Mauro Alberto Sánchez Hernández
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Mohsin Habib y Leon Zurawicki
La corrupción es ampliamente reconocida como un factor en las decisiones de inversión pese a que, a primera vista, no parece ser un obstáculo absoluto para las inversiones extranjeras directas –FDI- por sus siglas en inglés. China, Brasil, Tailandia, México y la Argentina han recibido importantes flujos de FDI, sin que se prestara atención a sus altos niveles de corrupción percibidos, tales como son medidos por el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC). Nuestra investigación llevada a cabo a lo largo de los últimos años ayuda a revelar una relación más compleja entre corrupción y FDI14.
Los descubrimientos de nuestra investigación confirman las siguientes generalizaciones:
1. Los inversores extranjeros son más sensibles a la corrupción que sus colegas locales..
2. Los países locales interesados en FDI responden diferentemente a la corrupción del país anfitrión.
3. La corrupción es una de las dimensiones de la distancia psicológica que separa al país de origen del anfitrión. Por ese motivo, las FDI resultan afectadas por las diferencias de corrupción entre el país de origen y el anfitrión.
Se suele esperar que la corrupción ejerza influencias negativas tanto en las FDI
locales como en las extranjeras. En realidad, dada su mayor experiencia en el
mercado doméstico, los inversores locales están en mejor posición para manejar
los costos de transacción locales que sus colegas extranjeros. Más aún, a
diferencia de los inversores extranjeros, la mayoría de los locales no tienen la
opción de invertir fuera del país y deben resultar más creativos para tratar de
sacar el mejor rédito en circunstancias difíciles. Por lo tanto, esta
investigación verifica estadísticamente que la corrupción afecta más al
porcentaje de FDI que a la inversión local. Se analizó luego el efecto de la corrupción del país anfitrión sobre la entrada
de FDI controlando variables como las similitudes culturales, la apertura de la
economía (comercio/PBI) y los lazos económicos. Se supone que esas variables
promoverán FDI y debilitarán los efectos de la corrupción. Los resultados
muestran que la corrupción sigue siendo un importante factor negativo pero que
la magnitud de su impacto es menor. Los hallazgos sugieren que, por ejemplo, la
caída de la corrupción del nivel de Pakistán al de Marruecos o Jamaica
(aproximadamente un punto del IPC) resultará en un aumento estimado del 19 por
ciento en FDI para Pakistán. Ese cambio implica alrededor de U$S 130 millones en
inversiones extranjeras. a. Los coeficientes IPC se basan en inversiones de logaritmo FDI (o logaritmo
inversión local) sobre corrupción (IPC), logaritmo población, crecimiento del
PBI, logaritmo PBI/capita, desempleo, comercio/PBI, distancia cultural,
logaritmo distancia, lazos económicos, riesgos políticos e índice de precios.
La “diferencia absoluta en el coeficiente del IPC” se basa en un análisis de
PROBIT de logaritmo FDI sobre variables similares. Todos los resultados
informados son estadísticamente significantes. Los datos para FDI son para 89
países durante el período 1996-98. Un estudio aparte se centró en la similitud de los niveles de corrupción entre
el país de origen y el anfitrión. La FDI se convierte en un desafío para las
empresas que no desean o no están en condiciones de trabajar en un país que es
más corrupto que el propio. En tales casos, la corrupción puede resultar en una
decisión de no concretar la FDI. Por el contrario, la exposición a la
corrupción en el país de origen puede preparar a las empresas individuales a
trabajar en contextos corruptos en el exterior. Esta ventaja se pierde, o se
vuelve una dificultad, cuando la experiencia en corrupción resulta innecesaria
en mercados “honestos”. Por lo tanto, se espera que la diferencia en la
exposición a la corrupción entre el país de origen y el anfitrión afecte a los
inversores extranjeros.. Este análisis usa datos agregados sobre flujos de FDI bilaterales. La diferencia
absoluta en los niveles de corrupción entre el país de origen y el anfitrión fue
calculado con datos del IPC. Los resultados de este análisis, reflejados en la
parte inferior del cuadro, indican que la diferencia absoluta en las variables
en el IPC tiene un importante efecto negativo en el porcentaje de flujos de FDI. Finalmente, se realizaron análisis separados de cada uno de los países
inversores y sus flujos bilaterales de FDI. En la figura 1, el eje vertical
refleja la diferencia de respuestas a la corrupción del país anfitrión en 17
países inversores de la OCDE. Como lo muestran los resultados del eje vertical,
la magnitud de los coeficientes de regresión del IPC, que reflejan el impacto de
los niveles de corrupción en los flujos de FDI, varía considerablemente. El eje
horizontal muestra los niveles de corrupción de los países inversores. Como era
de esperar, la figura muestra que los dos factores están relacionados: los
países inversores que están más expuestos a la corrupción en sus mercados
locales son menos sensibles a la corrupción en los extranjeros.