Luis Brunett Pérez
Como parte de este capítulo, se consideró necesario contar con una serie de elementos de corte teórico, a fin de estar en posibilidades de estudiar y analizar los agroecosistemas de producción con características campesinas.
Por principio, el concepto de economía campesina engloba a aquel sector de la actividad agropecuaria que se desarrolla por unidades de tipo familiar, con el objeto de asegurar, ciclo a ciclo, la reproducción de sus condiciones de vida y de trabajo, o si se prefiere, la reproducción social de los productores y de la propia unidad de producción (CEPAL, 1989).
A partir de esta concepción se asume que la racionalidad con que opera la actividad agropecuaria que desarrollan los sistemas campesinos obedece a principios económicos y sociales, de tal manera que el manejo de los recursos productivos disponibles responde, esencialmente, a condiciones de orden interno (De Janvri, 1995)
Interpretar esta forma de operación representa una seria dificultad teórica y metodológica, por lo que se requiere de marcos conceptuales que ayuden a entender la operación de esta racionalidad. Para efectos prácticos se retoman las cuatro premisas básicas que propone Kervyn (1988), (citado por CEDLA, s/f). Estas premisas, denominadas “características operativas de la economía campesina”, permiten una mejor aproximación teórica a la lógica sobre la cual operan las unidades campesinas. Las cuatro premisas son:
a).- Diversificación.- La economía campesina combina diferentes actividades en distintos tiempos y espacios, por lo que la unidad no se especializa en una determinada actividad, más bien, realiza todo un conjunto de actividades (agricultura, ganadería, artesanía, etc.) a lo largo del año, a fin de complementar los ingresos familiares y asegurar la reproducción de la unidad. Esta característica viene a ser una respuesta de los campesinos al problema de incertidumbre de la producción; ello equivale a tener un seguro, al no poner todos los recursos en una sola actividad.
b).- Interdependencia.- Todas las actividades que se desarrollan dentro de una unidad campesina están relacionadas entre sí. Es decir, parte de los productos agrícolas se destinan al consumo de la unidad y como insumo de otras actividades al interior de la misma unidad. Ello implica que la unidad debe lograr un equilibrio entre sus recursos y necesidades, por lo tanto, cada actividad emprendida no debe ser evaluada por separado, sino en función de todas las demás.
c).- Aversión al riesgo.- Dado que los campesinos se encuentran tan cerca de un mínimo de subsistencia, no pueden darse el lujo de aceptar riesgos importantes en sus decisiones de producción, y por lo tanto, prefieren minimizarlos. Debido a las características de la actividad agropecuaria, existe cierto nivel de incertidumbre en las decisiones de producción que no pueden ser reguladas por los campesinos. El caso más común son las contingencias climáticas.
d).- Heterogeneidad.- Existen diferencias entre campesinos, aun siendo de la misma comunidad, ello implica que las variables de análisis que se utilizan para una comunidad no sean válidas para otra, por lo que es difícil llegar a generalizaciones, como también conceptualizar unidades de producción representativas. Dentro de las diferencias más comunes se encuentran consideraciones de tipo: ecológico, geográfico, cultural, tecnológico, de mercado, laborales, ingresos económicos, fuerza laboral disponible, entre otros.
Con base en estas características, las unidades de producción campesinas se distinguen por:
1.- El carácter familiar de la unidad productiva.- Las decisiones que se refieren al consumo son inseparables de las que afectan a la producción.
2.- La producción predominantemente para el consumo.- La unidad campesina produce con el objetivo principal de cubrir las necesidades de consumo de sus miembros, al interior de la unidad. Así, parte de la producción se destina al autoconsumo; otra parte, a la propia reproducción del sistema; y el resto, a la venta.
3.- La fuerza de trabajo familiar.- La característica más específica de la economía campesina es el uso intensivo, distribución y valoración de la mano de obra familiar, aunque en ocasiones se contrata mano de obra asalariada, ó bien, se realizan intercambios de labores sin que medie el dinero.
4.- El nivel de las fuerzas productivas.- La unidad de producción se desenvuelve con un bajo nivel tecnológico; aunque es común la adaptación de tecnologías diseñadas para sistemas con otras características.
Otro esquema de tipificación para el análisis de la economía campesina, es el que utiliza la capacidad de generar y acumular excedentes, en el cual se considera como punto de referencia la disponibilidad de activos de cada familia, así como su inserción al mercado (CEPAL 1989). Dentro de este tipo de análisis se distinguen tres diferentes de tipologías de campesinos:
Los que no logran cubrir las necesidades de alimentación de la familia, por lo que deben obtener la mayor parte de sus ingresos fuera de la unidad de producción, generalmente con trabajos no agrícolas.
Los que logran satisfacer sus necesidades de alimentación y que complementan sus ingresos mediante otras actividades fuera de la unidad de producción, pero que no logran capitalizarse.
Aquellos que logran cubrir sus necesidades y capitalizar su unidad productiva.
A partir de los planteamientos teóricos expuestos, se asume que la economía campesina no se dirige a aumentar rendimientos y maximizar ganancias, sino a aumentar sus posibilidades de subsistencia y de reproducción unitaria, por lo que se produce para el mercado sólo una porción, que permita obtener dinero en efectivo para satisfacer las necesidades familiares y de consumo, así como para la compra de insumos con los que no cuentan.