ACUMULACIÓN Y SOCIALIZACIÓN DE CAPACIDADES DURANTE LA GESTIÓN TECNOLÓGICA: CASO CEMEX
Carlos Arturo Torres Gastelú
El marco teórico de este trabajo se sustenta fundamentalmente en dos perspectivas. La primera, referida a las capacidades tecnológicas, es utilizada como un recurso para entender cómo el grupo cementero mantiene esfuerzos constantes para lograr destacarse en el ámbito internacional. La segunda, se relaciona con el papel que han desempeñado las TICs –y particularmente el portal empresarial- en tanto herramientas de colaboración para la gestión y socialización de las capacidades de la empresa.
Estas perspectivas ayudan a dilucidar las formas en que se entrelazan individuos, procesos y organización en la generación de un entorno cultural que persigue la integración y explotación del conocimiento interno, mediante el sostén de la tecnología.
Bajo la luz de estas perspectivas teóricas, partimos de que la acumulación de capacidades en las empresas para lograr una distinción competitiva en los mercados que atiende, está directamente relacionada con su capacidad para gestionar el conocimiento que posee. En el caso de CEMEX, está relacionado con la gestión en la regulación de sus procesos, en la asimilación de la tecnología y en las formas de interacción social que, como se verá más adelante, han resultado en la formación de una capacidad tecnológica central: la diseminación del conocimiento interno.
II.1 Perspectiva teórica de las capacidades tecnológicas
La literatura de las capacidades tecnológicas (CT) surgió a finales de los 70s y en los inicios de los 80s a través de un conjunto de estudios sobre el origen, intensidad y las determinantes del cambio tecnológico en los países en desarrollo (Costa & Robles, 2002). En ellos se recalca el hecho de que los países en desarrollo no deberían de ser considerados como meros receptores de las tecnologías de los países desarrollados, dado que pueden acumular algunas capacidades, por lo menos para adaptar las tecnologías importadas a las condiciones locales, lo cual ha sido documentado por Katz (1976:52-75) en el caso latinoamericano.
En estudios mas recientes, las capacidades tecnológicas se han constituido en el centro de las nuevas teorías de crecimiento económico, las cuales se han enfocado a la tecnología y el capital humano como motores de crecimiento (OECD, 1997: 22). Las funciones de producción se presentan de manera diferente entre los países: algunos países innovan, otros imitan y otros absorben la tecnología de manera pasiva. Esto resulta en brechas en la tecnología que afectan la comercialización e innovación (Lall, 2001:61).
La justificación en el uso de la perspectiva teórica expuesta para este estudio, tiene que ver con la estrecha relación que guarda este marco con brindar explicaciones sobre la generación y gestión de los cambios que sufren las empresas para mantener su competitividad en un ambiente cambiante. De ahí que, una forma para que las empresas se mantengan vigentes en los mercados, sea mediante la acumulación de sus capacidades.
Definición y dimensiones del estudio
Desde que se empezó a utilizar el concepto de capacidades, se hace referencia tanto para el conjunto de conocimientos tecnológicos, como al uso de ese conocimiento, el cual está referido también a su dimensión organizacional. La dimensión organizacional-institucional es más ampliamente establecida por Bell y Pavitt (1995:71) cuando se refieren a: “las capacidades locales para generar y administrar el cambio en las tecnologías usadas en la producción, y estas capacidades están basadas ampliamente en recursos especializados (los cuales necesitan ser acumulados a través de una inversión deliberada)”. Recursos (incluyendo la capacitación, el conocimiento, la experiencia y las estructuras institucionales) que además, sirven para generar y administrar el cambio técnico (Bell & Pavitt, 1993).
De tal manera que como han señalado Yoguel y Rabetino (2000:218) estas competencias son consideradas como el conjunto de saberes, conocimientos y rutinas organizacionales de carácter productivo, tecnológico y de gestión que la firma ha acumulado a lo largo de su “sendero evolutivo” o bien de su trayectoria tecnológica.
