Roberto Jiménez Gómez
En el ámbito internacional la mayoría de las reformas del sector eléctrico se realizaron en la década de 1990. Los resultados obtenidos de estos procesos varían de acuerdo al país o región que fue sujeta de esos cambios. Se aprecia que en términos generales los países europeos han ido implementando reformas de corte neoclásico de forma paulatina, sostenida, en tiempos más amplios, en donde los resultados en términos generales no parecen llevar a retroceder en los procesos hacia un enfoque de mayor participación del Estado, pero sí de análisis y ajustes. La discusión en Europa pasa por mejorar los diseños institucionales y las reglas del juego, con el fin de depurar los sistemas eléctricos, disminuyendo o eliminando las deficiencias y problemas que han mostrado los sistemas reformados. Hay aspectos sustantivos que todavía no han sido resueltos como la compatibilización de una lógica de la competencia en los mercados con una efectiva y no discriminatoria (sobre todo en la red eléctrica) de las fuentes renovables de energía eléctrica, así como el poder que algunos agentes tienden a tener en los mercados.
En el caso de los Estados Unidos, los problemas presentados en California llevaron a una revisión de ciertos aspectos específicos de los diseños de los mercados, con el fin de mejorar y con ello prevenir nuevos problemas. En ese sentido la depuración y mejoramiento de los mercados es el camino que de forma general ha seguido este país.
En el caso de Asia se han llevado a cabo reformas de mercado en sistemas eléctricos como el de la India y China, sin embargo, Corea del Sur ha retrasado sus reformas y ha continuado con la participación pública en ese sector.
“En los países latinoamericanos no ha sido fácil establecer mercados eléctricos competitivos y atraer al mismo tiempo las inversiones necesarias para asegurar la suficiencia de la oferta eléctrica para atender la demanda.” (Millán, 2006: 102)
En América Latina hay temas centrales, pero en muchos casos, aún pendientes en el sector eléctrico, dentro de ellos están: estructurar mercados creíbles y adecuados, en donde los precios jueguen su papel, que existan incentivos a las inversiones en nuevas plantas de generación eléctrica, en especial renovables, junto con la mejora en las instituciones y reglas del juego. Estos aspectos son debilidades incluso en los países que han tenido un mejor desempeño y experiencias con las reformas del sector eléctrico.
En el caso del sector eléctrico chileno, primero en reformarse, ha sido constante en los procesos de reforma, no sin antes tener problemas de abastecimiento como se ha mencionado antes y cuyo reto es cómo incorporar fuentes renovables en la generación eléctrica. Recientemente se ha tratado de modificar el enfoque de corto plazo, además de tratar de promover las fuentes renovables, mediante instrumentos diferentes a la lógica misma del mercado, a partir de orientaciones de política pública.
En el caso de El Salvador en donde se aplicó uno de los modelos más puros de mercado, se han tenido que realizar modificaciones legales, tratando de solucionar una serie de problemas importantes que se han dado.
Para Millán (2006) los problemas del proceso de reforma del sector eléctrico se deben a:
a. La dificultad de separar los papeles del Estado con miras a evitar conflictos de intereses que surgen de su participación como empresario, en competencia con el sector privado, responsable de formular políticas y regular.
b. La dificultad de encontrar un modelo regulatorio que se adapte a las restricciones institucionales y de recursos de los países, de lograr un mercado competitivo que permita a su vez proporcionar los incentivos de largo plazo para la inversión que garantice la seguridad del abastecimiento eléctrico, disminuya la volatilidad de precios, regular con base en incentivos el segmento de distribución y de cómo lograr un manejo adecuado de los subsidios a los pobres.
La preocupación por el doble papel del Estado como regulador y definidor de políticas resulta válida; sin embargo, en el contexto de la región, ha sido más corriente el uso de la regulación y la definición de políticas para extraer rentas para determinados actores sociales, generalmente empresarios en los sectores como el eléctrico. Por tanto, pese a que es válido lo indicado por Millán (2006), los cazadores de renta se ubican en diferentes ámbitos y solamente un marco institucional fuerte puede minimizar este aspecto, no teniendo que ver con la propiedad de los activos.
Un aspecto de carácter general que tiene que ver con los sectores eléctricos en la actualidad es la falsa dicotomía que se ha querido ver entre Estado y Mercado. Por una parte, los procesos de reforma en algunos casos quisieron desregular y eliminar organizaciones públicas que tenían ciertas funciones creyendo que el mercado por sí solo podía cumplir un abastecimiento seguro, a bajo costo y sin daños al ambiente. El tiempo ha permitido mostrar que se requiere de un Estado con alta capacidad de gestión, donde no necesariamente tiene que hacer las cosas, pero sí mantener una alta capacidad de rectoría, planificación de largo plazo, supervisión y regulación de los sistemas eléctricos, tarea que por sí misma no es fácil, requiriendo de la creación o mantenimiento de las capacidades, recursos y conocimiento para ello.
Por otra parte, ante la falsedad de la dicotomía entre Estado y Mercado y la problemática energética internacional, ha vuelto a surgir el criterio de que es posible que el Estado pueda continuar realizando actividades de forma directa, en ámbitos y proyectos en donde el sector privado no puede o no desea hacerlo, o bien el sector público ha mostrado la capacidad para hacerlo bien, dándole al sector privado el espacio para participar en igualdad de condiciones con el sector público. Los diseños de las reformas que consideren estos espectros más amplios son parte de las discusiones actuales.
En esta sección se ha presentado el contexto internacional de las reformas económicas y de ellas su réplica en el sector eléctrico, elementos que inciden fuertemente en la percepción y objetivos de los actores nacionales e internacionales ligados al sector eléctrico.