Luis Brunett Pérez
Los resultados se presentan por unidad de producción, en orden ascendente por cuanto a superficie. De igual manera, se utilizarán las siglas AC para referirse al Agroecosistema Convencional (ejido de Benito Juárez) y el AM para el Agroecosistema Modificado (ejido de San Cristóbal). Los resultados corresponden a la medición de dos años, de abril de 1999 a marzo de 2000, y de abril de 2000 a mayo de 2001, que no necesariamente coinciden con los ciclos agrícolas de primavera/verano de 1999 y 2000.
V.6.- Aspectos generales de las unidades de producción
Para facilitar la comparación entre las unidades de producción, se elaboraron varias tablas con los recursos productivos por unidad —en que se incluyen algunos aspectos sociales—, dado que las estrategias productivas de cada unidad están en función de la disponibilidad de tierra, animales y mano de obra.
Tabla No. 5.1.- Tamaño y uso del suelo en los dos agroecosistemas
La tabla 5.1 muestra la superficie total con que cuenta cada una de las unidades evaluadas y el uso que se hace de ellas. Se observa una gran heterogeneidad de tamaños y usos: las superficies, en el AC van de las 3.0 a las 9.75 has.; en contraste con el AM, en que se observa un mayor rango, de 0.75 a 8.25 has. En cuanto al uso del suelo, el AC mantiene una mayor superficie destinada al cultivo de maíz, mientras que en el AM, este cultivo se ve disminuido para dar acceso a las praderas.
Para el ciclo agrícola de 2000, se modificó el uso del suelo en las unidades del AC, al integrarse 0.25 has. de pradera en la mayoría de las unidades (sólo una no aceptó establecer una superficie de pradera en su predio).
El AC soporta una parte importante de la producción de leche con el abasto de rastrojo y grano de maíz, con el uso de agostaderos propios y con la renta de tierras para el pastoreo.
Conviene destacar que en el AC, el maíz sigue siendo la estrategia productiva más importante, al mantenerse como el principal medio de producción; no así en el AM, en que este cultivo representa alrededor de un 60 por ciento del uso del suelo. Para el caso del AC, se nota una disminución en el uso de agostaderos a partir del establecimiento de praderas, al pasar del 5.4 por ciento del uso a 3.9. En el mismo sentido, se encuentran las áreas rentadas para el pastoreo, que pasaron de 6.2 a 0.78 por ciento, para los años 1999 y 2000, por lo que, las praderas empiezan a reducir la presión sobre el recurso tierra.
Al no contar el AM con áreas de agostadero, las praderas representan una opción importante dentro de las estrategias productivas.