Luis Brunett Pérez
La evaluación se lleva a cabo a través de una serie de pasos secuenciales, dirigidos a identificar las limitantes y posibilidades de la sustentabilidad de los agroecosistemas, que son:
1. Definir al agroecosistema.- Por medio de la identificación de las entradas y salidas de insumos y productos, así como de las relaciones entre los diferentes componentes implicados en las prácticas de producción agrícola y pecuaria. La segunda tarea, es caracterizar y diferenciar a los sistemas que se van a evaluar; es decir, identificar como sistema convencional, al sistema que representa las prácticas más comunes de la zona, y como sistema modificado al que se le han incorporado innovaciones tecnológicas. De tal manera, se podrán iniciar las comparaciones entre uno y otro.
2. Identificar los puntos críticos.- Una vez caracterizados los sistemas, el siguiente paso corresponde al reconocimiento de los aspectos positivos y negativos que le dan solidez o vulnerabilidad a la sustentabilidad del agroecosistema respectivo. Estos puntos críticos deberán estar relacionados con las diferentes propiedades de la sustentabilidad, para así contar con una mayor claridad sobre lo que se está evaluando. El objetivo final de este proceso es determinar el problema bajo estudio.
3. Seleccionar criterios e indicadores.- A partir de la información anterior, se determinan los criterios de diagnóstico y se derivan los indicadores más significativos del agroecosistema, teniendo presente a las propiedades, así como la dimensión de evaluación a que correspondan (social, económica y ambiental). El procedimiento para obtener información que alimente a los indicadores no sólo es a través de la medición directa, también es posible recurrir a diferentes métodos que muestren tendencias del comportamiento del sistema.
4. Medir y valorar los indicadores.- A estos corresponde, el diseño de los instrumentos de análisis y el procedimiento utilizado para obtener la información deseada. Esta etapa depende de la disponibilidad de recursos económicos y de información, del tiempo de la investigación y de la capacidad del grupo de investigación, así como del problema bajo estudio.
5. Integrar y reportar los resultados.- Es la fase en que se compara la sustentabilidad de los agroecosistemas analizados, a través de juicios de valor que permitan compararlos entre sí, en cuanto a su sustentabilidad, y establecer los principales obstáculos y potenciales para la sustentabilidad. Dentro del procedimiento de evaluación, esta fase es la que resulta más complicada, ya que deben incorporarse aspectos biofísicos y socioeconómicos, que dificultan su exposición; por ello se afirma que aún es un área abierta para la investigación (Masera et al., 2000).
6. Plantear conclusiones y recomendaciones.- Se proponen sugerencias para fortalecer la sustentabilidad del agroecosistema, así como para mejorar el proceso de evaluación. En síntesis, esta fase corresponde a una discusión sobre los factores que impiden la sustentabilidad del agroecosistema, haciendo hincapié en los aspectos que están dentro y fuera del sistema mismo; lo que supone establecer las limitaciones metodológicas del marco de evaluación aplicado al caso de estudio particular.
Cabe mencionar que una vez que se llega al punto 6 del MESMIS, es posible plantear nuevas hipótesis de trabajo, así como probar estrategias y propuestas para elevar la sustentabilidad del agroecosistema, lo que significa redefinir al sistema para dar comienzo a una segunda fase de evaluación ( T2 ó tiempo dos).