Sergio Boisier Etcheverry
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El Gobierno Militar que asume a partir del golpe del 11/09/73 lo hace con un fuerte compromiso con la cuestión regional, habida cuenta de los no pocos puntos de contacto entre la planificación regional (tal como se la concebía en ese entonces) y la geopolítica y por tanto con la doctrina de la seguridad nacional, única postura doctrinaria con la cual los militares asumen el poder. El régimen militar modifica la regionalización, toma partido por la descentralización administrativa y crea gran parte del aparato administrativo regional todavía existente. Ciertamente el régimen militar no pudo escapar a su propia contradicción lógica interna ya que la descentralización–en cuanto proceso político democrático que abre espacios de poder que pueden ser ocupados por corrientes opuestas a quien detenta el poder–es incompatible con una dictadura. La visión militar de la cuestión regional se encuentra descrita exhaustivamente por este autor (Boisier; 2000).
Como un by product de la estrategia económica del gobierno militar surgen en Chile dos actores sociales colectivos que, desde la sociedad civil, harán suyo el discurso “descentralizador” del gobierno. Por un lado, la exitosa creación de las Universidades Regionales, 13 conformará una clase académica con fuerte raigambre regional; por otro, la estrategia económica–rápida y violenta apertura externa–y un “mensaje” a las regiones del tipo “en la apertura, desarróllese a cómo de lugar, tirando de los cordones de sus propios zapatos, en el entendido que el Estado sólo se limitará a no cuestionar la sobre explotación de los recursos naturales al tiempo que desarticulará, armas mediante, el tejido sindical y por tanto cada región podrá sobre explotar tanto a la mano de obra como a sus propios recursos naturales”, generó una nueva clase empresarial muy ligada a la explotación y agresiva exportación de recursos naturales que, dada la conformación del territorio, tienen una especificidad geográfica muy grande, clase que hizo suyo el discurso descentralizador del gobierno, tanto como el nuevo sector académico universitario. Así se plasma, por primera vez, una voz a favor de la descentralización, voz que emana de la sociedad civil.
Los gobiernos de la “Concertación de Partidos por la Democracia”, la coalición gobernante desde 1990 llevan la cuestión regional a su estado actual: consolidación de una regionalización previa, de orden constitucional, a la cual se agrega una ley orgánica constitucional de gobierno y administración regional, todavía, eso sí, sin modificar la naturaleza del Estado chileno.