Es decir, las empresas construyen las capacidades tecnológicas (CT) a través de procesos de aprendizaje, así el aprendizaje tecnológico se refiere al proceso dinámico de adquirir capacidades tecnológicas. “Las empresas aprenden con el tiempo, acumulan conocimiento tecnológico, y pueden progresivamente realizar nuevas actividades y adquirir nuevas capacidades”. (Dutrénit, 2000:10).
El término “capacidad tecnológica” se refiere a “la habilidad para hacer un uso efectivo del conocimiento tecnológico en los esfuerzos para asimilar, usar, adaptar y cambiar las tecnologías existentes. También permite la creación de nuevas tecnologías y el desarrollo de nuevos productos y procesos en respuesta a un ambiente económico cambiante. Denota dominio operacional sobre el conocimiento”. (Kim,1997:4). Se manifiesta no solamente por la posesión del conocimiento, sino, aún más importante, por el uso de ese conocimiento y por el aprovechamiento con el cual es utilizado en las actividades de inversión y producción y en la creación de nuevo conocimiento. Por esta razón, el término “capacidad tecnológica” es usado recíprocamente con el término “capacidad de absorción”: la capacidad para absorber el conocimiento existente y generar nuevo conocimiento”.
En este sentido, el término “capacidad tecnológica“ indica también el nivel de capacidad organizacional en un momento dado, mientras que el término, “aprendizaje tecnológico“ se puede utilizar para abarcar el proceso dinámico de adquisición de la capacidad tecnológica. Entonces, es factible usar los términos aprendizaje tecnológico y la adquisición de capacidad tecnológica indistintamente. Un indicio de CT reflejado en CEMEX está referido en este sentido, basado no tan sólo en el dominio operacional de la herramienta tecnológica por parte de los usuarios, sino en el “saber cómo”, generando formas diversas de aprovechamiento de las TICs en términos, por ejemplo, de mejoras en los esquemas de colaboración en los grupos de trabajo en la empresa.
Uno de los investigadores que ha ahondado en la definición del concepto de las capacidades tecnológicas es Lall, que sostiene que las CT son definidas como “las habilidades, conocimiento y experiencia requeridas para que una empresa alcance el cambio tecnológico en diferentes niveles”. (2000:36). También, ha resaltado el hecho de que las CT son adquiridas y acumuladas a lo largo del tiempo y a través de esfuerzos tecnológicos, los cuales son llevados a cabo por la empresa. Tal acumulación tecnológica es denominada proceso de aprendizaje, el cual es simultáneo al cambio tecnológico. El tipo de capacidad acumulada, así como el cambio tecnológico alcanzado dependen en qué tan explícitos y decididos sean los esfuerzos. Mientras más explícitos y decididos sean los esfuerzos tecnológicos, más profundos y más complejos serán las capacidades acumuladas y el cambio tecnológico alcanzado”. (2000:42).
En trabajos posteriores Lall (2001:65), recalca que las capacidades tecnológicas son definidas como “las habilidades – técnicas, administrativas u organizacionales - que son necesarias para permitir a las empresas utilizar el hardware (equipo) y el software (información) de la tecnología eficientemente. Tales capacidades son necesariamente específicas de la empresa, del conocimiento institucional compuesto de habilidades individuales y de la experiencia acumulada con el paso del tiempo”.
Bell y Pavitt (1995:71) sostienen que las capacidades tecnológicas son acumuladas y desarrolladas por los individuos (habilidades, conocimiento y experiencia) y en los sistemas organizacionales. También Gonsen (1998:7), lo ha ratificado, al sostener que los componentes fundamentales de las capacidades tecnológicas están dados por los individuos (los cuales poseen las habilidades y conocimiento técnico), la organización (institución que ensambla diferentes talentos y el "saber cómo"), y un objetivo común (combinación de esfuerzos de las habilidades técnicas en una dirección común).
De ahí que se considere para este estudio, la participación de dos componentes: individuo y organización, los cuales son dos de las dimensiones que han permitido abordar la conformación de CT en la empresa en estudio. Para ello se coincide con Bell y Pavitt, en cuanto a suponer al individuo como una dimensión que permite comprender cuáles son los mecanismos que ha ocupado la empresa para desarrollar las habilidades, experiencia y el conocimiento tecnológico de los individuos; y en considerar a la organización como el macro-mecanismo que permite generar una estructura y una “forma de hacer las cosas” de una manera particular, basada en gran medida en los aprendizajes y capacidades que se han desarrollado en la empresa a lo largo del tiempo, ensamblando la búsqueda y desarrollo de talentos y fomentando la capacidad de detectar la mejor manera de hacer las cosas, expresada en la implementación de las mejores prácticas.
