LA CONFIGURACIÓN DEL ESPACIO TURÍSTICO EN CANCÚN, QUINTANA ROO, MÉXICO
Guadalupe Aldape Pérez
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Hasta finales de los años 1960, la parte nororiental de la Península de Yucatán, rica en recursos naturales y estratégicamente ubicada desde el punto de vista mercantil y bélico dentro del Caribe, se encontraba prácticamente deshabitada y mal comunicada con el centro de México.
El encadenamiento de la Guerra de Castas de 1847 a 1901 con la Revolución Mexicana de 1910 a 1920 había dejado esta región prácticamente despoblada. La Guerra de Castas había provocado que los mexicanos residentes en la península se trasladasen hacia el norte y se estableciesen en las islas de Cozumel y Mujeres (FONATUR, 1988: 21). Por su parte, la Revolución Mexicana, si bien había disuelto los latifundios, también había causado el abandono de las haciendas y las tierras de labranza en el país.
El desarrollo económico en la Península de Yucatán era sumamente precario. La agricultura resultaba en producción insuficiente para el abasto poblacional; la escasa capa vegetal que caracteriza a la península, aunado al clima tropical con lluvias en verano que propicia la proliferación de fauna endémica, junto con los pocos recursos económicos destinados a la agricultura, habían dejado a esta actividad basada solamente en el sistema de roza y quema para preparación del terreno de cultivo y a expensas de lluvias de temporal para el riego, resultando en solo una cosecha anual (FONATUR, 1988:22).
La ganadería tenía carácter doméstico. Los métodos de pesca eran rudimentarios; solo existían algunos procesos semi industrializados en Isla Mujeres y Cozumel. La explotación de maderas tropicales y de palo de chicle, que caracterizaban la economía local, seguían patrones primitivos y cada vez menos redituables (Idem:22).
El mercado del henequén, fibra natural para fabricar cestería, sogas, cordones, carpetas y alfombras, el cual tuvo su apogeo en el siglo XIX, se había desplomado al término de la Segunda Guerra Mundial, por la introducción de las fibras sintéticas y el cultivo de la planta en otros países (Ibidem).
Desde la finalización de la Revolución Mexicana, el Gobierno Federal realizó diversos intentos para dinamizar económicamente la Península de Yucatán a través de propuestas de obras de comunicación marítima, terrestre y aérea, así como obras de mejoramiento y servicios públicos, sin embargo pocas de estas propuestas se llegaron a materializar (García Zamora, 2006).
Cabe mencionar que durante el periodo de 1934 a 1940, las propuestas desde la perspectiva del Gobierno Central apuntaban hacia el interés por la defensa nacional y el desarrollo económico con obras como la carretera Valladolid-Puerto Juárez y un puerto comercial en Puerto Juárez. Para el Gobierno mexicano era necesario ocupar el Territorio de Yucatán pues solamente había pasado medio siglo desde la firma del Tratado Spencer-Madrigal el 8 de julio de 1893 en el cual se había delimitado la frontera con la antigua colonia inglesa de Belice y México había perdido la única salida de la Bahía de Chetumal al Mar Caribe. Asimismo tras la Guerra de Castas, la población de la Península de Yucatán había sido diezmada por lo que es posible que los proyectos de poblamiento y comunicaciones de la Península de Yucatán pasaran a convertirse motivos de gran relevancia. Es posible que estos mismos motivos cobraran también gran importancia militar y comercial para los estadounidenses ante la amenaza de la Revolución Cubana.
De tal suerte, al final de la Segunda Guerra Mundial, se articuló un programa de carreteras principales del sistema nacional de comunicaciones y transportes. En primer lugar, se termina en el sexenio del Lic. Miguel Alemán, de 1946 a 1952, la construcción de la carretera Puerto Juárez-Valladolid que había empezado en 1939. En segundo, durante el periodo presidencial de Lic. Adolfo López Mateos, de 1958 a 1964, se completó el tramo Mérida-Chetumal (FONATUR, 1988:22).
