EL IMPACTO TRIBUTARIO DE LA ECONOMÍA INFORMAL EN MÉXICO. EN BUSCA DE UNA PROPUESTA ESTRUCTURAL
Emigdio Archundia Fernández
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En la presente tesis doctoral, es necesario observar las actividades que han sido consideradas fuera de la actividad formal y considerando lo que señala la Organización Internacional de Empleadores, considera que la economía informal está integrada por las siguientes actividades entre otras:
• Los empleadores y trabajadores que no pueden encontrar oportunidades de empleo o de negocio en la economía formal – en cuyo caso se trata de una estrategia de supervivencia – así como aquellos que escogen mantenerse en la informalidad, en México, las actividades de esta naturaleza cada día son más los involucrados derivado de las crisis económicas y los niveles de rezago del país, con la mitad de pobres en la Nación; en este rubro caen los que ponen sus propios negocios de comida, ropa, venta por catalogo entre otras.
• Otra actividad que esta marginada de la formalidad son las personas que consideran que los costos que entraña el cumplimiento de la legislación y la reglamentación para realizar actividades económicas en el marco de la economía formal a menudo sobrepasan los beneficios, es decir, no ponen un negocio porque gastarían mas registrándolo.
• Las personas que atienden con frecuencia a consumidores relativamente pobres y que exigen bienes y servicios a precios factibles. Estos informales son los que les prestan servicios a los pobres-pobres como son la venta de ropa por paca, los que venden objetos usados, los bazares, etc.
• Las personas que han tenido que elaborar sus propias reglas o normas para suplir las que el Estado no ha sido capaz de proporcionar, o por carecer de acceso a ellas, en este rubro encontramos a quien vende en camioneta, en triciclos, los fruteros, paleteros, vendedores de comida chatarra y los fayuqueros.
La Organización Internacional de Empleadores (OIE) considera que la economía informal abarca tanto actividades empresariales como trabajadores. La expresión "economía informal" resulta más apropiada que la de "sector informal", puesto que se aplica a numerosos sectores de actividad económica.
Existen empresas que por ejemplo, las microempresas que realizan trabajos con acuerdos laborales (por ejemplo el trabajo en régimen de subcontratación, a tiempo parcial, independiente o temporal) no son exclusivos de la economía informal y no deberían definirse como tales.
En la mayoría de los casos, estas empresas y acuerdos laborales están reglamentados y constituyen una parte productiva de la economía formal pero que en gran escala incluyen actividades informales tales como los areneros, tabiqueros, los que venden material de construcción, sobre todo en provincia quienes manejan los materiales de venta de piedra, arcilla, hormigón entre otros materiales.
De igual forma aquellos trabajadores o comúnmente llamados peones que se ocupan por días y no son incluidos en las nóminas. En el campo de mercados públicos como son los de abastos, los cargadores, estibadores, etc.
En otro rubro se encuentran principalmente trabajadores independientes, que comercian con productos básicos como son los alimentos o prestan servicios de transporte elementales y que surten de productos naturales entre otros a los establecidos.
En el nivel intermedio se encuentran aquellos que se dedican a un comercio más organizado y a la transformación simple en talleres dentro de casa y a pequeña escala de bienes básicos para los consumidores de la economía informal dando empleo a muchos familiares. En regiones del país, estos pequeños talleres son en muchos casos, verdaderos proyectos de emprendeduría los cuales se podrían potencializar para lograr producción conjunta logrando ser autosuficiente.
En la práctica, también se encuentran los que se dedican a la fabricación a pequeña escala con bajo nivel tecnológico, o que prestan servicios tales como la reparación de maquinaria y vehículos, dan empleo a familiares y a otras personas y que suelen constituir microempresas que en muchos de los casos se encuentran en lotes rústicos en colonias proletarias.
Otra de las actividades que no está incluidas son las que se realizan en los tianguis o las llamadas “pulgas” en el norte del país, donde se comercializan los productos que entran de contrabando. La venta de refacciones asiáticas, herramientas, equipo eléctrico como taladros, esmeriles, seguetas, cortadoras, compresores portátiles, juegos de llaves, etc.
La venta de equipo electrónico en casas, la venta de software pirata, de aparatos, discos duros y una enorme variedad de equipo electrónico de vanguardia. Se dice que, cuando salen las innovaciones tecnológicas en los Estados Unidos, en México tienen una semana vendiéndose en el Barrio de Tepito y en los 20,000 tianguis en toda la República Mexicana, todo ello, solapado por los funcionarios de las aduanas, tal es el caso del despido de mil doscientos empleados aduanales por corrupción recientemente.
La venta de autos usados, equipo mecánico en el sector agrícola, la venta de equipo de bombeo usado, reconstruido, chino, taiwanés, coreanos, etc. En la industria del perfume, la venta de aromas de marca, la ropa de diseñador, los zapatos deportivos, la joyería de fantasía y cuantas actividades más las cuales se comercializan por debajo de la Ley.
