LA TUTORÍA A ESTUDIANTES DE ECONOMÍA EN LA UNIVERSIDAD DE SONORA
José Darío Arredondo López
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En este apartado, abordaré el aspecto conceptual de la tutoría; los antecedentes internacionales y nacionales del programa; los antecedentes del programa en la planeación gubernamental de la educación superior; la tutoría en la planeación de la Universidad de Sonora; la tutoría en la investigación educativa.
3.1 Una ojeada conceptual sobre la tutoría
Según el Diccionario de la Lengua Española, de Editorial Océano (1990), Tutoría es la autoridad del tutor; Tutor es quien ejerce la tutela; Tutela es la autoridad que, en defecto de la paterna o materna, se confiere para cuidar los bienes de aquel que por minoría de edad, o por otra causa, no tiene completa capacidad civil. Cargo de tutor. Fig. Dirección, amparo, protección.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (2007), tutor significa:
1. Persona que ejerce la tutela; 2. Persona encargada de orientar a los alumnos de un curso o asignatura; 3. Defensor, protector o director en cualquier línea; 4. Persona que ejerce las funciones señaladas por la legislación antigua al curador; 5. Profesor privado que se encargaba de la educación general de los hijos de una familia; 6. Caña o estaca que se clava al pie de una planta para mantenerla derecha en su crecimiento. Tutela, en cambio, significa la autoridad del tutor; o el cargo de tutor.
Lázaro, Asensi & Rodríguez, (citados por Fernández Juárez, 2003-2004) consideran la tutoría como el proceso auxiliar de la orientación educativa y ocupacional que retoma los aspectos relacionados con el contexto escolar y busca formar a los profesores y alumnos con cierto potencial y con un perfil especial, con el objetivo de apoyar a los estudiantes que presenten problemas de diversa naturaleza, siempre y cuando se relacionen con su rendimiento y adaptación al ambiente y ritmo escolar y académico.
De acuerdo a Sánchez Puentes (citado por Sánchez, Vales & Galván Parra, 2004-2005), la tutoría es un sistema de atención educativa en el que el profesor apoya a un pequeño grupo de estudiantes de una manera sistemática, de modo que la tutoría supone un cierto grado de estructuración: objetivos, programa, organización por áreas, técnicas de enseñanza, integración de grupos conforme a ciertos criterios, mecanismos de monitoreo y control.
ANUIES precisa el concepto de tutoría, asentando que:
La tutoría consiste en un proceso de acompañamiento durante la formación de los estudiantes, que se concreta mediante la atención personalizada a un alumno o a un grupo reducido de alumnos, por parte de académicos competentes y formados para esta función, apoyándose conceptualmente en las teorías del aprendizaje más que en las de la enseñanza (2000, p. 29).
Su relación con la docencia y, desde luego su lugar en el proceso de enseñanza aprendizaje, lo explica ANUIES, de la manera siguiente:
Se le considera una modalidad de la actividad docente que comprende un conjunto sistematizado de acciones educativas centradas en el estudiante. Como parte de la práctica docente tiene una especificidad clara; es distinta y a la vez complementaria a la docencia frente a grupo, pero no la sustituye. Implica diversos niveles y modelos de intervención; se ofrece en espacios y tiempos diferentes a los de los programas de estudios (2000, pp. 29-30).
De acuerdo con la Dirección de Servicios Estudiantiles (DISE, 2001), el Programa Institucional de Tutorías de la Universidad de Sonora, concibe la tutoría como una estrategia centrada en el proceso de enseñanza-aprendizaje, basada en una relación de acompañamiento del tutor hacia el estudiante. Se espera que esta actividad estimule el desarrollo de las capacidades del estudiante y enriquezca su práctica educativa, permitiéndole detectar y aprovechar sus potencialidades, desarrollando su capacidad crítica e innovadora, mejorando su desempeño escolar y apoyando su vida cotidiana.
De acuerdo con el documento de la DISE, la tutoría es el “método de enseñanza por medio del cual un estudiante o un grupo de estudiantes reciben educación personalizada e individualizada de parte de un profesor”, y consiste en la orientación sistemática que proporciona un profesor para apoyar el avance académico de un estudiante conforme a sus necesidades y requerimientos particulares.
Por otro lado, ANUIES (2000) hace la distinción entre asesoría académica y tutoría, señalando para la primera las siguientes modalidades: Asesoría académica, de apoyo a las unidades de enseñanza aprendizaje que imparte el personal académico; dirección de tesis; orientación y apoyo metodológico que propone el tutor al alumno para llevar a cabo su trabajo de tesis; asesoría de proyectos de Servicio Social; asesoría de prácticas profesionales.
En cambio, sitúa a la tutoría como una “modalidad de la actividad docente”, y le asigna una serie de actividades que van de los aspectos de orientación escolar a los atinentes al plano emocional del estudiante:
1. Conocer diversas formas de resolver sus problemas dentro del contexto escolar.
2. Comprender las características del plan de estudios y las opciones de trayectoria.
3. Adquirir técnicas adecuadas de lectura y comprensión.
4. Desarrollar estrategias de estudio.
5. Superar dificultades en el aprendizaje y en el rendimiento académico.
6. Adaptarse e integrarse a la universidad y al ambiente escolar.
7. Diseñar la trayectoria curricular más adecuada, de acuerdo con los recursos, capacidades y expectativas personales, familiares y de la universidad.
