Proyección de Vauban

Su pensamiento, y principalmente su práctica militar edificatoria, tiene lugar en el siglo XVII. Pero, como ya dijimos, recién es traducido en 1743 su Tratado de la defensa de las plazas, tarea que realiza el jesuita Ignacio de Sala (Figura 47).

Von Zastrow, militar alemán del siglo XIX, reconocía que “nunca probablemente existió un general más rico en experiencia de la guerra (que Vauban) habiendo dirigido 53 sitios y tomado parte en 140 batallas y combates” (Gutiérrez 1991: 14). La misma psicología militar fue modificada, ya que hacía anteponer la acción práctica, como el cavar trincheras o galerías, al honroso enfrentamiento a las balas con el pecho descubierto. Su tecnología de trincheras autónomas entre sí tuvo amplia repercusión.

Fig. 47. Tratado de la defensa de las plazas. Traducción de Ignacio de Sala

También se interesó en la colonización de América. Sus ideas urbanísticas y colonizadoras están en dos textos que recién fueron publicados en el siglo XX. Uno de ellos es “Medios para restablecer nuestras colonias en América” de 1699, allí considera que se debe actuar científicamente obteniendo la mayor cantidad de conocimientos posibles en torno al aire y su calidad, el agua, “la fertilidad del sitio, la facilidad del comercio, las condiciones del medio para fortificarlo (ventajas, topografía), la facilidad de la navegación fluvial, ríos, etc., la capacidad de soporte territorial y la calidad de tierras que permitieran diversidad de cultivos y almacenamientos” (Gutiérrez 1991: 33).

Si bien en este apartado estamos interesados en las fortificaciones militares, las ideas de Vauban son coincidentes con las que Foucault desarrolla con respecto al tema mercantil y la circulación, así como el problema de la policía que tratamos a continuación. Obviamente, en este caso, la comunicación tiene que ver con la geografía del lugar de referencia, las colonias francesas en América. En ellas “el proyecto de Vauban era consolidar el sistema mercantil pero a la vez ir acoplando los ríos navegables, fijando puestos y buscando la comunicación en la zona de los grandes lagos”, así como la construcción de caminos (Gutiérrez 1991: 34).

En síntesis, queda claro que el tema de la fortificación es un tema que adquiere enorme importancia en la época. Los cambios tecnológicos ponen en juego la interrelación que hay entre edificios, estrategias militares y desarrollo armamentístico. Si nos ha parecido que el tema valía este escueto desarrollo se debe a que presenta el segundo enfoque de la política espacial en el siglo del Barroco. Es un tema constante la desaparición de las estructuras amuralladas en torno a la ciudad. Pero también nos hemos referido, y siguiendo los estudios de Foucault, a la situación de equilibrio europeo basada en el potencial militar. Si la realidad histórica de las ciudades amuralladas no se sostiene en este siglo XVII, podemos, sin embargo, pensar, que aunque como metáfora, se ha pasado de la ciudad amurallada al país amurallado. Pero solo decimos que es metáfora en tanto la palabra “muralla” puede ser usada como tal. La simple consideración de que el territorio francés tenía aproximadamente 95 fortificaciones a lo largo de su perímetro, creadas o modificadas por Vauban, permite entender que Francia pueda ser pensada en dicho período realmente como país amurallado (Figura 48).