Gerardo Arceo Moheno
Este estudio contribuye a prestar aval empírico a la relación GC-TI-Innovación, la cual ha sido ampliamente subrayada en la literatura relacionada. En la definición de las variables consideradas de la investigación, se ha tratado de dar un paso adelante al abarcar conceptos y crear índices globales completos; así por ejemplo, para definir la GC no sólo se limitó a tratar de conocer las prácticas o actividades relacionadas llevadas a cabo, sino que se consideró el contexto en que se desenvuelven las organizaciones y la conciencia que se tiene en éstas sobre la GC. Con este nivel de detalle seguido en la definición de las variables, se piensa que se ha aportado nuevas luces en la relación mencionada, considerada frecuentemente como algo cuyo resultado es sabido de antemano
Nonaka y Teece (2001) señalan que el campo de estudio de la GC se encuentra en un estado de pobreza tal, que existe la necesidad de generar nuevas ideas y estructuras más que llevar a cabo contrastes rigurosos de hipótesis. Sin negar la importancia de seguir profundizando en los planteamientos teóricos relacionados con la GC, esta investigación manifiesta la necesidad de realizar estudios empíricos que ayuden a refinar lo que se discute a un nivel puramente teórico en la literatura. En este sentido, la investigación aporta algunas evidencias interesantes.
Tomando el orden del planteamiento de las preguntas de investigación e hipótesis, a continuación se presentan tales evidencias.
Respecto a la primera pregunta de investigación ¿Las PYME catalanas hacen uso de prácticas de GC?, se puede concluir que sí, a pesar de no tenerse una conciencia de ello. Tan es así, que solo una quinta parte de las empresas estudiadas reconoció que ha iniciado programas de GC, aunque sin considerarlos en su estrategia. Pese al reconocimiento que se otorga al conocimiento como única fuente de ventaja competitiva y al auge que señala la literatura sobre GC, la realidad no permite definir con rotundidad este reconocimiento. En el estudio se demostró el bajo conocimiento de lo que es la GC por parte de los directivos de alto rango, lo cual es contrario a uno de los puntos centrales de la teoría de creación del conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995), donde se enfatiza el papel de la alta dirección como participante clave (16% de los encuestados nunca han escuchado los conceptos de GC, mientras que el 37% apenas ha escuchado algo de estos conceptos).
Como argumento a favor, puede señalarse el hecho por Foote et al. (2003), quienes mencionan que a las personas, en general, no les suele gustar hablar sobre conocimientos abstractos y, por tanto, en este sentido, “conocimiento” es una palabra que inspira recelo; de tal manera que el truco estriba en lograr que las personas piensen en la GC con sus propias palabras. De hecho, según estos mismos autores, es mejor no mencionar la GC en absoluto, conviniendo en su lugar mantener un diálogo con las personas conociendo sus percepciones sobre la materia a través de preguntas sobre la innovación o el aprendizaje sobre los propios errores, por ejemplo. Tal parece que en las empresas estudiadas se sigue este argumento, al encontrarse que se llevan a cabo algunas prácticas relacionadas con el conocimiento. Asimismo, se deduce que las empresas estudiadas intentan reutilizar sus conocimientos y experiencias (aunque parece ser que esto ha sido de manera intuitiva) mediante la captura de manuales y bases de datos. De acuerdo a las prácticas de GC observadas, podemos decir que más que GC es una gestión de la información. En relación a la disponibilidad de la información, se puede decir que es aceptable, aunque se habla de conocimiento explícito, más que tácito.
