Alberto Ibarra Mares
6.1. PROBLEMAS DE LA TÉCNICA DE RATIOS Y DEFINICIÓN DE LAS VARIABLES INDEPENDIENTES
La utilización de la técnica de ratios, que representa la base del análisis contable tradicional, propone el uso de ratios financieros para la evaluación de la situación y evolución económica de la empresa. Sin embargo, los ratios a pesar de ser un instrumento amplio y variado, cuyo buen diseño y conocimiento permiten profundizar y resolver algunos aspectos concretos para la toma de decisiones, tiene una limitada capacidad para solucionar el problema sobre el cálculo real o único sobre la rentabilidad, la solvencia, la liquidez, el endeudamiento, y en general sobre la determinación del éxito o fracaso de una empresa.
La idea básica sobre el estudio de la tendencia y el comportamiento de ciertos ratios financieros de varias empresas es con el fin de poder identificarlos y utilizarlos con fines de predicción con base en sus características de mayor predominio (Bernstein 1999: p.653). Según algunos analistas, esto permite detectar signos de deterioro observados en el comportamiento de los ratios, con una anticipación y claridad suficiente para tomar a tiempo iniciativas que eviten riesgos graves de insolvencia, incumplimiento de obligaciones y procesos de quiebras.
Para Brealey y Myers (1999), el utilizar ratios tiene la ventaja de no verse abrumado por el gran volumen de datos que contienen los estados financieros, y esto ayuda al analista a plantearse la pregunta correcta aunque rara vez le ayuden a solucionar el problema. Así lo reconoce también Bernstein (1999: p. 656) al señalar que las investigaciones empíricas sobre ratios, si bien señalan su significativo potencial como predictores de quiebra, no dejan de indicar que dichos ratios son herramientas y conceptos del análisis financiero en una fase inicial de desarrollo.
Como hemos visto en los antecedentes históricos, los estudios realizados con ratios financieros para medir la solvencia y evitar el fracaso empresarial se han enfocado en la comparación entre empresas en quiebra y empresas que no han quebrado. Como consecuencia esto ha permitido a algunos investigadores obtener pruebas de que las empresas que no quebraron presentaban ratios de tesorería "más firmes" con respecto de aquellas que sí quebraron, aunque aún no se ha demostrado de manera concluyente la capacidad de los ratios por sí solos para la predicción de una quiebra.
El incluir ratios en los primeros estudios predictivos tuvo como uno de los objetivos principales, investigar en qué medida éstos representaban herramientas valiosas y adicionales para el análisis de la solvencia a largo plazo para la posible predicción de una quiebra, y no sólo de la liquidez crediticia, como se venía haciendo anteriormente.
Dentro del nuevo planteamiento metodológico multivariable, en general el investigador ha basado la selección de sus variables explicativas o independientes (ratios) en una hipótesis de partida que contenga un fundamento teórico sobre el proceso de fracaso, o bien, que le permita al menos una interpretación lógica de los resultados para mejorar la comprensión de las causas de dicho proceso (Lizarraga:1996, p.101).
El método de ratios precisamente persigue el acercamiento entre los hechos económicos o de los datos cuantificados relativos a una situación, con la actividad o rendimiento de la empresa para deducir las relaciones más características y evitar en lo posible la complejidad de otros modelos en un análisis previo o primario, aunque sin olvidar tampoco las insuficiencias y debilidades que le son propias.
Como hemos señalado antes, ningún ratio hay que considerarlo aisladamente porque no son significativos por sí solos, pues todos ellos deben ser comparados con un patrón para determinar si su nivel es satisfactorio o no. Para obtener dicho patrón es necesario seleccionar primero a los ratios y definir cuales serán sus objetivos (Westwick: 1987). Posteriormente es muy importante interpretar cada ratio comparándolo con:
1. Ratios anteriores de la misma empresa.
2. Algún estándar establecido.
3. Ratios de otras compañías del mismo o similar sector.
El ratio en general había sido considerado como una herramienta de análisis histórico y actual de la empresa. Sin embargo, a partir de hace tres décadas también se ha orientado al futuro como una herramienta proyectiva, considerando elementos claves como las condiciones económicas generales, la situación del sector, las políticas de la dirección y los principios de contabilidad que lo guían, entre otros.
