Tesis doctorales de Economía


TERRITORIO, ESTADO Y SOCIEDAD EN CHILE. LA DIALÉCTICA DE LA DESCENTRALIZACIÓN: ENTRE LA GEOGRAFÍA Y LA GOBERNABILIDAD

Sergio Boisier Etcheverry


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ANEXOS A. UNA RADIOGRAFÍA DE LA PRODUCCIÓN Y DE LA OCUPACIÓN EN LAS REGIONES CHILENAS

ANEXO A Una radiografía de la producción y de la ocupación en las regiones chilenas 166 1.

Producto Interno Bruto Regional 1990–2003: Tendencias El análisis se realizó utilizando la información del PIB regional calculado por el Banco Central de Chile, cuya serie más reciente corresponde al periodo 1996–2003, y que se encuentra calculada a precios del año 1996, año base más reciente del Sistema de Cuentas Nacionales. Asimismo se utilizará el empalme 1960–2001 realizado por la División Regional de MIDEPLAN, para completar la serie 1990–2003 a precios de 1996. El análisis se concentra en la dinámica del crecimiento del PIB y la evolución de las estructuras sectoriales.

1.1. Dinámica del Producto Interno Bruto Regionalizado 1990–2003

Entre 1990 y 2003 el PIB total regionalizado creció a una tasa de 4,9% promedio anual, registrándose notorias diferencias en la dinámica de las regiones. No obstante que en todas ellas se registraron dinámicas positivas, las mayores tasas se observaron en el norte del país, con cifras superiores al 6% promedio anual, en particular en Antofagasta, Atacama y Tarapacá. En tanto, las menores tasas se registraron en Magallanes, Bío Bío y Valparaíso.

Este Anexo recoge parte de un informe de consultoría realizado por el Sr. Luis Riffo Olivares, para el Ministerio de Economía, Fomento y Reconstrucción, en el año 2007, titulado Análisis económico productivo y fomento a la investigación científica y tecnológica y a la innovación.

250 Sin embargo, el crecimiento observado desde inicios de los noventa presenta dos momentos marcadamente diferenciados, con una fase de gran expansión entre 1990 y 1997 y una fase de crecimiento más lento entre 1997 y 2003, explicada esta última principalmente por los efectos derivados de la crisis asiática. Mientras que en el primer periodo la economía del país creció a una tasa promedio anual de 8,2% (6,9% para el PIB regionalizado), entre 1997 y 2003 lo hizo a una tasa de 2,7% (2,6% para el PIB regionalizado).

Esta diferencia se agudiza al analizar el comportamiento de las regiones en ambos subperíodos. En efecto, entre 1990 y 1997 las tres primeras regiones del norte del país se expandieron a tasas superiores al 9% anual. Seis regiones crecieron a tasas entre un 6% y 7,5%– Metropolitana, Maule, Los Lagos, Araucanía, Coquimbo y Aisén. Tres regiones crecieron a tasas entre 4,5% y 5,1%–O´Higgins, Valparaíso y Bío Bío. Finalmente, Magallanes registró la menor tasa en el periodo de 2,6% promedio anual. (Véase Cuadro 1).

El Gráfico 2 registra la fuerte caída en los ritmos de crecimiento de la mayoría de las regiones, en particular la de Atacama. Las regiones que experimentan la menor brecha entre ambos periodos son Aisén, Coquimbo y O´Higgins. Sólo Magallanes crece a una tasa superior, aunque manteniendo el modesto crecimiento registrado en el primer subperíodo.

En el Gráfico 3 se reflejan las notorias diferencias en materia de crecimiento regional, donde resulta relevante destacar que de las tres regiones con menor dinámica, dos corresponden a las de mayor participación en el PIB y en la población, después de la Región Metropolitana, y que corresponden a Valparaíso y Bío Bío. También se destaca el crecimiento ya mencionado de Antofagasta, Tarapacá y Atacama, donde resulta clara la desaceleración de esta última región a partir de 1998.

