LA CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JULIO LE RIVEREND BRUSONE
Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz
La maduración de la concepción sobre el desarrollo de Le Riverend, con la profundización de su conocimiento del Marxismo-Leninismo, se aprecia en la interpretación del problema estructural como un fenómeno inherente al subdesarrollo, consustancial a la dialéctica del proceso de desarrollo del sistema capitalista. Le Riverend transita del entendimiento funcional de las relaciones económicas de dominación que originan el subdesarrollo y de su conocimiento aparencial, a las relaciones causales y a la comprensión más esencial del mismo.
La aprehensión de estos principios, le permite a Le Riverend reinterpretar el lugar y papel de los elementos que inciden en el proceso de desarrollo en Cuba, a través del uso de las categorías y leyes de la Economía Política marxista. Esto puede apreciarse ya en su Historia Económica de Cuba publicada en 1963, donde presenta la explicación de este desarrollo bipolar a través de la relación del surgimiento y desarrollo del modo de producción capitalista vinculado a la conquista, colonización y neo-colonización y sus impactos en Cuba. Su comprensión se basa en el entendimiento de los nexos entre la acumulación del capital que se produce en los países avanzados en las diferentes etapas del desarrollo capitalista y el lugar que en este proceso ocupa la explotación de los territorios coloniales y neocoloniales, derivando de los mismos las particularidades de las formas de organización que asumen las fuerzas productivas y las estructuras económico-sociales en cada momento, así como el proceso de la deformación interna de las mismas.
Siguiendo estos patrones, Le Riverend explica cómo la evolución de la estructura económica y social en la etapa republicana, su deformación y su crisis permanente, fueron consustanciales al desarrollo del sistema capitalista y a los nuevos requerimientos de la acumulación en la fase imperialista.
La comprensión marxista del proceso de desarrollo hace posible que el autor en esta obra, supere la identificación entre el crecimiento y el desarrollo económico cuando valora las características que asume el proceso de desarrollo que se produce en la etapa de 1898 a 1925, señalando sobre la misma que: “Es la etapa del crecimiento de la economía dominada y, por ello, es al par la del aumento progresivo de la influencia de los intereses norteamericanos, o sea, que es un crecimiento para una creciente supeditación. ...” Por lo que afirma que a partir de estas condiciones: “... se acentúa el estrangulamiento del desarrollo económico independiente de Cuba. ...” Sobre todo, teniendo en cuenta que este sometimiento no solo significaba la imposibilidad de encausar por una vía satisfactoria el proceso de desarrollo económico, sino la imposibilidad de rectificar en el momento que se requiriera los defectos de esta estructura para darle otra orientación cuando las circunstancias lo exigieran. Al respecto señala: “... Es, por consiguiente, una economía sometida a un grado tal que la impediría totalmente ir compensando los defectos de su propia estructura y, por consiguiente, no se lograría a lo largo de los años sino una acentuación de los desajustes con el agravamiento de sus efectos políticos y sociales.”
En este etapa, al reflexionar sobre las formas de eliminar el obstáculo fundamental al desarrollo de Cuba al triunfo de la Revolución, la deformación estructural de su economía que derivaba en su condición de país subdesarrollado, analiza no sólo su repercusión económica sino también política; señalando que para eliminar los obstáculos más importantes para el crecimiento armónico de la producción del país, la concentración del comercio en un artículo de exportación e igualmente su concentración en un país altamente desarrollado, a lo que se unía el latifundio , se precisaban muy profundas y sólidas soluciones que no podían consistir sino en una subversión profunda del régimen económico, social y político tradicional que rompiera con las condiciones en las cuales se generó históricamente el subdesarrollo, lo que es igual a plantear implícitamente la eliminación de las relaciones capitalistas de producción.
