Mayra Elena Salas Vinent
La fundamentación del principio del carácter formativo de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, se expresa a partir de la necesidad de combinar armónicamente la adquisición reflexiva y sistemática de los conocimientos de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación en un orden rigurosamente lógico y la aplicación de estos en la praxis desde la evaluación, para resolver los problemas de la ciencia y la innovación en la sociedad, mediante la formación de individuos capaces de saber qué, saber hacer y saber ser; todo lo cual implica la formación de la autonomía, independencia y autorregulación, así como les proporciona la capacidad de construir su propio conocimiento con un alto nivel de reflexión teórica y práctica, en tanto, este es un medio para avanzar sobre lo desconocido.
Este principio parte de la consideración dialéctico materialista de que la práctica como forma de actividad humana es objeto de construcción y reflexión sistemática del conocimiento, por lo que su sistematización deviene en teoría, ante la necesidad de comprender, explicar e interpretar los procesos de la actividad científica del hombre, a la vez, la teoría se enriquece y se utiliza para interpretar la práctica, transformarla y generalizarla, pero a su vez, es en la práctica donde se prueba la veracidad y utilidad de la teoría.
La consideración y validez de este principio que rige el proceso de gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, direcciona el vínculo entre la teoría de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación y su práctica lo cual es esencial en la formación integral de la cultura de los gestores de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, para que los sujetos se familiaricen con la realidad del desarrollo científico e innovativo contextual, se comprometan y trabajen con vistas a perfeccionarlo; esto implica la reflexión permanente de los sujetos de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación “en“ la práctica, “desde“ la práctica y “para “ la práctica.
Lo anterior permite conceptualizar que el carácter formativo de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento como principio del proceso de formación de gestores de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, asegura la posibilidad de la metacognición y la regulación de la cognición (autorregulación), ya que este proceso formativo al dinamizarse desde el movimiento ascensional y dialéctico de las dimensiones contextualización formativa sistematizadora de los saberes de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación y contextualización evaluativa sistematizadora de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, permite regir o facultar la relación dialéctica de la metacognición y la regulación de la cognición. Las mismas son categorías que se encuentran en unidad y contradicción a la vez, la regulación de la cognición puede acelerar o retardar la metacognición, de acuerdo con la capacidad que posea el sujeto para manejar de los recursos cognitivos que posee, para la supervisión y evaluación de la forma de como invierte tales recursos en su propio desempeño intelectual, ya que esta dialéctica abarca el conocimiento que tiene una persona tanto de los procesos de pensamiento humano en general, como de sus propios procesos de pensamiento, en particular; este último aspecto tiene que ver con el conocimiento que cada persona posee de sus propias fortalezas y debilidades como pensador, es decir, de sus recursos cognitivos propios, personales, idiosincrásicos. La autorregulación de la cognición le permite al sujeto manejar sus recursos cognitivos y supervisar su propio desempeño intelectual, con el propósito de poder enjuiciar, en función de su éxito o fracaso, las actividades cognitivas llevadas a cabo durante la resolución de algún problema de la profesión o de la realización de alguna tarea intelectualmente exigente. La metacognición como conocimiento conceptual o declarativo permite al sujeto describir lo que sabe sobre sus propios procesos o productos del conocimiento y por su parte, la autorregulación es un saber procedimental, por cuanto es acción; entonces, las actividades metacognitivas y autorreguladas complementan el conocimiento, cuyas piezas maestras entre las unas y las otras son las actividades de reflexión.
Por tanto, al existir este principio se comprende que el gestor podrá ser capaz de controlar su proceso formativo a partir de direccionar los conocimientos adquiridos hacia la consecución de un determinado propósito, darse cuenta de lo que hace, planificar, organizar, ejecutar y evaluar sus propias realizaciones, valorar los logros obtenidos, corregir los errores y tomar decisiones.
La praxis reflexiva como aspecto importante en el proceso de formación de gestores es comprendida como el conocimiento construido por los gestores de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, dado en la dialéctica entre sistematizar conocimientos, habilidades y valores y la formación integral de la cultura de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, ya que ambos se encuentran en unidad y contradicción a la vez, por cuanto, la primera posibilita la transferencia consciente a nuevas situaciones de conocimientos todo lo cual apunta al logro de niveles superiores de formación de la cultura y del accionar en la práctica, a su vez la contradicción se localiza en que sin la sistematización de los conocimientos, habilidades y valores sería imposible la formación integral de la cultura de la gestión, en tanto, los Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación son el campo de intervención profesional contextual de estos sujetos.
