Alejandro Díaz Garay
Si bien existen al menos tres tipos de remesas: familiares, colectivas y empresariales (Goldring, 2005; tabla 3.3), el interés se centra en examinar el envío de remesas colectivas hacia Guerrero, a través de las organizaciones llamadas clubes de oriundos o de migrantes. Los clubes de oriundos, junto con los sindicatos y las agrupaciones comunitarias o vecinales promovidas por la Iglesia Católica, son las principales formas de organización social de los migrantes mexicanos en Estados Unidos (IME, 2004).
En el panorama internacional del primer capítulo de esta investigación, basándose en la clasificación de Lozano (2000) se mencionaban dos visiones respecto al uso e impacto de las remesas en los países de origen de los migrantes: los pesimistas (Russell, 1986, 1992; Taylor, et al., 1996) y los optimistas (Durand, Parrado y Massey, 1996; Waller, 1998; Zárate, 1998; Dieg, 1998; Alarcón, 2000; Serrano, 2000; Lowell y de la Garza, 2000). En parte las posturas de estas visiones tienen que ver con el tipo de remesas a las que se haga referencia, como se pretende explicar en este capítulo al analizar las remesas colectivas y en el próximo capítulo cuando se aborde el tema de las remesas individuales.
Las remesas colectivas son los envíos de dinero que realizan los clubes de migrantes radicados en los lugares de destino en Estados Unidos hacia las comunidades de origen con el objeto de crear infraestructura básica. Este tipo de organización se da en localidades rurales donde existe un amor al terruño, contrario a lo que pasa en los migrantes de tipo urbano donde su identidad no les mueve a organizarse con fines altruistas. La mayoría de los migrantes miembros de un club son gente que gana salarios cercanos al mínimo, pero con una disposición inquebrantable para luchar contra el atraso social y económico de sus comunidades de origen.
En sus inicios los clubes de oriundos se caracterizaron por su discreción, su trabajo silencioso, pero con tal solidaridad que los llevó a organizarse incluso en los lugares más apartados de Estados Unidos, independientes, sin contacto con otras organizaciones o con autoridades mexicanas. Otra característica es el trabajo voluntario de sus integrantes, que a diferencia de las organizaciones tradicionales, surgen y basan su desarrollo en el objetivo de dar y corresponsabilizarse en la solución de los problemas, no para exigir medidas paternalistas (Gómez, 2006).
A través de las remesas colectivas se logran tres hechos relevantes. Primero: Cohesionar a las comunidades de origen con las comunidades de destino. Segundo: Involucrar a los tres niveles de gobierno. Tercero: Financiar obras sociales en regiones antes excluidas (García, 2003; Goldring, 2005).
En el mismo sentido, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) (1999), menciona que las remesas colectivas son importantes porque materializan un lazo espontáneo y solidario entre agrupaciones de la sociedad civil; a diferencia de las remesas familiares, son flujos que se destinan fundamentalmente a inversión social; son más flexibles que las remesas familiares a modalidades de financiamientos productivos, o que requieran de cierta acumulación de capital.
El hecho de que las remesas colectivas no sean utilizadas como ingreso sino como ahorro, alienta a los gobiernos para “orientar” los recursos de los migrantes para invertirlos en sus comunidades, porque en un sistema de economía mixta donde los agentes privados orientan sus inversiones con criterios de rentabilidad y riesgo, y con un estado financieramente débil como para cumplir con sus más elementales obligaciones sociales, la única alternativa que se les ocurre es cargarle la factura a los “traidores” del pasado y “héroes” del presente (Durand, 2005).
Hay mucha esperanza pero también mucha falta de respeto hacia nosotros, en el sentido de que si es la segunda fuente de divisas, se nos ha dicho que somos los héroes y no se que tantas cosas, pero en la acción, ¡eh! , el presidente Fox era una persona bien intencionada pero yo creo que le faltó fajarse un poco en la reivindicación de nosotros (José Luis Gutiérrez, entrevista, Chicago, 2006).
En este sentido, el Programa 3x1 para Migrantes, revela el nuevo papel del gobierno neoliberal mexicano, que pretende descargarse de sus obligaciones, aprovechándose de la generosidad de los migrantes para hacer obras de infraestructura en las comunidades rurales cuya obligación única compete al Estado (Durand, 2005).
Se podría pensar que estos canijos tienen mucha lana. La verdad, quienes tenemos de migrantes como 30 años nos mantenemos en un nivel como clase media, si no muy cerca de ella, ¿no? Que por lo menos podemos dejar de ir a trabajar hoy y no pasa nada, ¿no?, pero hay quienes trabajan, que están dentro de la organización y que ganan salarios de 8 o 9 dólares la hora. (Erasmo Salgado, entrevista, Chicago, 2006).
Adicionalmente, se pretende hacerlos corresponsables de la urgente necesidad de generar empleos, invirtiendo sus remesas en la creación de empresas en sus comunidades. Sin embargo, los migrantes han ganado en autoestima, el sentirse con un empleo, con un ingreso seguro, les ha hecho madurar y, principalmente reclamar sus derechos como migrantes. Como ellos mismos dicen: “antes callábamos, pero ahora ya aprendimos a hablar en público”.
… esperemos que el michoacano Felipe Calderón de un paso más allá en cuanto a la participación de sus migrantes en las decisiones de México como un estado migrante y yo creo que lo que le hace falta a México es una política integral de atención al migrante, a nivel federal y a nivel estatal, porque en el caso de Michoacán, en el caso de Zacatecas, en el caso de Jalisco, Guanajuato, Guerrero, son estados que un buen porcentaje de su población ya vive en este país, y las leyes y los programas de los estados yo las reviso y todavía están muy lejos de obedecer a esa realidad, se debe reconocer que muchos estados son estados migrantes, la mayoría de la población de los zacatecanos vive en Estados Unidos, el 40 por ciento de la población de Michoacán ya vive en Estados Unidos. ¿Qué hacen los gobiernos? Han tratado de ignorarlo, han tratado de ignorar esos problemas y yo creo que si no son lo suficientemente inteligentes las remesas van a dejar de llegar. Yo mando remesas porque mi mamá, mis hermanos, porque estoy construyendo, pero a mi hija le importa un carajo la cuestión de mantener ese contacto y ese vínculo con México, porque ella ya nació aquí, ya sus intereses y sus prioridades son otras. Yo creo que México tiene una oportunidad de oro en crear una cultura de solidaridad, una cultura de que sienta la comunidad que está siendo apoyada (Idem.).