Alejandro Díaz Garay
La migración internacional a escala mundial es resultado del proceso de globalización impulsado desde los años 70’s por países anglosajones.
Estados Unidos se consolida como el principal país emisor de remesas, seguido de Rusia y Arabia Saudita. En contrapartida, India, China y México son los principales países receptores de remesas. Los flujos de remesas familiares han alcanzado magnitudes históricas, mejorando el ingreso de los hogares de más de 200 millones de migrantes en el mundo.
En México, millones de emigrantes eligen a Estados Unidos como principal país de destino. La causa más importante de esta migración es por motivos laborales. Aunque inició desde el siglo XIX, destaca por su continuidad y magnitud en los flujos.
Uno de los aspectos más evidentes que ha caracterizado a la migración México-Estados Unidos es la modificación de su patrón tradicional migratorio hacia otro, más complejo y heterogéneo cuyos rasgos principales son: el remplazo del patrón circular migratorio por otro de mayor duración en el país de destino; la decisión de un número cada vez más grande de mexicanos por establecerse permanentemente en Estados Unidos; una presencia más notoria de la mujer y los hijos en los flujos migratorios; la creciente diversificación geográfica del lugar de origen de los migrantes, así como la instalación en nuevos lugares de destino.
Guerrero a pesar de ser una entidad emergente en la migración hacia Estados Unidos, que en sus orígenes participaban sólo algunos municipios de las regiones Norte y Tierra Caliente, en la actualidad debido al proceso general de difusión espacial de las prácticas migratorias, la población de las otras regiones se ha incorporado a esta dinámica, orillada por la falta de oportunidades laborales en la entidad.
Los índices más altos de marginación absoluta corresponden a los municipios de población mayoritariamente indígenas asentadas, en general, en la región Montaña. A su vez, dichos municipios registran los índices de intensidad migratoria más bajos de la entidad, excepto los que colindan con Oaxaca y Puebla cuyas lógicas migratorias son atípicas por no corresponder a las lógicas migratorias del estado de Guerrero; la explicación de este comportamiento se puede deber a la vecindad con otras entidades colindantes las cuales tienen sus propias especificidades socioeconómicas. Esta situación se observa en cuatro de los cinco municipios que alcanzaron un índice de intensidad migratoria “muy alto”.
En comunidades expulsoras de mano de obra acontece un progresivo abandono de las actividades económicas tradicionales, así como la pérdida de mano de obra joven a partir de los 15 años de edad.
En los últimos años, se ha dado una mayor incorporación de la mujer en actividades productivas. Consecuencia de ello, la PEA ha elevado su porcentaje de participación en la economía estatal, pero su inserción a los mercados laborales se ha dado en actividades de baja remuneración salarial.
Los datos analizados sobre el comportamiento no ordenado del fenómeno migratorio en Guerrero aleja la posibilidad de construir un patrón migratorio homogéneo a partir de las variables socioeconómicas de la PEA, la marginación y el ingreso.
La dinámica asociativa de los migrantes originarios del estado de Guerrero es similar a la que acontece en otras entidades federativas. Los niveles de organización alcanzados por los clubes no son comparables con la amplitud de la migración desde Guerrero. Si bien es cierto que la actividad de algunos clubes persiste y está latente a escala local, la tasa de participación de la población guerrerense en estas estructuras sigue siendo baja en términos generales. La llegada a la ciudad de Chicago es uno de las principales causas de la existencia de estas organizaciones sociales guerrerenses, pero no ha sido el mismo caso en Texas, California, Arizona y otros estados del país de destino. De cualquier modo, los grupos guerrerenses existentes son estructuras que merecen ser estudiados por los impactos de diferente alcance que se les pueda reconocer, tanto en los lugares de destino como en los lugares de origen, hacia donde suelen orientarse la mayoría de sus acciones. A continuación se exponen algunos elementos de alcance de esos impactos:
Las acciones de los clubes guerrerenses tienen un mayor impacto en los lugares de origen que en los lugares de destino de los propios miembros que los conforman. Desde el punto de vista del contexto social estadounidense, las lógicas del impacto suelen quedar limitadas. La capacidad de influencia social y política de los clubes de migrantes guerrerenses comparada con la de otros actores sociales de Estados Unidos es baja. En principio porque su razón de ser es ayudar a sus paisanos que no pudieron migrar. Así, el principal impacto en el lugar de destino se sitúa en el nivel de la comunidad local migrante, y las lógicas de solidaridad, de compromiso comunitario y de organización social, que reafirman la identidad y la cultura de sus propios actores.