Pero, además de la participación del individuo y de la organización, se propone que la dimensión de la tecnología y el entorno cultural en el que se desarrolla, complementan el enfoque para el estudio de los procesos de acumulación y socialización de capacidades. En parte, por los roles que desempeñan en el proceso de codificación y transmisión del conocimiento tecnológico en la empresa. Pero, también, porque al incluirlas se pueden observar las derivaciones que provoca la asimilación de una herramienta tecnológica y la forma en que afecta al entorno en el cual se desenvuelve. Y eso hace que el modelo vigente sea aún insuficiente para llegar al fondo de algunas condiciones emergentes del mismo.
La dimensión de la tecnología ha sido considerada en este estudio con fines de comprender el papel de actor que ha venido desempeñando en la trayectoria y el sistema tecnológico que ha creado la empresa; específicamente las TICs, que han estado fuertemente vinculadas con las capacidades y estrategias globales de la empresa; aspecto que es analizado posteriormente. Aunque no se puede pensar, que la tecnología pueda por sí misma acumular y desarrollar CT desde la perspectiva de Bell y Pavitt, en este estudio se las considera no como “componentes” de CT, sino como “dimensiones” del estudio, desempeñando un rol que les permite convertirse en un actor que “facilita” la conformación de CT.
Finalmente, es importante resaltar que, aunque en este estudio se hable sobre la gestión y socialización de capacidades, éstas mantienen estrecha relación tanto con las capacidades tecnológicas como con las capacidades organizacionales. Lall (1987:17) reconoce que, tanto los factores organizacionales-institucionales como los tecnológicos, forman parte de las capacidades tecnológicas, aunque la interacción entre ambas dimensiones es un elemento poco tratado en la literatura.
Aunque en este estudio se abordan ambas dimensiones, por cuestiones de claridad en el texto se las denominan como “capacidades”, puesto que el objetivo del estudio no pretende discernir sobre sus diferencias, sino esclarecer cómo se comportan.
Procesos de acumulación, gestión y socialización
La acumulación de capacidades tecnológicas se basa en procesos de aprendizaje (Bell, 1984; Katz, 1976, 1986 y 1987; Lundvall, 1992; Pirela et al., 1991 y 1993; Rosenberg, 1976; Villavicencio, 1990; Dodgson, 1993). Al aprendizaje se lo considera una vía para la construcción de las capacidades. De acuerdo con Bell y Pavitt (1993; 164), el aprendizaje tecnológico se refiere a “cualquier proceso en el que los recursos para generar o administrar el cambio técnico (las capacidades tecnológicas) es incrementado o reforzado”.
El aprendizaje tecnológico “no es automático, por el contrario, es gradual y acumulativo por naturaleza; es un proceso social y colectivo; es local y tiene una dimensión tácita”. (Bell, 1984; Dosi, 1988; Teece, Pisano y Shuen, 1990). La acumulación de capacidades tecnológicas requiere una estrategia deliberada en las empresas para “asimilar la transferencia tecnológica y adquirir capacidades tecnológicas”. (Dodgson, 1993; Dahlman y Fonseca, 1987; y Kim, 1997). Por ello, concierne a este estudio identificar las acciones y estrategias corporativas que ayudaron a la gestión y socialización de capacidades en el grupo cementero.
Los procesos de transferencia de la tecnología tienen “un carácter acumulativo y tácito, la empresa receptora debe desarrollar algún tipo de aprendizaje y capacitación”. (Nelson y Winter, 1982 y Dosi et.al., 1988), por lo que el proceso de aprendizaje es determinante para acumular capacidades tecnológicas más que capacidades productivas. A partir de esta diferenciación, se identifican también dos procesos diferenciados: el proceso de cambio técnico y el proceso de aprendizaje tecnológico (o acumulación tecnológica). El primero se refiere a la forma como se lleva a cabo la incorporación de la nueva tecnología dentro de la capacidad productiva de las empresas o de las economías. La acumulación tecnológica (aprendizaje tecnológico) se refiere a cualquier proceso mediante el cual los recursos para la generación y la administración del cambio técnico (capacidades tecnológicas) son incrementadas o reforzadas”. (Jasso & Torres, 2002:3).
