Wilian de Jesús Aguilar Cordero
En el primer estudio de caso, el grupo Yaxcol, a pesar de que el trabajo de la milpa aún continua siendo una actividad productiva importante para la sobrevivencia de los campesinos de Sahcabá, el grupo Yaxcol asesorados por PROTROPICO-UADY decidieron innovar el sistema tradicional de milpa, R-T-Q a la milpa intensiva con abonos verdes y cultivos de cobertura. Esta transferencia y adopción de la tecnología, funcionó en los primeros años, sin embargo, fue insuficiente para satisfacer las necesidades económicas básicas de las familias campesinas del grupo Yaxcol. Por lo tanto decidieron transitar hacia una nueva estrategia de sobrevivencia adaptativa, el manejo de una Granja Integral Ecológica que permitiera un manejo múltiple de recursos naturales, florístico y faunístico y que la producción permitiera satisfacer sus necesidades económicas básicas. Esto no fue así en su totalidad debido a que han enfrentando problemas para entrar al mercado de venta de sus productos orgánicos. De hecho, la economía campesina del grupo Yaxcol continua siendo netamente de subsistencia.
En el inicio para el funcionamiento y establecimiento de la granja integral requirió de prácticamente toda la fuerza de trabajo familiar incluyendo niños, niñas y cónyuges, pero con el paso del tiempo y ante los problemas económicos y migratorios que viven las comunidades campesinas de la ex zona henequenera se reflejó una disminución y escasez de fuerza de trabajo, debido a que la población de jóvenes sin distinción de género, está migrando hacia las ciudades, principalmente, Mérida y Cancún en busca de alternativas de trabajo para apoyar la economía familiar. Esta situación a pesar de ser un factor limitante, para el manejo y aprovechamiento de la Granja Integral Ecológica, el grupo Yaxcol ha logrado resolverlo mediante las relaciones de parentesco, dividiéndose las labores por familias y rotando turnos.
El mayor reto que enfrenta el grupo es la venta de los productos agrícolas ante un mercado globalizado y desigual donde el producto orgánico producido a través del trabajo familiar es subvalorado en términos económicos con relación a la producción agrícola industrial donde el costo de la producción es menor a la de las pequeños productores, lo que abarata los productos agrícolas en el mercado de consumo. Además, el incursionar en el mercado internacional, los pone en una situación difícil donde sus oportunidades para competir en cantidad, calidad, pago por certificaciones, circulación de la mercancía para su exportación, entre otras cosas, prácticamente es imposible, debido a la falta de capital financiero y humano. Ante esta adversidad han desarrollado de manera conjunta con la academia (Universidad Autónoma de Chapingo) y la arquidiócesis de Yucatán una estrategia de mercado, denominado Mercado Justo en el que los pequeños productores de las Granjas Integrales Ecológicas pueden vender en pequeñas cantidades sus productos orgánicos.
Los ingresos económicos obtenidos de la granja se complementan con otras fuentes de ingresos como el trabajo por jornal y en algunos casos por la pensión del seguro social a la que tienen acceso sobre todo las personas de tercera edad del grupo y que gracias a la complementariedad de ingresos, logran sufragar los gastos requeridos en la familia y para la compra de insumos que se requieran en la Granja Integral Ecológica.
Se puede concluir que el grupo Yaxcol emerge de un proceso de generación y transferencia de tecnología agroecológica de altos insumos externos y presenta ciertas restricciones organizativas. En consecuencia, están en la búsqueda y consolidación de una estrategia adaptativa, siendo esta la Granja Integral ecológica, que aunque se caracteriza por obtener inversiones eventuales de diversas fuentes financieras y mercados incipientes, la mayor fortaleza es considerarse con una lógica campesina orientada al autoabasto y continuar con una visión agroecológica en busca de la sostenibilidad y de aspirar a comerciar sus productos orgánicos en Mercado Justo que permita mejorar su calidad de vida.