Para ahondar en la respuesta a esta pregunta, se señala que el conocimiento explícito sigue siendo el actor principal en las empresas del estudio, lo que corrobora lo puntualizado por Nonaka y Takeuchi (1995): la atención que se le otorga al conocimiento explícito (en detrimento del tácito) en las empresas occidentales como consecuencia de la influencia de la Administración Científica. En este sentido, se menciona que uno de los pilares de la creación del conocimiento de Nonaka y Takeuchi (1995) es la interacción de la dimensión epistemológica (explícito / tácito). En nuestra investigación, se demostró que aquellas actividades que involucran al conocimiento tácito (socialización, exteriorización e interiorización) no obtuvieron resultados como los alcanzados en las actividades de combinación, que involucran exclusivamente conocimiento explícito. En cuanto a la dimensión ontológica del conocimiento (individual, grupal, organizativo e interorganizativo) se observó que la creación de conocimiento individual (a través de la capacitación y simulación) tiene resultados variables. En cuanto a nivel grupal, considerando los equipos de trabajo, se obtuvieron buenos resultados. No se puede decir lo mismo en el caso de la creación de nivel organizativo e interoganizativo.
Un tipo de conocimiento definido por Carballo (2006) de acuerdo al modelo Intelec es el relacional. En referencia a este punto, las empresas del estudio demostraron tener un conocimiento no homogeneizado. Se tienen excelentes relaciones con los clientes, un nivel intermedio con aquellas instituciones que podrían proveer de innovación, pero escasas relaciones con los demás competidores.
La apropiación es una propiedad del conocimiento. En el caso del conocimiento tácito, se demostró que las empresas estudiadas en general promueven su apropiación mediante la simulación y prácticas del conocimiento adquirido principalmente dentro de la misma organización. En cuanto al conocimiento explícito, claramente se observó que las empresas del estudio no transaccionan comercialmente con éste, ya que existe escasez (por no decir nulidad) en la generación de patentes, copyrights y derechos de autor.
En relación a la segunda pregunta de investigación ¿Las PYME catalanas hacen uso de prácticas innovadoras- es contestada de manera afirmativa, aunque esta afirmación no sea rotunda. El reconocimiento que las empresas estudiadas hacen a la innovación dentro del entorno de la economía actual es moderado, lo cual se deduce que pueda deberse básicamente al contexto relativamente estable en que se desenvuelven este tipo de empresas (ciclos largos de vida de los productos, preferencias estables de clientes, etc.). Pensamos que estos factores inciden en las puntuaciones relativamente bajas obtenidas en las actividades propias de la innovación llevadas a cabo en las empresas estudiadas, donde se destacan las escasas relaciones establecidas por estas empresas con agentes externos y el uso de licencias o copyrights.
Es interesante señalar que las empresas del estudio proporcionan un buen puntaje a los hechos de modificar continuamente sus productos y procesos, lo que nos lleva a deducir que en este tipo de empresas, las innovaciones sean reactivas y no proactivas, y sean por lo general, el resultado o bien de la asimilación de nuevos conocimientos y tecnologías desde el exterior o bien el fruto de procesos internos a la empresa, pero tan poco formalizados, que dan lugar más bien a mejoras incrementales y continuas que a cambios radicales en su stock de conocimiento científico y técnico.
La respuesta a la tercera pregunta de investigación planteada ¿Las PYME catalanas hacen uso de las TI?, podemos, de manera similar a las preguntas anteriores, contestar de manera afirmativa aunque no rotunda, sobre todo considerando el entorno de nuestra investigación: la GC y la innovación.
En referencia a las actitudes mostradas por la empresa hacia las TI, Newell et al. (2002) señalan que es importante considerar la influencia humana y al contexto institucional para entender el impacto de las TI en la organización. En esta línea, la investigación demuestra que las empresas muestran actitudes favorables hacía las tecnologías, tales como la consideración de la inversión y el uso de éstas en la estrategia empresarial (aunque esta estrategia no considere la GC ni la innovación), así como el tener en cuenta a las personas en el entrenamiento específico y el proporcionar el acceso directo.
