Tesis doctorales de Economía


PERSPECTIVA DE LA MIGRACIÓN MÉXICO-ESTADOS UNIDOS. UNA INTERPRETACIÓN DESDE EL SUBDESARROLLO

José Luis Hernández Suárez



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CAPÍTULO I. DISCUTIENDO SOBRE MIGRACIÓN

En este capítulo hacemos un breve recuento de las teorías sobre migración internacional destacando sus propuestas principales y el reconocimiento de que sobre el tema no hay acuerdo. También mencionamos una propuesta que consiste en retomar elementos de las distintas teorías. Señalamos además algunos aportes de la teoría de la dependencia que han sido sistemáticamente olvidados y la discusión en torno a la migración de trabajadores calificados.

Finalmente plasmamos la propuesta teórica que sirvió de guía en esta investigación y que parte de considerar la condición de subdesarrollo para entender la migración laboral internacional como un resultado de las transferencias de valor desde los países subdesarrollados hacia los países desarrollados en la medida que se transfiere capacidad de inversión que disminuye el empleo en los países subdesarrollados y lo aumenta en los desarrollados estableciendo las condiciones propicias para que se dé la migración, misma que se intensifica cuando en los países subdesarrollados la acumulación se sustenta en el crecimiento de las exportaciones y el abandono del mercado interno.

1.1. “Crisis teórica” y debate teórico.

Al parecer fue desde la década de los ochenta del siglo XX cuando algunos investigadores comenzaron a argumentar que en torno al estudio de la migración internacional existía una “crisis teórica” manifestada en la diversidad de modelos de migración y su escasa integración; variadas definiciones básicas; dificultades para incorporar a los modelos explicativos procesos de movilidad recientemente descubiertos; diversas tipologías como resultado de diferentes procesos de migración que resultaban, en consecuencia, parciales, y; clasificaciones frecuentemente más descriptivas que analíticas.

Posteriormente se dijo que:

…se han construido modelos, marcos analíticos, enfoques conceptuales, generalizaciones empíricas, nociones simples y sólo rara vez teorías reales […] y, por lo general, inconexos, en vez de una serie acumulativa de contribuciones basadas en aportaciones previas.

No haremos una exposición esquemática y detallada de los diversos enfoques y teorías de la migración internacional puesto que otros investigadores ya lo han hecho.

En su lugar, en este apartado argumentamos en torno a la idea de que dicha “crisis teórica” encuentra sus causas en la elección de los investigadores por diferentes interpretaciones y explicaciones motivados por variados y a veces contradictorios intereses, como suele suceder en las ciencias sociales.

De este modo, surge un debate sobre cuál o cuáles teorías o elementos de ellas tienen más poder explicativo y bajo qué circunstancias y contextos históricos.

Así, no obstante la historia ha demostrado que la teoría neoclásica como explicación global ha resultado falaz al plantear que con la migración de agentes individuales libres que buscan maximizar su bienestar se establecería un equilibrio en el mercado de trabajo, de capital y de niveles salariales de las zonas de emigración e inmigración, algunos investigadores siguen recurriendo a ella, aún cuando, Arthur Lewis, uno de los pilares de esta teoría planteó, en un momento de escasez de trabajadores en Gran Bretaña, cómo ni la elevación de salarios ni el mejoramiento de las condiciones de trabajo eran suficientes para atraerlos de otros países, y que ante estas fallas que el mercado no podía corregir, recomendaba adquirir personal calificado y “…permitir que unos 200 mil trabajadores extranjeros entraran en el país con la sola condición de que trabajaran en las industrias esenciales.”

Por su parte, mientras algunos investigadores ponían el énfasis en que la decisión de migrar no la tomaban los individuos aisladamente sino la familia como estrategia de sobrevivencia y mejoramiento de sus ingresos relativos aún con presencia o ausencia de desempleo olvidándose de consideraciones macro estructurales; otros partían de la obra de Piore para argumentar que los determinantes de la migración internacional de las últimas décadas había que buscarlos en los países de destino en donde el capitalismo se había desarrollado de una forma tal que hacía imposible prescindir de la mano de obra inmigrante, dejando de lado cualquier consideración sobre lo que estaba pasando en las naciones de origen de los migrantes.

Quienes en cambio partieron de la “perspectiva” del sistema mundo-capitalista, que no es teoría sino más bien un camino hacia la teorización a decir de su fundador Immanuel Wallerstein, prefirieron enfocar sus esfuerzos en explicar cómo el capital de los países desarrollados penetra en los países subdesarrollados creando desequilibrios que provocan la migración internacional hacia los países desarrollados donde su mano de obra es necesitada, especialmente hacia aquellos o aquel con el que el país subdesarrollado tiene lazos culturales producto de un pasado colonial. Esta perspectiva establece que la penetración del capital en las economías atrasadas es causa de la migración porque destruye las relaciones precapitalistas de producción y libera fuerza de trabajo para ponerla al servicio del capital como aconteció en los países desarrollados cual si solamente fueran procesos de acumulación originaria.

En un plano muy distinto, mientras tanto, se ubican los partidarios de explicar la migración no poniendo el énfasis en las causas originantes sino en las razones de su perpetuación en el tiempo y el espacio las cuales, dicen, pueden ser muy diferentes de aquellas. En los últimos años una de las más favorecidas de estas perspectivas en términos de cantidad de partidarios pero con fuerte inspiración neoclásica es la teoría de las redes migratorias o del capital social la cual, en términos generales, dice que después de haber iniciado la migración internacional, los migrantes una vez establecidos en el país de destino reúnen los recursos necesarios para ayudar a sus parientes y amigos en el país de origen a hacer el movimiento con menos costos económicos, psicológicos y culturales y haciendo que igualmente los riesgos vayan a la baja mientras que las posibilidades de que crezca el flujo migratorio van a la alta independientemente de las causas que lo originaron.

