Saúl Corral García
Pese a las enormes potencialidades de desarrollo humano (particularmente en la esfera material ó económica) abiertas por la globalización y la tercera revolución científico-tecnológico-industrial, es una paradoja observar que tal espectacularidad del desenvolvimiento técnico-material-productivo no tiene su correlato en un desarrollo personal y social multidimensional y plural. Por el contrario, se constata un desempleo estructural cíclico, tercermundialización de grandes orbes, aumento del racismo, xenofobia, violencia social, guerras impulsadas por las elites económicas y militares, prejuicios y un adelgazamiento de la riqueza interior humana; así como una creciente “superficialización” y “grisura” en las formas de vida y convivencia. (Moreno, 2002:137)
Lo que pudiera ser la “sociedad del conocimiento y la información”, como pivote de la globalización cultural de masas, al ser orquestada prioritariamente por los mass media, éstos se están convirtiendo también en un sector económico altamente lucrativo de marketing global, que irradia modelos valorativos y de consumo sumamente opacos y alienantes, con muy escasas excepciones. (Moreno, 2002:137)
Según Ianni (1999), para evaluar el significado de los medios impresos y electrónicos en la cultura y formación de mentalidades, cabe reconocer que éstos hacen un trabajo técnicamente competente en el manejo de varios lenguajes: voz, sonido, color, forma, espacios e imagen. Sin recursos expresivos importantes para la formación cultural y de la personalidad, lo que predomina es la imagen, siendo los otros recursos subordinados a ésta. “Los medios presentan aspectos y fragmentos de las configuraciones y los movimientos de la sociedad global como si fuese un vasto espectáculo de video clip... junto al montaje, collage, bricollage, simulacro y virtualidad”. (Ciocca, 2000: 125) Esto lo podemos observar, por ejemplo, en el nuevo uso que se le ha dado a las NTI, donde los estudiantes ahora utilizan en una mayor parte su eficacia como medio de entretenimiento y de distracción en vez de aprovechar su eficiencia –cuando tienen acceso – como una importante fuente de información que les permita ampliar su panorama de conocimiento y tener más alternativas para enriquecer su capacidad de análisis de la realidad social.
6.4.1 La estandarización educativa como modelo valoral de la globalización
El impacto de la globalización y la creación del nuevo paradigma tecno-productivo basado en la economía del conocimiento o desarrollo del cuarto sector de la productividad (sector conocimientos) sobre la educación es múltiple y contradictorio. Por un lado, al privilegiar el “aparejamiento” educativo a las necesidades del paradigma tecno-productivo, está generando también la aparición y fomento de un modelo tecno-productivo global (motor de las reformas políticas y prospectivas educativas) centrado en los cambios en la organización del trabajo académico y formas autónomas de aprendizaje.
La formación de bloques económicos como la Unión Europea, los países del TLCAN y el sudeste Asiático y sus respectivos procesos de apertura e integración económica, entre sus retos están los de lograr el impacto en la homologación profesional, con mayores redes de intercambio en docencia e investigación y la formación de un polo educativo tecnologizado ligado a la globalización, pero otro polo educativo está ajeno al proceso. El primer polo se mueve entre una transición educativa hacia los sistemas de mercado y el segundo hacia un modelo educativo centrado en el control presupuestal e ideológico del Estado y una tercera modalidad que en el caso de México adoptó el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA) con su modelo de educación para la vida. (PNE, 2001-2006) Se trata de un esquema flexible que toma elementos del mercado y del Estado que al igual que otras políticas de educación centradas en el trabajo consideran a éste como el motor del desarrollo humano, así como exigencia del mundo moderno, de la globalización de la economía y de las profundas transformaciones que experimenta la sociedad en todos los órdenes a través de la educación. Los modelos tienen muy presente las tesis de la escuela inteligente (del aprender a aprender, por lo menos en teoría) y los restantes del enfoque Delors (UNESCO, 1998) para la educación mundial: aprender a hacer, a convivir y a ser.
