4.8 Algunos datos para la evaluación del test.

Hemos dicho que el test de frases incompletas se utiliza sobre todo en el diagnóstico de algunos casos de la psicología clínica y en la elaboración de diagnósticos empresariales sobre clima laboral, su evaluación esta relacionada con aspectos de la personalidad como la agresión, los mecanismos de defensa o de resistencia frente a situaciones de conflicto. Aquí señalamos algunos elementos que tienen que ver más con la estructura del instrumento y no tanto con la interpretación psicológica, que aunque importante no es motivo del presente trabajo.

Dijimos que el test de frases incompletas da al sujeto la sensación de tener libertad en la respuesta, pero que en efecto esta estructurada de antemano y tienen una forma gramatical predecible, los autores dicen que es en el tipo de respuestas donde debemos concentrar la atención, en aquello que denominan “respuestas aberrantes”. “La desviación de una respuesta natural indica la presencia de elementos altamente personalizados en el proceso asociativo” (Morales 1999: 83). Según los autores hay que poner atención en las omisiones, negaciones, respuestas poco claras, variaciones o distorsiones.

Las omisiones, significan dejar en blanco la respuesta, se supone que por alguna razón el trabajador no quiso o no pudo contestar, en tal caso hay que anotar la naturaleza del reactivo y el área que involucra. La agrupación de estas omisiones indica un bloqueo o una evasión consciente. Las negaciones tienen que ver con el grado de control de la culpa o agresión, lo que para fines del presente estudio resulta irrelevante y no las tomaremos en cuenta. Las respuestas poco claras o confusas pueden tomarse como reacciones de defensa del individuo ante experiencias específicas. Finalmente las variaciones se refieren a la extensión de la respuesta como muy larga o muy corta con monosílabos que refleja “un afecto interno como defensa” (Morales 1993: 85).

Como nuestro propósito no es realizar un análisis psicológico de los trabajadores, consideramos de manera general los puntos anteriores y nos concentramos en el tipo de respuestas que pudiera relacionarse con el marco teórico que hemos venido manejando, sobre todo tomando en cuenta que una de las características de la metodología cualitativa es, entrar al trabajo de campo sin ideas previamente concebidas acerca del fenómeno, aunque sí con interrogantes generales.

Lo que hicimos fue seguir lo que aconsejan Taylor y Bogdan (1987) de que en la metodología cualitativa “los investigadores desarrollan sus propios modos de análisis de los datos” recordemos que la descripción es una de sus formas, pero no la única, sobre todo los autores dicen que “el análisis de los datos es un proceso dinámico y creativo” (Taylor y Bogdan 1987: 159). Sugieren tres etapas:

La primera es una fase de descubrimiento en progreso: identificar temas y desarrollar conceptos y proposiciones. La segunda fase, que típicamente se produce cuando los datos han sido recogidos, incluye la codificación y el refinamiento de la comprensión del tema de estudio. En la fase final, el investigador trata de relativizar sus descubrimientos (Deustcher, 1973), es decir, de comprender los datos en el contexto en que fueron recogidos (Taylor y Bogdan 1987: 159).

Hasta aquí hemos visto que el test de frases incompletas, aunque elaborado con las mismas bases, puede tener 60, 68 o 100 frases, según el autor consultado (Bellak, Forer, Grados et. al.). Los propósitos de su aplicación (clínica o empresarial) también pueden ser distintos y la modalidad de su interpretación varía si es aplicado como test de actitudes o como test proyectivo. Al respecto de este último, se supone que en un grupo grande de reactivos, los primeros 20 sirven como frases que desinhiben al sujeto para que pueda expresar sus sentimientos, emociones o rasgos de personalidad, guardados en forma inconsciente, convirtiendo el instrumento en un test proyectivo más que en una escala de actitudes (Fischer 2003). En nuestro caso el test fue modificado y adaptado a fines de la investigación, más para medir tendencias de actitud que como prueba proyectiva, tampoco fue criterio de trabajo buscar rasgos de personalidad. Hemos dicho que las respuestas fueron agrupadas en tres grandes áreas de exploración: 1) Ambiente de trabajo, 2) Expectativas y 3) Tiempo libre y medios. Para cada una de ellas ubicamos el conjunto de frases incompletas de la siguiente manera:

Área de ambiente de trabajo.

• Actitudes frente a los supervisores (preguntas 6, 13, 20, 27).

• Actitudes frente a los colegas (preguntas 7, 14, 21, 28)

Área de Expectativas.

• Actitudes frente al futuro (3, 10, 17, 24)

• Actitudes frente a las metas (preguntas 5, 12, 19, 26)

Área de Tiempo libre.

• Actitudes fuera del trabajo (preguntas 1, 8, 15, 22)

• Actitudes frente al tiempo libre (preguntas 2, 9, 16, 23)

• Actitudes frente a los medios (preguntas 4, 11, 18, 25)

De acuerdo con los autores, las frases pueden interpretarse por su estructura, por su contenido y por su sustrato (Forer 1950, citado por Bellak 1999), o por el tipo de respuestas buscando sobre todo aquellas que sean “aberrantes”, es decir detectando omisiones, negaciones, respuestas poco claras, variaciones o distorsiones (Morales 1999) o siguiendo las sugerencias de Taylor y Bogdan (1987) de identificar temas, desarrollar conceptos, codificar y comprender los resultados en el marco del contexto de su aplicación. Aunque no seguimos al pie de la letra ninguno de los anteriores, tomamos elementos de cada uno de ellos, sobre todo se consideraron las respuestas por área de exploración, por individuo, por empresa y en general. El vaciado de datos se realizó en cuadros para su análisis, colocando los datos sociodemográficos del sujeto estudiado, las áreas de exploración y las respuestas a cada frase.

Para fines de este trabajo se llevaron a cabo las siguientes tareas; a) se realizó una lectura individual de las respuestas de cada trabajador por área de exploración, tomando en cuenta sus características socio-demográficas, de acuerdo a los criterios de estructura y contenido señalados por Forer (1950) y de omisiones y negaciones indicados por Morales (1999). b) se realizó un análisis por cada área de todos los trabajadores para tener la visión general de una sola empresa, relacionando las áreas de: ambiente de trabajo, expectativas y tiempo libre y c) se realizó un análisis general de las respuestas obtenidas conservando en la explicación la diferencia entre géneros, edad y escolaridad en la medida de lo posible.

Los criterios comunes de género, edad y escolaridad de los sujetos se ocuparon tanto para el análisis del cuestionario como para el test de preguntas incompletas, las respuestas obtenidas se leyeron también con cualquier otra combinación posible, por ejemplo con la categoría de empleado u operario, su estado civil, horario, o condición sindical siempre y cuando los datos nos lo permitieron.

En síntesis, hemos dicho que el cuestionario original como primer instrumento nos llevó a modificaciones desde la prueba piloto en la empresa Linda Vista y que en las posteriores aplicaciones nos encontramos con problemas similares, lo que nos llevó a realizar cambios constantemente, hasta que decidimos indagar en otras disciplinas el uso de métodos y técnicas innovadoras. Esto nos condujo por curiosidad, a revisar estudios sobre impacto de la televisión y de ahí a la psicología, en donde encontramos el test de “frases incompletas” como el más adecuado para nuestros objetivos, que aplicamos en dos empresas. Usamos las dos técnicas señaladas, tratando de conservar los linimientos generales de la metodología cualitativa, que nos da la posibilidad de combinar instrumentos en la medida en que avanza la investigación sin caer en el eclecticismo. De esta exploración se obtuvieron resultados diferentes de lo que daremos cuenta en los dos siguientes capítulos.