A finales de los años 1950, el Gobierno Federal se plantea impulsar el desarrollo y la creación de centros turísticos en el Golfo de México y el Caribe. Ante la posibilidad de explotación de un nuevo nicho de mercado turístico de sol y playa en México, tras el veto en 1959 que el régimen castrista pone a los centros de recreativos en Cuba, se desarrolla una nueva oferta para el mercado turístico norteamericano en el Caribe mexicano (FONATUR, 1988: 20).
En 1964, como una estrategia de desarrollo comercial, el Gobierno Federal autorizó el establecimiento de cuatro sitios con estatus de zona fronteriza libre de impuestos en Chetumal, Cozumel, X-Calak e Isla Mujeres. Debido a la importación de artículos extranjeros, Chetumal y Cozumel registraron cierto auge en los siguientes años. No obstante, este desarrollo no representó el sustento económico para la región (FONATUR, 1988:23).
Habiendo observado el crecimiento económico por el turismo en Acapulco, el Gobierno Federal considera que el turismo puede constituirse como un detonador del desarrollo en la Península de Yucatán y una alternativa de captación de divisas para el país. Desde ese momento, encamina sus recursos en la planificación y desarrollo de la actividad turística de sol y playa en la Península de Yucatán. Sin embargo, en 1970 dentro de la Federación de los Estados Unidos Mexicanos, la Península de Yucatán todavía era un territorio.
El 8 de octubre de 1974, por decreto del Presidente de la República Luis Echeverría Álvarez, son creados tanto el Estado de Quintana Roo como el municipio de Benito Juárez (Secretaria de Gobernación, 1974). La subdivisión de la Delegación de Isla Mujeres resultó en tres municipios, de los cuales el municipio de Benito Juárez ocupa el extremo sudoriental. La ciudad de Cancún se convierte en la cabecera del municipio de Benito Juárez. En la figura 16 se puede apreciar el incremento en número de población del municipio de Benito Juárez y del Estado de Quintana Roo; la actividad turística ha detonado el crecimiento poblacional en el municipio de Benito Juárez, concentrando más del total de la población de Quintana Roo con uno de los más acelerados índices de crecimiento del país.
Se puede apreciar que mientras en los años 80 se asentaban en Quintana Roo 26.729 habitantes anualmente, en el periodo de 2000 a 2005 se han asentado 52.069 habitantes anualmente. Y mientras se han establecido en el municipio de Benito Juárez 13.957 habitantes al año, en la década de los 80. De 2000 a 2005 se han establecido 30.631 habitantes anualmente.El crecimiento poblacional de Cancún se encuentra hacia el norte de la ciudad, en donde ha invadido aproximadamente 1.300 ha del Ejido Isla Mujeres del municipio del mismo nombre; estos terrenos han tenido que ser expropiados y sumados a la superficie inicial del municipio de Benito Juárez lo que se aprecia en la modificación del perímetro del municipio de Benito Juárez del censo de 1990 a 2000.
Explica el Plan 1993 (Ayuntamiento de Benito Juárez, 1993: 6-7) que: “Las áreas de crecimiento previstas en 1985 fueron rebasadas, produciéndose asentamientos irregulares y paralelamente áreas susceptibles de ser desarrolladas, quedaron vacías por una incompatibilidad entre oferta y demanda de tierra. Los asentamientos irregulares se dieron al norte de la ciudad y en su mayor parte se encuentran ubicados en terreno ejidal”. El Plan señala que se requiere expropiar una superficie de 2,000 ha alrededor de la actual mancha urbana para asegurar las reservas territoriales para el crecimiento de la ciudad hasta el 2010 y regularizar las zonas ya habitadas. De las 2,000 ha, 1,300 ha correspondían a la franja norte denominada Solidaridad donde se ubicaban, para ese momento, asentamientos irregulares en el Ejido de Isla Mujeres.