Los clubes de migrantes mexicanos en el extranjero han logrado una legitimidad y un reconocimiento social importante en el país. En sus lugares de origen los representantes de los clubes son reconocidos y admirados por haber tenido éxito no sólo en cruzar la frontera México-Estados Unidos de forma indocumentada, sino por haber logrado superar el proceso de adaptación en una sociedad anglosajona diferente a la suya. El haber superado la pobreza comparado a la que se vive en su comunidad, el reconocimiento a su nueva personalidad; el migrante después de haber vivido varios años en el extranjero adquiere más confianza personal, capacidad de entender otras culturas y otras sociedades (Faret, 2004).
El hecho de que los clubes formulen proyectos de intervención en sus comunidades de origen; que demuestren su capacidad para llevarlos a cabo, es una dinámica cuyas repercusiones son numerosas e insuficientemente documentadas. La influencia que ejercen los clubes en sus comunidades de origen también debe ser analizada con mayor detenimiento.
El papel de los migrantes mexicanos en su comunidad de origen, ubicado por muchos años en la esfera privada, ahora a nivel colectivo, se inscribe en un ámbito social amplio. Si los grupos de migrantes pueden llegar a ser nuevos actores del desarrollo local, su relación se da en un marco particularmente original. Al acto migratorio en sí mismo, se agregan formas de movilidad múltiples, destacando el movimiento de los individuos, de los proyectos y de los recursos, pero también el vaivén de las influencias, de los modos de actuar, de las aspiraciones (Ídem.).
En este proceso influyen factores como el aumento global de los intercambios, la urbanización y los efectos relacionados al progreso tecnológico. El crucigrama entre hechos de movilidad, dinámicas comunitarias y transformación local, es uno de las interrogantes a seguir investigando.
Los principales retos de los clubes y organizaciones de migrantes pueden sintetizarse en tres: su permanencia en el tiempo, el reconocimiento de sus derechos ciudadanos y políticos tanto en Estados Unidos como en México y lograr su objetivo de mejorar los rostros de pobreza en sus comunidades de origen (Valenzuela, 2004).
La permanencia en el tiempo de una organización depende de factores como la membresía, la cuestión financiera y el relevo generacional.
La política de afiliación de nuevos miembros al club debe asegurar una mayor cobertura de oriundos de la comunidad radicando no sólo en Chicago sino en otros lugares de destino. Además de ser afiliados deben estar dispuestos a apoyar a su comunidad de origen. En los hechos es difícil mantener a un número importante de clubes en el buen ánimo. Se requiere de un liderazgo natural que se va desarrollando sobre la práctica. Es necesario conocer las reglas del juego, o mejor dicho, las reglas de operación del Programa 3x1 para Migrantes, y la mayoría no las conoce a pesar de su disposición a participar en beneficio de su comunidad. Pero también se requiere de asesoría y respaldo para obtener la matrícula consular, una licencia de manejo, la apertura de una cuenta bancaria, el traslado de un migrante fallecido a México.
La cuestión financiera tiene que ver con la forma de recaudar fondos. Las experiencias positivas de Clubes Unidos Guerrerenses del Medio Oeste han sido la creación de un fondo de ahorro destinado para apoyar financieramente los compromisos de algún club miembro contraídos por su proyecto dentro del Programa 3x1, recurso que se entrega en calidad de préstamo, el cual deberá devolverse al 100 por ciento del capital sin devengar intereses una vez pasada la emergencia.