La revolución debía ser la base para la superación de las deformaciones estructurales y el subdesarrollo. Eliminados estos obstáculos, se seguiría el camino hacia el desarrollo a través de la construcción de un nuevo modelo de sociedad, la socialista, como vía para lograr el desarrollo de los países que habían sustentado la condición de neocolonias. El objetivo a seguir para llegar al desarrollo sería crear la nueva estructura económica básica, que incluiría la rectificación de la estructura del comercio exterior y la desaparición del latifundio, unido al aumento del nivel de vida de las masas.
Con estas consideraciones, se radicaliza la propuesta de alternativa de desarrollo que Le Riverend había expresado en los años cincuenta. Estas ideas habían madurado al calor de los acontecimientos ocurridos con el triunfo revolucionario que se produjo el primero de enero de 1959. En las mismas se aprecia la influencia de las concepciones desarrollistas que estuvieron presentes en Cuba al principio de la etapa revolucionaria relacionadas con la figura de Noyola, especialmente con su identificación de la necesidad de una transformación estructural profunda donde el tratamiento del problema agrario se presenta con un enfoque integral y que enriquecen las concepciones martianas en este sentido.
En este contexto el lugar y papel de la cuestión agraria en la transformación estructural se reafirma en el pensamiento del autor y cobra gran relevancia a tenor con la estrategia que se aplica a partir de 1964 en el país; la misma destaca las particularidad de proyectar el despegue económico con un papel importante de la agricultura como caso original, atendiendo a las particularidades históricas y a la existencia de grandes extensiones de tierra como principal medio de producción en el país. Esta estrategia tenía grandes coincidencias con la concepción martiana de desarrollo socioeconómico para América Latina y que de cierta forma se realizó en Cuba a través de ella.
La importancia de la Reforma Agraria en el proyecto de solución al problema del desarrollo en Cuba, a partir de la identificación del latifundio como uno de los males estructurales más profundos que afectaban a la economía, se pone de manifiesto en la concepción del autor en las consideraciones que expresa en 1965 en la ponencia Conclusiones sobre la Reforma Agraria en Cuba, que realizó en 1965 cuyas ideas expuso en varias reuniones económicas internacionales. En este trabajo Le Riverend explica cómo la Reforma Agraria contribuyó de manera decisiva a resolver el problema agrario en Cuba por su concepción integral, radical y su interrelación con el plan de desarrollo general de la economía; a lo que agrega la necesidad de extender esta experiencia a América Latina y a todos los países del mundo como ejemplo de transformación global de las condiciones agrarias. Esta proyección tenía gran influencia del pensamiento martiano en relación a las particularidades que debía asumir el desarrollo de los países latinoamericanos, donde el trabajo agrícola sería la clave de su desarrollo, y de las ideas del historiador y economista alemán Jürgen Kuczinsky, sobre todo de las expuestas en su obra El camino cubano al socialismo, en que subraya la originalidad de las revolucionarias trasformaciones agrarias en Cuba.
En sentido general la concepción sobre el proceso de desarrollo cubano que expresa el autor en estos años, constituye el reflejo y la interpretación de las primeras medidas encaminadas a elevar el nivel de vida de la población, que se toman en los años comprendidos entre 1959 y 1963 como parte de la estrategia económica, así como del primer diseño integral de estrategia de desarrollo de la economía cubana elaborado para el cuatrienio 1962-1965, cuyo eje central lo constituía la industrialización acelerada, basada en la industria pesada, al que se agrega la diversificación agropecuaria, que implicaba la redistribución del fondo agrícola cañero y la sustitución creciente de importaciones por producciones nacionales. Estrategia que tuvo como punto de partida el trabajo Hypothetical Outline of the five Years Plan 1961-1965 del economista polaco M. Kalecki en colaboración con especialistas cubanos a fines de 1960.
