Tesis doctorales de Economía


LA CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JULIO LE RIVEREND BRUSONE

Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz



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ANEXOS.

Anexo 1:-Presupuestos metodológicos y epistemológicos generales del análisis del problema del desarrollo en el pensamiento económico burgués.

El surgimiento de los primeros elementos constitutivos de la concepción burguesa sobre el proceso de desarrollo, se aprecia con el comienzo de la formación de un pensamiento económico donde se expresaba como interés fundamental el logro de la comprensión del funcionamiento del nuevo modo de producción de la riqueza desde los albores del sistema capitalista, aún cuando los elementos propios del mismo coexistían con los de la sociedad feudal en descomposición.

Partiendo de la “... ilusión burguesa de la perennidad e inapelidad de la producción capitalista ...”, el objetivo esencial de su despliegue fue servir de base para la implementación de mejores instrumentos y políticas económicas que posibilitaran hacer más eficaz la realización de los intereses de la nueva clase portadora del modo de producción en gestación, la burguesía, e incidir en el aumento de la obtención de la ganancia capitalista contribuyendo de esta manera al fortalecimiento de la burguesía como clase y a la perpetuación del sistema de relaciones sociales de producción capitalista.

Los primeros postulados económicos que giran alrededor de este problema se aprecian en la teoría mercantilista, que apareció en la época de la acumulación originaria del capital; y que a decir de Marx en Contribución a la Crítica de la Economía Política, constituyó el primer intento de comprender el capitalismo en el periodo de su formación, revelando de una manera ingenua, lo que era la esencia secreta de la producción capitalista, la subordinación al valor de cambio .

Atendiendo a estos fines, las ideas mercantilistas no se limitaron a la búsqueda de la obtención del excedente económico a partir de las relaciones nacionales de producción, sino que incluyeron la posibilidad de su incremento a partir de la explotación de los recursos naturales y humanos de las colonias, lo que tendría su reflejo en el llamado “Pacto Colonial”, mostrando la extensión de su enfoque dominador a nivel internacional.

Con la conformación de las teorías constitutivas de la Economía Política Burguesa Clásica a finales del siglo XVII e inicios del XVIII, el despliegue de la concepción burguesa sobre el desarrollo continúa y se define con más claridad. Esta concepción en función de la clase que la produce o a cuyos intereses representa, se va a caracterizar por su ahistoricismo, basado en la consideración del régimen capitalista como “natural y eterno”, y en cifrar el “progreso” del sistema fundamentalmente en el avance de las fuerzas productivas, de los elementos técnico-materiales que hicieran posible el aumento de la obtención de la ganancia. Por lo que centraron sus estudios en la influencia de estos factores en el proceso de acumulación capitalista y por esta vía terminaron siendo homónimos el desarrollo y el crecimiento económico.

Estas ideas se revelaron fundamentalmente a partir de las producciones teóricas de Adam Smith y David Ricardo, con Petty como su gran antecesor, en las que se analizó el proceso de acumulación capitalista en las condiciones de equilibrio creadas por los mecanismos de autorregulación como la vía para lograr el progreso, considerando a este último como un proceso acumulativo regular y continuo en el trabajo, o sea, como un proceso de crecimiento económico. Las mismas sientan definitivamente los elementos básicos de la comprensión burguesa del proceso, y de las variables fundamentales del enfoque del mecanismo de la reproducción capitalista, plataforma del entendimiento del problema del desarrollo y del crecimiento económico en el pensamiento económico universal cuando plantean que el interés del homo oeconomicus impulsa el funcionamiento de las leyes que condicionan el crecimiento económico, en particular la Ley de la Población y la de la Acumulación del Capital, expresando las mismas como leyes naturales cuya actuación se inserta en la concepción sobre el desarrollo natural, libre y espontáneo del sistema capitalista, expresando su capacidad de autorregulación a través del principio de “la mano invisible”.

La interpretación burguesa del desarrollo presente en la corriente subjetivista, también llamada marginalista o neoclásica, coincidiendo con los preceptos vulgares presentes en la concepción de Adam Smith, revela un análisis del proceso de la acumulación que pone el principal énfasis en la incidencia de la acción del individuo y su subjetividad en el mismo, a partir de la acción del mercado en el entorno micro-económico. Estudiando esta subjetividad como motor fundamental del desarrollo en relación con las leyes psicológicas que la regulan, introduciendo la medición cuantitativa de las decisiones empresariales en cuyo marco cobra gran importancia el análisis en torno a la competencia tecnológica, por la calidad y diferenciación del producto, así como por la movilidad de los factores de producción.

Desde otras perspectivas metodológicas se presentan las concepciones de la escuela histórica alemana y del social institucionalismo. La primera haciendo énfasis en el aspecto histórico del proceso y la segunda en la necesidad de considerar el desarrollo de una manera más integral, no valorando solamente los aspectos económicos que forman parte del mismo.

Mientras que el keynesianismo representa la “pragmatización” de estos análisis al demostrar la necesidad de la regulación estatal para garantizar el proceso de acumulación capitalista, a partir del desequilibrio que se puso de manifiesto con la crisis económica capitalista de 1929 a 1933 , y del reflejo del predominio de la competencia financiera así como del capital ficticio que debía ser regulado por un centro económico único, el Estado. Cuestiones que se materializan a través de políticas económicas cuya posibilidad de elaboración tiene lugar desde la construcción de la concepción macroeconómica keynesiana .

En el ámbito metodológico, la elaboración de una concepción que valorara la economía en su conjunto a través de la medición empírica de los agregados, también constituía un paso en el sentido opuesto al tradicional, hacia las posiciones del empirismo positivista. Esta concepción se constituye a partir de aquí, en la base de la realización de las propuestas de política económica que servirían de instrumentos de regulación al capitalismo monopolista de Estado, y es a partir de ella que se despliegan las teorías que se desarrollan posteriormente ubicando en el centro del análisis los problemas del crecimiento y del desarrollo.


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