el crecimiento de las áreas de residencia y servicio de la población trabajadora; asimismo, se requiere tomar conciencia de que los problemas del área habitacional pueden influir o influencian de manera inmediata o a largo plazo la zona turística y viceversa.
Es importante considerar que desde el Plan 1993 se propone la expansión regional tanto de las actividades turísticas, de las industriales como de los asentamientos humanos. A partir de ese momento se nota que la expansión regional también tendrá repercusiones en la forma urbana de Cancún y que la forma urbana de Cancún de cierta manera responderá a aquella expansión regional.
En otro orden de ideas, en la ciudad de Cancún, el Sistema Lagunar Nichupté ha constituido el gran elemento que separa la zona operativa de la zona turística. El gran cuerpo de agua ha creado el abismo que no permite la convivencia del frente y del detrás. De tal suerte, la válvula de escape de la presión especulativa y de desarrollo de la zona turística ha estallado verticalmente en la zona turística y horizontalmente sobre la placa continental, pero sin poder ser apreciada en su total magnitud desde la zona turística. No obstante, el Sistema Lagunar recibe gran presión constructiva tanto del lado de servicios como del turístico. En este análisis se ha podido apreciar en el Plan de Punta Cancún 2001 la fuerte presión por llevar a cabo rellenos y un paso a desnivel sobre la laguna Bojórquez que seguramente de llegar a ser construidos tendrán repercusiones mayores en los ecosistemas que conviven en las lagunas.