La cuestión del relevo generacional es tal vez el punto más difícil de lograr. Se trata de que una vez que la primera generación de migrantes delegue la dirección de la organización a la segunda generación, se mantengan la razón de ser de dicha estructura, así como el apoyo de proyectos para irle ganando terreno a la pobreza y marginación en las comunidades de origen. Sin embargo, las segundas y terceras generaciones no tienen el mismo interés que sus padres o abuelos. Sus intereses están puestos más en Estados Unidos que en México, ya que ellos se sienten identificados más con la cultura anglosajona que con la de sus padres. Algunos hijos llaman a sus padres, Hey mexican...
Los derechos ciudadanos y políticos de los clubes están ausentes tanto en México como en Estados Unidos. En este último país además carecen de derechos laborales, la principal causa de sus desplazamientos.
La política migratoria mexicana ha sido errática a través de la historia. Pesa demasiado la relación asimétrica del poder a la hora de las negociaciones. El último acuerdo migratorio bilateral fue el Programa Bracero, a propuesta de Estados Unidos. Cuando México ha querido encabezar las negociaciones, no prosperan. Mientras tanto, los millones de mexicanos que han esperado por espacio de dos décadas para regularizar su situación migratoria y laboral en Estados Unidos no ven un respaldo de su país.
En Estados Unidos los clubes han empezado a tener participación para hacer valer sus demandas sobre derechos sociales. Pero para hacerse escuchar se requiere formar alianzas con organizaciones mexicoamericanas que cuenten con mayor experiencia sobre la exigencia de derechos de igualdad social; conocer las rutas que deben seguirse para obtener logros políticos, establecer mecanismos de cabildeo con el poder legislativo norteamericano. De lograrse tal alianza, se tendría un escenario intergeneracional, donde los migrantes de la primera generación unen esfuerzos con los migrantes de generaciones anteriores (Ídem.).
En Guerrero, los migrantes no gozan de sus derechos políticos. La mayoría de quienes se fueron antes de 1990 no cuentan con una credencial de elector. Los grupos de caciques en las comunidades, ven con recelo el interés de los migrantes por participar en puestos de elección popular. El argumento principal es la falta de arraigo al pueblo por estar viviendo en el extranjero, el desconocimiento de la problemática local. Sin embargo, el sentimiento de pertenencia de los migrantes a su comunidad no ha cambiado y se sienten con el derecho de participar por haber apoyado económicamente a su comunidad desde sus lugares de destino.
El desarrollo local a través de los clubes de migrantes puede ser entendido como una mejora en la calidad de vida y la generación de empleos en la comunidad de origen de los migrantes.
El principal motivo de los clubes ha sido elevar la calidad de vida, o como ellos dicen mejorar los rostros de pobreza de su gente. Sin embargo, los programas de gobierno y de los organismos internacionales que promueven el desarrollo local han sido diseñados para atraer inversiones de los migrantes a sus pueblos y regiones de origen, incorporando a los proyectos el criterio de generación de empleos.
La intención de atraer inversión productiva de los migrantes hacia sus lugares de origen no es algo nuevo. Otras entidades y organismos han hecho pruebas piloto sobre esquemas de financiamiento para atraer inversiones, sin embargo, la mayoría de las veces los resultados no han sido los esperados. No obstante, entre las lecciones aprendidas están las siguientes: Los clubes si bien son un colectivo son grupos pequeños, sin recursos propios, con voces que opinan diferente cuando se trata de proyectos utilitarios.
Ante ese contexto hay dos caminos: la primera es continuar con los esquemas de financiamiento a través del Programa 3x1 para Migrantes. La segunda es crear organizaciones de migrantes específicamente para invertir en los pueblos y regiones de origen, con un afán utilitario más que de solidaridad.
