Mauro Alberto Sánchez Hernández
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Michael A. Seligson
El Índice de Percepción de la Corrupción de TI es la medición de corrupción disponible más ampliamente utilizada, y brinda un cuadro agregado de las percepciones de corrupción a nivel nacional. Si los investigadores desean conocer las características de las personas más proclives a ser víctimas de corrupción, o saber en qué naciones es mayor la experiencia (más que la percepción) de corrupción, entonces una medición de esa experiencia a nivel individual puede ayudar. El Proyecto Opinión Pública de América Latina de la Universidad de Pittsburg ha desarrollado una serie de preguntas que incluyó en muestras nacionales, de varios países latinoamericanos como una forma de obtener esa información.
Las preguntas fueron inspiradas en encuestas a víctimas de delitos, la principal investigación sociológica sobre el crimen. Fueron llevadas a la práctica por el Centro de Prevención del Crimen Internacional de la ONU, creada en 1989, la Encuesta Internacional a Víctimas de Delitos incluye ahora 70 países y en 1996, incorporó por primera vez una pregunta sobre víctimas de soborno.
Pero es preferible una serie más amplia de preguntas dado que los proyectos anticorrupción necesitan una información más detallada acerca de la naturaleza y el nivel de la corrupción que lo que pueda brindar una única pregunta.
En 1996, el Proyecto Opinión Pública de América Latina de la Universidad de Pittsburg comenzó a aplicar un enfoque más amplio, como lo hizo el Banco Mundial en 1998. Estos intentos, que pueden también preguntar acerca de percepciones de corrupción, se centran en la experiencia real de los ciudadanos (victimización) con la corrupción del sector público. En Pittsburg, el propósito ha sido medir tanto la corrupción como su impacto6. Se incluyó un módulo de preguntas sobre experiencia de corrupción en las encuestas de opinión pública, de valores democráticos y conducta realizadas con una muestra aleatoria (probabilidad) de la nación en estudio7.
Se hizo a los encuestados una serie de preguntas que dieran cuenta de su experiencia con la corrupción durante el año inmediatamente anterior a la consulta. Las formas de corrupción medidas fueron seleccionadas sobre la base de focus groups y son las que se experimentan más habitualmente en América Latina. Las preguntas variaban en los cuestionarios, pero incluían ítems como: observar el pago de sobornos a un funcionario público, recibir pedidos de soborno de un oficial policial; pagar sobornos a una empresa pública para evitar pagar toda la boleta, o recibir pedido de sobornos en el sistema escolar.
Orlando Pérez de la Central Michigan University ha colaborado en los recientes estudios en Ecuador y Honduras.
También se le preguntó a los encuestados acerca de su confianza en el sistema de gobierno, de manera de poder medir el impacto de la victimización en la confianza (teniendo en cuenta otros factores como los ingresos, educación, género, religión y filiación partidaria).
Los datos permiten destacar formas particulares de corrupción. Por ejemplo, la figura 1 muestra la proporción de encuestados (mostrando por separado a hombres y mujeres) que informaron haber recibido un pedido de soborno por parte de un funcionario público durante el año anterior. El porcentaje varía desde el 10 por ciento en El Salvador y Honduras a bastante más del 20 por ciento en Bolivia. Aunque la victimización de corrupción varía sustancialmente de país a país en Latinoamérica, es mucho más alta en todos los países estudiados que en los países industriales avanzados. Según los datos de la ONU, en los países industriales avanzados el porcentaje de victimización de corrupción es menos del 1 por ciento, 7 en el año anterior. La figura muestra también que los hombres latinoamericanos son más proclives a ser víctimas que las mujeres.
Figura 1: Victimización por corrupción por género: seis países. Sobornos solicitados por empleados públicos.
Figura 2. El impacto de la victimización por corrupción sobre la legitimidad en Nicaragua.
Escala de victimizaciòn por corrupción
Figura 3: Creencia en la posibilidad de tener un juicio justo en Nicaragua y experiencia personal total de corrupción.
También se desarrolló, a partir de varias preguntas8, una escala general de victimización por corrupción, lo que nos permitió analizar el vínculo entre corrupción y otras variables, como la legitimidad política. En el caso de Nicaragua, un país que ha estado enfrentando problemas de inestabilidad política, la escala general de legitimidad decrece fuertemente a medida que crece la victimización por corrupción, como se ve en la figura 2.
Cayendo por debajo del promedio nacional para aquellos que no fueron víctimas de corrupción (0 en eje horizontal) a una desviación estándar bajo el promedio nacional para quienes fueron víctimas de corrupción (6 o 7 en el eje horizontal). Un tema especialmente relevante en la escala de legitimidad –la creencia de poder tener un juicio justo– demuestra claramente que la corrupción erosiona la confianza en el sistema. Como lo muestra la figura 3, nuevamente para Nicaragua, cuanto mayor es la experiencia personal con la corrupción, menos proclives estarán los individuos a creer que tendrán un juicio justo9. Resultados similares se encontraron en otros países latinoamericanos.