Ramiro Morales Hernández
Ante estas realidades, nuestra atención se encamina a la búsqueda de algunas otras variables que permitan identificar y explicar el perfil de la población receptora, utilizando indicadores relacionados con los niveles de bienestar de la población, tales como, satisfactores de necesidades objetivas de los individuos que tienen reconocimiento social de dicha categoría, entre las que tenemos: el alfabetismo, escolaridad, asistencia a la escuela, nivel académico, salud e ingresos entre otras; consecuentemente, el trabajo se encaminó a investigar hasta qué punto la distribución de la población receptora tiene que ver con los niveles de marginación o de bienestar social que existe en el estado de Guerrero.
Un factor que determina una característica del individuo con relación a su grado de marginación es el analfabetismo, para tener un marco de referencia sobre este indicador en Guerrero, tenemos que en el año 2000 la entidad contaba con 3´079,649 habitantes, de los que 396,498 de 15 años ó más no sabían leer ni escribir, es decir, si comparamos la cifra total de analfabetos contra el total de los habitantes del estado, el 12.87% de los guerrerenses no sabían leer ni escribir.
Sin embargo, no hay que olvidar que para considerar a una persona analfabeto, deberá tener 15 años o más, por lo que para obtener el por ciento real de analfabetismo en la entidad, se tomó el dato correspondiente al total de población que cayó en ese rango de edad la que ascendió a 1,840.111 y la comparamos contra el dato de la población analfabeta de 396,498, obteniéndose que el porcentaje real de analfabetismo estatal fue de 21.54%, del cual le correspondió a las mujeres el 13.3% y a los hombres el 8.2%. (Cuadro 41).
Al estudiar el comportamiento por género de los alfabetos y analfabetos que reciben remesas, tuvimos que los primeros es la población mas favorecida ya que del 100% de los receptores, el 71.4% saben leer y escribir, aunque al profundizar en el análisis, encontramos que si bien es verdad que el 28.5% correspondió a quienes no saben leer ni escribir, también es claro que éste porcentaje es superior a la tasa de analfabetismo real de Guerrero, por lo que si hiciéramos una relación directa entre el porcentaje de analfabetismo estatal con el porcentaje de población analfabeta receptoras de remesas, éstos últimos deberían tener un comportamiento similar, sin embargo, hay una diferencia de siete puntos porcentuales entre ellos a favor de los analfabetos receptores, esto es, a través de estas comparaciones, notamos que en número, la población analfabeta guerrerense recibe mayor apoyo por parte de sus familiares emigrantes en el extranjero, que la que no lo es.
Por lo que toca a analfabetismo y género, se identificó la prevalencia de la feminización, puesto que de 19,244 individuos analfabetos receptores, 12,559 fueron mujeres (65.26%); por lo que si tomamos el analfabetismo como indicador de marginación podemos señalar que aún dentro de la población marginada receptora, las remesas llegan a las mujeres que por tradición se han considerado como el género más relegado en el estado.
Al estudiar el proceder del alfabetismo de la población receptora y relacionarlo con el lugar de asentamiento, se identificó que el factor locación rural tiene un gran peso en el asentamiento de los receptores analfabetos, puesto que 35 de cada 100 personas rurales que reciben recursos presentan esta condición. Sin embargo, la presencia de analfabetos beneficiados es una constante -aunque en menores porcentajes- en cada uno de los segmentos locacionales, así se observa que en las ciudades medias su comportamiento es ligeramente menor al de la zona rural puesto que va del 31.4 al 25.7 ciento, disminuyendo en las ciudades de 50 mil a 99 mil habitantes al 15.5%, e incrementándose ligeramente en las ciudades de mayor concentración humana donde llega a alcanzar el 16.6%.
Por lo que se concluye, tomando el analfabetismo como uno de los indicadores de marginalidad, que es la población más marginada, la que está siendo mayormente apoyada por sus familiares emigrantes, y que dentro de éste grupo de población con vida precaria, las mujeres tanto del medio rural como urbano, son todavía más favorecidas que los hombres.
La educación como lo plantea Suárez R. (2001), se realiza dentro de un marco social y se sujeta a estructuras escolares establecidas que deberán ser objeto del acto educativo, donde lo más importante es establecer fines y metas, en función del hombre social dentro de un contexto de desarrollo, teniendo como orientación al hombre y a la sociedad donde se desenvuelve; por lo que se asume que la educación va unida al conocimiento, propiciando el cambio social de los individuos puesto que el conocimiento obtenido de la educación es un factor importante para el desarrollo tanto de los individuos como de la sociedad en que se desenvuelve.