En el caso de México, el conjunto de reformas aplicadas durante la década de los ochenta y noventa cierran un ciclo. La del proyecto modernizador educativo nacional, consistió en dar el máximo estirón a que tal proyecto se cumpliera. Sin embargo, las nuevas propuestas educativas deberían tomar en cuenta ahora la omisión que se dio del ambiente posmoderno que hicieron las anteriores reformas, que consistió, entre otras cosas en la crisis de significancia de la educación, y la vivencia amplia de la educación, la falta de sentido para sus actores sociales y las dificultades para reflexionar sobre el quehacer y la práctica educativa.
La creciente tendencia hacia la fusión o convergencia tecnológica ha conllevado hacia la estandarización tecnológica, esto es, el desenvolvimiento y la aplicación de especificaciones técnicas que unifican y eficientizan la producción y productividad económica social.
Un estándar es aquel que ha sido seleccionado como modelo de referencia a objetos o acciones posibles de ser comparados y normalizados. En el caso de la industria, los estándares pueden ser mecanismos e instrumentos usados para regular el color, talla, peso y otros atributos del producto o, también modelos físicos. En educación, los estándares se traducen, por ejemplo, en disposiciones curriculares como los perfiles de ingreso y egreso, exámenes departamentales, requerimientos administrativos, normas académicas de acreditación, entre otros. (Pastor, 1999: 8)
En educación, el estándar clave es el conocimiento. En México, la SEP y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) han asumido la tarea de prescribir estándares, pero el punto medular es la carencia de una visión educativa que no sea sólo un modelo para la estandarización del conocimiento tecnológico.
La racionalidad instrumental técnica tiende a imponerse, parcializando el tipo de formación humana que la educación pudiese desarrollar. Los planes de desarrollo educativo, científico y tecnológico están cargados plenamente hacia esta unidimensionalidad, caracterizados por una aspiración de la calidad educativa, plasmada en el Plan Estatal de Educación 2001-2006. Conceptos de calidad, excelencia y pertinencia, son constantes de su discurso que aparecen en la definición de sus políticas como aspectos determinantes de esta nueva gestión del desarrollo educativo en México.
La modernización, calidad educativa, evaluación, currícula y programas de formación-actualización docente están actualmente influenciados por el contexto de la revolución micro-electrónica, informática-telecomunicaciones, inteligencia artificial, telemática, informática educativa, educación virtual y a distancia, network educativa, video texto, teleconferencia, telefax, correo electrónico, world wide Web, videoconferencias e interactividad. Pero no todas estas nuevas modalidades tecnológicas o nuevos lenguajes cibernéticos están al alcance de todos los estudiantes y los profesores. Ya que de estas nuevas modalidades mencionadas en el ITP, sólo se cuenta con 15 proyectores de acetatos, de los cuales 8 están en buenas condiciones; 3 cañones y sólo 2 funcionan; 8 pantallas para proyección de las cuales 5 están en buen estado; cuentan con 2 monitores de televisión, 3 equipos reproductores de DVD y 3 reproductores de VHS. Estos equipos además de usarse en las aulas también se utilizan en caso de eventos especiales como: congresos nacionales, simposiums o semanas académicas, donde es necesario su uso para apoyar la exposición de algún conferencista invitado a estos eventos. En ocasiones los aparatos no siempre funcionan porque el personal no sabe operarlos, por no contar con la capacitación necesaria para hacerlo. El último curso que recibieron según menciona el responsable del área de Medios Audiovisuales del ITP, fue hace 2 años. Él cree que la solución de este problema de demanda por parte de los estudiantes y profesores para realizar de manera efectiva su trabajo se daría con la adquisición del doble de los nuevos equipos y arreglando los descompuestos, ya que éstos además fueron adquiridos aproximadamente hace 10 años, a excepción de los reproductores de DVD que se adquirieron hace menos de 3 años. Lo cual quiere decir que están desfasados sobre el conocimiento de la incursión de las NTI en estas tareas educativas. Además de la falta de conocimiento, se observa que no hay un mantenimiento preventivo, menos lo hay correctivo debido a la falta de recursos para hacerlo. Al respecto, menciona el trabajador que tienen más de un mes esperando respuesta a la solicitud de dicho mantenimiento por parte de las autoridades institucionales. (Información proporcionada por el área de Medios Audiovisuales del ITP septiembre 2005)
Es probable que la estandarización y la fusión tecnológica impacte positivamente con las innovaciones para la educación tradicional y en especial para la educación a distancia y las subsecuentes políticas gubernamentales de regulación educativa. Pero reducir a ello la innovación educativa puede confundir a los agentes educativos, en el sentido de ya no buscar modelos académicos sobre la retícula o plan de estudios, la pedagogía y los procesos formativos humanistas que respondan a la interrogante fundamental del por qué y para qué de la educación. Pudiera darse el fenómeno contradictorio (y de hecho se da en muchos programas telemáticos de educación virtual y a distancia), de que el medio educativo tecnológico es de vanguardia o de punta, pero el contenido educativo es obsoleto, ya que dichos contenidos no han cambiado sustancialmente por lo que se puede observar en las últimas revisiones de la década de los 90’s ya que éstos se basan en gran parte en la esencia de los programas de los años 70’s, donde se da un mayor auge con la creación y el desarrollo de los institutos tecnológicos en el país.
