Alejandro Díaz Garay
La migración internacional es un fenómeno mundial complejo, asociado a los movimientos de mercancías y de capitales, que se ha acelerado a partir del proceso de interacción global entre las naciones (Castles y Miller, 2004). Sus flujos se han incrementado a mediados de los años 80’s ocupando un rango de primera importancia en los ámbitos gubernamental y académico.
A diferencia del patrón migratorio tradicional entre México y Estados Unidos, consistente en una migración de retorno, población de origen rural y masculina, las características actuales del patrón migratorio internacional han cambiado radicalmente. El nuevo patrón migratorio se caracteriza por una tendencia hacia una estancia definitiva, una creciente población de origen urbano adicional a la rural, la incorporación de mujeres en los flujos migratorios, la ampliación en los rangos de edad incluyendo infantes, adolescentes y ancianos, además de los adultos, entre otras, derivada de una formación de redes sociales.
Este estudio retoma la posición teórica de Laurence Faret (1998), geógrafo francés quien para entender el sistema migratorio mexicano propone la existencia de una referencia espacial múltiple, que incluya tanto el espacio de partida como el espacio de llegada, centrando la atención en los procesos migratorios en sí mismos y sobre el funcionamiento social de un sistema de movilidad establecido y creado por los migrantes en su conjunto. De modo tal, que la progresión del razonamiento vaya eslabonándose en torno a distintos cambios de escala. En este sentido, se presenta el impacto migratorio tanto a la sociedad de origen como a la sociedad receptora, rebasando así las posiciones teóricas unidireccionales tanto en México como en Estados Unidos (ídem).
El impacto de los flujos migratorios entre México-Estados Unidos suele estar subrepresentado debido al ingreso ilegal de la mayoría de los connacionales que viven en aquel país. El impacto económico se puede medir a partir de las remesas. Éstas tienden a mejorar las condiciones de vida de las familias en comunidades expulsoras de mano de obra. En los lugares de llegada, el impacto está asociado a las oportunidades de empleo de los recién llegados y a la contratación de mano de obra barata por parte de las empresas.
En la escala nacional, Guerrero está clasificado con un grado de intensidad migratoria (GIM) alto (CONAPO, 2002), equiparándose a entidades como Jalisco y San Luis Potosí, pertenecientes a la región tradicional de la migración internacional de origen mexicano.
A pesar de que Guerrero no forma parte de los estados del país con tradición migratoria hacia Estados Unidos, desde la última década del siglo XX experimenta un crecimiento sin precedentes en su flujo migratorio internacional, que en un 99 por ciento tiene como destino al vecino país del norte (INEGI, 2001b). A nivel municipal, 75 de los 76 municipios que tenía la entidad en el año 2000 registraron flujos migratorios internacionales en algún grado. En promedio, el 7.9 por ciento de los hogares guerrerenses reciben remesas familiares enviadas desde Estados Unidos (ídem). La mayor dependencia se observó en el municipio de Cocula, perteneciente a la Región Norte del estado, con 33.7 puntos porcentuales; en contrapartida, la menor captación de remesas se dio en el municipio de Acatepec, ubicado en la Región Montaña, con apenas un 0.1 por ciento. El único municipio que no registró envío de remesas fue Xochistlahuaca, ubicado en la Costa Chica, aunque sí se registran desplazamientos de población migrante a nivel internacional entre 1995 y el año 2000.
En comunidades expulsoras de mano de obra guerrerense acontece un progresivo abandono de las actividades económicas tradicionales, así como la pérdida de mano de obra joven. Los costos individuales y colectivos de las comunidades inherentes al fenómeno social de la migración se refleja en la pérdida de potencial de desarrollo al exportar recursos humanos relativamente calificados (PNUD, 2007).
En buena medida, los recientes procesos migratorios guerrerenses han preferido dentro del territorio norteamericano a Chicago, Illinois, como ciudad de destino, por lo elevado de los salarios en el sector secundario respecto del sector primario, quedando en segundo plano las distancias geográficas y los costos económicos de los desplazamientos. Cabe mencionar que la teoría económica neoclásica cuyo supuesto esencial es la racionalidad de los individuos en la toma de decisiones, entra en contradicción con esta particularidad migratoria guerrerense. Las distancias y los costos, no son determinantes en la acción del desplazamiento ni en la elección del lugar de llegada.
La documentación y análisis del fenómeno de la migración internacional en el estado de Guerrero está en ciernes. Fuera del trabajo de tesis doctoral de Judith Boruchoff (1999), poco se conoce de las lógicas de la movilidad de los migrantes, su inscripción en el espacio y los procesos de organización y transformación territorial, a pesar de que los migrantes oriundos de la entidad han sido pioneros en la participación comunitaria de mexicanos radicados en Estados Unidos.
Hablar de remesas en abstracto impide dilucidar el impacto familiar y comunitario de estos ingresos provenientes del exterior. Es necesario hacer una distinción entre las remesas individuales y las remesas colectivas. Las primeras dependen del jefe(a) del hogar mientras que las segundas presuponen la existencia de organizaciones comunitarias, tal y como se verá en el desarrollo de este estudio.
A partir de las anteriores connotaciones se plantearon dos hipótesis:
La primera es que las remesas individuales enviadas por los migrantes originarios de San Juan Unión radicados en Chicago no han impactado sustancialmente el nivel de vida familiar.
La segunda afirma que las remesas colectivas enviadas por el Club de Migrantes de San Juan Unión no han impactado en el desarrollo económico y social de su comunidad de origen, abatiendo los índices de marginalidad.
El objetivo general de esta investigación es revelar el impacto territorial y socioeconómico de la migración internacional y de las remesas enviadas a la comunidad de San Juan Unión, municipio de Taxco de Alarcón, Guerrero.
Los objetivos particulares son:
1. Conocer las dinámicas territoriales de la migración internacional y el envío de remesas a escala mundial, y a nivel México-Estados Unidos.
2. Examinar las dinámicas poblacionales de Guerrero a escala municipal y su relación con la población económicamente activa (PEA), el ingreso y el índice absoluto de marginación (IAM).
3. Conocer los orígenes de la organización social guerrerense en Chicago y el impacto de las remesas colectivas en San Juan Unión.
4. Analizar el proceso de la migración internacional desde sus orígenes y el impacto de las remesas familiares en los hogares de San Juan Unión.
La investigación se integra de los capítulos siguientes:
El capítulo 1 se inicia con un esbozo de las dinámicas territoriales de la migración internacional a escala del conjunto de flujos a nivel mundial. Posteriormente, se sitúa a la escala del conjunto de flujos entre México y los Estados Unidos, haciendo un recuento histórico de la migración internacional.
En el capítulo 2 se aborda la geografía de la migración internacional a escala estatal y municipal, distinguiendo su GIM y las transferencias de dinero, así como su relación con la PEA.
En el capítulo 3 se analiza el impacto cultural de los migrantes reflejado en los niveles de organización social a través de los clubes de oriundos en Estados Unidos y el impacto territorial generado por las remesas colectivas.
En el capítulo 4 se examina el estudio de caso San Juan Unión: el impacto de la migración internacional desde sus inicios y el impacto de las remesas familiares y colectivas en las familias y en la comunidad.