Tesis doctorales de Economía


EL RIESGO DE DESASTRES: UNA REFLEXIÓN FILOSÓFICA

Carmen Delia Almaguer Riverón



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CAPITULO II. LA PERCEPCIÓN SOCIAL DEL RIESGO DE DESASTRES. ESTUDIO DE CASO

El Capítulo se inicia con el análisis de las fortalezas y limitaciones del modelo actual de gestión del riesgo para situaciones de desastres en Cuba, destacando entre sus limitaciones la carencia de estudios sobre la percepción del riesgo y de la cultura de prevención en el nivel local. El estudio de la percepción del peligro y el riesgo en los diferentes actores locales, incluyendo en ellos, a la comunidad, resulta esencial para el desarrollo de una cultura de prevención del desastre adecuada al contexto.

El estudio de caso que se presenta, constituye una crítica desde una perspectiva teórica y metodológica hasta ahora no contemplada al modelo existente en Cuba para la gestión del riesgo de desastres.

El estudio de caso es una evidencia empírica que toma en cuenta a la Filosofía de la Ciencia en el giro naturalista, así como la utilidad de los estudios en CTS para el análisis de las limitaciones que en la gestión del riesgo existen en Cuba. El estudio de caso, combina estrategias metodológicas cualitativas y cuantitativas al utilizar la entrevista en profundidad a informantes claves y la entrevista estructurada, por lo que constituye el producto de la triangulación metodológica y teórica realizada.

El diseño del estudio empírico que se realiza parte de la experiencia internacional, así como de los estudios realizados en Cuba por el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sicológicas del CITMA. Se aplica y enriquece el método psicométrico para evaluar la percepción de la población acerca de los peligros, al incluirse la percepción sobre la vulnerabilidad como componente esencial del riesgo de desastre, validando su utilidad a partir de su aplicación.

El estudio de percepción social del riesgo de desastres realizado, inicia con la caracterización de los peligros y vulnerabilidades en el territorio de Moa y la caracterización socioeconómica del Consejo Popular Rolo Monterrey. En el Consejo objeto de estudio se seleccionan cuatro asentamientos que representan desde el punto de vista geográfico y económico toda su diversidad en cuanto al estado de las condiciones de vida (con condiciones favorables, medianamente favorables y desfavorables).

2.1 La gestión del riesgo para situaciones de desastres en Cuba

El archipiélago cubano, por su ubicación geográfica, evolución geológica, características tectónicas, clima, relieve y desarrollo socioeconómico, presenta diversas amenazas o peligros naturales, tecnológicos y sanitarios que deben ser analizadas como base para la identificación y tratamiento de las diferentes zonas de riesgo en el país.

Para Cuba es necesario reconocer que hay peligros que por su génesis y características, requieren de un análisis y tratamiento específico o diferenciado. Existen peligros que se pueden considerar recurrentes, ya que están presentes cada año y en un período especifico, como los huracanes, depresiones tropicales, penetraciones del mar e intensas sequías, pero se identifican otros, que se pueden clasificar como potenciales (enfermedades que pueden originar epidemias, epizootias, epifitias y plagas cuarentenarias, accidentes catastróficos del transporte, accidentes con sustancias peligrosas, explosiones de gran magnitud, incendios de grandes proporciones en áreas rurales, instalaciones industriales y construcciones sociales, derrumbes de edificaciones, derrames de hidrocarburos, sísmos, deslizamientos del terreno, ruptura de obras hidráulicas y otros), cuyo pronóstico en el tiempo es impredecible.

La Defensa Civil en Cuba, centra la problemática de los desastres y constituye un sistema de medidas defensivas de carácter estatal cuyo objetivo es la protección de la población y la economía nacional en los casos de desastres, así como del deterioro del medio ambiente. El sistema de medidas de Defensa Civil en Cuba, constituye un factor estratégico para la capacidad defensiva del país organizado en todos los territorios cuyas actividades se apoyan en la utilización de los recursos humanos y materiales de los órganos y organismos estatales, las entidades económicas e instituciones sociales. Las medidas de Defensa Civil en Cuba, han mostrado su efectividad frente a los huracanes, ciclones y agresiones biológicas. . Su estrategia se sustenta en un marco legal que comprende leyes, decretos leyes y resoluciones ministeriales.

A pesar de la frecuencia e intensidad de fenómenos de carácter hidrometeorólogico y a las limitaciones económicas imperantes, Cuba cuenta con fortalezas para el desarrollo de la gestión del riesgo. Estas fortalezas se consideran, según Rodríguez y Pérez (2004:4), las siguientes:

• La voluntad política que prioriza la temática

• Las sinergias alcanzadas entre instituciones científicas, de ordenamiento territorial, de la vivienda, de defensa civil y universidades

• La identificación de políticas, estrategias y medidas para la prevención, mitigación, preparación y respuesta a diversos plazos temporales que incluyen la rehabilitación y reconstrucción ante los desastres

• La existencia de leyes, decretos leyes de defensa civil (Ley 75/1994 de la Defensa Civil y Decreto Ley 170/1997 del Sistema de Medidas de Defensa Civil) y normas constructivas

• La planificación del desarrollo y existencia de un proceso inversionista conciliado con la Defensa Civil

• El fortalecimiento de las capacidades institucionales y humanas

• La existencia de un sistemas de predicción, monitoreo y vigilancia de las amenazas

