MICHEL FOUCAULT Y LA VISOESPACIALIDAD, ANÁLISIS Y DERIVACIONES
Rodrigo Hugo Amuchástegui
El último capítulo de esta recorrida fundadora de la clínica y sustentada en la mirada se centra alrededor de la figura de Broussais (1772-1838). Este célebre médico francés, fundador de la medicina fisiológica, aparece enfrentado a Laënnec. Más allá de la corrección o no de sus afirmaciones, Foucault lo considera un momento importante en su recorrido por la historia de la clínica:
“Entre 1808 y 1832, el método clínico experimenta una última reorganización, tras la cual queda ya definitivamente dispuesto lo que Foucault ha denominado el a priori histórico y concreto de la mirada médica en su forma contemporánea. Esta reorganización halla su necesidad en una serie de desequilibrios internos de la estructura del método anatomopatológico”. (Morey 1983: 104)
No corresponde a nuestro tema desarrollar las complejas explicaciones médicas, pero sí destacar que Broussais invierte el principio de visibilidad por el de localización: “La enfermedad es del espacio antes de ser para la vista” (Foucault 1963 [1983: 266]). Foucault destaca que, a diferencia de la medicina de Bichat preocupada por lo directamente visible, Broussais prioriza el lugar de la lesión. Por su parte, Morey reconoce la actualidad de ese pensamiento, acentuando el tema de la visibilidad:
“Es curioso constatar también … que esta reformulación no se produce, sino bajo la apariencia de una regresión a formas aparentemente superadas, avanzando a contra pelo, imponiendo una manera de ver imposible para la mayor parte de sus contemporáneos, y pagando por ello un duro precio: ser objeto de un descrédito que ha acompañado su memoria hasta hoy. Y sin embargo, su redistribución del espacio patológico es el suelo en el que se enraíza nuestra manera de ver la enfermedad”. (1983: 107)
Broussais tiene como base la preocupación por el origen de la inflamación y su relación con los tejidos: “La enfermedad no es más que un cierto movimiento complejo de los tejidos en reacción a una causa irritante: allí está toda la esencia de lo patológico, porque ya no hay ni enfermedades esenciales, ni esencias de las enfermedades” (1963 [1983: 268]).
Él inaugura una nueva época de la medicina:
“Todo en Broussais estaba contra la corriente de lo que se veía en su época, pero él había fijado para su época el último elemento de la manera de ver. A partir de 1816, el ojo del médico puede dirigirse a un organismo enfermo. El a priori histórico y concreto de la mirada médica, ha completado su constitución”. (1963 [1983: 273])
El cuerpo, bajo la perspectiva del organismo enfermo, ha sido recuperado en su totalidad. O, mejor dicho, termina de constituirse desde la mirada médica.