Por lo anteriormente expuesto, lo que se observa es que el proceso de la globalización en este sentido parece resultar ambiguo ya que con su sistema mundial de informaciones, capitales y mercancías atravesando fronteras, se debilitan los controles sociales y culturales establecidos por el Estado, iglesias, escuelas y familias. (Touraine, 1999:29) Tales elementos están separados de una organización social particular, nacional, eje de lo que fue el paradigma social moderno. La globalización conlleva a una creciente, disociación entre el mundo instrumental-técnico, material-económico y el mundo de la cultura simbólica de las identidades comunitarias, produciendo un vacío social, psicológico y personal. Esta disociación es lo que Touraine llama la desmodernización. (1999: 29)
Una de las críticas que pudiéramos hacer a estas innovaciones tecnológicas en la educación es que un modelo educativo transmoderno multidimensional que podría entenderse como una combinación entre instrumentalidad-técnico racional, con el desarrollo cultural de la personalidad del sujeto y las comunidades, a fin de que la existencia no se reduzca a una experiencia de simples estímulos del contorno socio-económico y lo instrumental simbólico ideológico impuesto por los medios:
... nos sentimos a la vez atraídos y espantados por la vida de las grandes metrópolis y rara vez nos dejamos arrastrar por la enseñanza de la pequeña ciudad, cuya integración social descansa sobre el conformismo más que sobre el debate democrático. Las sociedades abiertas pueden vivirse como salvajes, pero las sociedades cerradas se parecen a prisiones. (Touraine, 1999: 29)
Según Prudenciano Moreno (2002), “la desmodernización y la posmodernidad de la globalización producen una crisis de identidad y un vacío social-psicológico, pero también abre paso a la búsqueda de un nuevo principio regulador de combinación entre racionalidad económica instrumental e identidad cultural y social”. De ahí la importancia para el impacto en un nuevo rol socio-humanista de la educación. (Moreno, 2002: 139-140)
Por tanto la globalización tiene la paradoja de ser un proceso deshumanizante pero que proporciona la infraestructura técnico-material, científica-racional para desarrollar tales potencialidades humanas aún inéditas en la historia de la humanidad.
Hay serias evidencias de las razonables dudas sobre la factibilidad de una modernidad y una globalización sin límites. Como lo ha expresado Touraine:
Ya no creemos en el progreso... vivimos una crisis más profunda que un acceso de miedo o desencanto... la afirmación más fuerte de la modernidad era que somos lo que hacemos; nuestra vivencia más intensa es que ya no es así, sino que somos cada vez más ajenos a las conductas que nos hacen representar los aparatos económicos o culturales que organizan nuestras experiencias. (Touraine, 1999: 27)
Por otro lado, los progresos materiales (segmentados de por sí) de la razón, desarrollo cerebro-mente, eficacia instrumental, ciencia, tecnología, positivismo lógico, mercantilismo, industrialismo, flujos financieros y globalismo económico; dieron auge y crisis a la modernidad ¿Por qué? Porque el mismo tipo de progreso se extendió en una extrema comercialización de todas las relaciones sociales, culturales, políticas, intelectuales, morales, psíquicas, emocionales y personales. Esto es, la globalización continúa avanzando y arrastrando a la educación como una forma reproductiva de la misma, el resultado seguirá siendo la formación de una educación unidimensional bloqueada a otras dimensiones del desarrollo humano.
