LA CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO TURÍSTICO EN CANCÚN, QUINTANA ROO, MÉXICO
Guadalupe Aldape Pérez
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El interés por el estudio detallado del espacio turístico de Cancún ha surgido por la gran actividad económica y social que se ha generado en el norte del Estado de Quintana Roo. La actividad turística en Cancún ha tenido tal éxito, que no solo ha reactivado la economía en Quintana Roo, sino que ha permitido un crecimiento socio-económico en el extremo noreste de la Península de Yucatán más allá de las expectativas. El éxito del espacio turístico en Cancún ha llevado a la extensión de usos turístico-recreativos a lo largo del Corredor de la Región Caribe Norte (figuras 145 y 146).
El espacio turístico en Cancún concentra los usos recreativos, de alojamiento turístico de lujo, comercial y residencial para clase alta. Se han encontrado siete elementos que caracterizan el espacio turístico, los cuales se han analizado a profundidad en este capítulo.
La situación actual del espacio turístico se resume de la siguiente manera. La zona turística es un espacio monofuncional de desarrollos hoteleros. Su éxito ha sido tal que resulta en la debilidad de otros usos. A pesar de que en este espacio también alternan los usos habitacionales y comerciales, en la zona turística faltan otros usos de suelo para comportarse como una ciudad, como un verdadero conglomerado que se enriquece desde la cooperación entre las partes.
Ciertamente la situación de aislamiento de la zona turística sobre la Isla Cancún, así como la agregación de usos puramente turístico-recreativos y desarrollos residenciales de primer nivel, le brindan seguridad, exclusividad y plusvalía a los mismos desarrollos que ahí se erigen. Es decir, sobre la Isla Cancún se ha creado un mercado inmobiliario de alto valor con una sinergia que tiende al incremento.
Si bien, no es casualidad que, la zona turística fuera proyectada sobre una formación geológica apta para la segregación de espacios, quedando en el “frente” de la ciudad, hoteles y usos recreativos, apartados del “detrás”, donde se encuentran los espacios de administración, servicio y operación; en la zona turística se pensaba que hubiera una mezcla de hoteles de distintas categorías (desde 1 a 5 estrellas), balnearios, albergues, condominios y empresas de tiempo compartido. En la práctica el hotel cinco estrellas ha acaparado el sitio y ocupado la mayoría de las parcelas, tanto las destinadas al uso hotelero como otras de distinto uso de suelo.
El tipo de hoteles de cuatro y cinco estrellas que se encuentra en la zona turística, que combina el alojamiento de lujo y una gama de servicios turísticos de alta calidad, la ubicación en contacto directo con el mar y las distancias entre sitios de interés turístico y los tipos de medios de locomoción necesarios para estos recorridos, van a hacer que los flujos turísticos propuestos sean nulos o casi nulos. Esto resulta en la fragilidad de algunas piezas urbanas en la zona turística.
En resumen, no existe interacción entre piezas contiguas pues no es necesario el flujo turístico entre piezas urbanas. Lo cual resulta en la baja o nula afluencia turística a los establecimientos comerciales fuera de los hoteles. Lo que a su vez ha vuelto a los centros comerciales poco atractivos. De tal suerte que dentro del conjunto turístico, los centros comerciales son por ende las piezas urbanas más frágiles en la trama. Los turistas no buscan la salida de su alojamiento, ni se propician los flujos que proponía el plan 1982.
El Blvd. Kukulkán que es el conector de los desarrollos y marco de acceso de los turistas a Cancún, no cuenta con los flujos turísticos que se pretendían tener en el plan 1982 por dos razones. En primer lugar, hoy en día, los hoteles en la modalidad “todo incluido” proveen una vasta oferta de servicios complementarios al alojamiento tanto para la recreación como para las convenciones y eventos, que si bien convocan a un gran número de visitantes, los mantienen cautivos dentro de sus instalaciones la mayor parte de su estancia en Cancún.