Otra forma similar de analizar las disparidades en materia de crecimiento es comparar el índice de crecimiento de la región con el índice de crecimiento del país para cada año. Siete regiones muestran una trayectoria que se ha mantenido por sobre el crecimiento promedio nacional, destacándose nuevamente la región de Antofagasta, Tarapacá y Atacama, aún cuando esta última muestra un punto de inflexión a partir del año 1998. (Ver Grafico 4).

En sentido opuesto se encuentran seis regiones, donde las trayectorias más decrecientes corresponden a Magallanes, Bío Bío y Valparaíso. Finalmente, puede señalarse que desde mediados de los noventa Los Lagos comienza a superar el promedio y desde inicios de la década de 2000 la región de Aisén.

La dinámica antes mencionada tiene como contrapartida algunos cambios en la participación relativa de las regiones en el PIB total. Si bien se mantiene la histórica tendencia hacia la concentración de la actividad productiva en la Región Metropolitana, los fenómenos más relevantes son el incremento del peso relativo de Antofagasta, Tarapacá y Los Lagos, y las disminuciones que se producen en Bío– Bío y Valparaíso. (Véase Cuadro 2 y Gráfico 5).

En 1990–1991 cuatro regiones exhibían un PIB por habitante superior al promedio nacional, Antofagasta, Magallanes, Metropolitana y Tarapacá, mientras que las regiones con menor PIB por habitante fueron Araucanía, Coquimbo, Maule y Los Lagos. En 2002– 2003 Atacama se agrega al grupo de regiones que superan el promedio nacional. (Véase Cuadro 3).

De este grupo, Antofagasta y Tarapacá superan aún más el promedio nacional que en 1990–1991.

1.2. Una tipología de la evolución regional 1990–2003

Siguiendo el análisis realizado por Iván Silva (2003), puede establecerse una tipología de regiones considerando dos dimensiones: la dinámica regional y el nivel del PIB por habitante. Según este enfoque, al analizar la situación de cada región respecto del promedio de cada variable, se determinan cuatro tipologías posibles al analizar el periodo 1990–2003.

a) Territorios dinámicos y con alto PIB per capita: “potencialmente ganadores” b) Territorios dinámicos y con bajo PIB per capita: “potencialmente ganadores” (en marcha) c) Territorios no dinámicos y con bajo PIB per capita: “potencialmente perdedores” (estancados) d) Territorios no dinámicos y con alto PIB per capita: “potencialmente perdedores” (en retroceso) De acuerdo a los cálculos realizados para este periodo, considerando ambas variables los resultados que se obtienen para cada categoría son los siguientes: a. Territorios dinámicos y con alto PIB per capita: “potencialmente ganadores” Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Metropolitana La dinámica regional de Tarapacá, Antofagasta y Atacama se encuentra relacionada directamente con la rápida expansión de la minería del cobre en la década de los noventa.

Magallanes Los Lagos Araucanía Aisén 256 Los tres más grandes proyectos cupríferos privados se localizan en estas regiones. Doña Inés de Collahuasi en Tarapacá, Escondida en Antofagasta y La Candelaria en Atacama.

Esta situación también explica en gran medida sus altos niveles de PIB por habitante.

Asimismo, la actividad minera atrajo considerables flujos de inversión extranjera directa durante los años noventa, hecho que sostuvo las importantes tasas de crecimiento de dichas regiones.

No obstante, cabe señalar que en el caso de Atacama, el principal crecimiento se produce en el periodo 1990–1997, mientras que entre 1997–2002, la región experimenta una notoria desaceleración en sus tasas de crecimiento.

Una conclusión relevante para este grupo de regiones es que sus potencialidades de crecimiento se encontrarían acotadas por las condiciones de agotamiento físico de los recursos naturales sobre los que se ha sostenido su dinámica.