La dirigencia global ha desertado riesgosamente de una posible misión de presentar a los ojos del mundo un modelo de vida que merezca ser imitado y que corresponda con el sistema valorativo que una parte de ese grupo dirigente proclama en el discurso. Los mensajes de los medios de comunicación son otro serio peligro en virtud de que continúan profundizando el proceso de homogeneización de la cultura del sujeto. Las tendencias sociales prevalecientes están generando una visión del mundo que moldea la forma de concebir, planear, gestionar y aplicar la educación. El desinterés por la escolarización aumenta en la medida en que se incrementa el interés por los ahora llamados “nuevos pedagogos”.
Con su olfato entrenado para detectar la hipocresía, los jóvenes leen con gran agudeza las señales que envía el mundo en el que deberán vivir. Siguen con gran dedicación las enseñanzas de sus maestros en ese mundo, los verdaderos pedagogos nacionales: televisión, publicidad, cine, deportes, música popular, política y todo lo que entre en los espacios de celebridad que ellos definen... los más inteligentes son los primeros en aprender que resulta mucho más importante seguir las enseñanzas sociales implícitas con sus acciones y a través de sus estructuras de recompensas, que lo que predica la escuela en lecciones y discursos sobre el recto comportamiento.
Nuestra sociedad, que honra la ambición descontrolada, recompensa la codicia, celebra el materialismo, tolera la corrupción, cultiva la superficialidad, desprecia el intelecto y adora el poder adquisitivo; pretende luego dirigirse a los jóvenes para convencerlos con la palabra de la fuerza del conocimiento, bondades de la cultura y supremacía del espíritu. Los chicos entran en el juego. (Jaim, 2000: 60)
En este acertado análisis valorativo se demuestra que la denominada “sociedad del conocimiento” es en realidad del “anticonocimiento”. Como ya bien lo ha expresado Jaim:
... si los medios de difusión más poderosos distribuyen en el planeta idéntico mensaje y encumbran a cualquier ignorante o amoral en poderoso modelo, ¿por qué razón han de despreciar niños y jóvenes la ignorancia?... La ignorancia de niños y jóvenes es nuestra propia ignorancia, que ellos asumen con envidiada capacidad. El objetivo es obtener pronto mucho dinero, la actividad intelectual es para gente rara. Ratas de biblioteca... perdedores. (Jaim, 2000: 64)
Por otro lado, tenemos aquellos valores más ligados al humanismo, como pueden ser las capacidades de: misericordia, arte, creatividad, las faenas colectivas, las decisiones comunitarias por consenso, la imaginación, la emotividad, las utopías, la sensibilidad, la espiritualidad, etc. (Latapí, 1996) Si la primera posición es ideológica dominante pura, la segunda posición por sí sola sería mera utopía, en virtud de que el desarrollo humano hace mucho tiempo quedó ligado al ámbito de la cultura (y la producción económica es una de las partes fundamentales de la producción cultural), es una creación artificial de lo social o una segunda naturaleza del hombre.
Pero esta naturaleza ha permitido la conciencia de sí y la capacidad de modelar libremente la vida humana. El hecho de que “la naturaleza humana desde el punto de vista biológico sea esencialmente plástica y abierta al mundo, implica de suyo, que la naturaleza humana remite a la cultura, es decir, el artificio”. (García, 2000: 50-33) La naturaleza transformada por el humano en algo útil para la vida se llama cultura. El mundo cultural es humano, entonces ¿Por qué se manifiesta como deshumanizado? Es el tipo de creación y producto cultural objetivado lo que aparece como deshumanizado. La productividad por sí misma no es una deshumanización, al igual que la calidad, la excelencia y la innovación. Las formas que éstas adquieren, el fin al cual sirven y el contexto socioeconómico en el que surgen. Por esto, la educación es también un proceso de creación de “sentido” de la existencia particular y social, como creación de contenidos simbólicos que el hombre añade al mundo físico-natural para continuarlo, extenderlo y habitar en él.
