Alejandro Díaz Garay
En el trabajo de campo en la comunidad de San Juan Unión, se constató que todos los pueblos a su alrededor han sido impactados por la migración hacia el vecino país del norte. La mayoría de ellos incluso posee clubes de migrantes en el extranjero. En la figura 4.15 se pude ver como San Juan Unión se encuentra rodeado por otras comunidades de características económicas y sociales similares, que a continuación se enuncian:
Huahuaxtla. Contaba con una mina de mercurio que fue explotada entre 1930 y 1970. Su actividad preponderante sigue siendo la agricultura. Se han establecido en Chicago, Illinois, y Phoenix, Arizona. Han llegado a organizarse y conformar un club de migrantes del mismo nombre. Su más reciente obra de infraestructura en su comunidad de origen es la pavimentación de la calle principal.
Icatepec. Pueblo artesanal enclavado en la Sierra Madre del Sur, reconocido por el tejido de otate en la elaboración de chiquihuites. Posee migrantes organizados en Chicago, Illinois y Phoenix, Arizona. Su obra principal ha sido la introducción de agua potable, con una inversión de dos millones de pesos; también han construido un parque.
Temaxcalapa. Comunidad que en sus orígenes era una hacienda y cuya actividad tradicional es la agricultura y la ganadería de autoconsumo. Posee una de las primeras organizaciones sociales guerrerenses en Estados Unidos, conformándose en 1993 para ayudar a su pueblo. A la fecha han logrado pavimentar más de 5 kilómetros de calles principales, construido un kiosko y apoyado a escuelas con infraestructura y equipamiento.
Zapoapa. Comunidad rural agrícola, cuyos pobladores han tenido que migrar a Chicago, Florida y Michigan, para poder trabajar y ayudar a sus familiares. También cuentan con una organización social que ha apoyado con sus remesas para construir una clínica médica.
Huixtac. Tiene población rural con un pasado precolombino, dedicada a las actividades agrícolas. Posee una organización social de migrantes radicados en Chicago que ha logrado pavimentar una de las calles principales de su lugar de origen, con apoyo del 3x1.
San Juan Unión posee una organización social de migrantes radicados en Chicago. Su principal obra es la introducción de agua potable, pero por lo elevado de su inversión han tenido que hacerlo por etapas (figura 4.16). Antes del 2003 el club de migrantes pertenecía a la Federación de Guerrerenses.
Una estrategia que ha seguido el club de San Juan Unión es utilizar mano de obra de la propia comunidad, de esta manera obtienen un doble beneficio. Por un lado generan empleos temporales a la población; por otro lado, al ser mano de obra local los recursos presupuestados pueden ser optimizados, ampliándose las metas compromiso del proyecto, en beneficio de la localidad.
En junio de 2003 el club San Juan Unión participó de la fundación de la organización estatal Clubes Unidos Guerrerenses del Medio Oeste con el objeto de buscar y alcanzar metas en beneficio de las comunidades de origen (figura 4.17).
Bajo el lema de que no existe ley universal que les impida organizarse para trabajar voluntariamente a favor de la tierra que les vio nacer, unieron esfuerzos y constituyeron el Comité en San Juan Unión. La obra fue aprobada y el pueblo participó con la mano de obra para ampliar las metas (fig. 4.18).
El agua potable que beneficiara a San Juan Unión proviene de los manantiales de la comunidad de Temaxcalapa situada a 10 km de distancia. La red de distribución se inició en 2005 con un costo aproximado de 400 mil pesos en la primera etapa (figura 4.19).
4.4.2.1 Típico poster de un club de migrantes para recaudar fondos
El Club de San Juan Unión pertenece a la organización estatal Clubes Unidos Guerrerenses del Medio Oeste, al igual que otros clubes procedentes de la entidad. Su espíritu de solidaridad les lleva a brindar apoyo al club que organiza un evento. En la figura 4.21 se puede apreciar un típico poster invitando a un baile para recaudar fondos del proyecto que introducirá agua potable a la comunidad de San Juan Unión Guerrero. Los apoyos de otros clubes miembros antes del evento consisten en llevar “veinticuatros” de cerveza o “veinticuatros” de soda (refresco), así como la venta de una cantidad determinada de boletos por club. La entrada cuesta $15 dólares antes del día del evento y $20 dólares esa noche. La cerveza se vende a $3 dólares y el refresco a $1 dólar. A decir verdad, puede sobrar refresco pero generalmente la cerveza siempre se termina. Los músicos también son guerrerenses y algunos cobran sólo el traslado de los instrumentos. Los asistentes son en su mayoría jóvenes, pero llegan a ir familias completas; entre 300 y 500 suelen acudir al llamado, algunos para apoyar la causa y de paso divertirse en una noche de baile. A estas fiestas sólo suelen ir paisanos de una misma entidad federativa. Esta práctica se lleva a cabo por otras organizaciones mexicanas con el mismo fin. Evidentemente, mientras más grande sea la comunidad transnacional mayor será la garantía de salir adelante con los gastos incurridos. La música de preferencia (banda), la forma de vestir (con botas y sombreros texanos), la manera de bailar, ya no son los mismos que cuando estaban en sus comunidades de origen; continúan hablando español, sí, pero combinado con inglés y con un acento extranjero. Son los miembros de las comunidades transnacionales guerrerenses radicados en Chicago.