Es pertinente observar que si es posible la inclusión de la economía informal a la formalidad en México, toda vez que el caso chileno lo demuestra ya que en ese país, han reducido, como lo demostró el estudio realizado por Pablo Serrat y Michael Jorrat, el porcentaje de evasión en Chile es del 18.2%. Cifra muy superior al estándar de países desarrollados, cuyos niveles de evasión bordean el 10%. Por su parte, el Servicio de Impuestos Internos de Chile concluyó que la tasa de evasión del IVA aumentó en cinco puntos porcentuales durante la crisis asiática.
En su conjunto, ambos hechos configuran una situación preocupante. Sin embargo, ésta se agrava si se considera lo baja que es la tasa de impuestos a las utilidades de Chile, comparada con la de países miembros de la OCDE y la gran evasión tributaria de la minería del cobre.
Se considera que la economía informal no es consecuencia de la mundialización porque los orígenes de la economía informal son anteriores a la actual fase de este fenómeno. Son las carencias políticas e institucionales las que siguen contribuyendo a la informalidad y así dan lugar a la economía informal, que representa un refugio para aquellos que, de otro modo, carecerían de empleo, de oportunidades de negocio o de fuentes de ingresos.
Dentro de las opiniones realizadas por la Organización Internacional de empleadores (OIE), reconoce que la economía informal tiene características positivas y negativas, tales como las que a continuación se enumeran:
Positivas:
• Su gran potencial empresarial, que podría fructificar si se ayuda a quienes están en la economía informal a pasar a la economía formal.
• Su capacidad para absorber la mano de obra excedentaria (como empresarios, trabajadores independientes o trabajadores asalariados) que, de otro modo, carecería de empleo o de ingresos.
Negativas:
• Actividades al margen del marco reglamentario y administrativo general, que desembocan en el incumplimiento de la legislación y la evasión fiscal, creando de este modo una carga injusta para los empleadores de la economía formal y causando una pérdida de ingresos al Gobierno; la falta de protección social, de seguridad y de derechos laborales; la competencia desleal con la economía formal; las remuneraciones relativamente bajas, malas condiciones de trabajo, de seguridad y salud, escasa productividad y empleo relativamente inestable, pese a que muchos trabajadores independientes y empresarios obtienen ingresos superiores a los de los trabajadores no calificados de la economía formal.
Cuestiones políticas y objetivos.
Las principales cuestiones y objetivos políticos no deberían orientarse a la expansión de esta economía para tratar de aprovechar su potencial de creación de empleo, sino a prestar asistencia para que la misma acabe por incorporarse a la economía formal, por lo que se propone la incorporación para lograr un nuevo título de la Ley del ISR y se beneficie de la transición.
En este sentido, las cuestiones y objetivos específicos son los siguientes:
Debe concederse prioridad a la identificación de las causas fundamentales que explican la existencia de la economía informal, sus giros así como las barreras a la formalización; posteriormente, hay que desmantelar los obstáculos a la formalización y ayudar al crecimiento de los empresarios informales, de modo que sus actividades, unidades o empresas puedan acogerse con más facilidad a la legislación y a la normativa social y de otro tipo. Con lo anterior, se lograría el beneficio del aseguramiento patrimonial toda vez que se le reconocería jurídicamente sus derechos sobre su patrimonio construido.
Si no se dispone de los recursos necesarios, la ampliación automática de los actuales regímenes de protección y seguridad social pueden repercutir negativamente sobre la sociedad y la economía. Los trabajadores de la economía formal serían quienes pagaran las consecuencias como hasta ahora ha sido.
Los derechos laborales y la economía informal.
Aunque la OIE apoya la mejora de las condiciones de trabajo y de los derechos laborales de los trabajadores de la economía informal, no considera que este objetivo vaya a resolver los principales problemas que explican la existencia y la persistencia de la economía informal.
La insuficiencia de las condiciones y los derechos laborales son consecuencia y no la causa de la existencia de esta economía; para lograr una mejora de las condiciones de trabajo es preciso acatarse a las causas de la informalidad, esta economía no está integrada únicamente por empresas y trabajadores sometidos a una gestión directiva, sino que incluye también a una amplia categoría de trabajadores independientes, de empresas y trabajadores familiares.
Causas y consecuencias de la informalidad y barreras a la entrada en la economía formal.
Según la Organización Internacional de Empleo –OIE-, (2002: 163) se enumeran a continuación las principales barreras de acceso a la economía formal y causas de la informalidad, muchas o la mayoría de las cuales se relacionan con la falta de un entorno propicio para las empresas:
• La falta o la debilidad de las instituciones de apoyo y refuerzo del mercado, que resultan esenciales para el adecuado funcionamiento de una economía de mercado. Estas instituciones pueden ser tanto formales como informales, adaptadas a la situación y a la cultura de cada sociedad.
• En los casos en que estas instituciones existen, no actúan con imparcialidad, de modo que el acceso a las mismas queda reservado a una minoría; unos costos de transacción (aquellos que vienen determinados por las normas y reglamentos que inciden sobre las actividades económicas) exagerados y una regulación excesiva, que resultan a menudo de normativas mal elaboradas y entorpecedoras, que erigen obstáculos para los negocios y desembocan en unos sistemas de administración pública ineficaces y corruptos.