La reflexión por tanto, emerge de la dialéctica que se da entre el conocimiento de la cognición, la regulación del conocimiento y la praxis. El gestor de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación construirá reflexivamente el conocimiento toda vez que conozca sus propios conocimientos, capacidades y limitaciones, que posea además el dominio del conocimiento de otros sujetos, que pueda establecer diferentes relaciones comparativas, que conozca las características de su actividad como profesional y la relación entre el nuevo conocimiento adquirido y los conocimientos previos que posee para direccionarlos hacia un determinado propósito práctico social establecido.
Lo anterior se declara como fundamento de este principio porque el conocimiento implica una actividad práctico reflexivo que permite efectuar cuestionamientos, indagaciones, deducciones y conclusiones sobre determinadas acciones; estas reflexiones pueden efectuarse durante y después de la realización de estas, en tanto, la reflexión atribuye sentido a la experiencia adquirida en la práctica y a las conclusiones que se logran a través de ellas.
Ahora bien, este principio permite connotar que lo más relevante de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento no son las conclusiones o inferencias que se elaboren sobre lo que se hace o lo que se hizo, sino lo que todo ello tenga que ver con futuras construcciones de nuevos conocimientos y nuevas prácticas, en tanto, a partir de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento se puede fomentar un pensar estratégico para enfrentar con mayor pertinencia nuevas situaciones de conocimientos, como elemento importante para dar soporte a conocimientos más profundos y complejos.
El carácter formativo de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento como principio del proceso de gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, ofrece la posibilidad de comprender la necesidad de conceptualizar nuevas experiencias, mediante la producción de conocimientos desde la realidad científica e innovativa contextual, al revelar lo que aún no se sabe, todo lo cual permite abstraer lo que se está haciendo y encontrar un terreno fértil donde la generalización formativa sea posible contextualizarla y se pueda aprender de la práctica de los demás, así como mejorar la propia práctica, entre otros.
Sobre la base de lo anterior este principio permite comprender que el sujeto será capaz de un aprender declarativo (saber qué), un aprender procedimental (saber hacer) y un aprender actitunal (saber ser), en la propia dinámica del carácter formativo de la construcción y práctica reflexiva de este conocimiento, como elemento importante en la formación de la cultura integral del gestor de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, en la que es necesario procesar y enfrentar grandes cantidades de información, en tal sentido, es menester contar con un repertorio de saberes metacognitivos y autorreguladores apropiados.
Por tanto, el principio del carácter formativo de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación precisa y direcciona una permanente construcción y reconstrucción de los saberes en el contexto de actuación profesional, a partir de una postura científica e innovativa de los sujetos de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación en la que se integren los conocimientos, habilidades y valores científicos e innovativos asumidos en un escenario histórico concreto, en función del desarrollo de la ciencia y la innovación en y para la sociedad, sobre la base de la solución de problemas y la proyección de nuevas alternativas para perfeccionar permanentemente la realidad en la que se desarrolla esta actividad.
Lo hasta aquí explicitado justifica científicamente que este principio dinamiza la regularidad particular del modelo pedagógico de la dinámica del proceso de formación de gestores de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, dada en la dialéctica entre la dimensión de la contextualización formativa sistematizadora de los saberes de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación y la dimensión de la contextualización evaluativa sistematizadora de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, que permite la formación integral de la cultura de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación y el desarrollo científico e innovativo contextual.
Los sujetos se apropiarán de manera pertinente y permanente del conocimiento lógico de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación y lo aplicarán creadoramente en y para la práctica lógica del desarrollo de la ciencia y la innovación, todo lo cual posibilita que emerja en espiral ascendente un desarrollo integral de la cultura de la gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación en el contexto de actuación profesional del individuo.
Por tanto, es importante considerar que el principio del carácter formativo de la construcción y praxis reflexiva del conocimiento del proceso de gestión de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación conlleva al análisis de la evolución de la formación de los gestores de Programas y Proyectos de Ciencia e Innovación, en vínculo con los cambios histórico sociales de desarrollo de la ciencia y la innovación, todo lo cual permite la comprensión científica de la realidad formativa, como premisa para su transformación creadora en el contexto social.