• La formulación de planes de reducción de desastres

• La organización de la población

• La información y capitación de la población alcanzados

No obstante, frente a estas potencialidades Rodríguez y Pérez (2004:3) señalan entre los aspectos que en la actualidad obstaculizan el desarrollo de la gestión del riesgo, los siguientes:

• La baja prioridad brindada al tema en toda su dimensión

• La visión tradicional de privilegiar al desastre en el momento de producirse

• La falta de asimilación del criterio local y de la participación comunitaria

• El carácter de la asistencia técnica, económica y material

• El desconocimiento de las funciones de los actores

• La rigidez en las normas y leyes existentes

• La presencia de diversidad de visiones (no se enfrenta la particularidad del caso, existe falta de participación y diálogo, las soluciones técnico administrativa son generales y no siempre son sostenibles, aspiraciones e intenciones no conjugadas entre lo local y lo externo, no se aprovechan las experiencias locales, entre otros).

La visión tradicional de privilegiar al desastre en el momento en que este se produce, como señalan Rodríguez y Pérez (2004), representa una de las limitaciones más serias en materia de gestión para la reducción del riesgo de desastres, y denota insuficiencias en la manera de concebir la prevención, si toma en consideración que la misma, no puede ser ocasional ni parcial, sino permanente e integral para garantizar la seguridad y el desarrollo sostenible de los territorios.

Por otra parte, aún cuando la problemática del desastre se incluye en el Capítulo IV de la Estrategia Ambiental Nacional 2007-2010, el epígrafe propuesto se reduce a desastres “naturales”, y los objetivos específicos definidos no rebasan el enfoque propio de las ciencias naturales y técnicas abordados en el Capítulo I de esta tesis; se identifica además “peligro” con “desastre” y este no se asume como un problema ambiental construido en el tiempo.

Pudieran considerarse, además, otras insuficiencias, entre ellas: la carencia de estudios sobre las percepciones sobre el riesgo y de la memoria histórica de sus pobladores, así como en términos generales de la cultura sobre riesgos en el nivel local , si tiene en cuenta que priman la concepciones que identifican el desastre con peligros “naturales” entre otras ya abordadas.

Es preciso destacar que apoyado en el marco legal antes mencionado y las capacidades institucionales, Cuba, a través del Sistema de Defensa Civil, ha desarrollado, fundamentalmente en los últimos años, instrumentos y herramientas que establecen el carácter obligatorio de los estudios de reducción de riesgo de desastres como uno de los elementos de partida para la elaboración de los planes para la reducción del riesgo de desastres a nivel territorial, a partir de la Directiva No 1 del Vicepresidente del Consejo de Defensa Nacional, para la planificación, organización y preparación del país para situaciones de desastre, de junio de 2005.

Como documentos rectores en este proceso están la “Guía para la realización de los estudios de riesgos” elaborada por el estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, y la “Metodología para la estimación del riesgo” confeccionada por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente con la participación de varias instituciones científicas del país. Con ellas cada territorio, organismo, empresa e institución determina su riesgo de desastres y elabora su plan de reducción como resultado del trabajo de un equipo multidisciplinario e intersectorial.

Por otra parte, el fortalecimiento de la capacidad de Cuba para el desarrollo de la gestión del riesgo incluye la creación de Centros de Gestión para la Reducción del Riesgo en los municipios de mayor exposición a los peligros naturales y/o tecnológicos del país. En las provincias orientales, y debido a sus particularidades, se encuentran ubicados algunos de estos Centros, uno de ellos en el municipio de Moa, perteneciente a la provincia Holguín.

Los Centros de Gestión para la Reducción del Riesgo (CGRR) son un espacio físico con un equipamiento modular designado para facilitar a las autoridades del territorio el manejo de los riesgos de desastres, influyendo directamente en la reducción de las vulnerabilidades y en el fomento de una cultura de prevención de desastres y paralelamente en la preparación de la sociedad para enfrentar los peligros que puedan afectar a la población, los recursos económicos y la infraestructura del territorio.

Los CGRR tienen entre sus funciones :

1. Facilitar la evaluación y reducción del riesgo de desastres en el territorio con la participación de los especialistas de los diferentes sectores del territorio, mediante la evaluación periódica de los indicadores de peligro, vulnerabilidad y riesgo.

2. Apoyar con el equipamiento y la información disponible al Centro de Dirección del Consejo de Defensa Provincial (Municipal) durante la respuesta y recuperación en situaciones de desastre.

3. Documentar gráficamente las acciones de reducción de desastres que se realicen en el territorio.

4. Contribuir con la preparación de las diferentes categorías de personal y para la “divulgación de las medidas de reducción de desastres”.

El análisis de las funciones actualmente definidas para los CGRR, no incorporan los estudios de percepción de los peligros y riesgos en los diferentes actores locales y el monitoreo de las mismas, no incluyen además, la comunicación del riesgo como actividad sistemática a desarrollar por los diferentes medios de difusión de que dispone el territorio y es aún considerada en términos de “información puntual” y “divulgación de medidas de reducción de desastres”.

Sin embargo, en el campo de la Gestión del Riesgo la "comunicación" adquiere un valor sustancial que requiere de una “gestión" cuyo objetivo lo constituya la comprensión y los cambios traducidos en conducta, actitud consciente, y proactividad en los diferentes actores locales, ello demanda además de un enfoque interdisciplinario y participativo como fundamento para la prevención y la reducción de la reducción de la vulnerabilidad.


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