Una de las últimas propuestas más importantes para las que se utilizan los ratios es la de servir como una base de datos aún más sintética que los estados financieros, reduciendo su redundancia y multicolinealidad a través de métodos estadísticos para llevar a cabo predicciones. Sin embargo, es importante considerar que los estados financieros, cuya característica básica es el devengo, representan el primer punto de partida para calcular cualquier medida o ratio. Por eso ciertos ratios requieren posteriormente ajustes más analíticos, pues no todos los componentes son fiables o están incluidos en los estados financieros.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta es que dentro del ratio, el numerador o el denominador pueden presentar signos negativos. Esto da origen a una interpretación engañosa sobre el coeficiente. Por eso se recomienda analizar sobre todo el signo del numerador, pues cuando presenta un signo negativo el análisis se vuelve más complejo.
Con respecto a la clasificación de los ratios por factores o categorías, García-Ayuso (1996) opina que muchas de ellas se hacen “a priori” y sin ningún fundamento empírico. Esta situación ha dado como resultado únicamente coherencia en términos conceptuales en la totalidad de los ratios. Además, en este tipo de clasificaciones muchas veces influye más el amplio reconocimiento que se presta a ciertos autores que las han propuesto y esto lleva a que aquellas clasificaciones más tradicionales ya no sean cuestionadas, situación que si se lleva a cabo con el análisis factorial. También existen estudios empíricos que aplicando técnicas estadísticas multivariables buscan obtener clasificaciones que determinen que ratios presentan un comportamiento análogo y aportan un contenido informativo similar sin más trascendencia conceptual o de medición, o bien, otros ratios que siendo efectivamente diferentes sirvan para medir variables importantes que afectan a la empresa.
Uno de los principales objetivos de los trabajos de García-Ayuso ha sido presentar una comparación entre clasificaciones a priori propuestas en la literatura contable y las clasificaciones obtenidas de investigaciones empíricas como resultado de la explicación de técnicas del análisis factorial
Un problema importante que se tiene que solucionar a la hora de seleccionar cada ratio y clasificarlo, consiste en saber con certeza que se desea medir y que nombre darle a la magnitud medida. También es interesante tener en cuenta en las investigaciones empíricas, que existen dos tipos de ratios que son los teóricos y los empíricos. Los ratios teóricos están seleccionados con base a su popularidad en la literatura, en cambio los ratios empíricos son aquellos que se seleccionan de acuerdo a los resultados que han dado a través de procesos de correlación con ciertos factores.
Con respecto a los problemas para la reducción de los ratios en las investigaciones empíricas, Bukovinsky (1993) opina que la utilización de numerosas variables independientes o ratios origina tres problemas significativos que son:
1. La falta de una teoría sólida para guiarse. Esto puede dar como resultado una colección fortuita de variables independientes al ser seleccionadas por su popularidad o por la intuición del investigador. Esto puede traer consigo el incluir dos o más ratios que midan esencialmente los mismos componentes del balance general o el estado de resultados.
2. Como el conjunto de variables está compuesto por un número determinado de medidas contables. Aquí la multicolinealidad puede llegar a ser un problema potencial. Esto es común en el caso de las variables independientes que están representadas por ratios, pues muchas de estas pueden incluir las mismas medidas contables.
3. La inclusión de muchas variables puede resultar en violaciones a los supuestos de las técnicas del análisis estadístico. Pues existe la posibilidad de crear resultados de difícil interpretación.
