EL CAPITAL INTELECTUAL EN LA COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS EXPORTADORAS DEL ESTADO DE OAXACA
Karla de los Ángeles Pablo Calderón
Una de las primeras aportaciones que se lograron para el desarrollo del concepto de capital intelectual fue cuando los productos y los servicios se basan en el conocimiento, se modifica radicalmente la esencia del negocio de la manera siguiente:
• La percepción del cliente cambia.
• Los ciclos de vida se reducen dramáticamente.
• Los costos de producción se relegan a segundo término.
• La empresa juega con la variable tiempo.
• El precio se tasa subjetivamente.
• El desarrollo del capital intelectual se convierte en la base de cualquier estrategia empresarial .
Desde esta perspectiva para Grant , la información es la materia prima y el conocimiento es el recurso mental mediante el cual se le adiciona valor no solamente a la empresa sino a la producción, expresado como mejora en el tiempo de entrega, incremento en número de funciones, mayor durabilidad, etc .
El párrafo anterior contradice el concepto de trabajo que se había desarrollado en las décadas anteriores apreciado como la agrupación de las tareas que debían realizarse en las crecientes fábricas y burocracias de las naciones en vías de industrialización; por tradición es cómo la gente normal obtenía su dinero y vivía, alcanzando cierto estatus, haciendo amistades, moldeando su sentido de pertenencia y construyendo esperanzas para un futuro mejor . Actualmente el concepto cambia tomándolo como la fuerza de trabajo, agentes libres, pequeños empresarios, contratados para proyectos específicos y tiempos predeterminados, según las necesidades de la empresa y del empleador . Por lo que el concepto de capital intelectual comienza a formarse junto con la percepción que se tiene del trabajo que se realiza en cualquier empresa en virtud de que estas necesitan mejorar y para lograrlo los estudios que se han llevado a cabo sobre la calidad, la producción, los costos, los precios, la estructura organizacional, etc., no han cumplido con los requerimientos del entorno para hacer frente a nuevos desafíos.
Joseph y Con comentaban que en lugar de especialización y antigüedad, el valor del empleado se medirá por sus conocimientos y experiencias generales, su flexibilidad, creatividad y capacidad para trabajar en equipo y que estas personas al saberse empleadas por tiempo corto tendrán las siguientes características:
a) Tratarán de aprender rápidamente y acumular nuevos conocimientos y habilidades, buscarán perfeccionarlas y utilizar tecnología que permita optimizar y simplificar su propio trabajo.
b) Serán flexibles y aprenderán a analizar rápidamente las situaciones que enfrentan (capacidad de adaptación).
c) Desarrollarán habilidades de negociación, solución de problemas y trabajo en equipo (evaluación de resultados).
d) Su trabajo no se medirá por las horas laboradas sino por los resultados pactados y logrados.
e) Tendrán mentalidad de proveedores que han sido contratados para una tarea específica, entrando a las reglas de oferta y demanda del mercado .
Sin embargo a pesar de que los trabajadores se enfrentan a las nuevas condiciones señaladas en los incisos anteriores, la situación laboral no cambia en virtud de que los empresarios todavía permanecen con una visión tradicionalista que frena en cierta medida las habilidades y capacidades de los trabajadores para desempeñar de manera óptima las funciones para las que cual fueron contratados.
Por lo que esta investigación pretende dar a conocer los conceptos del capital intelectual que manejan distintos autores; considerado por algunos como únicamente el inventario de conocimientos generados por la empresa expresados como:
a) Tecnología: patentes, mejora de procesos, productos y servicios.
b) Información: conocimientos de clientes, proveedores y competencia.
c) Habilidades desarrolladas en el personal: solución de problemas en equipo, comunicación, manejo de conflictos, desarrollo de la inteligencia.
Para Luigi el capital intelectual es la suma de lo que saben todos en la compañía y que estructurado, le proporciona a la empresa una ventaja competitiva en el mercado . Este conjunto de conocimientos debe ser renovable por que los cambios a los que se enfrenta la empresa son constantes, al mismo tiempo debe ser éste tipo de capital democrático ya que debe haber participación por parte de los trabajadores en la planeación de las actividades y en la distribución de los recursos para lograr alcanzar los objetivos de la empresa; asimismo para aprovechar el capital intelectual se tiene que estructurar, capitalizar y sistematizar la información.