Por lo tanto, la acumulación de capacidades requiere utilizar muchos y continuos esfuerzos para lograrla. El grupo cementero ha realizado múltiples esfuerzos deliberados para incorporar la tecnología en sus procesos de producción, pero también en sus procesos organizacionales, de gestión y fortalecimiento de su comunicación interna apoyándose en las TICs.
La profundidad de las capacidades tecnológicas alcanzadas puede variar según el tipo de industria, el tamaño de la firma, el nivel del desarrollo del mercado, y de las estrategias comerciales adoptadas. Sin embargo, es importante aclarar que las capacidades tecnológicas se refieren a los conocimientos y habilidades incorporadas a las personas y en las organizaciones. Ellas son las capacidades dinámicas que permiten, a las firmas que la poseen, absorber, adaptar y mejorar el conocimiento existente.
En la empresa motivo de este estudio, se han ocupado una diversidad de fuentes para generar el aprendizaje interno, entre las que destacan:
1. Las actividades rutinarias de sus integrantes.
2. Los cursos y entrenamientos presenciales y virtuales ofrecidos de manera continua.
3. Las estancias e intercambios de individuos clave en los lugares donde se requiera implementar un sistema o proceso del negocio.
4. Las interacciones sociales de sus integrantes en el ámbito internacional.
5. El apoyo recibido de proveedores y consultores.
6. Las labores de investigación interna realizadas por las áreas de tecnología, y las externas, realizadas por el socio tecnológico (NEORIS).
7. Los eventos internos como conferencias, congresos y reuniones anuales de trabajo.
El aprendizaje tecnológico, a menudo ocurre cuando las empresas desarrollan ciertas actividades orientadas a implementar cambios técnicos. La mayoría de las actividades de aprendizaje son actividades que las empresas llevan a cabo cotidianamente. Estas actividades pueden estar orientadas a alcanzar diferentes objetivos, tales como la compra de equipos, la localización y solución de fallas, la adaptación y mejora de dispositivos y procesos, el desarrollo de procesos o productos nuevos, la expansión de plantas, etcétera.
El aprendizaje no es necesariamente el objetivo perseguido al desarrollar estas actividades. Sin embargo, las empresas pueden aprovechar estas actividades de cambio técnico, no sólo para resolver los problemas de producción, sino también para generar un resultado de aprendizaje positivo. En este sentido, dichas actividades pueden considerarse también como actividades de aprendizaje. Este documento analiza, particularmente, las acciones corporativas realizadas durante la gestión de un proyecto de la empresa en estudio.
Se trata de actividades de aprendizaje que se presentaron durante el complejo proceso de acumulación, gestión y socialización de capacidades de la empresa, en términos de la gestión de un proyecto corporativo global, el cual es la continuación de un mega-proyecto de la empresa (CEMEX Way), que ha tenido como objetivo la implementación de los cambios que fueran necesarios, debido a las múltiples adquisiciones que se hicieron en un tiempo muy corto, lo cual requería instrumentar un mecanismo que permitiera ejercer el control y el fortalecimiento del sistema de gobierno centralizado por el que había apostado la empresa desde los comienzos de su internacionalización.
Además, el enfoque de esta investigación se refiere al “nuevo comportamiento” que ha sido aplicado y que está siendo empleado en toda la empresa como parte de la difusión de un proyecto corporativo global que al convertirse en un modelo, ha implicado cambios en la cultura organizacional, relacionados con que sus integrantes comprendan “cuánto” y “cómo” se pueden hacer las cosas. Respecto al aprendizaje conductual, está considerado en términos de los mecanismos que se han estado utilizando en la empresa para la difusión de la herramienta tecnológica –portal empresarial–, que es el producto de la gestión de este proyecto corporativo.