Sin embargo, de acuerdo a los usos dados a las TI, éstas se concentran en actividades de gestión tradicionales, por lo que se deduce que la mayoría de las empresas basan sus estrategias en información interna (financiera, contable, administrativa). Son muy pocas las que las usan para compartir información, y mucho menos las que realizan transacciones comerciales a través de ellas. Esto contrasta con lo mencionado por Dell (2002) en cuanto al uso estratégico de las TI y como habilitadoras de velocidad, eficiencia y experiencia, en lugar de simples herramientas operacionales, y corrobora lo mencionado por Corso et al. (2001a) acerca del atraso y deficiencia que existe en la adopción y uso de herramientas TI.
Las empresas estudiadas hacen uso de las TI para hacer más eficaces los flujos de trabajo dentro de la propia compañía. Muy pocas hacen uso de las TI para obtener visibilidad y capacidad comercial en el mercado global.
Respecto al tipo de inversión, de acuerdo a los resultados mostrados, podría decirse que son del tipo infraestructura o control administrativo, por lo tanto, se ve como un costo del negocio donde no se espera un gran rendimiento. Es importante que las inversiones en TI se distingan como una aplicación estratégica o del tipo transformativa.
En cuanto al enunciado de las conclusiones de las hipótesis establecidas, cabe aclarar que las hipótesis 2, 3 y 4 son establecidas a partir de la hipótesis 1, por tanto, creemos pertinente iniciar mencionado las conclusiones de tales hipótesis para terminar con la conclusión de la primera hipótesis.
Sin lugar a dudas los resultados tangibles son el argumento más poderoso que se cuenta para convencer a cualquiera de la aceptación de un programa de GC. No obstante, no suele resultar en absoluto sencillo medir la aportación que realiza el conocimiento a los resultados de la empresa, entre ellos los resultados de innovación, puesto que hay otros muchos factores más tangibles que inciden en ellos. Por lo tanto, determinar la influencia que tienen los activos de la GC en la innovación sigue siendo una cuestión más teórica que práctica en la mayor parte de las empresas.
Aclarando lo anterior, pese a no cuestionarse de manera directa en la investigación los procesos de GC (Alavi y Leidner, 2001), se puede deducir que las empresas estudiadas no realizan de manera sistemática y formal modo alguno de generar conocimiento. En cuanto a la aplicación, y en términos de la innovación, podría decirse que aún falta por aprovechar los beneficios del conocimiento. Sin embargo, pese a estas deducciones, de acuerdo a los resultados estadísticos obtenidos en la investigación empírica, se concluye que sí existe una relación positiva entre la GC y la innovación, por lo que es aceptada la hipótesis H2: la madurez en la GC afecta positivamente a la madurez en la innovación.
En cuanto a la influencia que pudiera tener la madurez en GC observada en la empresa sobre las actividades de innovación exclusivamente, los resultados obtenidos fueron diferentes al punto anterior. Tal parece que los demás elementos que conforman el índice de madurez en la innovación (la importancia otorgada a la innovación y el contexto) afectan la relación establecida. No obstante, de acuerdo al modelo estadístico establecido, la relación establecida en la hipótesis H2a (la madurez en la GC afecta positivamente a las actividades de innovación), es aceptada.
En nuestro estudio, nos pareció interesante conocer la influencia que pudiera tener las prácticas de GC (sin considerar si existe conciencia de ellas o no, así como tampoco si existen actitudes adecuadas para llevarlas a cabo o no) en la innovación. Tal relación se estableció en la hipótesis H2b (el empleo de prácticas de GC tiene una relación positiva con la madurez en la innovación). De acuerdo a los datos obtenidos y al modelo estadístico establecido, la hipótesis es aceptada, pese a obtenerse una relación más débil que la mostrada en la hipótesis H2. Esto era de esperar, dado que el contexto propicio para llevar a cabo prácticas de GC, así como la conciencia que se tenga de ellas, indudablemente afecta el rendimiento organizacional, que en el caso particular de este estudio, se traduce en la innovación.