Con respecto a la selección de los factores, a partir de los trabajos de Lev (1974) numerosos autores citan cuatro categorías de ratios propuestas por él y son: la rentabilidad, la eficiencia, la solvencia y la liquidez. Sin embargo, Rees (1991) utiliza el término productividad para designar a los ratios incluidos por Lev como de eficiencia y además propone un factor más que denomina de apalancamiento. Por otra parte, Weston y Brigham (1965) propusieron otros dos grupos de factores que son los ratios de mercados de capitales y ratios de crecimiento.
Bernstein (1999) ha clasificado a los ratios en las siguientes seis grupos, dentro de las cuales cita un variado y completo conjunto de ratios que miden a la empresa y están sobre todo basados en una teoría contable y financiera muy cercana a la realidad empresarial y son:
AREA FUNCIONAL FACTOR
Beneficios (proyección y evaluación) Rentabilidad
Retorno de la inversión Rentabilidad
Utilización del activo Rentabilidad
Resultados de operaciones (con especial atención a los ingresos) Rentabilidad
Resultados de operaciones (desde la perspectiva de los costes) Rentabilidad
Liquidez Liquidez
Flujos de fondos Cash flow
Solvencia a largo plazo Solvencia
Estructura de capital Solvencia
El estudio de Courtis (1978) resulta interesante, pues propone un marco categórico para la clasificación de los ratios financieros a través de intentar primero conformar una teoría general del análisis financiero mediante ratios. Para ello trata de explicar como deben ser utilizados los ratios con el objetivo de definir las principales características de la empresa, las cuales resume en tres variables importantes que afectan a la situación financiera y son: la rentabilidad, la solvencia y el funcionamiento de gestión. A su vez, para la rentabilidad incluye tres subgrupos de ratios que son: a) Retorno de la inversión (Beneficio Neto / Recursos Propios o Beneficio neto / Activo total); b) Margen de Beneficio (Beneficio antes Impuestos e Intereses / Ventas Netas); c) Rotación del Capital (Ventas Netas / Activo Total, Ventas Netas / Recursos Propios o Ventas Netas / Activo Fijo).
Siguiendo con Courtis, la rotación del capital equivale a la descomposición factorial de la rentabilidad económica en dos ratios que son: el ratio de margen sobre ventas y el margen de rotación que propuso la multinacional Du Pont como instrumento para la gestión de la empresa. Respecto a los ratios de solvencia, los dividió en dos categorías que fueron:
Liquidez a corto plazo:
• Tesorería / Activo Circulante
• Tesorería / Pasivo Circulante
• Activo Circulante / Pasivo Circulante
• Capital Circulante / Activo Total
• Cuentas por Cobrar / Activos Total
• Tesorería + Cuentas por Cobrar / Pasivo Circulante
Solvencia a largo plazo:
• Beneficios antes de Intereses e Impuestos / Activo Fijo
• Pasivo Total / Activo Total
Otros trabajos también importantes son los de Lo (1986) y Zavgren (1985), este último seleccionó como factores a la rentabilidad, la eficiencia, el apalancamiento, la liquidez y el cash flow. En el caso de Altman (1968), tres de las cinco variables independientes de su función lineal midieron a la rentabilidad, otra a liquidez y una al factor solvencia. Para Fitzpatrick (1932) los factores más importantes fueron la rentabilidad y el endeudamiento; en el caso de Winakor y Smith (1935) consideraron a la liquidez (capital circulante / activo total). Mervin (1942) seleccionó a la solvencia y la liquidez; Beaver (1966) a la rentabilidad, endeudamiento, liquidez y el cash flow tradicional. Estudios más rigurosos sobre los factores, como el de Taffler (1984), consideraron a la rentabilidad, la eficiencia, el endeudamiento y la liquidez. En conclusión, a través de una retrospectiva histórica, podemos ver que los factores que han sido más utilizados en los principales trabajos y que tienen actualmente un sólido fundamento teórico son los siguientes siete: la rentabilidad, la productividad, la eficiencia, la liquidez, el cash flow, la solvencia y el endeudamiento.