Mauro Alberto Sánchez Hernández
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Omar Azfar y William Robert Nelson Jr
Es difícil establecer las causas de la corrupción con los datos del mundo real, dados los problemas de inferencia20. En el marco de un experimento, esos problemas pueden superarse controlando el contexto en el que la gente actúa. El uso de experimentos en el campo de la economía es un terreno en crecimiento. En el pasado, los economistas eran muy escépticos respecto de este enfoque, pero los economistas experimentales han mostrado que sus resultados funcionan en diferentes sociedades y cuando se eliminan los factores aleatorios. De hecho, se otorgó el Premio Nobel de Economía de 2002 a Daniel Kahneman y Vernon Smith por sus pioneras investigaciones experimentales.
El juego
El experimento incluye un juego con ocho participantes quienes, en diferentes momentos, ocupan el papel de votantes, del ejecutivo y del fiscal general. Los jugadores deben imitar a aquéllos en la vida real.
Los participantes juegan por puntos: al final de cada sesión cada uno puede llevarse lo ganado en cada una de las doce rondas jugadas al azar. Las ganancias promedio por jugador fueron de U$S 25 por dos horas de sesión. Se jugó en total 24 veces en seis rondas cada vez, generando 144 observaciones, con el diseño experimental cambiando entre los juegos. El grupo de jugadores fue cambiado 12 veces.
La idea básica del juego es la siguiente:
• Se elige un ejecutivo por voto popular de los jugadores.
• El fiscal general es nombrado por el ejecutivo o, si no, por medio de una elección separada y simultánea.
• El ejecutivo y el fiscal general reciben un salario en cada ronda del juego (el ejecutivo recibió U$S 30 en las rondas de bajo salario y U$S 60 en las de alto salario).
• El ejecutivo tira un dado de seis caras para ver cuántos naipes valuables recibe. Los naipes valuables representan fondos públicos y cada uno se cotiza en U$S 30 si se distribuyen entre los votantes y U$S 15 si permanecen corruptamente con el ejecutivo.
• Los naipes valuables se mezclan con el número apropiado de naipes en blanco hasta llegar a un total de 10, 14 o 22 naipes. Sólo el ejecutivo sabe cuántos de esos naipes son valuables.
• El ejecutivo distribuye seis naipes entre los votantes. Es él quien decide cuántos de los naipes valuables retiene corruptamente para él.
• Entonces el fiscal general puede intentar revelar la corrupción dando vuelta cuatro de los naipes retenidos por el ejecutivo. El ejecutivo se queda con todos los naipes que pueda esconder con éxito, mientras que nadie gana con los que quedaron expuestos. Para imitar el esfuerzo que implica ejercer la vigilancia, a mayor cantidad de naipes expuestos por el fiscal general, más debe pagar de su propio salario. Los esfuerzos del fiscal pueden ser recompensados por la reelección o por la elección para el ejecutivo.
• El ejecutivo (y en algunos juegos también el fiscal general) se presenta a la reelección y se juega una nueva ronda. El juego implica seis rondas sucesivas.
Hemos descompuesto la rendición de cuentas en un factor que influye el costo de ser atrapado, los salarios mientras se está en el cargo, y dos factores que determinan la probabilidad de ser atrapado, la transparencia y la separación de los poderes. Por lo tanto, se usaron tres variables para analizar los efectos de esos componentes de la rendición de cuentas sobre la corrupción:
• La mitad de los juegos fueron jugados con salarios bajos y la otra mitad con altos.
• Se varió el número total de naipes entregados al ejecutivo: cuanto mayor era ese número más difícil le resultó al fiscal general exponer la corrupción. Un tercio de los juegos se realizó con 10 naipes (alta transparencia), otro con 14 (transparencia media) y el último tercio con 22 (baja transparencia).
• En la mitad de los juegos el fiscal general fue electo (separación de poderes), en la otra fue nombrado por el ejecutivo (sin separación de poderes).
Resultado y análisis
Nuestros descubrimientos salientes, todos estadísticamente significativos, son:
1. Es improbable que los votantes reelijan a un ejecutivo que se ha mostrado corrupto.
2. Aumentar los salarios del ejecutivo reduce la corrupción (véase figura 1 ejecutivos con altos salarios tienden a retener menos naipes valuables).
3. Aumentar la transparencia reduce la corrupción (véase figura 1, cuanto menor el número de naipes, menos naipes valuables tiende a retener el ejecutivo).
4. Los fiscales generales elegidos directamente tienden a ser más vigilantes para exponer la corrupción que los nombrados (véase figura 2, los fiscales generales electos son más proclives a descubrir un mayor número de naipes).
Cada uno de estos resultados tiene importantes paralelos e implicancias en el mundo real. Hay un persistente debate acerca de la importancia de los salarios altos en la reducción de la corrupción. Ciertas anécdotas pueden sugerir un efecto. Por ejemplo, una devaluación en Camerún que bajó dramáticamente los salarios de los funcionarios gubernamentales fue seguida de un fuerte aumento en la corrupción.
Nuestros descubrimientos (resultado 2) confirman esta evidencia anecdótica en un contexto experimental: salarios altos reducen la corrupción.
Muchos creen que incrementar la transparencia es el medio más efectivo para reducir la corrupción. Muchas de las exitosas políticas anticorrupción adoptadas en Hong Kong, Singapur, Filipinas y La Paz (Bolivia) pueden pensarse como un aumento de la probabilidad de exposición. Nuestros descubrimientos (resultado 3) brindan evidencia adicional de que la transparencia reduce la corrupción.
En la mayoría de los países, el fiscal general es designado por el ejecutivo y tiene escasos incentivos para investigar a este poder del gobierno. Es muy difícil evaluar el impacto en la corrupción de las elecciones directas del fiscal general usando datos reales, dada la ausencia de ejemplos. En Estados Unidos, de los 50 fiscales generales a nivel federal, 44 son elegidos directamente y 6 nombrados. Pero el número pequeño de nombrados y la pobre calidad de los datos de corrupción para Estados Unidos hacen difíciles los análisis convencionales. Sin embargo, es posible tratar este tema con datos experimentales. Nuestros descubrimientos (resultado 4) indican que los fiscales electos son más vigilantes que los nombrados.
Los datos experimentales adolecen de una falta de validez contextual. Las situaciones creadas en laboratorio imitan imperfectamente las situaciones del mundo real y los obstáculos suelen ser menores. Esperamos en el futuro desarrollar experimentos sobre corrupción en países en desarrollo donde la mayor presencia de este flagelo y nuestra capacidad de brindar remuneraciones semejantes a los salarios de varios días mejorarán la credibilidad de nuestros resultados. Invitamos a los potenciales colaboradores a contactarse con nosotros.