En segundo, no se llevaron a cabo algunos de los proyectos “ancla” que propuso el plan 1982 y que pretendían crear flujos turísticos sobre el boulevard. Por ejemplo no se ha realizado la plaza comercial “El Rey” frente al centro arqueológico y la playa Delfines. Tampoco las playas públicas son hoy en día, centros de animación o nodos de interés en el recorrido del boulevard. Por todo lo anterior la actividad comercial y la vida nocturna de la zona turística gira en gran parte, en torno a la Punta Cancún; y los recorridos sobre el Blvd. Kukulkán se circunscriben a unas pocas salidas de los turistas entre su llegada y partida de Cancún.
A pesar de todo esto, el Boulevard Kukulkán es la pieza urbana más importante de la zona turística de Cancún. Es el sitio de tránsito de los turistas a los hoteles y eventualmente la visita a algún centro comercial. Cuenta con elementos de gran aportación paisajística como los tres campos de golf que enriquecen el recorrido y las visuales.
En el tema de la playa, además de ser uno de los elementos más importantes del conjunto paisajísticamente hablando, es también el principal atractivo de este tipo de turismo. La franja de arena de propiedad pública entre el mar y la propiedad privada, estipulada por la legislación mexicana como de acceso y tránsito público, ha sufrido la disminución de la anchura de la franja y la privatización del espacio debido a la ocupación continua del frente.
Recientemente se han completado los trabajos de relleno y recuperación de la playa, desde Punta Cancún a Punta Nizuc, sin embargo hay que tomar en cuenta que por un lado se requiere reponer la vegetación que mantenía la arena en las dunas y por otro, que los fenómenos climáticos como los huracanes son recurrentes en la costa del Caribe mexicano. Al ser la playa el atractivo más popular de este tipo de turismo, se pone en riesgo el principal motivo de la actividad turística. O bien, al ser las pérdidas de arena cíclicas, el trabajo de relleno de playas podría ser efímero y la maniobra tendría que repetirse continuamente.
En otro orden de ideas, se ha encontrado que la ocupación privada al frente del mar, ya sea en forma de desarrollos hoteleros o residenciales, no sólo hace una barrera que no permite el acceso público al mar, sino que además provoca la heterogeneidad en la fachada del litoral lo que se ha vuelto difícil de controlar. En muchas soluciones de zonas turísticas de playa se acostumbra colocar el paseo peatonal marítimo como elemento transversal entre el suelo privado y la playa.
En Cancún, la renuncia al paseo marítimo, justificada en razón a la voluntad de agradar a los inversores hoteleros y a la generosidad de la playa, actualmente se ha convertido en un grave inconveniente. La desaparición de la playa ha demostrado que puede desnudar el frente edificado y dejar al descubierto el desorden de la fachada al mar. En otras palabras, los huracanes han puesto de manifiesto que la ausencia de paseo marítimo ha dificultado el encuentro entre la arquitectura de los hoteles y casas con la playa; y el dibujar la transición entre lo edificado, lo urbano y el espacio natural.
Para romper el macizo construido y conectar los dos espacios públicos más importantes en Cancún que son el Boulevard y la playa, se ha introducido una tipología urbanística llamada “playa pública”. Las playas públicas han servido de paliativo en el tema de acceso público a playa y la inclusión social de los locales en el disfrute del frente de mar. Estas parcelas alojan infraestructuras que dan servicio a la zona turística. Posteriormente se ha visto que la falta de proyecto urbanístico y arquitectónico de estas piezas ha resultado en que solamente dos de las once playas públicas, cuenten como elementos del paisaje urbano y al mismo tiempo gocen de facilidades para la recreación y visita de la población local. En pocas palabras, las playas públicas en forma de parcela vacía entre desarrollos turísticos solamente han servido para alojar las infraestructuras necesarias para incrementar la densificación de alojamiento e introducir nuevos usos de suelo en la zona turística.
Si bien, estos espacios quedan ubicados lejos de los principales usuarios que pretendían ser los habitantes de la ciudad, también la presión comercial y especulativa en la zona turística ha llevado a reducir las playas públicas a meros pasillos hacia el frente de playa sin ningún espacio para el disfrute o paseo en el frente de playa. La pérdida de superficie de playas públicas se resume en la siguiente tabla en la cual se puede notar que de una superficie aproximada de 310.000 m2, actualmente solamente una superficie mayor a 8.000 m2 ha pasado a propiedad del municipio.