Esta concepción muestra la identificación con los cambios que se están realizando, como el verdadero camino que sentaba las bases para la transformación estructural necesaria. Es necesario destacar también la influencia que tuvo en la formación marxista de Julio Le Riverend el pensamiento de Ernesto Che Guevara con quien mantuvo relaciones de trabajo, sobre todo en el periodo de 1959 a 1961, cuando se desempeñó como vicepresidente del Banco Nacional de Cuba. Sus intercambios con este último, incidieron en la profundización de la aprehensión crítica de las diversas interpretaciones del marxismo leninismo divulgadas en Cuba en la etapa y de su aplicación creadora al estudio del caso cubano y posteriormente latinoamericano, en el primero fundamentalmente con el entendimiento de la necesidad de desarrollo del hombre nuevo, de la esencia de la propiedad social y de la relación entre la libre empresa y la realización del plan de desarrollo.
Por la gran importancia que le concede a las concepciones socioeconómicas del Che, cuando este muere Le Riverend realiza, junto a un grupo de especialistas, una investigación sobre su pensamiento, subrayando la importancia de las cuestiones originales del mismo. Entre los temas que se estudiaron se encontraba el de la diferencia de criterio con Carlos Rafael respecto al cálculo económico, que queda plasmada en el libro de las Actas del Consejo de Dirección del Ministerio de Industrias. Posteriormente en la Revista Economía y Desarrollo número 7 de septiembre de 1971, dedicada al Che en el cuarto aniversario de su caída en Bolivia, aparecen con su colaboración varios trabajos que abordan este pensamiento económico.
El proceso de maduración de la concepción sobre el desarrollo de Julio Le Riverend también se aprecia cuando extiende su investigación a las incidencias socioeconómicas del despliegue capitalista en los países latinoamericanos. Ello tiene lugar, fundamentalmente, desde los años sesenta al valorar la situación de los mismos a partir de la existencia de la crisis permanente de sus estructuras neocoloniales, que demuestra la inviabilidad de las políticas desarrollistas aplicadas para eliminar los problemas estructurales y frente a las cuales la alternativa de la revolución democrático-popular-antiimperialista se yergue exitosa a partir de la experiencia cubana.
El acercamiento de Le Riverend a estos problemas, se produce en un periodo de gran preocupación teórico-práctica en los predios académicos y políticos a nivel internacional por la cuestión del desarrollo de los países del Tercer Mundo, y particularmente, por las limitaciones y contradicciones en los países de América Latina.
En Cuba, por otra parte, se debate el problema latinoamericano en numerosos foros de discusión. La orientación que toma esta polémica y su continuidad, también estuvo condicionada por los planteamientos de Fidel Castro, sobre la necesidad de explicar a las masas el fenómeno del subdesarrollo, como parte del desarrollo de la conciencia necesaria para comprender y participar en las transformaciones que se realizaban. Como resultado de esto se publican estudios que mostraban la variedad de las interpretaciones del mismo a través del enfoque presente en las obras clásicas, obras que analizaban el problema desde la perspectiva nacional, así como obras que contenían los enfoques del problema desde el subdesarrollo de los representantes de la teoría de la dependencia y de los llamados neoestructuralistas.
Como parte de la divulgación de las enfoques latinoamericanos del proceso, cobra singular importancia en Cuba la publicación de las obras de André Gunder Frank, intelectual que abogaba por la necesidad de que se comprendiera la historia del proceso de formación del subdesarrollo latinoamericano, como base de la formulación de una teoría y una política de desarrollo adecuadas. Esta idea queda enraizada en su producción a partir del análisis sobre las copias o inspiraciones de políticas de desarrollo aplicadas en el continente “como fruto exclusivo de la experiencia histórica de los países adelantados de Europa y América” cuya causa identifica con la carencia de estos estudios serios desde la periferia. Criticando a partir de ello los intentos de aplicación de las teorías del crecimiento y las teorías del subdesarrollo elaboradas desde esas perspectivas, como la de las etapas de crecimiento capitalista de Rostow y la de los círculos viciosos, a la solución de los problemas propios de la región por provenir de análisis de realidades diferentes y por tanto de especificidades diversas.