Para una mayor comprensión de la relación establecida previamente, se establecieron modelos estadísticos que midieran la influencia predictora de cada uno de los grupos de actividades de GC (socialización, exteriorización, combinación e interiorización) sobre la madurez en la innovación. Los resultados obtenidos muestran que solamente las actividades que involucran el conocimiento explícito (actividades de combinación) observan una influencia predictora aceptable, lo cual era de esperar, dada la importancia dada a este tipo de conocimiento.
Para terminar el punto que relaciona la GC con la innovación, en el estudio se analizó la relación observada entre las prácticas de GC y las actividades de innovación, no considerando los demás elementos que componen los índices de madurez respectivos. Al observar la influencia establecida de las prácticas de GC (como un todo) sobre las actividades de innovación, se encontró evidencia estadística que apoya tal relación. Sin embargo, al ahondar en el análisis estadístico, concluimos que solamente aquellas prácticas de GC que involucran al conocimiento explícito (actividades de combinación) influyen sobre las actividades de innovación.
De todo lo anterior, no nos cabe duda que hacen falta programas adecuados de GC orientados a este tipo de empresas que les permita explotar todo el potencial de conocimiento que pudiesen tener, haciendo hincapié que se necesita sacar a flote el conocimiento tácito.
A pesar del énfasis dado a las TI en la innovación en cuanto a cubrir sustancialmente los gaps surgidos entre el conocimiento que la organización tiene y el conocimiento que la organización necesita para innovar, las empresas estudiadas no demuestran tener una relación entre ambos conceptos. Estas relaciones fueron planteadas en la tercera hipótesis de investigación, la madurez en las TI afecta positivamente a la madurez en la innovación, y la sub-hipótesis que considera únicamente las actividades de innovación. De acuerdo a los resultados empíricos, se concluye que no existe influencia de las TI sobre la innovación, así como sobre las actividades de innovación. Ambas hipótesis no son sostenidas de acuerdo a nuestro análisis, al obtenerse coeficientes ajustados de determinación demasiado bajos para aceptar una influencia de las TI en la madurez en la innovación o en las propias actividades de innovación.
El uso de las TI como medio de innovación es, aparentemente, una estrategia muy poco aceptada entre el tejido empresarial estudiado, pese a que la mayoría de las empresas asumen que las TI son una ventaja competitiva y un factor estratégico de diferenciación en relación a la competencia, es decir, la utilización estratégica de estas tecnologías como apoyo a los procesos de innovación es muy pobre.
En otro orden, las TI son consideradas como un apoyo relevante en las actividades principales del conocimiento, tales como la creación, la distribución y la aplicación, sin embargo, la investigación arroja resultados contradictorios, ya que el grado de uso de éstas en las actividades de acceso al conocimiento ha sido menor de lo que se esperaba. En el caso de las actividades de transmisión, este grado de uso es aun mucho menor.
La relación entre los índices de madurez de TI y madurez de GC es planteada en la cuarta hipótesis (la madurez en las TI afecta positivamente a la madurez de la GC), donde el índice explicativo resultó muy bajo, lo que nos conduce a rechazar tal hipótesis. Este resultado es similar a estudios previos (Khalifa y Liu, 2003), aunque contrario a los resultados de algunos otros (Gold et al., 2001; Goodhue y Thompson, 1995) ya que no se ha encontrado un efecto directo significativo de las TI en el éxito de la GC, pese a que en la evaluación de este impacto se consideraron, englobados en los índices respectivos, factores considerados relevantes como la inversión y uso de las TI y las actitudes mostradas por la organización hacia la GC. En este sentido, considerando que las actividades de GC con mayores índices resultaron las que implican el conocimiento explícito, se deduce que un motivo en este fallo de las TI como soporte a la GC sea, como ya se ha mencionado, el protagonismo que se da al conocimiento que puede hacerse explícito sin considerar el tácito (Newell et al., 2002).