El concepto de Capital Intelectual se ha incorporado en los últimos años tanto al mundo académico como empresarial para definir el conjunto de aportaciones no materiales que en la era de la información se entienden como el principal activo de las empresas del tercer milenio .
Según Brooking, el capital intelectual no es nada nuevo, sino que ha estado presente desde el momento en que el primer vendedor estableció una buena relación con un cliente y más tarde, se le llamó fondo de comercio y puede dividirse en cuatro categorías:
• Activos de mercado (potencial derivado de los bienes inmateriales que guardan relación con el mercado).
• Activos de propiedad intelectual (know-how, secretos de fabricación, copyright, patentes, derechos de diseño, marcas de fábrica y servicios).
• Activos centrados en el individuo (calificaciones que conforman al hombre y que hacen que sea lo que es).
• Activos de infraestructura (tecnologías, metodologías y procesos que hacen posible el funcionamiento de la organización) .
Lo que ha sucedido en el transcurso de las dos últimas décadas es una explosión en determinadas áreas técnicas clave, incluyendo los medios de comunicación, la tecnología de la información y las comunicaciones, que nos han proporcionado nuevas herramientas con las que se han edificado en una economía global. Muchas de estas herramientas aportan beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no existían, hasta el punto de que la organización no puede funcionar sin ellas. La propiedad de tales herramientas proporciona ventajas competitivas y, por consiguiente, constituyen un activo, de esta manera con el término capital intelectual se hace referencia a la combinación de activos inmateriales que permiten funcionar a la empresa.
Edvinsson presenta el concepto de Capital Intelectual mediante la utilización de la siguiente metáfora: “Una corporación es como un árbol. Hay una parte que es visible (las frutas) y una parte que está oculta (las raíces). Si solamente te preocupas por las frutas, el árbol puede morir. Para que el árbol crezca y continúe dando frutos, será necesario que las raíces estén sanas y nutridas. Esto es válido para las empresas: si sólo nos concentramos en los frutos (los resultados financieros) e ignoramos los valores escondidos (todos aquellos que indirectamente generan un apoyo para lograr los frutos), la compañía no subsistirá en el largo plazo”. Edvinsson y Malone dividen al capital intelectual en:
a) Capital Humano. Corresponde al conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes, y destrezas de las personas que componen las organizaciones.
b) Capital estructural. Conocimientos desarrollados y explicitados por las organizaciones, integrado por los siguientes elementos:
• Capital clientes. Activos relacionados con los clientes (marcas registradas, fidelidad del cliente, listas de clientes).
• Procesos. Referido a la forma como la organización añade valor a través de las diferentes actividades que desarrolla.
• Capacidad de innovación. Entendida como la capacidad de mantener el éxito de la organización a través del desarrollo de nuevos productos o servicios.
La clasificación anterior se puede visualizar en la figura 2.1 en la que el valor de mercado de un producto lo otorga tanto el capital financiero como el intelectual, siendo que a partir de éste último capital se ramifican los demás tipos de capitales que existen. Reafirmando según Edvinsson que no solamente los activos tangibles le dan el valor al producto como comúnmente se ha manejado, si no al contrario, el capital tangible es mínimo en comparación al capital intangible que muestra la figura 2.2.
Steward define el Capital Intelectual como material intelectual, es decir conocimiento, información, propiedad intelectual, experiencia, que puede utilizarse para crear valor. Es fuerza cerebral colectiva, es difícil de identificar y aún más de distribuir eficazmente. Pero quien lo encuentra y lo explota, triunfa. El mismo autor afirma que en la nueva era, la riqueza es producto del conocimiento. Éste y la información se han convertido en las materias primas fundamentales de la economía y sus productos más importantes. Al capital intelectual este autor lo clasifica en tres bloques:
• Capital Humano.
• Capital Estructural.
• Capital Cliente.
El Capital Intelectual es considerado como un concepto de stock que va relacionado con la medición de los activos intangibles (es un concepto contable) que generan capacidades distintivas, o competencias esenciales, a largo plazo. Para Euroforum , éste se compone de:
• Capital Humano.
• Capital Estructural.
• Capital Relacional.