En cuanto a los desarrollos habitacionales sobre la Isla Cancún, se ha demostrado que se caracterizan por conjuntos en condominio de casas unifamiliares que se hayan emplazados tanto frente al Mar Caribe como frente al Sistema Lagunar Nichupté. Por el lado de las lagunas, se han presentado nuevas tipologías de conjuntos de casas que han introducido esquemas proyectuales con pequeños puertos privados o marinas que conectan con la laguna a través de canales.
Existe una nueva tipología residencial que consta de torres en condominio de mayor altura y densidad la cual está reemplazando los desarrollos habitacionales y hoteleros obsoletos. De ahí que se pueda afirmar que el uso condominal de lujo esté tomando el lugar del uso hotelero y residencial. Asimismo puede ser que esta tipología robustezca la actividad comercial en la isla por introducir un nuevo grupo de turistas de residencia estacional en la isla.
En resumen, la zona turística se ha desarrollado como un complejo lineal monofuncional. El uso preponderante es el hotelero cinco estrellas “todo incluido”. Originalmente ubicado en los lugares privilegiados sobre la isla, hoy en día, este uso se ha extendido sobre otras parcelas de distintos usos.
El elemento de comunicación dorsal del desarrollo, marco de acceso a los turistas y la pieza de mayor intercambio urbano es el Boulevard Kukulkán, que recorre de punta a punta la isla Cancún y da acceso a todos los desarrollos sobre la Isla. El recorrido del boulevard se ve enriquecido por las áreas verdes que se encuentran a lo largo de la Isla Cancún, las cuales, a pesar de ser propiedad privada, se suman a los espacios abiertos y verdes del boulevard, volviéndose públicos visualmente hablando.
Los hoteles “todo incluido” son las piezas en las cuales se fundamenta toda la actividad del desarrollo turístico. No solo se encuentran emplazados en los sitios privilegiados de mejores vistas y accesibilidad a la playa y al boulevard, sino que ofrecen una variedad de servicios complementarios al alojamiento y goce de playa.
El espacio turístico de Cancún ha sido resuelto en gran medida, para satisfacer las necesidades del turismo del más alto nivel adquisitivo. La tipología del hotel de cinco estrellas “todo incluido” es la respuesta formal a los requerimientos de este tipo de turismo y de las condiciones de Cancún a principios de los años 1970. Es posible que las condicionantes físicas y de inclemencia del territorio en aquel momento, así como los requerimientos de exclusividad y confort, apuntaran a la creación de piezas autónomas dentro de las cuales se pudiera proveer de todo lo necesario al turista interesado en el descanso y disfrute de la playa.
Hoy en día el uso hotelero tiende a extenderse hacia fuera de Cancún y el uso que está llegando a ocupar los huecos en la trama de la zona turística es el uso residencial en torres de gran altura. La introducción de una nueva tipología residencial en altura que ha cambiado la escala y la volumetría del conjunto.
Para romper los macizos construidos frente al mar y permitir las vistas y el acceso al frente de playa, originalmente se creó una tipología de “playa pública”. La mayoría de estas playas dan servicio a la zona turística en general, sus parcelas han sufrido la reducción en dimensiones, el cambio de uso de suelo y la instalación de nuevas infraestructuras. De ahí que se han perdido aquellos espacios conectores del boulevard con el frente de playa. Hoy en di solamente dos de las once playas públicas cuenten como hitos en la imagen paisajística del boulevard y como verdaderas ventanas al mar.
El uso residencial no es simbiótico del hotelero pero en Cancún puede ser complementario del uso hotelero y generar una serie de actividades que ejerzan la demanda comercial para que coexistan los usos comerciales y terciarios sobre la Isla Cancún. Por esta razón, es posible que actualmente se esté introduciendo el uso residencial en gran altura a pesar de verse drásticamente modificado el perfil urbano de la Isla Cancún.