Desde el punto de vista del bienestar humano, el aspecto de educación forma parte de los indicadores componentes del Índice de Desarrollo Humano que fue planteado en 1990 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el que independientemente de que puede ser criticable por encubrir algunas disparidades a nivel local o regional, como planteamiento metodológico conceptual es aceptable su pertinencia.
Dentro de la vertiente del desarrollo, es importante distinguir lo que es “desarrollo” y “crecimiento”, en virtud de que el primero engloba muchas dimensiones del ser humano, cuando el segundo, normalmente se vincula con el crecimiento económico o material. En ese sentido es de destacar la valorización del aspecto de educación como el factor más vinculado a la generación ó creación de oportunidades que da mayor realce a la persona como humano. (Demo P. 2001).
Por consiguiente, el desarrollo de las regiones no puede estar apartado del desarrollo individual del hombre, por lo que la falta de educación de una población nos refleja además de cierto grado de marginación en que se encuentra una población, cierto nivel de desarrollo humano de los individuos e indirectamente, la falta de políticas y programas de desarrollo por parte del estado, tendientes a mejorar los niveles de vida de esa población.
En el Estado de Guerrero la población de 5 años o más en el año 2000, ascendía 2´646,132 personas,; este segmento poblacional su composición por género representaba un 51.91 las mujeres en contra del 48.09 del hombre, es decir había un 3.8% mas de población femenina que la masculina; del total de la población de 5 años o más; 909,359 declaró en ese año, asistir a la escuela, encontrándose que los hombres le llevan la delantera en ese sentido a las mujeres, puesto que a pesar de ser minoría, en asistencia a la escuela su porcentaje es ligeramente superior al de las mujeres.
En relación a la condición de asistencia a la escuela de quienes declararon ser receptores de remesas -personas mayores de 12 años o más-, aunque podría no parecer adecuado hacer un estudio comparativo, debido a la diferencia en relación a las edades del segmento de 5 años o más con el que compone a quienes recibieron las remesas, a pesar de ello, se consideró importante hacer los comparativos en virtud de que los resultados arrojaron información válida y de reflexión.
Como primer resultado de la comparación, es de resaltar que sólo 9 de cada 100 receptores asisten a la escuela, es decir, de las 67,607 personas que declararon tener este beneficio de la migración internacional, únicamente 6,311 asisten a la escuela, por lo que si tomamos la variable educación como elemento de marginación y desarrollo humano, es indudable que las remesas están llegando a los que se encuentran en condiciones de marginalidad y de bajo desarrollo humano de la población de Guerrero.
Otro elemento que al igual que en el análisis del alfabetismo aparece como elemento de discusión en la condición de la asistencia escolar es el de la feminización de la población receptora, ya que el 54.4% es femenina contra un 44.9% de la masculina.
Cuando se examina el asentamiento de la población receptora de remesas (rural o urbana), en función de la condición de asistencia escolar, predomina un mayor número de receptores del área urbana, ya que si bien el 22.66% de ellos pertenecen al ámbito rural, el 77.34 residen en las ciudades mayores de 2,500 habitantes.
Hasta ahora en lo referente al aspecto de educación, se ha analizado la condición de asistencia escolar de los beneficiados directos de las divisas, no obstante, es pertinente tomar en cuenta otros aspectos importantes que reflejen la variable educación en el ámbito de la investigación, lo cual nos lleva a buscar algunas tendencias que permitan comprender con mayor precisión el aspecto educativo de la población en estudio.
De alguna manera, el bajo desarrollo humano aparece nuevamente como distintivo de los receptores, en virtud de que 25 de cada 100 alfabetos no presentan ningún año aprobado, esto nos indica que a pesar de no ser analfabetos, apenas saben leer y escribir, otros 52 presentan una escolaridad de 1 a 5 años aprobados y únicamente el 15% señalaron haber aprobado 6 años.
La información sobre escolaridad relativa a los años aprobados, en ocasiones no necesariamente indica el nivel académico de la población en estudio, puesto que en algunos países como México, existen distintas modalidades educativas opcionales para la población mayor de 12 años, que permiten a las persona asistir a las instituciones educativas en la modalidad abierta y alcanzar niveles educativos en un tiempo menor a lo que se necesitan en la modalidad de educación general.
Con el propósito de profundizar en la investigación, se indagó sobre el nivel académico de los receptores y se encontró que 3 de cada 10 son profesionistas, aunque sigue prevaleciendo que la población receptora mayoritaria (70%), su grado de nivel académico es menor a la secundaria.