Todos estos factores derivaron en el impulso de la búsqueda teórica acuciosa de las peculiaridades de las estructuras socioeconómicas subdesarrolladas como parte del proceso de formación y desarrollo capitalista.
Así, en la escuela histórica cubana se desarrolla, a finales de los sesenta, la polémica sobre el Modo de Producción Asiático y las particularidades que había impreso la colonización al desarrollo del modo de producción de los países latinoamericanos. Polémica condicionada, además, por el debate sobre el modo de producción suscitado desde la edición de los FORMEN en América Latina y por la necesidad de determinar en este sentido, las indicaciones teórico-metodológicas para la enseñanza de la Historia en las diferentes disciplinas en la educación universitaria.
Estos constituyeron los puntos de partida fundamentales de la investigación de Le Riverend en los estudios sobre el proceso de formación y desarrollo de las relaciones de producción latinoamericanas. Estudios en los que asume gran importancia la determinación de las formas de explotación existentes en el continente, como parte del intento de determinar por la escuela histórica, las peculiaridades del modo de producción. Es por tanto a partir de la discusión metodológica histórica que Le Riverend continúa acercándose al tratamiento del problema, sobre todo a tenor de su colaboración con la Revista Economía y Desarrollo donde se publicaron numerosos artículos del autor.
Sus investigaciones sobre las particularidades del desarrollo de la región, como parte del estudio de su historia económica, se sistematizan desde que participa en el ciclo de conferencias que, bajo el tema El capital extranjero en América Latina, se realizó en el mes de noviembre de 1961 convocado por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, y donde analizó el proceso inicial de penetración económica norteamericana en Cuba.
En Historia Económica de Cuba y en su artículo Problemas históricos de la conquista de América, ambos de 1963, ya Le Riverend pone de manifiesto haber comenzado a estudiar esta historia económica, y con ella las regularidades del proceso de desarrollo en el continente, al analizar las particularidades de la formación de la organización económica y social que se creó en América Latina para asegurar a los grupos dominantes, las mejores condiciones para la realización de sus intereses como parte de la dinámica del desarrollo capitalista.
De esta manera amplía sus reflexiónense acerca del origen del subdesarrollo en esos países, explicando cómo de manera objetiva la dominación y explotación de los pueblos americanos se hizo patente desde que se instauró, como parte de la colonización, el violento régimen de explotación de los recursos naturales y humanos, lo que se reflejó según el propio Le Riverend en “... la creación de una organización económica y social que contiene solamente aquellos caracteres capaces de asegurarles las mejores condiciones para el pleno disfrute de las tierras, del subsuelo y del trabajo del hombre aborigen.” Mientras en el plano subjetivo, de las ideas, se manifiesta a través de la creación de doctrinas e ideas que en gran medida solo constituyen fórmulas justificativas de los hechos.
La determinación de las características específicas que asume el proceso de desarrollo de sus estructuras socioeconómicas como parte de esta dialéctica, se produce en la obra de Riverend fundamentalmente bajo la influencia de dos perspectivas metodológicas de análisis. Las presentes en los postulados contenidos en la Moderna teoría de la colonización de Marx, que le adjudicaron un interés especial al estudio de las particularidades que asumen las estructuras socioeconómicas a través del análisis de las relaciones de producción; y la influencia de la impronta teórico metodológica de la teoría de la dependencia, que según Vania Bambirra: “debe entenderse como explicación creadora del marxismo-leninismo, a la comprensión de las especificidades que asumen las leyes del movimiento del modo de producción capitalista en países latinoamericanos, cuya economía y sociedad, conformadas después de la destrucción de las sociedades indígenas fueron producto del desarrollo del modo de producción capitalista.”
