Tesis doctorales de Economía


EL ÓRGANO DE FISCALIZACIÓN SUPERIOR Y EL INSTITUTO ESTATAL DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA, ELEMENTOS INHERENTES DE LA DEMOCRACIA, PARA EL COMBATE A LA CORRUPCIÓN EN EL SECTOR GUBERNAMENTAL (CASO OAXACA)

Mauro Alberto Sánchez Hernández

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3.1.5 El papel de los cuerpos intermedios

Norberto Bobbio desarrolló seis falsas promesas de la democracia. Dos parecen importantes rescatar en este debate: el nacimiento de la sociedad pluralista y el espacio limitado.46 La primera hace hincapié en que los Estados se compondrían por individuos dejando de lado a los cuerpos intermedios característicos del medioevo. La segunda, que la democracia iría paulatinamente alcanzando mayores espacios sociales de influencia.

A pesar de ello la realidad nos demuestra todo lo contrario: las sociedades democráticas actuales son sociedades compuestas por una infinidad de grupos relevantes por sí mismos (iglesia, medios de comunicación), en tanto que la democracia se encuentra anclada a los procesos políticos y no ha podido incursionar en todos los ámbitos del desarrollo social.

Ahora bien para nadie es desconocido el rol que juegan los cuerpos intermedios en el proceso democrático actual.

Ahora, que hablamos de videodemocracia o la democracia de audiencia, en la que los medios de comunicación pueden llevar a sus magnates al poder (piénsese en Italia) o, por lo menos encontrarse alejados de cualquier intento de control (piénsese en México), es necesario llevar a los medios de comunicación a esa arena.

1. Los partidos políticos

José Wolbenberg, en la mecánica del cambio político, señalaba que el proceso de cambio en México había sido posible gracias a una espiral eficiente y autorreferente que había perfeccionado la dinámica política.

Sin embargo, hoy en día estamos en presencia de un fenómeno de estancamiento político y de oligarquización de los partidos políticos. Por ello, si la mecánica referida fue indispensable para lograr la transición democrática, hoy en día la consolidación requiere de otro tipo de reglas. Hoy en día el tema debe ser cómo frenar a las elites partidistas.

Hoy en día, los partidos políticos presentan patologías internas y externas. Las internas tienen que ver con la ausencia de mecanismos democráticos que garanticen la sustitución de las elites en el poder.

Cada día vemos que permanecen las figuras públicas desde hace 10 o 15 años, lo cual demuestra que las elites 49 no se oxigenan tan rápido como la sociedad.

Por otra parte, las patologías externas tienen que ver con la forma de comportamiento de los partidos hacia las instituciones que los financian. La creación de estructuras paralelas a los partidos políticos, que organizan y dirigen los ingresos de los partidos, incluso sin su conocimiento o, lo que es peor, con su vigilancia dolosa.

El fenómeno de la corrupción y del financiamiento ilegal en los partidos políticos puede explicarse en dos direcciones:

• La desconfianza del elector para darle recursos directamente a los partidos; esto es en una dinámica de abajo hacia arriba, que implica una deslegitimación de los partidos políticos y abre la posibilidad a los individuos y corporaciones de invertir por otras vías – mucho más ágiles y pragmáticas – en la construcción de sus propios intereses.

• La imposibilidad del marco jurídico de hacer frente a los partidos; esta relación se da de arriba para abajo y refiere otra deslegitimación, en este caso de las autoridades electorales, que por conveniencia o debilidad, no pueden llamar a cuentas a los partidos políticos.

Jaime Cárdenas ha mencionado que para avanzar en la fiscalización y la rendición de cuentas de los partidos políticos es necesario, entre otras medidas, contar con un marco legal que permita consolidar a una autoridad electoral fuerte; adicionalmente, publicitar y transparentar el proceso de financiamiento público y privado: conocer quién aportó, cuánto y cómo fueron utilizados dichos recursos; imponer sanciones y fortalecer a las autoridades electorales.

Es importante mencionar, por ejemplo, que los partidos políticos se han negado sistemáticamente a ser sujetos obligados para informar. Esto hay que recalcarlo: reciben recursos federales y pretenden no dar cuentas.50

2. Las iglesias

Existen graves violaciones de derechos humanos al interior de las iglesias. Los casos de pederastia no son exclusivos de la iglesia católica norteamericana, por lo que debe discutirse públicamente el problema por que se trata de derechos humanos con repercusión más allá de las iglesias. Lo mismo puede decirse de los derechos de expresión, reunión, voto, información o cualesquiera otros.