En el caso de la Región Metropolitana, el impulso al crecimiento se basa principalmente en sectores terciarios, tales como Comercio, Restaurantes y Hoteles; Transporte y Comunicaciones; y Servicios Financieros y Empresariales, lo que crecen a tasas cercanas o superiores al 10% anual. En este caso, su base de sustentación sectorial es más amplia, lo que permitiría inferir una mayor estabilidad y mantención de su dinámica económica.

b. Territorios dinámicos y con bajo PIB per capita: “potencialmente ganadores” (en marcha) Aisén, Coquimbo, Maule, Los Lagos En el caso de las regiones de Aisén y Los Lagos, su fuerte dinámica se vincula principalmente con el gran desarrollo del sector Pesca, el cual en ambos casos registra tasas de crecimiento cercanas o superiores al 20% promedio anual y ha pasado a representar cerca de un 20% de su PIB total. Asimismo, ambas regiones han incrementado de manera importante sus niveles de PIB por habitante, aunque aún se mantienen bajo el promedio nacional.

La mayor potencialidad en términos de encadenamientos de este sector permite inferir que dichas regiones poseen importantes posibilidades de desarrollo a futuro.

En el caso de la región de Coquimbo, su crecimiento sobre el promedio también se asocia de manera importante al desarrollo de la minería del cobre, con la puesta en marcha a fines de los noventa de la mina privada Los Pelambres. En este caso no obstante, la región posee una mayor diversificación productiva que permitiría sostener de manera más estable un desarrollo futuro, tales como producción alimenticia, y actividades vinculadas al desarrollo turístico. Sin embargo, sus niveles de PIB por habitante aún se encuentran muy por debajo del promedio nacional, cerca de un 40% inferior al promedio 2002–2003.

La región del Maule ha basado su dinamismo en un conjunto más amplio de sectores, tales como Industria Manufacturera; Electricidad, Gas y Agua; y Transporte y Comunicaciones. Sin embargo también existen ciertas precauciones respecto de su potencial futuro. En efecto, en los dos primeros sectores las industrias propulsoras tienen la característica de no generar dinámicas relevantes de empleo. En el primer caso, ha sido importante la dinámica de la producción de celulosa mientras que en el segundo ha sido Sergio Boisier Etcheverry 07/11/2007 257 importante la producción de energía eléctrica. Por otra parte, la región aún mantiene niveles de PIB por habitante casi 35% inferiores al promedio nacional.

c. Territorios no dinámicos y con bajo PIB per capita: “potencialmente perdedores” (estancados) Araucanía, O´Higgins, Valparaíso, Bío Bío Las dos regiones de mayor tamaño relativo después de la Metropolitana, que son Valparaíso y Bío Bío se han caracterizado en el periodo por una lenta dinámica productiva respecto del promedio del país, lo cual ha implicado una sostenida pérdida de posición relativa tanto en su peso en el PIB total, como en sus niveles de PIB por habitante.

Dicha situación puede atribuirse en gran medida al lento desempeño del sector con mayor peso relativo en las estructuras productivas de Bío Bío y Valparaíso, la Industria Manufacturera. Dicho sector creció entre 1990 y 2002 en un 3,5% promedio anual y un 3,4% promedio anual respectivamente. Asimismo, en el caso de Bío Bío se conjugan dos factores adicionales, la cuasi desaparición de la minería del carbón y el lento crecimiento de la agricultura tradicional.

La región de La Araucanía, aunque registró un crecimiento promedio levemente inferior al promedio nacional entre 1990 y 2003, posee el menor nivel de PIB por habitante del país, casi 50% inferior al promedio nacional para el periodo 2002–2003.

En términos de su dinámica sectorial, Transporte y Comunicaciones y Comercio, Restaurantes y Hoteles mostraron una dinámica significativa, la cual no obstante fue contrapesada por un crecimiento de sólo un 1,8% promedio anual del sector Silvoagropecuario, el sector productivo de mayor peso en el PIB regional, y el cual se caracteriza por una agricultura intensiva en sectores tradicionales.