Bajo estas influencias, Le Riverend estudia las regularidades que asume el proceso de desarrollo de las naciones latinoamericanas y las particularidades que van asumiendo sus estructuras socioeconómicas en los años setenta y ochenta. Estudios que forman parte de los esfuerzos que se realizaban por explicar los elementos que condicionan la perpetuación del subdesarrollo latinoamericano en estas décadas, cuando la crisis del sistema capitalista entra en una fase aguda con el agravamiento de las relaciones de intercambio, y el incremento de la concentración del capital en beneficio de la banca internacional y las transnacionales, y donde “... el endeudamiento adquiere categoría de quiebra de las economías “nacionales”
Es este el momento en que el tema de la crisis estructural de los países subdesarrollados se discute en múltiples reuniones internacionales a partir de la llamada crisis de la deuda. Cuba encabeza el movimiento de los No Alineados desde 1979 y Fidel Castro Ruz se convierte en vocero de los derechos del Tercer Mundo, declarando la necesidad de analizar particularmente, las repercusiones que bajo condiciones de dependencia y a través de conocidos mecanismos comerciales y monetario-financieros tenía la crisis para los países subdesarrollados. Elementos en los que profundizó en la obra La Crisis Económica y Social del Mundo que escribió junto a un grupo e colaboradores del CIEM.
Le Riverend se acerca a la polémica sobre el tema, a partir de su desempeño como embajador de Cuba ante la UNESCO y de la posibilidad que tiene de representar al país en numerosos foros internacionales. Profundiza en el estudio sobre los problemas estructurales de América Latina y las regularidades de su desarrollo, vinculándolos a la dinámica del sistema capitalista en su fase imperialista. Estudios que se ponen de manifiesto fundamentalmente en la ponencia Acerca de la América Latina en la correlación de fuerzas a escala internacional, que presentó en el Encuentro de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de nuestra América en 1985 y en la obra Neoesclavismo en el siglo XX, entre otras.
En la ponencia Acerca de la América Latina en la correlación de fuerzas a escala internacional, el autor realiza el análisis de la crisis permanente de las estructuras neocoloniales en América Latina, de su condicionamiento histórico y sus manifestaciones contemporáneas en su vinculación con el capitalismo imperialista. Señalando los factores que han hecho que estas deformaciones se perpetúen y acentúen en las etapas superiores de desarrollo capitalista. En estos análisis se aprecia la coincidencia con las concepciones dependentistas respecto a las formas específicas que asume la acumulación en el continente, a partir del carácter dependiente de estos países, y en la reflexión sobre el proceso de conformación de sus especificidades estructurales a partir de la extensión de la dependencia a todos los planos de la vida social. Sin embargo, a diferencia de lo postulado por esta teoría, Le Riverend no identifica estas peculiaridades de desarrollo con leyes específicas del modo de producción capitalista de lo que denominan formación económico social dependiente, sino que integra el estudio de las mismas a sus análisis sobre el proceso de desarrollo desigual del capitalismo enriqueciendo teóricamente la comprensión de las categorías fuerzas productivas, relaciones de producción y estructura económica y social.
Ello se aprecia sobre todo en su identificación, en las condiciones de la transnacionalización capitalista, de la coexistencia de varios elementos inherentes a diversos modos de producción en las estructuras socioeconómicas de los países de América Latina, derivado de las formas de garantizar los intereses de los explotadores. Destacando la subordinación de las formas precapitalistas, fundamentalmente de las esclavistas, más provechosas para estos fines, a las capitalistas predominantes en este contexto.
Estas últimas ideas habían aparecido desde sus estudios históricos sobre los procesos de desarrollo de la estructura socioeconómica de la región , y se enriquecen a través de los mismos. Así en el artículo A propósito de este número en 1986, al abordar el problema de los elementos que inciden en las deformaciones estructurales desde los orígenes en relación con las formas de explotación que se utilizan por las metrópolis para aumentar la obtención de beneficios en las colonias, Le Riverend afirma que la seguridad de los colonialistas consistió en hibridar elementos de varios modos de producción, garantizadores de sus intereses capitalistas comerciales, y conformar a partir de ahí, sociedades de múltiples estructuras que mantuvieron la desigualdad interna e internacional y afianzaron sus lucros y dominio, señalando que ningún poder dominante externo, reproduce su nivel de desarrollo en los territorios colonizados. Ideas cuya síntesis presenta en Problemas de la Formación Agraria de Cuba. Siglos XVI y XVII, libro que publica en 1992 en Cuba, donde desde una perspectiva marxista, enuncia los principios que rigen la conformación inicial de sociedades de estructuras deformadas.