Dada la especificidad y naturaleza acumulativa y en parte tácita de la tecnología, los componentes más importantes de la acumulación tecnológica se realizan en las empresas y en su ambiente más cercano que es el de sus proveedores, clientes y competidores actuales y potenciales (Jasso, 2002:3).
En este sentido, CEMEX ha utilizado el conocimiento y habilidades de proveedores y socios tecnológicos, para apoyarse en el proceso de generación de sus capacidades a medida que se detectaban las necesidades y carencias durante la realización de sus proyectos corporativos. Este aspecto, ratifica que las capacidades son específicas a la empresa y son necesarias para asimilar la tecnología adquirida y, cada vez más, se crean al participar en redes interinstitucionales.
El desarrollo de un cierto nivel de capacidades es necesario para que la empresa domine la tecnología, donde el dominio significa la utilización de la tecnología (hardware y software) de acuerdo con los mejores niveles mundiales de eficiencia técnica”. (Lall, 2001:65).
Existen múltiples estudios (Véase por ejemplo Katz, 1996; Dutrénit y Capdevielle, 1993; Unger, 1994; Pirela et al., 1991 y 1993) que han abordado, por ejemplo, la identificación de las diferencias entre empresas y entre tipos de empresas en términos de los niveles de acumulación de capacidades tecnológicas, las estrategias del negocio y tecnológicas, la estructura de las relaciones con las políticas industriales requeridas para apoyar su competitividad. Sin embargo, no hay un tratamiento empírico en ninguno de estos estudios sobre la gestión y socialización de capacidades que describan el papel específico que ha desempeñado las TICs en estos procesos.
Por otra parte, otros autores (Véase por ejemplo Hobday, 1995; Kim, 1997; Kim, Lee y Lee, 1987; Amsden, 1989, Enos y Park, 1998; Nakaoka; 1993), aunque se dedican a analizar la estrategia tecnológica que han seguido estas empresas, esta estrategia se orienta hacia los procesos de producción y el papel del gobierno en la acumulación de capacidades, y no hacia la gestión de las TICs. Estos estudios se enfocan más en el análisis de la acumulación del conocimiento tecnológico y no en la integración del ese conocimiento a las empresas.
Una aportación interesante en este contexto, fue reportada por Kim (1997: 86) al incluir en su estudio sobre la acumulación de capacidades tecnológicas, la asimilación del conocimiento existente y la capacidad para crear nuevo conocimiento.
Este aspecto se relaciona con el presente estudio, porque el grupo cementero pretendió la diseminación del conocimiento existente y la habilitación de mecanismos apoyados en herramientas tecnológicas que facilitaran la creación de nuevo conocimiento en las redes internas de trabajo. Sin embargo, el estudio de Kim fue desarrollado en los países asiáticos y, además, se enfocó en el proceso de creación de nuevo conocimiento en el ámbito internacional, en la creación de nuevos productos y procesos no relacionados con las TICs.
También, hay otros estudios (Véase por ejemplo Enos y Park, 1988; Enos, 1991; Pack, 1992; Fransman y King, 1984; Fransman, 1986; Herbert-Copley, 1990), pero éstos resaltan la importancia en la asimilación de la tecnología en aspectos productivos, sin desarrollar la presencia de otros elementos relevantes, como son los aspectos organizacionales y de gestión en la acumulación de capacidades.
A pesar de que los estudios en el ámbito de la empresa son numerosos y cubren un amplio rango de sectores industriales, no existen estudios referentes a la gestión y socialización de capacidades en la industria del cemento en los países en desarrollo. De ahí la pertinencia del trabajo, que presenta evidencias de los procesos de gestión y socialización de las capacidades en una empresa de esta industria.
En la compañía en estudio, se detectó que, a pesar de que contaba con una amplia experiencia en la gestión de proyectos, una sólida plataforma tecnológica y recursos humanos especializados, en los requerimientos y naturaleza del proyecto de carácter global, –al ser algo nuevo–, se realizaron acciones encaminadas a desarrollar y adquirir las habilidades, conocimientos en los individuos y las modificaciones en la estructura organizacional de la empresa. Para lograrlo, mantuvo estrechas relaciones tanto con los proveedores tecnológicos como con el socio encargado de la tecnología de la empresa filial del grupo, encargada de desarrollar los proyectos de las TICs.
