Alejandro Díaz Garay
Capítulo 3. La organización social de migrantes guerrerenses en Chicago
El objetivo central del presente capítulo fue dar cuenta del contexto en el que surgen las organizaciones sociales de migrantes mexicanos radicados en Chicago, haciendo énfasis en los clubes de migrantes procedentes del estado de Guerrero. Un segundo objetivo consistió en analizar a nivel municipal el impacto de las remesas colectivas canalizadas a Guerrero a través del Programa 3x1 para Migrantes durante el periodo 2002-2005.
3.1 Las primeras migraciones mexicanas hacia Chicago
En 1835, Chicago era un pueblo que por el comienzo de la construcción del canal de Illinois y Michigan alcanzó 4,000 habitantes; esta cifra aumentó al terminar el canal en 1848 y la llegada del ferrocarril, a principios de 1850, año en que el censo poblacional de Estados Unidos detectó a los primeros mexicanos radicados en Chicago (50), empleados en la construcción de las vías de ferrocarril (Arias y Tortolero, 2001).
En principio, la ciudad de Chicago fue sobre todo un puerto y un centro comercial, pero pronto se convirtió en un importante enlace ferroviario nacional y un centro industrial destacado. Las oleadas de inmigrantes procedentes de Europa (checos, italianos, griegos, judíos, lituanos, polacos, rusos y serbios) provocaron que Chicago se convirtiera en un crisol de diferentes comunidades étnicas. A fines del siglo XIX la ciudad de Chicago tuvo cuatro expansiones motivadas principalmente por las migraciones europeas sobrepasando el millón de habitantes (figura 3.1). En los primero años de 1900s, el flujo de mexicanos empezó a crecer. Aunado a la búsqueda de mejores oportunidades económicas, algunos llegaron huyendo de la incertidumbre de la revolución (iniciada en 1911) o escapando de las persecuciones religiosas de la Guerra Cristera (1926-1929). El censo de 1930 mostró 20,000 mexicanos viviendo en Chicago, cuyo patrón de asentamiento fue el establecimiento en tres barrios (neighborhoods): Near West Side, South Chicago, y Back of the Yards (Año Nuevo, 2000); laboraban en industrias del acero, en la construcción y mantenimiento de las vías del ferrocarril y en empacadoras de carne. Sin embargo, la población disminuyó durante la Gran Depresión debido a la repatriación promovida por el gobierno de los Estados Unidos motivada por la crisis económica y el desempleo generalizado en aquel país. Antes de finalizar la década de los 30’s la población mexicana había disminuido a 16,000. Muchos de los inmigrantes mexicanos llegaron a Chicago después de pasar varios años en Texas, Arizona y Nuevo México, empleándose como trabajadores agrícolas. (Ganz y Strobel, 2004). Algunos de ellos se emplearon en la recolección de betabel, (García, 2003; figura 3.2). Estas primeras migraciones se mantuvieron a muy baja intensidad hasta 1950.
Las segundas oleadas migratorias mexicanas en el Medio Oeste de los Estados Unidos ocurrieron después de la segunda mitad del siglo XX (figura 3.3), motivadas por el Programa Bracero (1942-1964), llegando a convertirse en verdaderos flujos migratorios a partir de 1990. Un factor determinante fue la puesta en vigor de la Ley IRCA de 1986, cuyo propósito inicial era contener la migración ilegal pero que en los hechos fue un detonante que aceleró los desplazamientos de cientos de miles de mexicanos hacia el vecino país del Norte. (Durand y Massey, 2003).
Un segundo factor de atracción es la propia mano de obra mexicana dispuesta a emplearse en actividades del campo, con salarios mínimos y sin derecho a prestaciones sociales. Las características generales del patrón tradicional migratorio era el ser mano de obra masculina, rural y de retorno.
Entre 1990 y 2000, la población de Chicago tuvo un aumento de 830,000 habitantes, lo cual se tradujo en un total de ocho millones 100 mil personas (Paral, Ready, Chun y Sun, 2004). El crecimiento de la población latina en la región ha sido detonado, sobre todo, por mexicanos, cuya población aumentó 88 por ciento (497,487 personas) entre 1990 y 2000. El segundo grupo latino más grande de la región es el puertorriqueño, aunque su incremento fue de sólo 4 por ciento (6,048 personas) en el mismo periodo.
El Censo del 2000 reportó 1’144,390 mexicanos radicados en el estado de Illinois. Chicago se ha convertido ya en una importante metrópoli mexicana, como la tercera población más grande de mexicanos en los Estados Unidos, después de California y Texas (Census Bureau, 2001).
El área metropolitana de Chicago comprende seis condados: McHenry, Lake, Kane, DuPage, Will y Cook. Tan sólo este último aglutina a 786,000 latinos (Ob. Cit., 2001). En la figura 3.4 aparece de café más oscuro.
Otros cálculos propios basados en la matrícula consular han sido realizados por la Representación Consular mexicana en el Medio Oeste, afirmando que el 20 por ciento de la población que vive en Chicago es de origen mexicano.
Geográficamente, a nuestra Representación le corresponde atender a tres estados: Illinois, Wisconsin y norte de Indiana. De acuerdo con proyecciones derivadas del censo de población del año 2000 y de nuestro propio registro matricular, la población mexicana en ese mismo orden estaría distribuida de la siguiente manera: 1 millón 500 mil, 150 mil y 80 mil; es decir, habría 1 millón 730 mil mexicanos residiendo en nuestra circunscripción. De ellos, un millón 200 mil estarían concentrados en el área metropolitana de Chicago; es decir, uno de cada cinco habitantes de Chicago, es mexicano (Gómez, 2006).
Características de la población mexicana en Chicago:
a) Los latinos de origen mexicano conforman el 20 por ciento de la población de Chicago.
b) El 78 por ciento de la población hispana de Chicago es de origen mexicano.
c) Una tercera parte de los niños en los jardines de niños de Chicago son de origen mexicano.
d) El 70 por ciento de la población mexicana en Chicago tiene entre 20 y 40 años de edad.
e) El promedio de edad es alrededor de 25 años.
f) La comunidad mexicana se ha convertido en la primera minoría en Chicago desde 2003.
g) Entre 1990 y 2000, los mexicanos han comprado 200,000 casas en la ciudad de Chicago.
h) El 75 por ciento de los mexicanos que viven en Chicago son dueños de un automóvil.
i) Actualmente los mexicanos en Chicago han abierto más de ochenta mil nuevas cuentas bancarias, con 150 millones de dólares en depósitos.
j) Los mexicanos en Chicago transfieren mensualmente a México más de 100 millones de dólares.
k) Oriundos de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Guerrero, Zacatecas, el Distrito Federal, el Estado de México, San Luis Potosí y Durango cuentan por el 80 por ciento de los mexicanos que viven en la ciudad.
Los principales barrios donde vive la comunidad mexicana en el área metropolitana de Chicago son: La Villita, Pilsen, Brighton Park, Gage Park, Back of the Yards y los pueblos de Cícero y Berwyn. Hull House era un de los antiguos barrios de Chicago donde solían celebrarse las fiestas patrias durante los años 1930’s participando activamente los inmigrantes mexicanos (figura 3.5).