El estudio de la continuidad de las formas esclavistas de explotación en estos países en las nuevas condiciones de desarrollo, es profundizado en la obra Neoesclavismo en el siglo XX, como parte de la investigación sobre los factores que determinan la perpetuación de las deformaciones estructurales y de las crisis permanentes en los países subdesarrollados. Obra en la que desarrolla sus ideas sobre el “neoesclavismo” concentrando el análisis en las relaciones de producción que caracterizan las estructuras socioeconómicas de las sociedades neocoloniales latinoamericanas en relación con el nivel de desarrollo alcanzado por sus fuerzas productivas.
A partir de estos estudios profundiza en la comprensión de las manifestaciones que asumen las leyes económicas del capitalismo en la etapa de la llamada “globalización”, particularmente a partir del proceso de internacionalización de las relaciones de producción y del despliegue de formas de explotación orientadas a la consagración y mundialización de su dominio, como vía de asegurar la continuidad del proceso de la acumulación capitalista en un trabajo, que según Le Riverend, “... más que historiográfico, se trata de la primera aproximación a un tema de suma importancia,... dado el énfasis y los mecanismos existentes para que el imperialismo norteamericano y sus aliados, a los que dicta e impone política de jerarquización financiera en escala mundial, ensayen antes de naufragar de manera definitiva, una nueva estructura de esclavización masiva de pueblos subdesarrollados.” Bases sobre las cuales expone sus tesis sobre el “la globalización del neoesclavismo”, como forma de sojuzgamiento del capital internacional a las sociedades neocoloniales.
La incursión de Le Riverend en este tema se produce en un momento en el que, a pesar de que la utilización del término globalización ya se comenzaba a desarrollar en el ámbito internacional, como parte de las reflexiones sobre la internacionalización de las relaciones de producción capitalistas, en Cuba todavía no estaba en el centro de las investigaciones académicas.
La posibilidad de evaluar con mayor integralidad este fenómeno se aprecia en la formación y el desempeño del autor, sobre todo, a partir de la influencia en el mismo de las tendencias que se despliegan en la historiografía occidental y latinoamericana desde 1969. Estas tendencias implican el desarrollo de nuevos temas cuyo denominador común es ser temas de historia cultural, la historia social de las diferentes prácticas culturales. Le Riverend incursiona en las mismas estudiando la orientación que asumen estos procesos culturales en el contexto de la dominación capitalista global, lo cual le permite apreciar la importancia de la potenciación del análisis de esta variable para la configuración del proyecto transformador del subdesarrollo en el contexto globalizado.
Las investigaciones sobre estos temas le permiten a Le Riverend enriquecer los presupuestos de entendimiento del problema del subdesarrollo presentes en el pensamiento económico cubano. Aporta al mismo sus valoraciones sobre las manifestaciones que se dan en América Latina de la contradicción fundamental del capitalismo, entre capital y trabajo, en la fase imperialista, como forma de realización internacional de la ley económica fundamental del sistema y la definición del “neoesclavismo” y su “globalización” como rasgos esenciales del subdesarrollo y del capitalismo globalizado en estos años, concluyendo la imposibilidad de desarrollo de estos países en los marcos del sistema a partir de las implicaciones crecientes del desarrollo económico y político desigual que su dinámica implica.