8. Seleccionar actividades extraescolares que puedan mejorar su formación.
9. Recibir retroalimentación en aspectos relacionados con su estabilidad emocional y su actitud como futuro profesional de la carrera.
10. Conocer los apoyos y beneficios que puede obtener de las diversas instancias universitarias (ANUIES, 2000).
Respecto a esta distinción entre tutoría y asesoría, Muñoz (2003-2004) señala que:
De entrada debe reconocerse que no obstante la competencia y el esmero del equipo de la ANUIES, autor de los programas institucionales de tutoría, particularmente cuando tratan las diferencias entre la asesoría académica (incluyendo la dirección de tesis) y la tutoría, no logran establecer el deslinde real entre estas modalidades del trabajo docente, por lo que su planteamiento resulta tautológico.
El autor en cita, basado en su experiencia profesional, aclara que “no es fácil la diferenciación entre ambas modalidades, porque en el desarrollo de la tutoría, la asesoría académica no se contrapone a ella; más bien la complementa. Es posible que ese equipo utilizó criterios formales y no experiencias reales para diferenciarlas” (Muñoz, 2003-2004).
Sucede que la frontera entre la asesoría y la tutoría resulta borrosa en el terreno de la práctica, porque nadie puede determinar el límite del interés profesional y la capacidad de dar un consejo u orientación por parte del profesor, a un alumno que, llevado por la confianza, le hace alguna confidencia de carácter personal, aunque el motivo de la cita haya sido una asesoría en principio académica:
Por ejemplo, durante la dirección de tesis se transita de la tutoría a la asesoría académica y de ésta a la información; de la enseñanza a la Orientación Educativa. El director o asesor de tesis no solo se concreta a una tarea formal, la rebasa y muchas de las veces establece afectos con el asesorado (Muñoz, 2003-2004).
Por otra parte, Ayala (2003) afirma que “un asesor se debe considerar, en primer lugar, como un educador y no como una persona que atiende desde la perspectiva de la psicoterapia. Esto último se aplica sólo en el caso del docente que se ha especializado en el área de consejería terapéutica.” (p. 40)
Y enseguida hace la precisión:
El propósito de la asesoría en el ámbito educativo se centra en propiciar en la relación maestro-alumno las condiciones para un cambio positivo y por propia voluntad en el alumno. Estas condiciones se asocian con reconocer en el alumno su derecho a realizar elecciones, a ser independiente con responsabilidad y autónomo con la conciencia de asumir todas las implicaciones que esto tiene. Lo anterior dependerá del rango de edad de los alumnos con los que el profesor tiene contacto” (Ayala, 2003, pp. 41-42).
Se puede decir, de acuerdo con Ayala, que:
Un profesor que cumple con funciones de asesoría es un profesor que ha asumido, además de su responsabilidad en el proceso educativo, un papel activo en la formación de sus alumnos donde la relación humana es el eje de desarrollo y crecimiento que le permitirá relacionarse con el conocimiento y con los otros de una manera mucho más enriquecedora y productiva” (2003, pp. 45-46).
Ayala hace una comparación entre la tutoría y la asesoría. Para el primer caso, dice que:
En el ambiente académico, el tutoreo tiene una connotación más académica, pues trata de orientar y ayudar a un alumno o un pequeño grupo de alumnos principalmente en sus actividades relacionadas con el aprendizaje, ayudarles en la resolución de sus tareas y facilitarles la localización oportuna y rápida de información”, y amplía: “En algunos contextos, el tutoreo también está orientado al apoyo en problemas de orden emocional o afectivo; sin embargo, en la gran mayoría de los casos se asocia con la facilitación del aprendizaje del alumno” (2003, p. 47).
La siguiente afirmación resulta clarificante para entender algunos de los problemas de la implantación de programas de tutoría:
Una característica más del tutoreo radica en que quien lo ejerce no ha recibido necesariamente una capacitación especializada y realiza dicha función más por la designación específica del rol de tutor, que se ha otorgado artificialmente por la institución, que por contar con habilidades propias para el ejercicio de dicha función” (Ayala, 2003, p. 47).
Respecto del concepto de asesoría, el autor en cita señala que “... puede tomar diferentes niveles, desde la asesoría a un alumno que tiene dificultades para la comprensión de un tema de matemáticas, hasta la asesoría a un alumno que sufre la disyuntiva de la elección vocacional” (Ayala, 2003 p. 48).
Por último, afirma que:
La distinción principal para la asesoría consiste en que se practica constantemente y por todos los maestros; cada día, tanto en lo individual como en lo grupal, los maestros realizan asesoría. El docente es el blanco perfecto para solicitarle asesoría y responde de una forma u otra a dichas solicitudes de los alumnos (Ayala, 2003, p. 48).