Nilsia Joany López de Gelviz
La innovación puede ser definida como la generación de una nueva idea y su incorporación en un nuevo producto, proceso o servicio, que lleve al crecimiento económico nacional, a aumentar el empleo y a originar beneficios. (Ivancevich, Lorenzi & Skinner, 1997: 713).
Desde la perspectiva del paradigma informacional, se entiende por innovación “la capacidad instalada en una determinada ciudad para generar un nuevo conocimiento, aplicado a actividades económicas, basado en la capacidad de obtención y procesamiento de información estratégica”. (Borja & Castells, 2000:32). Ello implica disponer de recursos humanos adecuados, proporcionados por un sistema educativo de calidad en los distintos niveles del sistema de educación. Pero también implica, por un lado, ofrecer una calidad de vida que atraiga o retenga a los grupos profesionales más educados. Y, por otro lado, construir instituciones de investigación aplicada, ligadas a la vida económica, con flexibilidad y espíritu empresarial para incorporar en el sistema productivo de la ciudad las innovaciones tecnológicas globales.
De igual forma Cervilla (2002, Abril Junio:23) conceptualiza a la innovación como "el uso productivo del conocimiento que se manifiesta en la creación y mejora de productos, procesos y servicios”. Mas que un acto, la innovación es un proceso complejo, para la cual las empresas requieren diversas fuentes de aprendizaje y flujos de conocimientos (internos y externos), así como activos que les permitan crear, movilizar y mejorar sus capacidades gerenciales y tecnológicas
En este mismo orden de ideas, respecto a la dinámica de la innovación, dos de los principales expertos japoneses en administración de empresas, Nonaka & Takeuchi (1999) fueron los primeros en relacionar el desempeño de las compañías niponas con su capacidad para crear conocimiento y emplearlo para producir productos y tecnologías exitosos. Según estos autores, hay dos tipos de conocimiento: el conocimiento explicito, contenido en los manuales y procedimientos, y el conocimiento tácito, que se aprende solo mediante la experiencia y se comunica de manera indirecta a través de metáforas y analogías. Cabe destacar, que los administradores estaudinenses se concentran en el conocimiento explicito y los japoneses se interesan en el conocimiento tácito. En la sociedad del conocimiento, el adquirir y aplicar el conocimiento serán los factores competitivos fundamentales. En este sentido, estos autores japoneses afirman que crear el conocimiento llegara a ser la clave para sostener la ventaja competitiva en el futuro.
Decía J. Schumpeter (cp Pernaut, 1972:267) que la causa principal y única, determinante genuino para el progreso económico es la innovación, otros fenómenos darán puro crecimiento, no progreso. Según él, la verdadera causa del progreso es la innovación, que viene a ser el punto cardinal de la teoría Schumpeteriana, el progreso. La supremacía competitiva será función no solo del aumento de las utilidades y del rendimiento sino también de la capacidad de una organización para innovar, aprender, reaccionar rápidamente y diseñar la infraestructura apropiada para satisfacer las demandas y ejercer el máximo control sobre su propio destino.
La estrategia de innovación puede ser definida como patrón de conducta que guía la toma de decisiones de una empresa para innovar, modificar, reemplazar, crear o sustituir sus productos o procesos administrativos y productivos. Amidón (2001) advierte que “la fuente de la riqueza ya no se encuentra en la información, sino en el conocimiento” este nuevo enfoque moverá a las organizaciones y a los sistemas a más y radicales cambios, como el reemplazo de las burocracias por las redes (humanas y electrónicas), una metamorfosis en la educación, abordado como el aprendizaje activo, globalización de las empresas, lo cual afectará un enfoque local. El manejo de la innovación estará basado en el conocimiento con el objeto de optimizar idas que tengan resultados en el mercado.
Toda organización es un sistema humano complejo, con características propias, con su propia cultura y su propio clima organizacional. Son variables que deben ser permanentemente monitoreados con la finalidad de lograr una mayor productividad y motivación. Para que una organización pueda cambiar la cultura y el cambio organizacional necesita tener capacidad innovadora, representada en la adaptabilidad, la cual es su capacidad para resolver problemas y reaccionar de manera flexible a las cambiantes exigencias del medio ambiente. Solo podrá decirse que es “una organización adaptable” si tiene flexibilidad, receptora y transparente a nuevas ideas (que vengan de adentro o de fuera de la organización). El progreso económico queda caracterizado por los cambios, no puramente cuantitativos sino por las transformaciones cualitativas que dan lugar a una diferenciación de las estructuras. Mas que evolución habría que hablar de revolución económica. Shumpeter opinaba que hay un motor interno, una fuerza vital origen del cambio y progreso, y que sólo ella es capaz de explicar el cambio mismo. “ese motor interno es el empresario. Esa fuerza vital económica es la innovación” (Pernaut, 1972:268). Las características del innovador y de la innovación fueron plasmadas por J. B. Say y Shumpeter (cp Pernaut, 1972). Una de ellas es el carácter humano. Recordemos que el empresario es el motor de la economía, es quien combina magistralmente los factores. Otra característica es “ser difícil”, es decir, romper con lo tradicional, vencer resistencia legal y ambiental. Se trata de romper paradigmas, pues la innovación resulta siempre difícil ante lo incierto del resultado. Otro planteamiento con respecto a la innovación, es que “la innovación sistemática consiste en la búsqueda deliberada y organizada del cambio y en el análisis sistemático de oportunidades que tales cambios podrían proporcionar para la innovación económica”. (Druker, 1999:337). La innovación sistemática demanda ver al cambio como una oportunidad; existen, por lo tanto, inmensas oportunidades porque el cambio es una oportunidad.