Finalmente, dentro de este grupo la región de O´Higgins es la que se aproxima más a los promedios nacionales de PIB por habitante y tasa de crecimiento anual. Dos de los sectores productivos con mayor participación relativa han mostrado un comportamiento opuesto. En primer lugar, el sector silvoagropecuario, que en esta región se caracteriza por una significativa orientación exportadora, mostró una tasa de crecimiento superior al 6% promedio anual. En tanto, el sector minería, con una presencia mayoritaria de la minería del cobre, creció sólo a un 1,7% promedio anual d. Territorios no dinámicos y con alto PIB per capita: “potencialmente perdedores” (en retroceso) Magallanes La región de Magallanes registró la menor tasa de crecimiento promedio para el periodo 1990–2003, alcanzando sólo un 2,4% promedio anual, y aunque en términos del nivel de PIB por habitante sólo fue superada por Antofagasta para el promedio 2002–2003, su posición relativa en esta variable ha ido en franca disminución durante la década del noventa.

Dos de los principales sectores productivos de la región han mostrado un desempeño muy bajo en el periodo 1990–2002. En efecto, mientras que el sector pesca alcanzó una tasa de crecimiento promedio de sólo 3,2%, el sector minería, compuesto principalmente por extracción de petróleo y carbón, registró una caída de –5,9% promedio anual.

No obstante que en el sector industrial se registró un importante crecimiento de 7,5% promedio anual en el periodo, dicho impulso radica casi exclusivamente en la producción de metanol, el cual no parece tener efectos de articulación o arrastre importantes en la región. (Ver Gráfico 7).

El análisis precedente puede complementarse con una tipología formada a partir de la dinámica del PIB y la dinámica de la ocupación que se observa más adelante en el Gráfico 8, respecto de los promedios nacionales, lo cual sintetizaría las diferencias de las distintas estructuras productivas regionales y sus características tecnológicas. La tipología y los resultados para el periodo 1990–2004 serían los siguientes: a. Alto crecimiento del PIB y alto crecimiento del empleo Seis regiones se encuentran en este grupo: Atacama, Tarapacá, Antofagasta, Coquimbo, Los Lagos y Aisén. Lo anterior implica que la fuerte expansión del norte del país, vinculada, como se ha mencionado, principalmente a la actividad minera, ha estado relacionada con una positiva expansión del empleo total. En el caso de Los Lagos y Aisén, la positiva expansión del PIB, relacionada principalmente con el sector pesquero, se correlaciona con una mayor dinámica del empleo.

La Región Metropolitana se encuentra en una situación cercana a este grupo, con una expansión del PIB similar al promedio del país aunque con un crecimiento del empleo claramente superior al promedio nacional.

b. Alto crecimiento del PIB y bajo crecimiento del empleo En este caso encontramos únicamente a la región del Maule. Como ya se comentó, la expansión del PIB de esta región se encuentra vinculada principalmente a sectores con baja capacidad de generación de empleos, tales como la electricidad y la celulosa.

c. Bajo crecimiento del PIB y alto crecimiento del empleo En este grupo se ubica más claramente la región de La Araucanía, con crecimientos del PIB y el empleo de 4,5% y 1,9% respectivamente, mientras que con un crecimiento del PIB inferior al promedio nacional pero con un crecimiento del empleo similar al promedio nacional se ubica la región de O´Higgins.

e. Bajo crecimiento del PIB y bajo crecimiento del empleo Finalmente, tres regiones se ubican claramente en este cuadrante: Valparaíso, Bío Bío y Magallanes. Estas regiones aparecen claramente como “perdedoras” respecto del proceso de expansión económica exhibido por el país durante el periodo analizado, tanto respecto de sus dinámicas productivas como sus dinámicas ocupacionales.

Evolución de las estructuras productivas regionales En el periodo 1990–2003 se produjeron importantes transformaciones a nivel de las estructuras productivas sectoriales regionales. El análisis se abordará desde dos perspectivas, la primera se refiere a las estructuras productivas interregionales y la segunda se refiere a las estructuras productivas intraregionales. Se compararán las estructuras promedio 1991–1992 respecto del promedio 2001–2002, últimos dos años disponibles con información sectorial/regional.

1.3.1. Evolución sectorial interregional

Los cambios sectorial/regional más significativos se produjeron en Silvoagropecuario, Pesca, Minería, Electricidad, Gas y Agua y Transportes y Comunicaciones (Véanse Cuadros 4 y 5).