Algunos autores equiparan al capital intelectual como capital humano, sin darse cuenta de que el capital humano forma parte del capital intelectual ya que además de los conocimientos hace falta integrar aspectos de tecnología y de organización. La teoría del capital humano la desarrolló Gary Becker en 1964, definiéndolo como el conjunto de las capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o específicos, de savoir-faire, etc. Ésta teoría distingue dos tipos posibles de formación:
a) La formación general. Esta se adquiere en el sistema educativo, formativo. El trabajador puede hacerla valer sobre el conjunto del mercado de trabajo. Por su parte, la organización no está, en modo alguno, impedida a sufragar los costos de formación de una persona, susceptible de hacer prevalecer esa formación en otra empresa dispuesta a mejorar la remuneración, lo que podría incitarla a abandonarla. Para evitar esto, la financiación de la actividad toma la forma de una remuneración más confiable. El acuerdo entre el trabajador y la organización consiste entonces en la renta, por parte de la empresa de la « fuerza de trabajo » de un lado, y la renta de formación del trabajador, por otro.
b) La formación específica. Adquirida en el seno de una unidad de producción o de servicio, que permite desarrollar al trabajador su productividad dentro de la empresa, pero nada o poco, fuera de ésta. En este caso, la financiación se asegura al mismo tiempo por la organización y por el trabajador. Durante el periodo de formación, el salario recibido por el trabajador es inferior al que hubiera podido recibir fuera de la empresa. Esta diferencia se valora por su contribución a la formación específica, pero permanece superior a su productividad en valor, libre de los costos económicos de la formación que expresa la contribución de la organización a la instrucción del individuo.
La noción de capital humano expresa la idea de un stock inmaterial imputado a una persona que puede ser acumulado y usarse. Es una opción individual, una inversión. Se evalúa por la diferencia entre gastos iniciales (el costo de los gastos de educación), los gastos correspondientes (compra de libros) y el costo de productividad, es decir, el salario que recibiría si estuviera inmerso en la vida activa, y sus rentas futuras actualizadas. El individuo hace, así, una valoración entre trabajar y continuar una formación que le permita, en el futuro, percibir salarios más elevados que los actuales. Se toma en cuenta también el mantenimiento de su capital psíquico (salud, alimentación, etc.), optimiza sus capacidades evitando no se deprecien demasiado, por la desvalorización de sus conocimientos generales y específicos o por la degradación de su salud física y moral, invierte con miras a aumentar su productividad futura y sus rentas .
Entonces el capital humano se puede considerar como una inversión, el individuo hará frente a la Ley de los Rendimientos Decrecientes, la cual describe las limitaciones al crecimiento de la producción, cuando bajo determinadas técnicas de producción se aplican cantidades variables de un factor o una cantidad fija de los demás factores de la producción, y al carácter irreversible de estos gastos.
Una vez presentada la diferencia en esta investigación entre capital intelectual y humano; reflexiono que el reconocimiento del capital intelectual en las empresas de nuestro estado será trascendental para su mejora interna y externa; hasta ahora las empresas no aceptan un contrato laboral con mayores beneficios para los trabajadores que tienen conocimientos, habilidades y destrezas únicas para el desempeño de funciones específicas en las organizaciones; más que en la medida en que ellas estimen que existen posibilidades de rentabilizar su inversión; otra situación es que el empresario acepte que el trabajador se capacite por lo que otorgará un salario que dará al finalizar el periodo de formación y será superior al salario de reserva del trabajador para empleos fuera de la empresa, pero inferior a su producción en valor, de tal modo que, al incitarle a permanecer en su empresa la diferencia con el salario dado representará la remuneración de la inversión en capital específico por parte de la empresa.
Así que, los cambios en los recursos humanos de la empresa se darán prioritariamente por la necesidad de adquirir nuevo conocimiento en cuanto al manejo de paquetería específica para el funcionamiento administrativo, a la aplicación de herramientas estadísticas para proyecciones en ventas, producción, manejo de importaciones y exportaciones, dirección de recursos humanos, financieros y materiales, etc., reconociendo al capital intelectual en esta década como de alto valor agregado para las organizaciones en la medida en que genera riqueza visualizándolo como un "activo" que debe gestionarse y valorarse como los demás.
Es por eso que en esta nueva economía, el capital intelectual proporciona un margen competitivo, sin embargo estos "recursos" son medidos con los mismos indicadores en cualquier parte del mundo produciendo fallas en cuanto a su interpretación; en virtud de que el contexto es distinto en cada país, más aún en cada región del estado de Oaxaca, por lo que este capital intangible al igual que los recursos físicos necesariamente deben ser valorados para mediciones de eficiencia, determinación de ingresos y valuación de la compañía.