En relación al enfoque de GC (Newell et al, 2002) detectado en las empresas estudiadas, podríamos decantarnos por el enfoque de comunidad, al observarse actitudes sociales favorables hacia la GC (tales como el trabajo en equipo). En cuanto al enfoque cognitivo, pese al uso que se da las TI en algunas actividades de GC, el estudio demostró que tales tecnologías no tienen influencia en la GC, e incluso, aquellos usos relacionados con la transmisión y acceso al conocimiento fueron los que más bajos salieron. Tal parece que el hecho de que algunas de estas empresas cuenten con páginas Web, por ejemplo, sea más por la cuestión de estar a la par que las demás empresas y no por lo que pueda implicar en una adecuada GC.
Adicionalmente, se investigó la relación entre los elementos que integran el índice de madurez de las TI y su influencia en la madurez en la GC. El estudio muestra que son únicamente las actitudes mostradas por los directivos hacia las TI las que muestran una influencia significativa de predicción, lo cual contrasta con el uso e inversión que se hace en TI. Se infiere que debe haber un mayor impulso en la adquisición de equipo informático y de comunicación que permita una mayor presencia de tales tecnologías en los procesos de GC. En cuanto a la inversión, tanto en hardware como en software, se deduce que es vista por los empresarios del sector como un gasto más que como una inversión estratégica.
Otro de los puntos de interés del estudio fue conocer, en particular, la actuación de las TI sobre las actividades de GC. Al graficarse ambos índices, se obtuvieron resultados dispersos que auguraban una influencia predictora muy baja. Casi el 100% de las empresas estudiadas obtuvieron altos índices de madurez en TI, pero no se observó el mismo porcentaje en los índices de actividades de GC. Al considerar las actividades de GC en conjunto, el coeficiente de determinación obtenido en el modelo estadístico fue demasiado bajo, lo que nos lleva a concluir que no existe influencia alguna de las TI sobre las actividades de GC.
Pese a los resultados obtenidos, se consideró pertinente conocer la influencia de las TI en cada uno de los cuatro grupos de actividades de GC. De acuerdo al análisis realizado, solamente las actividades de combinación (nuevamente aquellas actividades que involucran conocimiento explícito) observaron una influencia de las TI.
Finalmente, respecto a la influencia positiva ejercida por la madurez en la GC en conjunción con la madurez en las TI sobre la madurez en la innovación y que se plantea en la primera hipótesis de investigación de este estudio, se concluye que, de acuerdo a los resultados estadísticos obtenidos y la información mostrada previamente, su aceptación sea parcial, dado que se obtienen resultados aceptables de predicción. La innovación en las PYME catalanas estudiadas se ve influenciada por la madurez en la GC, mientras que las TI, aparentemente, no desempeñan un papel significativo, siempre que su rol sea evaluado junto a la GC.
De acuerdo a todo lo anterior, y a modo de resumen, se pueden enunciar las siguientes conclusiones generales:
- El entorno económico actual no presenta condiciones que puedan decirse son nuevas, es decir, no se está ante un fenómeno nuevo; sin embargo, en el ámbito de las PYME estudiadas, se debe prestar una atención especial a las TI y al conocimiento como factores productivos relevantes, e indudablemente la innovación debe ocupar un papel primordial en el diseño estratégico empresarial.
- Pese al auge que está teniendo la implementación de la GC con su consiguiente reestructuración organizacional e introducción de apropiadas TI, esto no parece ser el caso de las PYME estudiadas. De acuerdo a la percepción de los encuestados, no se observa una necesidad real de implementar (o mejorar) programas adecuados dentro de las organizaciones.
- A pesar del reconocimiento otorgado por la literatura a la necesidad de las TI y su importancia como una herramienta efectiva para establecer una adecuada GC, el estudio empírico demuestra que son escasas las empresas que hacen uso de las TI para las actividades (informales en su mayoría) de GC llevadas a cabo.
- La asimilación de las TI dentro de las actividades de GC es fundamental para alcanzar el éxito de la GC, es decir, las TI por sí solas no pueden conducir al éxito de la GC sin que hayan sido asimiladas dentro de los procesos de GC.