1.4. El debate en torno a la migración de trabajadores calificados.

Recientemente el presidente cubano Fidel Castro se preguntaba y él mismo respondía:

¿Cuál ha sido el peor problema de los países pobres, desde el punto de vista tecnológico y económico? El robo de cerebros. ¿Cuál desde el punto de vista patriótico y educativo? El robo de talentos.

Él no duda en llamarle robo a este fenómeno de la migración de personal calificado que también se ha dado en llamar “fuga de cerebros” en torno al cual hay un debate.

Siguiendo a Pellegrino, en términos generales entendamos a la migración calificada como aquella que comprende “…desde capacitaciones técnicas hasta las especializaciones más sofisticadas.”

La discusión entre los intelectuales en torno a este fenómeno en particular se da desde la década de los sesenta esencialmente entre dos posiciones diametralmente opuestas resultado de intereses igualmente antagónicos. Aunque puede haber matices, estas posiciones encontradas continúan.

Por un lado están los partidarios de la teoría neoclásica quienes representando los intereses de los capitalistas de los países desarrollados sostenían que, haciendo uso de su libertad, el capital humano se dirige hacia el país donde sus contribuciones e ingresos sean mayores beneficiándose de ello y al país receptor sin afectar al país de origen. Por lo tanto, la migración de trabajadores calificados es simplemente una cuestión de oferta y demanda que el mercado debe resolver sin que interfieran los gobiernos de los respectivos países.

Por el otro, están los partidarios de una posición crítica desde los países subdesarrollados para quienes la migración de trabajadores calificados es, por una parte, una pérdida neta para el país de origen en la medida en que éste costeó su educación transfiriendo así recursos hacia el país de destino. Por otra parte, al perder un país personal calificado pierde también posibilidades de aumentar su productividad y el desarrollo económico. Además, en la realidad la migración de este tipo de trabajadores no se da libre de intervenciones puesto que los gobiernos de los países desarrollados y sus empresas efectúan permanentemente políticas de atracción y reclutamiento. Ante eso, estos intelectuales recomendaban la adopción de políticas por parte de los países de origen tendientes a retener su masa crítica y buscar el desarrollo económico.

El hecho es que en el seno de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al parecer resultaba más apegada a la realidad la interpretación crítica puesto que ha venido recomendando a organismos especializados que presten apoyo a los países subdesarrollados para que logren el retorno de su personal científico, profesional y técnico que se encuentra fuera del país. Sin embargo, no se han logrado implementar medidas exitosas para contrarrestar el fenómeno.