1.4. LAS SOCIEDADES COOPERATIVAS DE SEGUNDO GRADO

Muchas de las razones que llevan a las SCPG a formar sociedades cooperativas de segundo o mayor grado es, al igual que cualquier otra empresa, crecer para sobrevivir.

En el contexto actual de mercados cada vez mayores, de tendencia a la globalización y a la liberalización de las economías, las unidades productivas individuales se consideran más vulnerables ante un entorno que le es hostil. Se hacen necesarias formas empresariales mayores, más competitivas y más dinámicas, que permitan la supervivencia y el desarrollo de las sociedades. Concretamente en el ámbito del cooperativismo apostamos por la creación de SCSG como forma idónea de crecimiento, ya que permite un mayor tamaño, pero sin renunciar a las características básicas y a las ventajas derivadas de la forma cooperativa.

En este sentido Montero García (1991, 77) afirma que “En las cooperativas locales existen los mismos problemas, que las pequeñas empresas o sociedades resuelven mediante la coordinación e integración horizontal y vertical, creando multinacionales o holdings, con el fin de aumentar la rentabilidad”. Así mismo, indica (1991, 23) que “Las cooperativas agroalimentarias deben presentarse unidas en los mercados mundiales junto a las empresas multinacionales, aplicando en toda su extensión el principio de la intercooperación, pues será el medio para conseguir que los cooperadores agrarios no sean marginados y utilizados, por la organización del sistema agroalimentario”.