María Cristina Soto Ibáñez
Primeramente, se recomienda a los interesados en realizar un trabajo de investigación, que corroboren antes de iniciarlo el apoyo de las instituciones implicadas en el caso. También deben asegurarse que disponen o pueden disponer de la información suficiente para realizar la investigación; resulta de suma importancia que mantengan una constante comunicación con sus asesores ya que esto les facilitará la realización del trabajo y que consideren el tiempo que destinarán para realizarla.
Se comprobó que las decisiones tomadas al reestructurar la banca de desarrollo fueron adecuadas, ya que los esquemas prevalecientes en ese momento histórico habían sido rebasados con antelación y traían aparejados altos costos operativos que mermaban seriamente el flujo de recursos hacia el financiamiento del sector primario del país.
La estructura de la Financiera Rural resultó ser operativamente viable y se logró la reducción de los costos operativos; además con esta estructura se logró organizar de una manera más eficiente a las organizaciones de productores de la zona centro del estado de Veracruz para bajar de forma más expedita los recursos financieros necesarios para el desempeño de sus actividades.
Sin embargo, se debe señalar la necesidad de fortalecer algunos puntos relacionados con la operación del crédito entre los que destaca el de la capacitación hacia productores que en la actualidad se manejan a través de outsourcing. Se cree conveniente que la capacitación dirigida al productor forme parte de las actividades que debe realizar la Financiera Rural de manera directa, para un cabal cumplimiento de su papel como banca de desarrollo.
En mi opinión, la solución del rezago agrario de nuestro país no reside en dar recursos monetarios por la simple tenencia de la tierra, ni a otorgar apoyos a fondo perdido a la población rural más desprotegida, recursos que no generan ningún beneficio a largo plazo, sino que sólo tratan de palear las necesidades más inmediatas de este sector de población.
Considero que el camino más acertado consiste en diseñar una serie de medidas tales como otorgar un incentivo por cada tonelada de producto cosechado, y que se garantice el precio de los productos agrícolas con el fin de fomentar la producción del campo mexicano y arraigar a los productores en el medio rural.
Finalmente sugiero capitalizar al campo para tender a la autosuficiencia alimentaria, ya que lo prioritario es el alimento para el pueblo, atender las necesidades biológicas básicas de la alimentación de los mexicanos, y de esa base partir para atender otros asuntos que resultan secundariamente prioritarios.