El proceso de formación de capital intelectual debe ser una actividad de inversión económica del mismo orden que la formación de capital material. En el futuro la inversión primaria no será en terrenos, planta o equipo, si no en personal. Este hecho podrá marcar más la necesidad de llevar a la contabilidad este tipo de activos ya que estos recursos se convertirán en el más importante de las empresas.
Charles Handy, en su libro the Age of Unreason, propone que en un futuro muy cercano se contará con la mitad de la gente para trabajar, se les pagará el doble y su producción será tres veces mayor a la de ahora . Situación que se percibe actualmente por los avances tecnológicos a los que se enfrentan los empresarios y que están desplazando al ser humano de las actividades administrativas y productivas de las organizaciones; aplicándose básicamente en los países desarrollados y posteriormente repercutiendo en los países en vías de desarrollo. Cuando las potencias mundiales encuentran una tecnología que desplaza a la anterior, los países como México acceden a los rezagos tecnológicos que los países desarrollados ya no utilizan.
Como esta investigación propone conocer la relación entre el capital intelectual y la competitividad en las empresas manufactureras exportadoras de las regiones del Istmo, los Valles Centrales y el Papaloapan, existe un estudio realizado por René Villarreal acerca de la competitividad sistémica en donde define al capital intelectual como un activo intangible que no se compra y que se engrandece a través de las organizaciones inteligentes (de aprendizaje continuo e innovadoras) que permite crear la base para la ventaja competitiva , surgiendo de la interrelación del capital humano, informático y organizacional; asimismo propone el siguiente decálogo de los capitales de la Competitividad:
1. El Capital Empresarial
2. El Capital Laboral
3. El Capital Organizacional
4. El Capital Internacional
5. El Capital Logístico
6. El Capital Intelectual
7. El Capital Macroeconómico
8. El Capital Institucional
9. El Capital Gubernamental
10. El Capital Social
Es necesario considerar a cada uno de los capitales anteriores, puesto que al momento de interrelacionarse logran resaltar la competitividad de una región; sin embargo para este trabajo únicamente se utilizará al capital intelectual ya que ha cobrado gran importancia en el desarrollo competitivo de las empresas, requiriendo un ritmo sostenido de escalamiento tecnológico, que permita aumentar la eficiencia productiva de México y así volverlo más competitivo en el ámbito internacional, demandando la formación y capacitación de capital humano que permita a la empresa mexicana del nuevo milenio contar con mano de obra y mente calificada; puesto que en la economía globalizada como en la que vivimos no basta contar con mano de obra barata para ser competitivo. México tiene un programa para formar profesionales de alto nivel, impulsando el desarrollo de la ciencia en el país con la creación de proyectos que favorezcan y contribuyan a la formación de tecnología en nuestro país, sin embargo el gasto en Investigación y Desarrollo por parte del gobierno en el año 2004 fue inferior al 1% del gasto total ejercido según cifras publicadas en el Diario Oficial de la Federación , disminuyendo año con año.
Otra opción para que las empresas obtengan el éxito a través de sus trabajadores es aumentar el gasto en ciencia de manera significativa sí algún día el país aspira a ser tecnológicamente independiente; en estos momentos el gasto en el cual se incurre al importar tecnología resulta altamente costoso requiriendo de gente preparada, capaz de hacer y aprovechar al máximo la incorporación de ésta en la producción nacional .
Los autores citados en el transcurso de esta investigación tienen un concepto de capital intelectual con dimensiones no apegadas al 100% con respecto al comportamiento de las empresas mexicanas; por lo que se retomará el enfoque de René Villarreal; en virtud de que actualmente ha aplicado estudios en el territorio nacional; refiriéndose a la creación de conocimiento productivo o de innovación aplicado al negocio, por lo que permite crear la base fundamental de la ventaja competitiva sustentable en la nueva era del conocimiento con un cambio rápido y constante, complejo e incierto a partir de la globalización de los mercados .
En conclusión, una vez revisadas las percepciones de los distintos autores que se tienen del capital intelectual considero que es un activo intangible, es el cúmulo de conocimientos, capacidades, información y experiencia que tienen los integrantes de la empresa que deben estar organizados de una forma distinta a la tradicional que les permita crear, aprender y aplicar el trabajo desarrollado.