LA CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JULIO LE RIVEREND BRUSONE
Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz
La formación y evolución de la economía y la sociedad en Cuba, estuvieron condicionadas hasta 1958 por las peculiaridades de su inserción en el proceso de despliegue del capitalismo a través de su función como colonia y neo-colonia de economía complementaria. En este contexto se produjo la deformación de la estructura económica que se levantó como obstáculo a su desarrollo y que desde el triunfo de la Revolución, en 1959, ha constituido una limitante para la construcción de la nueva sociedad. Los análisis sobre estos problemas en la búsqueda de soluciones, constituyen el contenido esencial que ha expresado el pensamiento económico cubano, no solo reflejando la dinámica de las relaciones de producción nacionales en torno al desarrollo, sino además la incidencia de la dialéctica del despliegue de las relaciones de producción capitalistas internacionales en el mismo.
Los presupuestos anteriores condicionan el progreso de un pensamiento en el cual la preocupación por las necesidades del desarrollo económico de la Isla en cada momento histórico, ha estado muy vinculada a la cuestión de la soberanía y la independencia, así como a cuestiones éticas que reflejan el avance de un humanismo enlazado a la defensa de los intereses nacionales, al problema de la Patria y de la Nación. Este pensamiento económico ha tenido gran relación con el pensamiento político, expresándose en programas de lucha y obras críticas de la realidad socioeconómica y política que se han elaborado desde diferentes campos del saber como la Historia, la Sicología, la Economía, y la Filosofía, entre otras. Así, el tratamiento del problema del desarrollo en el pensamiento económico cubano está presente desde el siglo XVIII muy ligado con la defensa de los intereses de los criollos y con el proceso de surgimiento de la nacionalidad cubana, adquiriendo su tratamiento mucha mayor importancia a partir de la segunda mitad de la década del cuarenta del siglo XX.
En este movimiento de la conciencia se producen las proyecciones de dos tipos fundamentales de análisis sobre los problemas que originan y perpetúan el subdesarrollo y que proponen soluciones al mismo, uno de carácter burgués reformista y otro de carácter revolucionario. Ambos se despliegan condicionados por el interés de la clase o grupo social que representa el sujeto que los realiza, su vínculo o no con los programas de lucha política, su formación académica y desempeño público, así como con el método que se utiliza para realizar los mismos.
El pensamiento de carácter burgués reformista se conforma y despliega fundamentalmente, bajo la influencia de los postulados básicos de las concepciones elaboradas por el pensamiento económico burgués sobre el desarrollo; las que se han caracterizado por plantear los proyectos de solución en cada período, a través de conceptos de naturaleza predominantemente evolucionista, contentivos de medidas y acciones para eliminar los obstáculos al desarrollo que no suponían cambios radicales, sino parciales y en los marcos del “respeto” al derecho natural de propiedad. Sus análisis se centran en la búsqueda de las formas que debía asumir la estructura económica a partir de las necesidades planteadas por el mercado internacional en función de lograr la inserción en el mismo y de obtener mayores ganancias.
El pensamiento que analiza los problemas estructurales desde la perspectiva revolucionaria se despliega a partir de la influencia de los presupuestos teórico-metodológicos básicos del pensamiento revolucionario y marxista sobre el desarrollo. Este pensamiento se ha caracterizado por reflejar, con un carácter histórico, los problemas particulares asociados al desarrollo de las estructuras socio-económicas de los países coloniales y neocoloniales, en sus vínculos con la dialéctica del proceso de desarrollo internacional capitalista. En este tipo de enfoque predominan las propuestas radicales de solución a los problemas relacionadas con el logro de la independencia y soberanía de la nación.
Es en el marco de esta tradición de pensamiento que se conforma, despliega y madura la concepción del desarrollo presente en la obra de Julio Le Riverend Brusone, a partir de la asunción crítica de sus presupuestos epistemológicos para el entendimiento del problema y de la influencia de los que, desde el pensamiento económico universal, inciden en el mismo. Es por ello que valorar las características generales que asume el tratamiento de los problemas estructurales que afectan el desarrollo, desde el siglo XIX hasta finales de los años ochenta del siglo XX, en las dos tendencias de esta tradición de pensamiento constituye el objetivo central del presente capítulo. La evolución de estas ideas, independientemente de su potencialidad creativa, ha estado influida por las concepciones que sobre estos problemas se han desplegado desde las posiciones burguesas o marxistas, donde se ha buscado en cada momento una luz para entender y resolver los problemas que obstaculizan el proceso en Cuba. Atendiendo a ello esta parte del estudio comenzará por la valoración de los elementos generales que conforman las bases metodológicas y epistemológicas que sustentan las mismas.