A lo largo de este documento se muestra la gestión y socialización de capacidades durante la gestión de un proyecto corporativo global de la empresa. Estas capacidades son un reflejo de los esfuerzos continuos que realizan los grupos de trabajo a medida que fueron avanzando en el desarrollo del portal empresarial; sustentadas en gran medida en las habilidades, conocimientos y experiencia que han venido desarrollando a lo largo de su trayectoria y apoyados por los lineamientos de la estrategia corporativa.
Construcción de las capacidades tecnológicas centrales
El proceso de construcción de capacidades tecnológicas ha sido un tópico de atención en la literatura sobre firmas industriales en los últimos 20 años. Por un lado, desde la administración estratégica, basada en las firmas más innovadoras de los países centrales, se ha concentrado en analizar las capacidades tecnológicas centrales.
Estas capacidades centrales están basadas en la habilidad de crear nuevo conocimiento e integrarlo a la base del conocimiento existente, lo cual, como se analizará posteriormente, es uno de los esfuerzos que ha estado realizando el grupo cementero en los últimos años.
Es importante aclarar que existe una diversidad de términos que aplican a un concepto similar al de las capacidades tecnológicas centrales propuesto por Leonard-Barton (1992 y 1995). Por ejemplo, Prahalad y Hamel (1990) las denominan como “capacidades centrales”; Nelson y Winter (1982) las identifican como “rutinas”; Teece, Pisano y Shuen (1990:29) como “capacidades específicas de la firma”; Pavitt (1984 y 1999) las señala como “competencias específicas de la firma”; y Cohen y Levinthal, 1990 las identifican como “capacidad absortiva”.
El punto en común en estas acepciones es la particularidad de que “el conocimiento y aprendizaje son únicos de la empresa”. Es decir, es difícil de copiar o imitar, porque tiene un fuerte componente tácito, que es adquirido por los individuos a través de la experiencia, y no puede ser codificado.
De ahí que el conocimiento tácito sea la base de las capacidades tecnológicas centrales de las empresas. Por tanto, el proceso de creación de conocimiento está en el centro de atención, y los problemas sobre la administración del conocimiento, están jugando un papel creciente en el esclarecimiento de la efectividad de este proceso.
En esta dirección, Leonard-Barton (1995) y Nonaka y Takeuchi (1994) han prestado atención al papel que juega la administración del conocimiento en la construcción de capacidades tecnológicas centrales; o, en otras palabras, para mantener, alimentar y renovar capacidades tecnológicas centrales ya existentes en las empresas de países industrializados.
Sin embargo, esta literatura ha puesto poca atención en dar una explicación sobre cómo dichas capacidades fueron gestionadas y socializadas. Por lo tanto, lo que concierne a este estudio es analizar el problema de la construcción, gestión y socialización de las capacidades tecnológicas centrales, puesto que los esfuerzos que ha realizado el grupo cementero se encaminan hacia la consolidación de una capacidad para integrar dicho conocimiento de forma singular y distintiva.
Este esfuerzo para su integración comprende tanto al conocimiento tácito como al conocimiento explícito. En este sentido, Teece y Pisano (1994), Henderson (1994) e Iansiti y Clark (1994) sostienen que “la capacidad de integrar el conocimiento es una capacidad clave para la construcción de las primeras capacidades centrales”.
En contraste, Katz (1986), Lall (1992) y Bell y Pavitt (1995), han investigado sobre la construcción de capacidades tecnológicas en firmas industriales de los países en desarrollo, y se han concentrado en analizar el problema de la construcción de una base mínima de conocimiento para sobrevivir en el mercado. En esta literatura, las capacidades tecnológicas son entendidas como “la habilidad para usar eficientemente el conocimiento tecnológico para asimilar, utilizar, adaptar y cambiar tecnologías existentes; y también la habilidad para crear nuevas tecnologías y desarrollar nuevos productos y procesos”. (Kim, 1997).