En el segundo estudio de caso, se concluye que las mujeres artesanas del grupo Ixchel a nivel individual, cada una de las participantes a través del dialogo y los acuerdos, en su unidad doméstica lograron contar en diferentes niveles con el apoyo de sus cónyuges, hijos y demás familiares para incrementar o en su caso, cumplir con los productos artesanales ofrecidos, sobre todo en las unidades domésticas donde los cónyuges son jóvenes. Esto nos hace reflexionar que en Sahcabá, el espacio del hogar no necesariamente está cargado de un autoritarismo patriarcal por parte del jefe de familia, sino que existen posibilidades de que se construyan espacios dentro del poder doméstico donde la mujer no sólo participe en la toma de decisiones sobre la familia, sino que se establezcan las condiciones para que ella se pueda incorporar al mercado del trabajo y generar ingresos económicos que contribuyan para el mejoramiento de la economía familiar. Aunque, esto no fue el caso para todas las mujeres, sobre todo para las mujeres de más de 50 años que pese a ganar ciertos espacios de trabajo, el dominio patriarcal siguió siendo vertical y conllevó a que las mujeres en esta situación no lograran empoderarse en la dimensión personal.
El grupo Ixchel a pesar de que mejoró el proceso de producción artesanal y contó con el apoyo de AMACUP A.C. para la circulación de la mercancía, proceso último en el cual la mayoría de los pequeños productores rurales tiene serias dificultades, no consiguió consolidarse como un equipo de trabajo. Es decir, las mujeres artesanas no lograron empoderarse como equipo de trabajo. De hecho, algunas, sobre todo las más jóvenes lograron transitar hacia un poder doméstico, sin que esto quiera decir, que lograron del todo fortalecer su empoderamiento en la dimensión personal, mucho menos lograron consolidar su transición hacia los otros dos niveles, dimensión colectiva y de relaciones cercanas, debido a que estas dimensiones están relacionados con el sentido de identidad de grupo, capacidad para producir cambios, auto-organización y autogestión y la capacidad de transformar las relaciones humanas para poder influir, negociar y tomar decisiones que beneficien al grupo y/o equipo de trabajo, cosa que no sucedió con el grupo.
La experiencia del grupo Ixchel muestra lo complejo que es el camino hacia la autonomía de los grupos organizados de pequeños productores rurales asesorados por agentes externos, como fue el caso de las mujeres artesanas apoyadas por PROTRÓPICO-UADY quién desde su propia percepción consideró adecuado finalizar el acompañamiento; pero que desde la percepción de las mujeres artesanas no fue el mejor momento para dejarlas solas, ya que aun no habían logrado consolidarse como equipo de trabajo, y que desafortunadamente lleva a la desaparición de Ixchel como grupo o equipo de trabajo quedando solamente esfuerzos individuales de trabajo .
Esta debería ser una experiencia de aprendizaje significativo no sólo para las productoras y productores rurales sino también para los grupos externos (académicos, gubernamentales y ONGs) que inician procesos de transferencia y adopción de tecnologías y que éstos deben reflexionar sobre la relevancia de valorar aspectos de género y poder, así como de toma de decisiones y manejo de conflictos en las unidades domésticas y en los grupos productivos de base, y sobre todo el establecer vínculos de colaboración y confianza continua, siempre pensando en consolidar el Rapport.
Como reflexión final considero que el presente estudio responde y a la vez permite que se den nuevas investigaciones que podrían contribuir a responder a una pregunta de investigación hecha por el Dr. Ramfis Ayus (+) en el examen de predoctorado del que suscribe:
“…cómo reconstruir las razones y criterios que ponen en juego los campesinos para arribar a decisiones sobre la “adopción” o no de la tecnología agrícola y el impacto de esa decisión en el ingreso económico y la mejora familiar; y cómo a partir de esta premisa, cabría preguntarse: ¿si se considera apropiado, y por qué, que los procesos de elección y recepción tecnológica puedan ser apreciados como indicadores del desarrollo social sustentable de una comunidad?