A nivel nacional, el peso relativo del el sector Silvoagropecuario cayó a poco menos del 5% entre ambos periodos. En términos regionales el principal cambio es el fortalecimiento del sector en las regiones de Valparaíso, O´Higgins y Maule, las que pasaron de dar cuenta de un 35% del total sectorial en 1991–1992 a casi un 45% en 2001– 2002. Como contrapartida, disminuye la participación de la Región Metropolitana y, significativamente, la región del Bío Bío.

El sector Pesca muestra radicales transformaciones en el periodo. Si bien su peso en el PIB total nacional es bastante pequeño (1,6% en 2001–2002), su impacto a nivel de algunas regiones es altamente significativo. Mientras que en 1991–1992 la mayoría del PIB de este sector era generado en la zona norte y centro, con casi un 65% del total del país, en particular Bío Bío (31,5%), Valparaíso (11,8%) y Tarapacá (10,4%), en 2001–2002 la situación cambia drásticamente. En efecto, en este último periodo la zona sur dio cuenta de casi el 74% del PIB de Pesca, fenómeno explicado en particular por el desarrollo experimentado por el sector en las Regiones de Los Lagos y Aisén. Mientras que la primera pasó a generar el 56% del PIB pesquero del país, la segunda alcanzó casi el 10%.

Lo anterior a significado que el sector haya pasado de representar poco más del 5% del PIB regional de Los Lagos y Aisén en 1992–1992 a casi el 20% en Los Lagos y a casi el 30% en Aysén en 2001–2002.

La Minería es otro sector que ha experimentado notables transformaciones durante el periodo bajo análisis. Su peso en el PIB total del país se ha incrementado desde un 7% para el promedio 1991–2001 a cerca de un 9% en 2001–2002. Esta dinámica se explica principalmente por la gran minería del cobre, impulsada por fuertes procesos de inversión y una orientación mayoritariamente exportadora.

En 1991–1992 la zona norte generaba cerca del 70% del PIB minero, donde la región de Antofagasta daba cuenta del 52%. En 2001–2002, producto de las grandes inversiones en megaproyectos mineros como Doña Inés de Collahuasi en Tarapacá, La Candelaria en Atacama, y Los Pelambres, en Coquimbo, la zona norte pasó a generar el 82% del PIB minero, incrementándose fuertemente el peso relativo de la minería en las estructuras sectoriales de las regiones del norte del país.

Como contrapartida, la Minería en la Región de Magallanes, basada principalmente en la extracción de petróleo y carbón ha mostrado una disminución de su importancia relativa en este periodo. A nivel de la estructura sectorial de Magallanes, la minería cae desde un 23,3% en 1991–1992 a menos del 10% en 2001–2002.

Dos sectores que han sido impulsados por la dinámica de la minería en el norte del país, son Construcción y Electricidad, Gas y Agua. En el caso del primero, la producción generada en el norte se incrementa desde un 10,9% en 1991–1992 a un 17,6% en 2001– 2002, incremento explicado fundamentalmente por la región de Antofagasta. En el caso del segundo, la producción generada en el norte se incrementa desde un 11,2% a un 18,7% respectivamente, incremento explicado en este caso principalmente por Antofagasta y Atacama.

El último sector donde se registran cambios de importancia en la distribución espacial es Transporte y Comunicaciones. En este caso el fenómeno más relevante es el incremento observado en la Región Metropolitana, la cual pasa de generar el 50% del PIB del sector en 1991–1992 a generar el 55% en 2001–2002. Adicionalmente, el sector incrementa de manera importante su peso relativo en las estructuras sectoriales de las regiones de Valparaíso, Bío Bío, Araucanía y Magallanes.

Una síntesis de las transformaciones espaciales sectoriales se expresa en el Coeficiente de Concentración Espacial, el cual compara la distribución espacial de un sector respecto de la distribución de un patrón de comparación (en este caso el PIB total).