En este sentido, la empresa mexicana CEMEX constituye un ejemplo para el estudio de cómo una firma localizada en un país en vías de desarrollo, acumuló las capacidades internas necesarias para competir a escala internacional y, lo que es más relevante: la forma como logra el dominio de sus procesos internos, de su manejo financiero, de su constante proceso de adquisiciones y fusiones a nivel internacional. Pero, aún más, todo por el dominio que ha alcanzado en el desarrollo de las TICs, logrando mediante sus habilidades en la gestión y socialización de sus capacidades que la diseminación misma del conocimiento interno, se convirtiera en una competencia tecnológica central.
El análisis de los procesos de construcción de capacidades tecnológicas en la literatura mencionada, se ha concentrado básicamente en estudiar los procesos de aprendizaje involucrados en la construcción gradual de una base mínima de conocimiento tecnológico, para ser capaces de llevar a cabo actividades de innovación (Véanse, por ejemplo, Katz (1986 y 1987), Lall (1987 y 1992), Bell y Pavitt (1995), Kim y Nelson (2000) y Dutrenit (2000) para una revisión crítica).
Estas obras parten de la idea de que las firmas son tecnológicamente inmaduras, que aprenden a lo largo del tiempo, acumulan conocimiento y, sobre esas bases, son capaces de llevar a cabo progresivamente nuevas actividades y adquirir nuevas capacidades tecnológicas. Al concentrarse en la construcción de una base mínima de conocimiento, particularmente la concerniente a los países latinoamericanos, ha puesto poca atención al papel que juegan los procesos de administración del conocimiento en la construcción, gestión y socialización de las capacidades tecnológicas.
Por el contrario, la investigación sobre los procesos de acumulación de capacidades de los nuevos países industrializados del sudeste asiático [Véanse por ejemplo Amsdem (1989), Hobday (1995) y Kim (1997)] han identificado que “el éxito tecnológico y comercial de estas firmas estuvo vinculado con un conjunto de factores entre los que destacan: las características de la estrategia tecnológica seguida por las firmas, los procesos de administración del conocimiento dentro de las firmas, y la estructura de incentivos del gobierno”.
Por otra parte, Leonard-Barton (1995) ha hecho una contribución importante para la comprensión del papel del conocimiento en la creación de capacidades tecnológicas centrales, y la necesidad de su administración. En su análisis (1992 y 1995), señala que “una capacidad tecnológica central es un sistema de conocimiento interrelacionado e interdependiente”. Este sistema de conocimiento comprende cuatro subsistemas o dimensiones interdependientes:
El conocimiento y las habilidades de los empleados.
Los sistemas técnicos físicos (por ejemplo, el equipo, el software, etcétera).
Los sistemas administrativos (sistemas de educación, premios e incentivos).
Los valores y normas.
Las primeras dos dimensiones son un depósito dinámico de conocimiento –o una competencia–, y los últimos dos, son mecanismos para controlar o agilizar el conocimiento. Debido a la interrelación particular que se da entre las cuatro dimensiones del conocimiento, esos sistemas son difíciles de imitar, y allí puede residir la base de la ventaja competitiva.
Bock (1998), Probst (1998) y Chait (1998) perciben a la administración del conocimiento “como un sistema que tiene que balancear cuatro dimensiones: el contenido de conocimiento, los procesos, la cultura y la infraestructura”. Como se verá en capítulos posteriores, estos cuatro elementos estuvieron presentes en el proceso de gestión y socialización de las capacidades en el grupo cementero por las labores realizadas en la identificación del tipo de conocimiento a resguardar y transmitir.
El contenido se refiere a que debe existir una base de conocimiento estratégico que sea susceptible de ser administrada.
Ejemplos de este aspecto en el grupo cementero son:
La identificación de las mejores prácticas.
La codificación de los procesos en forma de estándares.
La regulación de las normativas para la ejecución de procesos y formas de interacción social.
A su vez, la dimensión de los procesos se refiere a dos niveles:
El primer nivel tiene que ver con el diseño de mecanismos y procedimientos básicos y específicos para llevar a cabo los procesos de la administración del conocimiento, tales como identificar las necesidades, crear o adquirir, recopilar, almacenar y compartir conocimiento. Este aspecto fue realizado por la empresa mediante los esfuerzos corporativos en la emisión de normas, procedimientos, prácticas operativas y estándares que regularan su ejecución.