La nueva economía es una economía basada en la innovación. “un impulsor clave en la nueva economía es la innovación, la cual incluye un compromiso con la continua renovación de productos, sistemas, procesos, marketing y personal”. (Tapscott, 1997:58). Desde este enfoque, en la nueva encomia, la nueva empresa y la nueva tecnología no son elementos separados sino estrechamente ligados. Se posibilitan y dirigen entre si. La nueva tecnología corresponde a la nueva empresa interconectada con la finalidad de forjar una estrategia para competir en la nueva economía. “La visión de solucionar todo al final estará constituida por tecnologías innovadoras, redes ínter operables de gran velocidad, desarrollo de aplicaciones y amplio uso. Necesitamos –decididamente- desplazarnos hacia un mercado abierto y competitivo para la tecnología de la información”. (Tapscott, 1997:299). Efectivamente, la innovación es una fuente de éxito en la economía de mercados, enfoque que se encuentra sustentado en el ambiente cambiante y competitivo del presente. La organización que no sea creativa e innovadora quizás no sobreviva.
Los procesos innovadores exitosos suponen preestablecer estrategias, disponer de recursos y fundamentalmente una cultura organizacional innovadora. Por lo tanto podemos afirmar que un cambio cultural es antesala de un cambio técnico, pero al mismo tiempo el diseño de políticas tendientes a generar esa cultura supone introducir innovaciones que permitan las transformaciones de los métodos hasta ahora empleados. El cambio cultural ya establece la necesidad de innovar concepciones y métodos de trabajo.
Como se observa, la innovación tecnológica implica satisfacer las demandas del sector productivo; esto supone la concreción de cambios técnicos, que una vez incorporados en el sistema productivo y por lo tanto en el mercado, producen consecuencias económicas y sociales. El propósito de innovar tecnológicamente”no implica necesariamente la ejecución de proyectos de investigación y desarrollo”. (Valenti, 1999); la generación de cambios técnicos dentro de la empresa puede tener variados orígenes. Estos pueden ser información brindada en la literatura, patentes, normas, etc., como también en la compra de tecnología producida por terceros. Los Gerentes de más y más organizaciones están buscando la forma de propiciar y fomentar la creatividad y las innovaciones tanto por parte de personas como organizaciones. La innovación tecnológica se está transformando en un factor determinante en la evolución de la sociedad y en uno de los pilares de la Competitividad empresarial. La innovación tecnológica “es un proceso que se genera a partir de la conjunción de oportunidades técnicas con necesidades, teniendo como objetivo introducir o modificar productos o procesos en el sector productivo con su consiguiente comercialización”. (Valenti, 1999). Un elemento importante del cambio organizacional necesario para la innovación está dado por los cambios en la cultura de la empresa. Hablar de cultura de una empresa implica: comportamientos que regulan la relación entre individuos, normas, valores dominantes aceptados, la filosofía que orienta la política de la empresa y el ambiente o clima. Todos estos sentidos que tiene la cultura de la empresa, consiguen reflejarla pero ninguno de ellos es la esencia de la cultura.
La cultura es aprendida, evoluciona con nuevas experiencias, y puede ser cambiada si llega a entenderse la dinámica del proceso de aprendizaje. Las innovaciones tecnológicas en el campo de la informática y de las telecomunicaciones están realizando una gran transformación, tal vez la revolución más grande de nuestro siglo, en cuanto que transforman dos dimensiones de la existencia humana: el espacio y el tiempo. Esta transformación abarca la estructura de las organizaciones, las relaciones entre éstas y el entorno, rediseña la organización del trabajo y redefine las relaciones tanto de trabajo como las industriales. El gran cambio implica una descentralización del trabajo y un ahorro en el tiempo de trabajo. En este caso, hablar de transformaciones organizacionales significa hablar de transformaciones técnicas, económicas y sociales.
Para que exista innovación, tiene a su vez que existir su incorporación a un proceso productivo y a través de los cambios introducidos su consiguiente inserción en el mercado. Son múltiples los esfuerzos que se han dedicado a conocer el desarrollo del proceso innovador, el pasaje de la idea al producto. Si bien de las afirmaciones anteriores se puede concluir que se trata de un modelo lineal, esta concepción de modelo ha sido superada por otros más complejos, de carácter interactivo o incluso caótico. El proceso innovador dentro de las organizaciones productivas se genera a partir de la necesidad de introducir cambios demandados por los nuevos roles que deben desempeñar las empresas a partir de la globalización de la economía.