Este coeficiente permite identificar la forma en que una actividad económica se distribuye sobre el territorio, constituyéndose, así, en tema importante tanto desde la perspectiva del análisis de la localización económica, como desde el punto de vista de la formulación de una política regional de desarrollo industrial. En este caso contribuye a establecer interrogantes como las siguientes: ¿Cuáles son, por ejemplo, las actividades manufactureras que presentan mayores grados de libertad para ser ubicadas en regiones alternativas? ¿Es conveniente o no reforzar tal o cual actividad industrial en tal cual región? ¿Qué elementos objetivos de juicio puede aportar el analista regional para ello?. Mientras más diferente la distribución del sector respecto del patrón, más cercano a uno será el coeficiente. (Ver Gráfico 9).

Los coeficientes de concentración espacial más altos en 2001–2002 correspondieron a Pesca, Minería y Silvoagropecuario y en los tres el coeficiente aumenta respecto de 1991– 1992. Destaca en particular el sector Pesca cuyo coeficiente pasa a superar a la Minería en el segundo subperiodo analizado, y donde influyen principalmente las regiones de Los Lagos y Aisén. También el sector Servicios Financieros aumenta su coeficiente, explicado principalmente por la influencia de la Región Metropolitana.

1.3.2 Evolución sectorial intraregional

Una forma resumida de analizar el cambio en las estructuras productivas regionales se puede realizara a partir del cálculo del Coeficiente de Reestructuración (CR), el cual compara las diferencias en las estructuras productivas de cada región en dos periodos de tiempo. Mientras más profunda sea la reestructuración regional el Coeficiente de Reestructuración tenderá a aproximarse a uno y mientras menor sea el cambio, se aproximará a cero. (Ver Gráfico 10). De acuerdo al cálculo del Coeficiente de Reestructuración para los periodos 1991–1992 y 2001–2002, pueden identificarse cuatro agrupaciones de regiones según la intensidad de las transformaciones experimentadas por sus estructuras productivas. Los cambios más significativos en las estructuras productivas se produjeron en las regiones de Aisén y Tarapacá, registrando ambas un CR de 0,23. Le sigue un segundo grupo de regiones compuestas por Magallanes, Coquimbo y Los Lagos, con CR de 0,15. A continuación se ubican las regiones de Atacama, Maule y Antofagasta, con CR entre 0.10 y 0,12. Finalmente, las regiones con menores transformaciones fueron Araucanía, Metropolitana, Valparaíso, O’Higgins y Bío Bío, con CR entre 0.06 y 0.08.

En el primer grupo los cambios en Tarapacá se asocian al fuerte incremento de la Minería en su estructura productiva, que pasa de representar cerca de un 5% de su PIB en el periodo 1991–1992 a poco más de 25% en el periodo 2001–2002, lo anterior se explica por el desarrollo de megaproyectos cupríferos a fines de los noventa, principalmente Doña Inés de Collahuasi. Una situación parecida ocurre en la región de Aisén, aunque en este caso es el sector Pesca el que ocasiona las transformaciones. Dicho sector representó el 5,6% del PIB de la región en 1991–1992 incrementándose a 26% en el periodo 2001–2002.

O´Higgins Los Lagos Bío Bío Aisén 264 Respecto del segundo grupo, los cambios en Magallanes se explican por una pérdida de peso relativo del sector Minería de 23,3% a 9,9%, por fenómenos vinculados al carbón y petróleo, y un incremento del peso del sector Industrial de 11,2% a 19,5%, explicado principalmente por el desarrollo de la producción de Metanol. En el caso de Coquimbo, la Minería, que pesaba un 13,8% del PIB en 1991–1992, se incrementa a 27% en 2001–2002, fundamentalmente derivado del desarrollo de proyectos cupríferos como Los Pelambres.

Finalmente, en el caso de Los Lagos, el sector con mayores transformaciones es Pesca, el cual incrementa su peso relativo desde un 5% del PIB regional en 1991–1992 a un 18,3% en 2001–2002.