El segundo nivel se relaciona con la implementación de procesos globales de la administración del conocimiento, tales como la conversión del aprendizaje individual en organizacional, la coordinación de los procesos de aprendizaje dentro de la firma, y la integración del conocimiento. Esto fue realizado por la empresa mediante el desarrollo, persuasión y utilización de herramientas tecnológicas como el portal empresarial.
La cultura se refiere a las prácticas o la forma de hacer las cosas en las firmas que afectan la naturaleza de los procesos de aprendizaje de los individuos, grupos y de la organización en su conjunto. Este aspecto fue contemplado ampliamente por la empresa, al ejecutar un conjunto de programas corporativos que buscaban inducir la mezcla entre los procesos y la tecnología, y promover el arraigo en el uso de la tecnología.
La infraestructura tiene más que ver con la importancia de la estructura acondicionada para impartir y compartir el conocimiento, la cual debe considerar los aspectos materiales –hardware, software, etcétera–, y los aspectos humanos: personal para apoyar el uso del sistema y la aplicación de los procesos de administración del conocimiento.
En este sentido, el grupo cementero ha avanzado mucho, puesto que es considerada como una empresa tecnológicamente madura por la larga trayectoria que han tenido las TICs, produciendo una sofisticada plataforma tecnológica, una evolución en la estructura organizacional de la informática, y una empresa filial informática encargada de la investigación tecnológica, tanto como del desarrollo de sus sistemas y aplicaciones.
La integración de estas dimensiones propuestas por Bock (1998), Probst (1998) y Chait (1998) es necesaria para crear un sistema de administración del conocimiento. Sin embargo, estas dimensiones mantienen relación con los subsistemas propuestos por Leonard-Barton (1995) que forman una capacidad tecnológica central.
La dimensión del contenido, se relaciona con el subsistema de conocimiento y habilidades.
La dimensión de los procesos se relaciona con los sistemas administrativos, en la medida en que éstos incluyan procedimientos para llevar a cabo los pasos básicos para la administración del conocimiento, y los mecanismos para estimular la implantación de los mismos.
La dimensión de la cultura se relaciona con el subsistema de normas y valores, y con los sistemas administrativos relacionados con la premiación de comportamientos de aprendizaje.
La dimensión de la infraestructura se relaciona parcialmente con los denominados “sistemas técnicos físicos”, en la medida en que éstos incluyen los equipos de cómputo y software.
Estas cuatro dimensiones de la administración del conocimiento incluyen diferentes aspectos interrelacionados, pero que, al estar integrados, permiten crear un sistema de administración del conocimiento que puede contribuir a la creación y la construcción de capacidades tecnológicas centrales.
En el caso de los países en vías de desarrollo, el estudio de la forma como las TICs apuntalan a la administración del conocimiento y la construcción de capacidades centrales, es muy escasa. Se puede citar el caso de Dutrenit (2000) que, aunque está orientado a un estudio de caso a una gran empresa mexicana (Vitro), se enfrenta con problemas en los procesos de aprendizaje desiguales entre funciones técnicas, campos tecnológicos, y unidades organizacionales, tales como la falta de rutinas para codificar el conocimiento, el limitado aprendizaje organizacional y las dificultades para la integración del conocimiento. En este estudio, la autora concluye que la empresa Vitro no logró completar el proceso de construcción de sus primeras capacidades centrales.
Hasta aquí se ha identificado que existe una carencia de estudios que versen sobre la gestión y socialización de capacidades en las empresas. Es decir, es necesario comprender el papel que han estado desempeñando las acciones encaminadas al desarrollo y puesta en marcha de las TICs, en la medida en que ayuden en la creación, gestión y socialización de nuevas capacidades en la empresa. Como resultado de la creciente necesidad de integración y comunicación entre las empresas, la asimilación de nuevas tecnologías se ha convertido en un paso forzoso. De ahí que, en la siguiente sección se haga una revisión de los estudios de la perspectiva teórica de las herramientas de colaboración.