• La falta de un régimen adecuado de derechos de propiedad, que impide la creación del capital nacional necesario para el desarrollo de las empresas.
• La falta de acceso al crédito, debida a la falta de derechos de propiedad y a la incapacidad del sistema del mercado financiero para prestar servicio a los empresarios de la economía informal, lo cual obliga a las empresas informales a desarrollar sus propios sistemas de crédito o a endeudarse con tasas de interés más elevadas.
• La falta de un régimen legal propicio que esté al alcance de los pobres (por ejemplo para el cumplimiento de los contratos) y permita las transacciones comerciales, así como del respeto al estado de derecho.
• La falta de acceso a los seguros, la información del mercado y la tecnología.
• La incapacidad y el fracaso de los Gobiernos a la hora de desarrollar las políticas e instituciones necesarias para que la economía formal sea capaz de absorber a las personas que se incorporan al mercado de trabajo y a la migración del sector rural al urbano, a menudo en busca de unos empleos que no existen.
• La falta de educación y de calificaciones para integrarse en la economía formal, así como las elevadas tasas de analfabetismo del país en muchas de las zonas. Esta carencia hace que muchos trabajadores no puedan acceder a los empleos disponibles, y puede impedir la creación de nuevos puestos de trabajo para los que se requiere una fuerza de trabajo educada y calificada.
• Las rigideces del mercado de trabajo.
• La incapacidad para obtener crecimiento demostrado durante varios sexenios por distintos modelos de desarrollo, así como las importantes crisis que han sucedido en México.
La informalidad desemboca en:
• El acceso restringido o la falta de acceso a organizaciones que representen adecuadamente los intereses de los empresarios y de los trabajadores.
• La perpetuación de la pobreza.
• La corrupción endémica.
• La pérdida de ingresos por parte del gobierno y de las autoridades locales.
El uso ineficaz de los recursos, que converge en menores ganancias económicas, con consumaciones negativas sobre las tasas de crecimiento nacional y los resultados económicos y sociales globales.
Condiciones de trabajo relativamente insuficientes:
• Falta de acceso al capital, al crédito y a la tecnología.
• Bajos niveles de productividad.
Las políticas de desarrollo, económicas y sociales no están teniendo en cuenta las necesidades de las personas que se encuentran en la economía informal, ya se trate de los propietarios de las actividades o de los trabajadores. Puesto que se trata a menudo de la mayor parte de la economía, son muchas las políticas de desarrollo que no consiguen sus objetivos.
Por lo anterior, existen posibles soluciones que son:
• Identificar las causas de la informalidad y las barreras a la formalización, y eliminar tales barreras.
• Simplificar las normas y procedimientos; promover gobiernos eficaces, efectivos y exentos de corrupción; reducir los costos de transacción innecesarios y crear o reformar las instituciones del mercado.
• Ayudar a las empresas informales para que logren el acceso a los derechos económicos y sociales, o crear y desarrollar organizaciones a través de las cuales estas empresas puedan presionar para obtenerlos.
• Promover cooperativas basadas en principios empresariales, de igual forma promover las integradoras para producción conjunta.
• Instaurar un régimen de derechos de la propiedad que permita a las empresas informales crear capital y obtener créditos.
• Facilitar a los trabajadores unas prestaciones sociales que sean económicamente viables.
• Asegurarse de que los esfuerzos con miras a la formalización no crean nuevos problemas socioeconómicos eliminando a las microempresas, incrementando el desempleo y ocasionando una pérdida de ingresos para los pobres.
• Reducir los elevados costes de formalización, y proporcionar incentivos a corto plazo y concesiones para alentar la formalización a fin de compensar los costos iníciales de la misma.
• Desarrollar políticas, procedimientos e instituciones que puedan contribuir al acceso de las empresas informales a las condiciones que les permitan desarrollar su actividad en una economía de mercado, como son la información sobre los mercados, el crédito y el capital, los seguros, la tecnología, los servicios para la mejora de la productividad, la formación y las calificaciones básicas para la gestión y el cumplimiento de los contratos.
• Incitar al Gobierno a que estudien cuáles son las características fundamentales de un entorno favorable para las empresas, las inversiones y la absorción de la tecnología, para que, cuando sea necesario, cambien las políticas y las instituciones a fin de lograr un entorno empresarial propicio.
• Adoptar unas normativas flexibles, que reconozcan las modalidades de empleo nuevas o atípicas no como un síntoma de informalidad, sino como mecanismos para hacer negocios que han existido durante generaciones en muchos países, aunque no se adapten a los rígidos conceptos de las legislaciones laborales.
• Reformar los sistemas legales y garantizar la igualdad de acceso a los mismos.
• Desarrollar normativas que se apliquen a todo tipo de actividades económicas – por ejemplo las normativas en materia de seguridad y salud –, de modo que las empresas no sientan la tentación de pasar de la economía formal a la informal.