Sus conclusiones estuvieron avaladas también por los estudios de los resultados de las políticas económicas que se implementan con el objetivo de resolver estos problemas desde los gobiernos burgueses y sus bases en las teorías sobre el desarrollo y el subdesarrollo que desde estas perspectivas se crean. Estudios que son favorecidos, desde la década del setenta fundamentalmente, por la divulgación en Cuba de los análisis críticos sobre las mismas, tanto de autores cubanos como extranjeros.
En sentido general se puede afirmar que en esta etapa, madura la concepción sobre el desarrollo del autor a partir de la asimilación de los postulados presentes en la interpretación del desarrollo Marxista-Leninista y martiano, así como de la reflexión crítica sobre aquellas interpretaciones sobre el problema que se levantaban desde América Latina y el resto del mundo. Con la misma se enriquecen las interpretaciones presentes en el pensamiento cubano sobre el subdesarrollo mediante los elementos que aporta el estudio de la evolución de las estructuras socioeconómicas de Cuba y de los países de América Latina, de la crisis permanente de estas estructuras a partir de la dominación del proceso de desarrollo de sus fuerzas productivas y sus relaciones de producción por el capital transnacional, así como con la proyección de la solución a sus problemas a través de una revolución agraria y antiimperialista cuyos principios respondieran a las necesidades propias de cada país.
Como conclusiones de este capítulo podemos señalar que el acercamiento y tratamiento del problema del desarrollo presente en el pensamiento económico de Julio Le Riverend se produce a partir de los métodos que utiliza para el estudio de la historia económica. La concepción sobre este problema a partir de la realidad que refleja, se despliega en tres momentos fundamentales: la etapa de crisis permanente de la economía cubana de 1945 a 1960, los primeros años de la Revolución donde el subdesarrollo se levantaba como obstáculo para las transformaciones de la sociedad cubana y los años comprendidos entre la década del setenta y finales de la del ochenta, en los cuales la crisis económica de América Latina ocupa un lugar importante en los debates en Cuba y en numerosos foros internacionales. Como parte de los mismos la evolución de la interpretación del proceso de desarrollo se aprecia en dos momentos fundamentales, el primero en el que se despliegan sus primeras concepciones sobre el tema condicionadas por su posición como revolucionario, a partir de la aplicación de los principios metodológicos y teóricos del estudio de la historia económica del estructuralismo positivista de Ramiro Guerra, del estructuralismo histórico de la CEPAL y de las influencias del pensamiento político, social y económico cubano, especialmente el de José Martí. En el mismo identifica algunas de las causas de los problemas que padecía el país, pero al quedar el análisis, de manera general, en los elementos que conforman las fuerzas productivas, no determina la esencial, el entorno de desarrollo desigual del capitalismo en el que se insertaba el mismo y sus incidencias en las relaciones sociales de producción nacionales, limitándose la capacidad de visión total del proceso de desarrollo por la identificación de los procesos de crecimiento y desarrollo económico a partir del estudio de las relaciones funcionales entre los elementos que inciden en el mismo. El segundo, en el que madura ésta concepción a partir de la asunción gradual de los presupuestos teórico-metodológicos de interpretación de la historia económica presentes en la Economía Política Marxista –Leninista, en el polémico ambiente de los años sesenta y setenta donde recibe varias influencias incluyendo un acercamiento marcado a las concepciones de la teoría de la dependencia. La aplicación de estos presupuestos metodológicos le permite orientar sus análisis sobre el fenómeno económico desde el contexto social que lo condiciona, estudiar los nexos entre los elementos que inciden en el mismo a partir de sus relaciones causales y llegar al conocimiento de las cuestiones esenciales del fenómeno de la deformación estructural que limita el desarrollo de los países coloniales, así como de las regularidades del despliegue del capitalismo en los mismos enriqueciendo la concepción del subdesarrollo presente en el pensamiento económico cubano y la proyección transformadora o solucionadora de la problemática al definir los presupuestos teóricos esenciales que la fundamentan.