Massey et al. también nos presentan dentro de este grupo a la teoría institucional la cual pone el acento en las políticas migratorias de los países e “instituciones” tales como organizaciones informales que surgen para apoyar al migrante en su ingreso al país de destino como los polleros, por ejemplo, de tal suerte que “…el flujo de migrantes se institucionaliza más y más y se independiza de los factores que originalmente lo causaron.”

Otra teoría, al parecer más completa, es la de la causación acumulativa. Partiendo de los trabajos desarrollados por Myrdal desde la década de los cincuenta, varios investigadores consideran que la distribución del ingreso, la distribución de la tierra, la organización de la agricultura, la cultura, la distribución regional del capital humano y el significado social del trabajo “…pueden ser afectados por la migración en modo acumulativo.” En ella está considerado el papel que juegan las redes migratorias y la teoría institucional e incluso muchos elementos de la nueva economía de la migración y de la teoría de los mercados de trabajo segmentados.

Myrdal hablaba de los “efectos de repercusión” desencadenados por el desarrollo desigual en zonas subdesarrolladas para proponer a los gobiernos de estos países la ejecución de políticas de industrialización, esto es de modernización desde su perspectiva, con la colaboración de los países desarrollados y sus transnacionales como estrategia para alcanzar el desarrollo desde una clara posición imperialista que buscaba detener o contrarrestar la influencia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) sobre los países subdesarrollados para que no optaran por la vía del socialismo y además porque no deseaba que los países desarrollados abrieran sus fronteras a la inmigración desde los países subdesarrollados. Los partidarios de la teoría de la causación acumulativa para nada mencionan aquello.

Finalmente, partiendo de las teorías anteriores, se habla de otros intentos de elaboración teórica que no han llegado a constituir teorías sino solamente esbozos o hipótesis. Uno es el enfoque de sistemas, el cual dice que existe una relación relativamente estable de una serie de países receptores con un número determinado de regiones de origen, que permite que se lleven a cabo entre ellos intercambios relativamente intensos de bienes, capital y trabajadores.

El otro es la hipótesis de la “joroba migratoria”, partidaria del libre comercio y las bondades que éste supuestamente traería en el largo plazo. Aunque al parecer surge como una crítica a la teoría neoclásica, en realidad no logra apartarse de ella no tanto porque plantee que existe equilibrio sino porque sostiene que el libre comercio es la clave para llegar a él. Sus supuestos básicos son, primero, que el comercio y la migración son complementarios en el corto plazo; segundo, que ambos son substitutos en el largo plazo, y; tercero, que la duración y la amplitud de la joroba migratoria son relativamente pequeños. Hatton y Williamson plantean que:

…el movimiento ascendente del ciclo migratorio usualmente coincide con la industrialización y con un incremento en los salarios reales en el país de origen porque las fuerzas demográficas, la industrialización y el stock creciente de anteriores migrantes genera un incremento en la tasa de emigración […] como estas fuerzas se debilitan (históricamente), la brecha entre los salarios del país de origen y el país de destino comienzan a decrecer y la emigración se desacelera.

Como se ve, esta hipótesis no es sino un intento de renovación de la teoría neoclásica y un esfuerzo por justificar “científicamente” la apertura de las fronteras de los países subdesarrollados al capital transnacional arguyendo las supuestas bondades que ello traería en el largo plazo.

Finalmente apuntaremos, brevemente por lo pronto, una perspectiva que analizamos un poco más adelante y a la cual los estudiosos de las teorías de la migración internacional casi no se han referido y cuando lo han hecho sólo ha sido para dedicarle cuando mucho un párrafo y más que nada para denostarla, con la notable excepción de Pellegrino y Martínez Pizarro en sus análisis de la migración calificada.

Esta es la perspectiva que se deriva a partir de la teoría de la dependencia en la década de los setenta para la cual la migración de trabajadores desde los países subdesarrollados hacia los desarrollados se debía a factores de desequilibrio provocados por la explotación de que eran objeto los primeros por los segundos.

Aunque, como se verá más adelante, esta teoría contiene elementos interesantes para abordar la migración internacional a partir de las consideraciones que se hicieron sobre la migración interna y la migración internacional de fuerza de trabajo calificada, esta perspectiva de análisis no ha recibido atención por parte de los investigadores puesto que, según afirmó Joaquín Arango, “…tenía poco que decir.”

Como se ve, los estudiosos de la migración internacional simple y sencillamente han enfocado su análisis en distintos niveles y aspectos dependiendo de sus intereses porque, como dijo el propio Myrdal:

No hay modo de estudiar la realidad social fuera del punto de vista de los ideales humanos. Una “ciencia social desinteresada” nunca ha existido y por razones lógicas no puede existir.

La historia se ha encargado de demostrar en qué han fallado las teorías en su intento de explicar la migración internacional lo cual se presenta a los ojos de algunos como una “crisis teórica”, aunque desde nuestra perspectiva se trata más bien de un debate teórico resultado de la posición adoptada por los investigadores.

Sin embargo, al hablar de “crisis teórica” los investigadores están reconociendo que la teoría ha fallado. El problema radica ahora en “resolver” la crisis. ¿Será posible? Según hemos visto, no. Pero hay quienes la plantean.


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