El problema no es de forma o apariencia sino que es estructural; por ello no se ha llegado a analizar exhaustivamente el fundamento de sus causas. Las acciones se quedan sólo en reformas como nuevos mecanismos ideológicos con los que se pueda seguir refuncionando el sistema social, a través de estrategias de regulación al centrarse en su desarrollo. Las nuevas políticas educativas, a fin de poder reproducir la estructura social en México para formar parte de un sistema mayor trataran de responder a un nuevo orden mundial, impuesto por las decisiones de los organismos internacionales. (UNESCO, Banco Mundial y OCDE)
La visión que ahora podemos tener sobre este proceso globalizador del que emanan las políticas internacionales, la identificamos claramente como una estrategia impositiva más que propositiva, que de manera emergente tratará de implantarse en ese nuevo orden mundial. Es decir, la promulgación de las políticas educativas a través de su implementación en los países para su desarrollo se presenta de manera sutil, aunque éstas deban cumplirse después a través de acciones contundentes como la imposición de nuevos paradigmas que resultan ajenos al proceso educativo de México. Estos nuevos paradigmas participarán de manera decisiva en la formación y el desarrollo de los nuevos cuadros de profesionales, con la finalidad de innovar los mecanismos de reproducción no sólo socio-económico, sino también político y cultural, con el esperado efecto de lograr la integración y la homogeneización social, a pesar de sus diferencias estructurales. Ya que ese nuevo orden social esperado de “armonía” y “bienestar social” se manifiesta de manera desigual en la realidad ante la falta de acceso a la educación y lo que resulta al conocimiento insuficiente, la aplicación es obsoleta y limitada, y los nuevos usos que se dan a las NTI en la educación resultan ajenos a los gustos o necesidades concretas, como lo hemos visto en los datos y en lo observado.
México se queda rezagado ante esa “apertura” y esto es un acceso virtual también y no real al no poder participar en igualdad de condiciones, porque no cuenta con la infraestructura material ni el desarrollo de su sociedad al no satisfacer las necesidades básicas de salud, alimentación, vivienda, menos lo puede hacer al no tener un completo acceso a la educación. Al no contar con una educación sustentada en las necesidades de su crecimiento con lo que se ve limitada su participación en el trabajo, donde las oportunidades sólo se quedan en los que tienen acceso al capital de la educación privada. Por eso creemos que México se queda rezagado ante la brecha de diferenciación y estratificación que se manifiesta y se profundiza más en los sectores de la población marginada, ya que las diferencias económicas definen las desigualdades sociales. Más que una modernización concreta de la educación con las políticas educativas, resulta ser una realidad virtual donde se queda en la ilusión o en el sueño de alcanzar un mundo mejor como reivindicación de esa explotación social que causan las diferencias económicas.
En este sentido al retomar lo expuesto, y bajo esta perspectiva, el proceso de educación se torna complejo; y es donde la sociología educativa interviene al analizar a la institución como objeto de estudio en el que se concretan y manifiestan estas prácticas de manera diferente a lo esperado y programado por las instituciones del Estado.
Para lograr una visión más concluyente sobre el fenómeno analizado y después de acercarnos al problema, lo hemos explicado con las referencias de las opiniones y aportaciones de los autores que antes han analizado también el fenómeno de la globalización desde diferentes posturas y perspectivas en los ámbitos económico y social, además del educativo, ya que el impacto de la globalización no puede concebirse sólo en los aspectos económicos y políticos, sino que debe explicarse también ésta como proceso social que trasciende también en los ámbitos regional y local.
Al tener una idea más completa, aunque si bien, no resulta del todo exhaustiva al describir dicho proceso, creemos hasta ahora, que para los fines y objetivos de estudio, este trabajo de revisión de las aportaciones principales de los autores señalados en los primeros capítulos, nos ofrecen un panorama más nítido en la visión del proceso de globalización.