MICHEL FOUCAULT Y LA VISOESPACIALIDAD, ANÁLISIS Y DERIVACIONES
Rodrigo Hugo Amuchástegui
El presente capítulo se origina en el interés por la figura del abad Suger de Saint Denis, que es presentado muy sintéticamente en el texto de Umberto Eco “El mito de Superman” en Apocalípticos e integrados (1965 [1995]). Dichas páginas están obviamente centradas en el famoso personaje de historietas, y en las interrelaciones que la historieta tiene con la sociedad contemporánea, lo que permite pensar la figura de Superman como un mito contemporáneo, por una parte, y, por otra, como exponente de la ideología capitalista. En el inicio, Eco presenta la problemática mitificación-desmitificación:
“La ‘mitificación’ de las imágenes fue ... un hecho institucional que procedía de lo alto, que era codificado y decidido por hombres de iglesia, como el abate Suger, los cuales se apoyaban en un repertorio figural establecido por siglos de hermenéutica bíblica, y que finalmente era vulgarizado y sistematizado por las grandes enciclopedias de la época, los bestiarios y lapidarios”. (1965 [1995: 219])
A lo anterior, debe agregarse que la abadía de Saint Denis puede ser considerada prácticamente como la iniciadora del estilo gótico y, por lo tanto, que a partir de allí se inició un sistema de transmisión de imágenes, mediante los vitrales, que tendría larga duración en nuestra cultura. Pero, además, puede constatarse que hay una clara dependencia del abad de las concepciones filosófico-teológicas del Pseudo Dionisio Areopagita de marcada influencia neoplatónica. Por otro lado, la misma abadía en su reconstrucción se presenta como la transcripción en piedra y vidrio de un guión escrito por dicho pensador. Estos elementos pueden ser agrupados para considerar a la catedral gótica como un ejemplo de la relación arquitectura-filosofía-poder, que tiene un antecedente (teórico y obviamente no material) en el Panóptico de Bentham y en las ideas de Foucault
El concepto foucaultiano de “dispositivo” por la heterogeneidad de factores puestos aquí en juego, también es una herramienta conceptual útil, como ya se indicó en la Introducción. Desde esta perspectiva, el desarrollo de nuestra investigación nos llevó a profundizar el importante rol que habían tenido las catedrales en la formación de la cultura religiosa medieval y, en suma, en la formación de una cultura como la católica, pudiendo ser designadas, quizá exageradamente, como “máquinas de conversión” o “máquinas pedagógicas”, en una terminología afín a la foucaultiana. Con ello estamos queriendo decir que su finalidad fue producir creyentes y que, para ello, emplearon un complejo dispositivo basado en la luz, en la propuesta de recorridos y orientaciones visuales, en uso de imágenes mediante los vitrales y en sus esculturas interiores y exteriores.
En este trabajo, entonces, desarrollaremos este recorrido.
Importancia de la catedral de Saint Denis como modelo arquitectónico-artístico
Desde una perspectiva puramente arquitectónica y artística la catedral de Saint Denis surgió como el polo fundador del gótico y se constituyó en modelo a imitar en Francia (Prache 2001: 31) y en diferentes territorios europeos. Es así que Panofsky observa que esta empresa “destructiva y creadora a la vez, ... había de determinar la evolución de la arquitectura occidental durante más de un siglo” (Panofsky 1955 [1983: 159]). Por su parte, Mâle nos informa que la influencia de su deambulatorio se muestra en Saint-Germain-des-Près, Noyon, Saint-Leu-d’Esserent, Saint-Pourçain, Ébreuil, Vézeley y Saint-Etienne de Caen. La escultura monumental de Saint-Denis fue imitada en las portadas de Chartres, Étampes, Provins, Mans y Angers entre otras. La utilización de vitrales, el simbolismo y la iconografía gótica tienen también a Saint Denis como punto de partida (Mâle 1928: 151-185 y Mâle 1952: 20-22).
Con respecto a la historia de la abadía y su construcción, ésta ya tuvo una primera edificación hacia el siglo IV o V y de esa época data un mausoleo, que se supone tiene los restos del santo. Luego hubo sucesivos agrandamientos. La abadía habría sido fundada por Dagoberto I (629-639) con el propósito de que los monjes rogasen continuamente por su salvación. Pepino el Breve y Carlomagno en particular hicieron modificaciones, y los cambios continuaron prácticamente hasta la época contemporánea. Corresponde aclarar sin embargo que en sus reformas, Suger se preocupó por mantener lo que creía equivocadamente era el edificio primitivo de la época de Dagoberto (Figura 37).
Suger no terminó su abadía. Hizo construir una pared occidental y la fachada delante de la antigua edificación. “Los dos edificios eran independientes y relacionados por pasajes de madera … No es sino hasta 1231, ochenta años más tarde, que las dos construcciones de Suger fueron poco a poco unidas por una nueva arquitectura” (Prache 2001: 26).
Con respecto a las influencias recibidas por Suger, sintéticamente corresponde observar que estuvo seis meses en Italia y que conoció las basílicas románicas con sus frescos, sus mosaicos y sus pavimentos: “Suger tenía allí para captar a la arquitectura cristiana en su continuidad, desde los primeros siglos hasta su renovación, en un conjunto más amplio, más coherente y más evocador que en París o en las regiones de Francia que él conocía” (Gasparri 2001: 18).