LA CONCEPCIÓN DEL DESARROLLO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO DE JULIO LE RIVEREND BRUSONE
Yazmín Bárbara Vázquez Ortiz
En el pensamiento económico burgués las bases fundamentales de la concepción burguesa sobre el desarrollo se conforman a partir de las teorías constitutivas de la Economía Política Burguesa Clásica a finales del siglo XVII e inicios del XVIII. Esta concepción se va a caracterizar por su ahistoricismo, basado en la consideración del régimen capitalista como “natural y eterno”, y en cifrar el “progreso” del sistema fundamentalmente en el avance de las fuerzas productivas, de los elementos técnico-materiales que hicieran posible el aumento de la obtención de la ganancia. Por lo que centraron sus estudios en la influencia de estos factores en el proceso de acumulación capitalista y por esta vía terminaron siendo homónimos el desarrollo y el crecimiento económico en el pensamiento económico predominante. (Ver Anexo 1)
El objeto de estas teorías fue el modo de reproducción de la riqueza en las sociedades capitalistas más avanzadas, por lo que el estudio de las particularidades estructurales de este proceso en los países coloniales quedó, en sentido general, fuera de su ámbito. Sus consideraciones se orientaron fundamentalmente hacia la demostración de que por la vía de la expansión del capitalismo estas sociedades eliminarían su atraso y fomentarían su desarrollo mediante el comercio exterior.
Las tradiciones de pensamiento neoclásico y keynesiana en lo fundamental, tampoco comprenden el proceso de desarrollo de estas economías como objeto especial, sin embargo el despliegue de la teoría keynesiana, a pesar de que su validez para los países subdesarrollados es muy limitada por tratarse de un enfoque pensado desde y para las economías desarrolladas, sienta preceptos importantes para el análisis de las particularidades de su proceso de acumulación. Coincidimos con Pablo Bustelo en que se destacan en este sentido: romper el hilo de la monoeconomía, de la creencia de la existencia de un único análisis económico apto para estudiar cualquier tipo de situación real; la insistencia en la importancia de la gestión macroeconómica para acercar la economía a su potencial con un enfoque que permitió desarrollar los modelos de planificación y situar el problema económico principal en la infrautilización de recursos.
Estos preceptos sustentarían la posibilidad de crear un enfoque teórico propio que se ajustara a los análisis económicos que necesitaban los países subdesarrollados; la ubicación del Estado en un papel rector sobre el sistema económico viabilizaba la realización de las modificaciones estructurales imprescindibles para acceder al desarrollo económico y social, mientras que la visión global de las decisiones económicas restableció la primacía de lo político sobre lo económico, llamó la atención sobre la dimensión política de los problemas económicos y coadyuvó a la visualización del subdesarrollo en el marco de un proyecto político.
Es en lo esencial a partir de este enfoque que se despliegan las teorías sobre el subdesarrollo, ya que el mismo permitió, con la posibilidad de medir el comportamiento de la economía utilizando los agregados macroeconómicos, que los economistas tomasen conciencia de la disparidad de los niveles de desarrollo y buscaran nuevas formas o alternativas para resolver la problemática del crecimiento y del desarrollo económico de los países subdesarrollados mediante la aplicación de las políticas económicas, en el contexto del aumento del intervencionismo estatal, y utilizando los instrumentos de análisis keynesianos que fueron retomados de manera creativa por las teorías del crecimiento económico.
Estas teorías colocaron en el centro del análisis el nivel de ingresos, así como el mercado de ahorro e inversión, realizando la comparación cuantitativa de los niveles de crecimiento económico de los países subdesarrollados sobre la base del comportamiento de los agregados macroeconómicos. Siguiendo esta lógica se plantea la existencia de obstáculos que determinan el “atraso” y por tanto la necesidad de conocerlos, identificando frecuentemente las manifestaciones del fenómeno con sus causas al concentrar la atención del estudio especialmente en el nivel de desarrollo de los elementos técnico materiales que particularizan el proceso de acumulación e identificar los procesos de crecimiento y desarrollo económico. Presupuestos desde los cuales se promueve la aplicación de medidas que no favorecen la solución a los serios problemas estructurales característicos del subdesarrollo al no impulsar cambios cualitativos que redundaran en el bienestar de las poblaciones de estos países. La superación del subdesarrollo de los países neocoloniales es presentada asociada al problema de la necesidad de la modernización capitalista; que según la profesora Margarita García Rabelo “... se resume en el fomento del sector capitalista en la economía – por la vía del crecimiento de los flujos de capital e inversión, así como el aprovechamiento de las ventajas comparativas a través de la participación en el comercio libre.”
En sentido general, estas interpretaciones constituyen un cuerpo de teorías parciales acerca del subdesarrollo, ya que lo conciben como etapa natural en la evolución de los pueblos por la que todos deben transitar, como momento en la evolución continua, identificando desarrollo con crecimiento, o como retraso dentro de la evolución del sistema capitalista, partiendo del análisis ahistórico del mismo, así como de su consideración como un sistema natural y eterno. Se caracterizaron por el predominio de las visiones teóricas desde los Centros, aplicadas a análisis de modelos de acumulación diferentes. Análisis que no respondían a los problemas y necesidades socioeconómicas que se planteaban ante las economías subdesarrolladas ni dejaban de lado el interés de mantener la explotación de las mismas en función de los requerimientos que planteaba la dinámica del sistema.
