Roberto Jiménez Gómez
Es una actividad similar a la transmisión o transporte de electricidad. La distribución de electricidad consiste en el transporte de electricidad desde la red de alta tensión hasta el consumidor final. Esta operación requiere la utilización de un transformador que reduzca el voltaje, colocándolo a los niveles requeridos por el usuario (normalmente, 220 voltios).
Así pues, el proceso de transporte de energía eléctrica desde las PGE hasta el consumidor final puede dividirse en dos fases: distribución y transmisión. Ambas actividades se caracterizan por un uso intensivo del factor capital, una elevada relación entre costos fijos y variables y altos costos hundidos
Generalmente en la distribución se reproducen condiciones similares a las que nos permiten considerar la transmisión como un monopolio natural. No obstante, las empresas distribuidoras ejercen su poder de mercado sobre un ámbito territorial más reducido, en el caso de Costa Rica sobre determinadas zonas de concesión brindadas por el Estado. En el ámbito nacional es factible la existencia de varias empresas que actúan como monopolistas en el área geográfica que tienen asignada. La estrecha relación existente entre las fases de transmisión y distribución suele conducir a una estructura organizativa en la que ambas actividades están integradas. En el caso de que la integración de estas dos actividades en una misma empresa se va a encargar de la distribución en las diferentes áreas geográficas, se indica por algunos que se pierde una buena parte de los beneficios que puede proporcionar la división horizontal (López, 1999).
3.5.4. Suministro y comercialización
El suministro engloba todas las actividades relacionadas con la venta de electricidad a los usuarios finales (adquisición al por mayor, contratación, lectura, asesoramiento al cliente, facturación y cobro).
Por lo general las compañías distribuidoras se han encargado de suministrar la electricidad a los consumidores. Sin embargo, no existe ninguna razón económica que avale la idea de que sólo ellas deben encargarse de esta actividad. En caso de que permita el acceso a las redes de transmisión y distribución mediante unas condiciones adecuadas, el suministro de energía eléctrica a los usuarios finales puede realizarlo una entidad distinta a la compañía de distribución que opera en la zona. Por tanto, el abastecimiento eléctrico se convierte en una actividad potencialmente competitiva, en la que las empresas de generación, las que distribuyen en otras regiones, o en cualquier otra, pueden rivalizar con la encargada de la distribución en un área geográfica concreta. No obstante, para que exista verdadera competencia será necesario evitar que esta compañía utilice su monopolio sobre la red local para impedir la concurrencia de otras compañías que brindan el suministro eléctrico (Bazán, 2003).
La comercialización no requiere elevadas inversiones. Ello permite que los costos hundidos sean bajos, lo que facilita la entrada y crea unas condiciones adecuadas para que exista competencia en esa actividad del sector eléctrico.
Se puede decir que la comercialización o el suministro eléctrico consiste en la prestación de un servicio al por menor a partir de un producto elaborado por otros y mediante una infraestructura ajena. Por consiguiente, el valor añadido por las empresas comercializadoras es relativamente pequeño, y sus diferentes costos (generación, transmisión, y distribución) tienen una enorme influencia en el precio de venta. En el caso de Costa Rica, como veremos cuando se analicen las posiciones de los actores sociales, las empresas distribuidoras de electricidad no ven como positivo la existencia de empresas comercializadoras, pues para ellas son simples intermediarios que no necesariamente generan valor.