En el caso del tercer grupo, los cambios principales en Atacama corresponden a un incremento del peso relativo de la Minería, de un 35,6% a un 41,5%, y Electricidad, Gas y Agua, de un 0,6% a un 4,4%. en el PIB regional. En Maule, la Industria Manufacturera aumenta su peso relativo desde un 13,8% a cerca de un 20%. Finalmente, en Antofagasta, producto del fuerte desarrollo minero, el sector construcción aumenta su peso desde un 3,6% a casi el 12%.

En el último grupo de regiones no se observan modificaciones sustantivas en sus estructuras productivas, de ahí que su coeficiente de reestructuración presente los niveles más bajos. Un aspecto interesante es el incremento de Transporte y Comunicaciones en el PIB de las tres regiones de mayor desarrollo relativo, Metropolitana, Bío Bío y Valparaíso.

Por otra parte, en la Región Metropolitana se observa el único incremento relevante del peso del sector Servicios Financieros y Empresariales, sector de gran relevancia para la competitividad territorial.

Otra forma de sintetizar las transformaciones espaciales sectoriales puede expresarse a partir del cálculo del Coeficiente de Especialización, el cual permite visualizar de manera rápida y resumida la estructura económica regional o, dicho de otro modo, la composición de actividades económicas regionales. (Ver Gráfico 11).

Ello conduce a plantearse interrogantes como ¿Cuán similar o cuán diferente es la estructura económica regional de una determinada comparada con, por ejemplo de actividades económicas de un país? O dicho de otro modo, ¿Cuál es el grado de diversificación o de especialización de la estructura económica de una región?¿Conviene, o no, que una región presente un determinado grado de diversificación, o de especialización? ¿Cómo se podrá medir esto y cuál es la importancia de ello? El Coeficiente de Especialización permite realizar la medición mencionada anteriormente, comparando las estructuras productivas de la región bajo análisis con la estructura productiva elegida como patrón (en este caso el promedio nacional). Mientras más difiera la estructura de la región con el promedio del país el coeficiente se aproximará a uno, y por tanto puede inferirse que posee una mayor especialización sectorial.

Dinámica y nivel de las exportaciones regionales 1990–2004 Entre 1990 y 2004 el valor de las exportaciones totales creció a una tasa promedio anual de 9,6%, y donde las regiones que mostraron una mayor dinámica fueron: Araucanía, Tarapacá, Los Lagos, Coquimbo, Maule y Magallanes. En tanto, los menores dinamismos se registraron en Atacama, O´Higgins y Bío Bío. Finalmente, en torno al promedio se encuentran las regiones de Antofagasta, Valparaíso, Metropolitana y Aisén. (Ver Gráfico 21).

Al analizar los dos periodos considerados en este trabajo, 1990–1997 y 1997–2004 no se observa una diferencia significativa en el crecimiento promedio anual del valor total de las exportaciones, los cuales fueron de 10,1% y 9,2% respectivamente. No obstante, al analizar la dinámica regional surgen notorias diferencias entre ambos periodos (Ver Gráfico 22).

Entre 1990 y 1997 diez regiones crecieron por sobre el promedio nacional, y donde las más dinámicas fueron Araucanía, Los Lagos, Metropolitana, Tarapacá y Magallanes. En el caso opuesto, dos regiones exhibieron los menores crecimientos: O´Higgins y Valparaíso (Véanse Cuadro 9 y Gráfico 23).

En el segundo periodo, 1997–2004, siete regiones crecieron por sobre el promedio nacional, donde las más dinámicas fueron: Coquimbo, Tarapacá, Maule, Valparaíso y O´Higgins, mientras que las menos dinámicas fueron: Atacama, Metropolitana y Bío Bío.

Respecto de la evolución del nivel del valor de las exportaciones se tiene que para el promedio del bienio 1990–1991 sólo tres regiones superaron los mil millones de exportaciones: Antofagasta, Metropolitana y Bío Bío.

En tanto, para el promedio del trienio 2003–2004 nueve regiones superaron dicha cifra, agregándose a las tres regiones ya mencionadas, las regiones de Tarapacá, Atacama, Coquimbo, Valparaíso O´Higgins y Los Lagos.

Antofagasta O´Higgins Tarapacá Maule Atacama Aisén


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