Contrario a lo que se piensa, los migrantes guerrerenses pasan varios apuros para poder llevar a cabo sus proyectos. La mayoría de los miembros de los clubes perciben sueldos y salarios que apenas rebasan el salario mínimo; quienes trabajan en las fábricas han tenido que enfrentar despidos o reducciones en las horas por semana en lo que va del 2008, los que están pagando una hipoteca de vivienda les han subido el pago mensual y a veces no les alcanza para pagar su letra, los que rentan han visto incrementar las tarifas de alquiler. En general, existe una incertidumbre financiera que llama a la cautela y a destinar parte del ingreso al ahorro por si la economía del país residente continúa en recesión.
Además de las cooperaciones voluntarias, se realizan rifas, kermeses, bailes, y encuentros o semanas culturales. Pertenecer a una organización no es un negocio pero si un hecho que llena de orgullo y satisfacción a los migrantes. Los Estatutos de Clubes Unidos Guerrerenses del Medio Oeste sintetizan el sentir de los migrantes colectivos:
Estamos convencidos, de que no existe ley universal, que nos prohíba o evite, organizarnos para trabajar como voluntarios, a favor de la tierra que nos vio nacer; nuestras ideas, sueños y retos, están basados en el espíritu guerrerense, cuyas raíces, valores y tradiciones culturales no queremos perder, por lo tanto como ciudadanos guerrerenses, es nuestro deseo y obligación trasmitirlas, a nuestros hijos y a futuras generaciones de guerrerenses radicados y nacidos en el estado de Illinois, y en todo Estados Unidos.
Algunos líderes migrantes han externado que ellos no invertirán en proyectos productivos cuando no exista la suficiente infraestructura, o algún programa piloto que garantice la inversión, ni tampoco sin que haya la capacitación técnica hacia los administradores potenciales. Hasta ahora en Guerrero las remesas colectivas se han destinado sin un afán utilitario, para ayudar a sus comunidades y a su propia gente. Las principales obras han sido la pavimentación de calles, de carreteras, introducción de agua potable, construcción de aulas para telesecundaria, construcción de clínicas médicas, construcción de canchas deportivas y restauración de iglesias y kioskos. Mientras se carezca de un plan de mercadotecnia que indique en qué se puede invertir, se estimule a los que podrían ser los futuros inversionistas, no hay garantía alguna que las inversiones sean seguras (Erasmo Salgado, 2007).
Las experiencias positivas de Clubes Unidos Guerrerenses del Medio Oeste han sido la creación de un fondo de ahorro destinado para apoyar financieramente los compromisos de algún club miembro contraídos por su proyecto dentro del Programa 3x1, recurso que se entrega en calidad de préstamo, el cual deberá devolverse al 100 por ciento del capital sin devengar intereses una vez pasada la emergencia. Otra experiencia es el no involucramiento institucional con alguna organización política, o estructura de gobierno fuera del marco legal de las reglas de operación, debido a que esa fue la causa de la ruptura con la Federación de Guerrerenses en el año 2003.
En el 2005 el gobierno de Guerrero implementó un sistema de cuentas mancomunadas por proyecto para ejercer los recursos del fideicomiso del Programa 3x1, como garantía de los migrantes y transparencia de recursos públicos del gobierno local. Esta medida se tomó luego de que los proyectos del 2004 tuvieran que ser pagados con recursos del 2005 ante el incumplimiento del gobierno estatal saliente. Ahora este ejemplo de Guerrero es parte de las reglas de operación del Programa en otros estados. Vale decir que el único vínculo actual del gobierno estatal con la comunidad migrante radicada en Estados Unidos es a través del Programa 3x1 para Migrantes, y a decir de los líderes migrantes, en los últimos años la relación ha venido a menos. En el 2007 el Comité de Validación y Atención a Migrantes (COVAM) pretendió desvirtuar las reglas de operación en dos rubros: en el porcentaje de participación de los migrantes por proyecto, que del 25 pasaría a un 50 por ciento a propuesta del entonces Director de Atención a Migrantes en Guerrero; en la adjudicación de las obras, el citado Director propuso fuese únicamente el gobierno del estado quien se encargara de la realización de las obras al margen de la participación de los comités comunitarios, pasándose por alto las reglas de operación del Programa 3x1 de orden federal. Sin embargo, los Clubes Unidos se opusieron a tal medida y lograron no sólo revertir tal propuesta sino también provocó la salida del funcionario.
