Luis Brunett Pérez
“No se trata de aprender más cosas
sino de pensar de otra manera”
A partir de la investigación desarrollada, es posible derivar las siguientes conclusiones y recomendaciones:
VII.1.- PARA LOS AGROECOSISTEMAS
A partir del primer ciclo de evaluación se diseñaron y calificaron una serie de indicadores que permitieron definir mejor los puntos críticos (debilidades y fortalezas) de los agroecosistemas. Para el segundo ciclo se establecieron medidas para la corrección de algunas áreas y de esta manera mejorar el perfil de sustentabilidad de ambos agroecosistemas.
Se demostró que los agroecosistemas estudiados mantienen su estabilidad y continuidad a partir del ingreso derivado del subsistema pecuario, en especial la producción de leche, ya que el maíz ha dejado de ser atractivo económicamente hablando, más no así para la dinámica del sistema. El subsistema pecuario tiende a consolidarse. Esta apreciación tiene sus matices, ya que existen unidades de producción que continúan inclinándose por la producción de maíz y la retención de machos para una engorda informal. Este fenómeno es más común en las unidades del AC.
En el AC, los márgenes de ganancia se establecen a partir de la sobreexplotación tanto, de la mano de obra como de los recursos productivos y además requiere de ingresos externos para mantener su estabilidad. Por su parte el AM tiende a la especialización de la producción de leche por medio de innovaciones tecnológicas que se han propuesto a través de varios años, además, presenta mejores retornos económicos en la producción de leche, consecuentemente tiene la capacidad de mantenerse y generar algunos empleos así como reducir la presión sobre la tierra, sin embargo, el recurso agua presenta un uso ineficiente. Otro elemento que disminuye el perfil de sustentabilidad es la dependencia de insumos y apoyos. No obstante, estas afirmaciones es posible elevar los niveles de sustentabilidad en ambos agroecosistemas, aunque con diferentes estrategias.
Los agroecosistemas caracterizados como contrastantes para su estudio, no son tan claramente definidos. El componente tecnológico de las praderas y su manejo se identificó como el elemento diferenciador, por lo que al transferir este componente al AC se convierte en el mismo sistema pero con una gama de diferentes estrategias para la producción de leche.
Queda claro la necesidad de que el primer año sirve como una plataforma para realizar un diagnóstico y a partir de ello, estar en condiciones de diseñar y valorar nuevos indicadores, por lo tanto, para trabajar evaluaciones de sustentabilidad es necesario tener un horizonte de por lo menos cinco años, a fin de que se permita profundizar en los diferentes aspectos que se requieren para asegurar que un sistema es sustentable.