Es cierto que los individuos en lo personal presentan votos de obediencia en sus congregaciones. Sin embargo, los derechos humanos son irrenunciables, y ni aún con su voluntad, pueden renunciar a su derecho a la dignidad, a la información o a la expresión. Este es un tema del cual no nos gusta hablar, pero que en términos de una democracia total, debemos incursionar: la violación a los derechos humanos en los ámbitos de los cuerpos intermedios.

3. Los medios de comunicación

Los medios de comunicación son pilares de la democracia actual. Han transitado del espacio público para convertirse en espacio privado, que influye en la gestión del Estado y en la vida privada de los individuos. Pero no sólo eso, representan los intereses de una elite económica y política, sirven como canalizadores de información y, consecuentemente, coadyuvan al cumplimiento de los derechos humanos.

Para Issa Luna, la expansión económica ha representado como consecuencia, la especialización de los mercados y de contenidos dirigidos a audiencias clasificadas, la fragmentación de la sociedad a partir de gustos y la homogeneización de las culturas 51

Este enfoque de homogeneización y clasificación de la sociedad, adaptado al fenómeno político puede traer consecuencias funestas. Como señalaba Bobbio, la democracia tiene que cumplir la condición de elegir entre alternativas viables. En ese contexto los medios pueden actuar como homologadores de la opinión, excluyendo del debate público a organismos políticos con ideologías específicas o a grupos marginales. Lo anterior sería un régimen excluyente, incompatible con el modelo integrador de la democracia. Además, con un esquema semejante los partidos políticos más cercanos a las elites económicas que dirigen los consorcios televisivos serían los de mayor impacto. Esto también es incompatible con los procesos democráticos.

Hemos transitado de una democracia representativa e ideologizada a una democracia de audiencia y sin una posición ideológica clara. Hoy en día, producto de la fragilidad de las instituciones públicas, de la pérdida de posición central del Estado en la posmodernidad, de la penetración social de los medios electrónicos en los hogares sobre todo de clases media y baja, los medios de comunicación son indispensables para lograr el acceso al poder.

Este rol prioritario ha creado esquemas de corrupción en los que las concesionarias a cambio de impunidad apoyan a los candidatos más viables; establecen mecanismos de discriminación a través de bonificaciones que benefician a unos partidos en perjuicio de los demás.

Ciertos sectores de la doctrina se escandalizan de que la democracia en México es cara. Pero nunca dicen que sería más caro no contar con ella, o que los costos se encarecen por la presencia de los medios de comunicación voraces. El 60 % de los recursos de las campañas electorales se destinan a los principales medios de comunicación electrónica: radio y televisión.

Los medios pueden servir a la democracia para consolidar la idea del ciudadano educado, o pueden convertirse en sus verdugos al manipular a la ciudadanía. Es importante que los medios asuman su responsabilidad en el proyecto democrático. Es su responsabilidad, pero también la de todos nosotros. Finalmente, la democracia parte del fundamento de controlar los poderes, incluso estos poderes cada día más absolutos.

3.1.6 Corolario

La persistencia de la democracia requiere que los ciudadanos la conciban como viable y deseable. Si los ciudadanos empiezan a dudar de sus bondades, y prefieren un régimen autoritario que les proporcionen satisfactores, la democracia se derrumbará, persistiendo sólo en Estados con desarrollo económico. Este escenario es viable, e indeseable. Por ello, instituciones como las comisiones de acceso a la información y los órganos de fiscalización superior, son uno de los elementos que podrían darle certeza al ciudadano sobre el uso de los recursos públicos y sobre la justificación de las decisiones políticas, fortaleciendo los esquemas de rendición de cuentas y responsabilidad de los servidores públicos y, consecuentemente, a la democracia. Por ello, la persistencia de la democracia o su sobrevivencia, depende de los diseños institucionales que formulemos para mejorar la calidad de vida democrática, es decir, requiere de rendición de cuentas y de transparencia. El otro camino es el regreso al sistema autoritario.


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