La última reunión del COVAM (2008) resultó un triunfo más para los migrantes que se ajustan a la normatividad del Programa: se priorizan las obras de los clubes que no tengan comprobaciones pendientes así como las que ya hayan llevado a cabo una primera etapa y deseen continuar. A pesar de que algunos municipios, como el caso de Taxco de Alarcón, han tenido una participación de más a menos en el Programa 3x1, al grado de no apoyar algunos proyectos de sus comunidades transnacionales, aportarán un máximo de 25 por ciento del costo total de la obra, siendo el gobierno del estado y la federación quienes en ausencia de la aportación municipal cubran el 75 por ciento restante de los recursos financieros de los proyectos.
Es así como la comunidad migrante organizada en clubes contribuye a la inversión en infraestructura básica y de servicios en México, actividad que de suyo es obligación única y exclusiva del estado mexicano representado en sus tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.
Guerrero ha sido pionero en este tipo de organización social desde fines de los 80’s. Gracias a las remesas colectivas se han podido realizar obras de infraestructura básica y de servicios en los lugares de origen de los migrantes que participan en el Programa 3x1 para Migrantes. Si bien las remesas colectivas han tenido un impacto positivo en las comunidades de origen, los municipios que se han beneficiado son los menos. Por su parte, las remesas familiares únicamente permiten paliar las condiciones de pobreza de los hogares de San Juan Unión.
En general, la primera hipótesis planteada el impacto de las remesas familiares es positivo pero insuficiente para abatir las necesidades de los hogares en Guerrero. Por lo tanto, se acepta la primera hipótesis.
La segunda hipótesis también se acepta dado que si bien las remesas colectivas han atenuado la marginación en San Juna Unión, no han logrado detonar el desarrollo económico y social de dicha comunidad.
Haber enfocado el fenómeno desde la más baja escala de observación, permitió dilucidar los polos de concentración y los ejes de desplazamiento entre México y Estados Unidos, siguiendo las “estrategias” de los migrantes a través de sus procesos.
La migración en San Juan Unión inició antes del Programa Bracero de manera apenas perceptible, continuó de manera incipiente durante la etapa de migración legal, bajo contrato. A partir de 1970 comienza la migración indocumentada y en 1990 se convierte en un flujo obligado de jóvenes, hombres y mujeres, quienes ven en los mercados laborales de Estados Unidos su realización como agentes económicos y la única opción de subsistencia familiar. Una de las consecuencias imprevistas más importantes a largo plazo de la Ley IRCA (1986), fue que contribuyó a transformar la migración mexicana de una corriente predominantemente circular en un sistema de desplazamientos más permanentes e incluso definitivos. El impacto de dicha Ley en la comunidad de San Juan Unión fue el cambio de una migración de retorno hacia una migración definitiva, con una participación familiar hacia estados como Illinois, Miami, Arizona, California y Texas.
A diferencia de las remesas familiares destinadas al consumo en los hogares las remesas colectivas disminuyen la marginación y crean infraestructura básica y de servicios a nivel comunitario. Sin embargo, la diferencia del flujo de ingresos entre ambas es a favor de las remesas familiares. ¿Qué hacer? Como la mayoría de los municipios de Guerrero aún no participan del Programa 3x1, lo menos que puede hacerse es promover este tipo de organizaciones entre los gobiernos locales y los consulados con la finalidad de ir creando la mayor infraestructura posible en la entidad. No obstante, vale decir que estas organizaciones son honoríficas y sin fines de lucro, demandando de “tiempo, dinero y esfuerzo”, y las que cumplen al 100 por ciento generalmente son las que surgen “desde abajo”, aisladas de cualquier manipulación política.