En resumen, las teorías burguesas que estudian los problemas del desarrollo y del subdesarrollo, al aplicar un método ahistórico o histórico parcial para el conocimiento de la realidad, limitan las bases para el conocimiento de la naturaleza esencial de los problemas estructurales que obstaculizan el desarrollo de los países periféricos y, por tanto, de las determinaciones esenciales de los mismos, pues lógicamente obvian la esencia y dinámica de la ley de acumulación del sistema capitalista. Aprecian los problemas del desarrollo como consecuencia del comportamiento de factores inherentes a los aspectos técnico materiales del sistema y asumen el subdesarrollo como un retraso en el proceso de desarrollo capitalista. Sobre estas bases las propuestas que proyectan quedan en el plano reformista y no constituyen soluciones reales a los problemas de los países neocoloniales.
Las concepciones sobre el desarrollo presentes en la tendencia marxista entienden el desarrollo como un proceso más amplio que lo puramente económico. Esta comprensión parte de una perspectiva de análisis socio-político con un alto contenido humanista, cuyo centro está constituido por la búsqueda de un proyecto emancipador para el ser humano. (Ver Anexo 2)
Este entendimiento se construye como parte de un proyecto crítico que persigue el conocimiento de las leyes esenciales del desarrollo social y en particular de las leyes que rigen el modo de producción capitalista; la demostración de su carácter histórico como formación económico social, y por tanto la demostración de la posibilidad de su superación por la acción revolucionaria del proletariado, como fundamento para la proyección de la acción encaminada a la superación del orden de cosas existentes.
La proyección teórica que hace posible estos análisis parte de la aplicación de los principios metodológicos y epistemológicos de la concepción materialista de la historia al estudio del desarrollo del modo de producción capitalista. El proceso de acumulación continúa en el lugar central del análisis del problema del desarrollo, pero desde una nueva perspectiva. Desde una perspectiva que no tiene en cuenta solamente los aspectos cuantitativos y el análisis de las fuerzas productivas, sino del proceso que gira alrededor de las relaciones sociales de producción y del lugar que cada país ocupa en el sistema de división internacional capitalista del trabajo.
En el enfoque marxista, por tanto, no solo se determinan las leyes generales que regulan el desarrollo del capitalismo y su ley económica fundamental, la obtención de plusvalía, sino que se comienza a manifestar la dialéctica de este proceso expresada en la relación que se establece entre los países industrializados y los países coloniales, comenzando el estudio de éstos en lo que se conoce como modo de producción asiático, primer paso en la determinación de la existencia de dos grupos de países diferentes en cuanto a sus procesos de desarrollo por el lugar que ocupaban dentro del sistema.
Lenin, continúa el camino trazado por Marx y Engels, al desarrollar su teoría sobre el imperialismo como nueva fase de desarrollo del capitalismo, tratando de entender las leyes esenciales de su desarrollo para proyectar la transformación emancipatoria que otrora aquellos enunciaran. Como parte de esta labor estudia los procesos que caracterizan el desarrollo capitalita en su fase imperialista, precisando las nuevas formas que asume el proceso de acumulación del capital y las repercusiones de su dialéctica en los países coloniales y neo-coloniales, atendiendo a su lugar y papel en la división internacional capitalista del trabajo. A partir de ahí, desarrolla las ideas de Marx y Engels sobre la transformación social, no solo de los países desarrollados, sino de los países coloniales, de lo cual derivará su tesis de la necesidad de que la revolución socialista se proyecte en los mismos atendiendo a las características específicas de sus estructuras socio-clasistas y que se lleve a cabo a través de la alianza entre el proletariado de los países ricos y los movimientos de liberación nacional de los países coloniales.
En relación a los presupuestos básicos para la realización de la transformación posterior a la revolución debe destacarse la contribución que realiza Lenin al distinguir entre los procesos de desarrollo y crecimiento económico. Cuestión que se aprecia en sus estudios sobre el desarrollo del capitalismo en Rusia y que constituye una de las premisas básicas a tener en cuenta para la proyección del conjunto de medidas encaminadas a superar la situación existente en los países periféricos.
En resumen, a través de estas proyecciones el Marxismo Leninismo establece los cimientos para la comprensión de los problemas estructurales consustanciales al subdesarrollo como un fenómeno derivado de la dialéctica inherente al desarrollo capitalista, mediante una perspectiva estructural diferente a la contenida en el pensamiento económico burgués. Aquélla que considera que los procesos económicos tienen un carácter histórico concreto y que tienen lugar condicionados por las relaciones sociales de producción en medio de las que se despliegan, tanto a nivel nacional como internacional. Esgrimiendo la necesidad de que los proyectos de desarrollo constituyan empeños integrales de transformación radical de las condiciones estructurales que limitan el mismo.