Tesis doctorales de Economía


TERRITORIO, ESTADO Y SOCIEDAD EN CHILE. LA DIALÉCTICA DE LA DESCENTRALIZACIÓN: ENTRE LA GEOGRAFÍA Y LA GOBERNABILIDAD

Sergio Boisier Etcheverry


Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse la tesis completa en PDF comprimido ZIP (339 páginas, 2.01 Mb) pulsando aquí

 

 

 

2.8. El ciclo del trigo, el avance de la frontera agrícola y la ocupación de la Araucanía

La revolución industrial, junto con el impulso económico y el incremento demográfico, requirió alimentar a las masas proletarizadas que Europa, con sus campos agotados y sin posibilidad de extender la frontera agrícola, no podía realizar ni satisfacer.

Hubo que recurrir a regiones remotas con suelos vírgenes ocupados por nativos. Comenzó así una etapa de colonización de tierras periféricas: los ingleses ocuparon Australia y Nueva Zelanda, los norteamericanos iniciaron la conquista del oeste del país, en Argentina hubo desplazamientos a la pampa y en Chile tuvo lugar la colonización alemana de Los Lagos y luego el desarrollo ganadero de Magallanes.

La consolidación de la institucionalidad y del orden político, más la demanda extranjera de alimentos, permitió el inicio de un largo ciclo de prosperidad en el ámbito rural basado en la exportación de trigo. Las décadas de 1840 y 1850 fueron de altos precios en los productos agrícolas en Europa y de ahí surgió el incentivo principal. Además del mercado de Lima, a medidos del siglo XIX, se sumó la exportación de trigo a Australia y California, en forma efímera, y hacia 1865 a Inglaterra, Europa y el norte de Chile en forma sostenida y creciente. El comercio de trigo significó la demanda de nuevas tierras donde producir el cereal. Junto con la consolidación de las haciendas del Chile tradicional se inició una presión cada vez más intensa por ocupar las tierras al sur del río Bío Bío las cuales, a pesar de las relaciones fronterizas y la progresiva penetración de colonos chilenos, se encontraban en su mayoría en poder de los mapuches. El avance hacia el territorio araucano coincide, entonces, con el período de mayor exportación, con alza de precios en el trigo y en el ganado.

También existieron factores internos que impulsaron la incorporación de nuevos territorios. El crecimiento demográfico, la demanda de alimentos de las regiones mineras del norte del país se tradujeron en una demanda sostenida de alimentos y nuevas tierras. En un principio se inició un proceso de penetración espontánea por dos vías separadas por la cordillera de Nahuelbuta: la del sector costero o Baja Frontera y la de los llanos o Alta Frontera. La ocupación de la costa se vio impulsada por los yacimientos de carbón que allí existían y la de los llanos fue estimulada por su riqueza agrícola. Los informes de Cornelio Saavedra arrojan luz sobre esta ocupación espontánea antes del avance de las armas.

Otro factor fue la necesidad de dominar a los indígenas para ir completando la unidad del territorio nacional. El país debía ejercer efectivamente soberanía en todo el espacio geográfico que le correspondía. Además para la mentalidad de la época resultaba imposible de aceptar la existencia de una región poblada de bárbaros y era una tarea de civilización y progreso realizar su sometimiento.

El 2 de julio de 1852, con la firma del presidente Manuel Montt se promulgó la ley que estableció la provincia de Arauco, cuyo territorio sería el comprendido entre los ríos Bío Bío y Toltén. El artículo tercero autorizó al Primer Mandatario a dictar las órdenes que juzgase convenientes para el gobierno de la Frontera, la eficaz protección de los indígenas, la promoción de la civilización y la regulación de los contratos y las relaciones comerciales.

No obstante, sólo a partir de 1859, dado el apoyo mapuche a los rebeldes de la revolución de ese año, se iniciaron acciones más concretas y efectivas para incorporar este territorio al estado nacional. La aparición del francés Orellie Antoine de Tounens, un oscuro abogado del Périgueux, quien en 1861, se proclamó “Rey de la Araucanía”, dio nuevos argumentos para la ocupación pues hizo temer una eventual alianza de Francia con las tribus mapuches.

El inspirador y realizador de las primeras campañas militares fue el Coronel Cornelio Saavedra, quien presentó un plan que consistía en avanzar por territorio araucano por etapas progresivas que consolidaran la ocupación. En 1862 efectuó un primer avance hasta el río Malleco, sin encontrar mayor resistencia. Para asegurar la posición se fundaron algunos fuertes y se levantó la ciudad de Angol, que se constituyó en el centro de la vida fronteriza. Entre 1867 y 1869, se efectuó la segunda campaña de Saavedra en la cual las tropas chilenas se enfrentaron en una violenta guerra con las tribus bajo el mando del cacique Quilapán. Las prácticas de destrucción de siembras y de saqueo de aldeas fueron una política declarada del estado chileno para doblegar la voluntad del indio. En 1869 Saavedra construye el fuerte de Purén sobre las ruinas del original levantado por Pedro de Valdivia; Purén 90 llegará a ser, en el Siglo XX una pequeña ciudad ejemplar por su modernización comparativa, que se vería truncada a fines de los años cincuenta tanto por el cambio generacional como por la consolidación del eje central de desarrollo del país.

Alrededor del año 1878 mediante un nuevo avance el ejército chileno llegó hasta las márgenes del río Traiguén, donde se estableció una nueva línea de fuertes.

El estallido de la Guerra del Pacífico ofreció la ocasión para que los indígenas reanudaran la lucha. Esta se extendió durante los años 1880 y 1881. No obstante, la organización del ejército, los rifles de repetición y la expedita comunicación con el centro a través de telégrafos y ferrocarriles permitieron la victoria de los chilenos. Durante el verano de 1881 se ocupó el territorio del río Cautín y se fundó el fuerte de Temuco y a fines de 1882 el coronel Gregorio Urrutia inició el desplazamiento del ejército hacia Villarica. El 1 de enero de 1883 el ejército chileno finalizaba su campaña simbólicamente con la ocupación y el inicio de la reconstrucción de Villarrica.

Sin embargo, la existencia fronteriza no desapareció, prolongándose por algunas décadas y dejando una secuela de violencia y muerte. A pesar de las intensas campañas militares y policiales que se realizaron para reprimir el bandidaje esto no fue posible. Lejos de desaparecer, entre 1880 y 1900, la violencia recrudeció. La consuetudinaria guerra contra el mapuche al sur del Bío Bío fue reemplazada por un conflicto social que infiltró a la sociedad hasta sus rincones más recónditos y que llevó a la confrontación, a veces sangrienta, entre sus diversos conglomerados étnicos. La Araucanía se convirtió en un verdadero “hervidero humano”, según la expresión acuñada por Francisco Antonio Encina.

El español Diego Arias de Saavedra escribió en los primeros años del Siglo XVII un monumental poema épico: PURÉN INDÓMITO, con XXIV cantos y 1932 versos. Constituye, junto con la obra de Ercilla, una de las primeras obras literarias sobre Chile. Quien escribe es orgullosamente nativo de este villorrio.

Esta situación se explica por la combinación de varios factores como la debilidad del estado chileno en la región, el colapso del gobierno de los caciques y la irrupción de los intereses privados (León; 2003).


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios