Tesis doctorales de Economía


TERRITORIO, ESTADO Y SOCIEDAD EN CHILE. LA DIALÉCTICA DE LA DESCENTRALIZACIÓN: ENTRE LA GEOGRAFÍA Y LA GOBERNABILIDAD

Sergio Boisier Etcheverry


Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse la tesis completa en PDF comprimido ZIP (339 páginas, 2.01 Mb) pulsando aquí

 

 

 

1.2. Objetivos e hipótesis

Los objetivos de esta Tesis se sintetizan en tres: primero, describir el proceso histórico evolutivo que conduce a la situación actual en materia de la política territorial del país; segundo, interpretar esta evolución sacando a luz los elementos racionales y no racionales, estructurales y coyunturales, que han confluido en la generación de la situación actual; tercero, prescribir (en el sentido de la primera acepción de esta palabra según la Real Academia Española de la Lengua), o sea, recomendar acciones tendientes a mejorar la eficacia y eficiencia de la intervención social sobre los procesos de crecimiento y de desarrollo en el territorio. Como telón de fondo se encuentra una apuesta a la democracia, a la justicia y a la equidad, tres valores fundamentales del humanismo e indiscutiblemente, en mi opinión, ligados al territorio.

Las hipótesis 2 que orientan la investigación son, por así decirlo, de primer y de segundo orden, de acuerdo a su importancia relativa. Por un lado se sostiene–como hipótesis–que la notable variación geográfica del territorio y los cambios sociales vinculados a ella, ha generado una demanda esporádica de descentralización, aún cuando lo que tal palabra contenía en el pasado no coincida con nuestras concepciones actuales; por otro, se sostiene que, políticamente, el Estado chileno se ha construido a sí mismo en el marco de un paradigma centralista y autoritario que no ha acogido la demanda por un arreglo político/administrativo diferente y más inclusivo; además, se plantea la hipótesis (central o de primer orden a mi entender) de haber sido una conjunción de alteraciones 2 Hipótesis según la interpretación de Ferrater Mora: las tesis pueden ser de dos clases: definiciones en cuanto aclaraciones semánticas de un término, y definiciones en cuanto posiciones o afirmaciones de la existencia de una realidad. en este último caso se llaman más bien “hipótesis”. José Ferrater Mora, 2000:350.

Sergio Boisier Etcheverry 07/11/2007 19 significativas, de carácter telúrico unas y de carácter político otras, las que abrieron paso a la implantación de una política territorial que ya cumple cuarenta años de ejercicio verbal y de práctica continua. El azar no ha estado ausente en este cuadro, como se observará más adelante.

Si se tomase como referencia el cuadro “Taxonomía de la política económica” propuesto por Cuadrado et. alli. (op. cit.; 140) habría que concluir que en el caso presente nos adentraremos en una política multidimensional, claramente horizontal tanto desde el punto de vista de los criterios clasificatorios como de los mismos objetivos.

Más específicamente este autor (Boisier; 2006:3) ha propuesto definir el concepto de “política territorial” como una mega–política que incluye cuatro meso políticas: a) la política de ordenamiento territorial; b) la política de descentralización (incluyendo la desconcentración), c) la política de fomento al crecimiento económico en el territorio y; d) la política de fomento al desarrollo en el territorio. 3 A su vez, cada meso política contiene un vector de instrumentos específicos.

Hablar de “política territorial” en Chile, como una política de Estado, es referir la cuestión a una política parcial o trunca ya que lo que se observa en la realidad es la aplicación de elementos componentes o instrumentos componentes de los vectores aludidos y no políticas integrales. Por ejemplo, la regionalización es un instrumento de la meso política de ordenamiento territorial componente ésta a su vez de la mega política territorial; la descentralización es sí una meso política, parte de la política teritorial, pero de aplicación limitada en Chile, y las políticas de crecimiento por un lado, y de desarrollo por otro, muestran aplicaciones muy parciales y segmentadas.

Los ejes fundantes del Estado chileno serían–si se sintetizan diferentes opiniones de historiadores–en primer lugar, la extrema violencia, crueldad, y autoritarismo de la España del siglo XV, un resultado, como se dijo, de los varios siglos que duró la Reconquista de la Península de manos de los árabes (Portales; 2003); 4 en segundo lugar, el traslado de esa misma naturaleza violenta y cruel a América, por la vía de una modalidad de conquista concesionada al sector privado, a personas que debían ellas mismas asumir el costo de la conquista, a cambio de títulos y prebendas (tierras, encomiendas, usufructo minero, etc.), y que no vacilaron en usar la violencia y la crueldad a fin de asegurar un pronto retorno de la inversión, amparándose en la distancia para hacer letra muerta de las disposiciones de la Corona, según se desprende de los propios relatos de algunos sacerdotes como Bartolomé de Las Casas, Luis de Valdivia y otros; en tercer lugar, la consolidación paulatina–a partir del régimen de encomiendas––de una oligarquía rural, pero asentada en la capital, Santiago, que busca asegurar su control del país mediante el autoritarismo centralizador; en cuarto lugar (y quizás si primero en importancia), la situación de guerra interna contra los araucanos prolongada por tres siglos y matizada con tres guerras externas ya en la época republicana (contra España en 1865, contra Bolivia y Perú, en dos oportunidades, 1835 y 1879) y cuatro guerras civiles en el Siglo XIX; en quinto lugar, el largo período de expansión de la frontera interna que recién termina en la tercera década del siglo XX. Como se dijo, el Estado chileno ha tenido estampado en su certificado de nacimiento un sello de agua con la palabra centralismo. La construcción jurídica del Estado, iniciada prontamente en 1810, y que muestra hitos constitucionales en 1812, 1828, 1833, 1891, 1925, 1980, 1989, y 2005, no hace sino ajustarse al patrón señalado.

Hay que tomar nota del carácter indirecto en no poca medida que en la actualidad asumen las políticas de ayuda al crecimiento y al desarrollo, al hacer descansar el crecimiento en buena medida en la acción del sector privado productivo y el desarrollo en parecida medida en la sociedad civil.

Si bien proveniente del mundo ficcional de la novela, la escritora chilena Isabel Allende anota en su novela Inés del alma mía: “Al español que era cruel y mataba más indios, lo tenían por bueno, y al que no, por cobarde” (2006:133), Ed. Sudamericana, Buenos Aires, Argentina.

Cinco ejes, dos de alcance y repercusión genéricos a la América hispana y tres específicos a las particulares condiciones del país. Más adelante se volverá sobre ellos.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios