MICHEL FOUCAULT Y LA VISOESPACIALIDAD, ANÁLISIS Y DERIVACIONES
Rodrigo Hugo Amuchástegui
En capítulos posteriores desarrollamos las influencias de Foucault, especialmente en el contexto de la arquitectura y la geografía, en autores de habla inglesa. Ahora simplemente queremos exponer el ascendiente que, según el investigador Jean Louis Violeau, tuvo en su propio medio francés. Así afirma que “el pensamiento y las ideas desarrolladas por Michel Foucault seducen ... a una generación de arquitectos-intelectuales que se constituyen alrededor del 68 y los siguientes (años), en torno a la militancia, movimientos específicos y luchas urbanas” (2004: 162).
En esa época, la arquitectura, y en relación con lecturas hechas acerca del edificio Panóptico de Bentham, que introduce Foucault, aparece, por un lado, desprestigiada y, por otro, se traduce en la búsqueda de diferentes tipos de organizaciones, por parte de los arquitectos. Así, por un lado, el descrédito arquitectónico, que varios arquitectos jóvenes también comparten, se centra en la concepción de que “la ciudad estaba ya enferma, enferma de una arquitectura de la vigilancia” (Violeau 2004: 163). La arquitectura, para ellos, busca “la normalización del espacio y del urbanismo como técnica de control del campo de batalla de la guerra social y proyección de la división del trabajo sobre el territorio” (Violeau 2004: 163). Por otra parte, esto repercute en las sociedades que los agrupan. Así se producen varias deserciones de la Société des Architectes Diplômés par le Gouvernement y la organización de un Syndicat de l’architecture en 1977, así como cambian el centro de interés de revistas tradicionales francesas como L’Architecture d’aujourd’ hui o AMC (Architecture, mouvement, continuite).
De esto, es importante rescatar que las críticas de Foucault que englobaban, o al menos se entendieron así, a la arquitectura en tanto copartícipe del proyecto disciplinario, dieron lugar a búsquedas opuestas, por el lado arquitectónico, basadas en que los arquitectos debían ocuparse del habitar y no simplemente alojar a los hombres y a una población, y esto permitió, dice Violeau, que muchos arquitectos volvieran a amar su profesión.
Una reacción a este modelo arquitectónico vigilante fue el despertar de una conciencia patrimonial en varios arquitectos como apuesta por la memoria, aunque Foucault no fue un defensor de ninguna vuelta al pasado.
El filósofo francés entonces, en sus breves pero contundentes afirmaciones, ha llevado a los arquitectos ha enfrentarse con su propia historia –al menos la francesa– y a sus identidades e intereses.
Desde otro punto de vista, corresponde destacar que su conferencia de 1967 “Des espaces autres” (de 1967, pero publicada con su autorización en el año de su muerte 1984), cuyas ideas principales nosotros ya hemos desarrollado, “acompañaba la presentación de la gran exposición-balance de l’IBA” (2004: 170) (L’International Bauhausstellung organizada bajo el nombre “Idea, Process, Result”) en Berlín en 1984 y que esta exposición fue “una de las referencias mayores y finalmente la gran cuestión internacional de esta generación” que hizo trabajar “a todas sus estrellas crecientes, desde Aldo Rossi a Rob Krier, sobre la cuestión de la forma urbana, de la reconstrucción de una hipotética ciudad europea” (Violeau 2004: 184, n.32).
Entre otros nombres famosos que sufrieron, según Violeau, el influjo de la obra teórica de Foucault, se cita a Koolhaas y a Jean Nouvel, aunque llama de “salvajes” a las apropiaciones que éste último hizo de Foucault. Nouvel afirmó:
“Lo esencial de esto que tengo para decir, para demostrar, se sitúa en las zonas de discontinuidad. Nuestro saber está frecuentemente mal conectado o es inconectable. Las palabras ocultan a las cosas. En arquitectura como en otro lugar. Yo me esfuerzo por ser, en el sentido de Foucault, un arqueólogo de la arquitectura” (J. Nouvel, “Fragments en différé” –entrevista con Patrice Goulet–, L’Architecture d’aujourd ‘hui, n. 231, fév. 1984, p.11). (cit. en Violeau 2004: 172)