Jorge Alfredo Blanco Sánchez
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El presente estudio tiene un carácter exploratorio, no experimental de diseño transeccional ya que, aunque existe una gran variedad de trabajos sobre tecnología, información y comunicación, pocos son los que centran su atención en el uso, consumo y adaptación de las tecnologías por la juventud mexicana. El objetivo es demostrar que aunque la disponibilidad de ciertas tecnologías como el Internet es baja entre la población juvenil, su uso y consumo es constante, frecuente y en cierta medida moderadamente demandado. Por tal motivo, surge el interés del autor en tratar de establecer bases empíricas que sustenten el proyecto y le den un perfil relevante.
Las tecnologías de la información y la comunicación en la actualidad son las generadoras de grandes cambios sociales, a los cuales nos hemos adaptado en términos generales tanto en nuestras relaciones laborales como familiares. Ya no es posible pensar en el desarrollo humano sin tomar en cuenta a los medios tecnológicos de información y comunicación actuales. Sin embargo, no se puede dejar de reconocer que por un lado estas tecnologías tienen cierta influencia entre los usuarios (Moreno, 2001), es decir, determinan el modo de su utilización e intervienen en el desarrollo social y cultural; y por el otro, las mismas tecnologías no son ajenas a su entorno de aplicación y por tanto tienen que pasar por un proceso de socialización, de transculturación, donde los usuarios adaptan y modifican el medio a sus propias necesidades y preferencias (Echeverría, 1998). Este proceso de mutua influencia e interrelación produce consecuencias en ambos sentidos, por tal motivo para el presente estudio es importante explorar y determinar cuáles son esas influencias y negociaciones entre el medio y el sujeto, y cómo se promueven en la vida juvenil cotidiana.
Por su parte, el determinismo tecnológico prescribe la injerencia que la tecnología despliega en el ser humano, ya que la ciencia y la tecnología se producen independientemente de las necesidades sociales. La propia investigación y el interés de los patrocinadores de la innovación tecnológica determinan la línea de desarrollo de la tecnociencia. Mientras que la aplicación de la innovación tecnológica depende de la disponibilidad y adaptabilidad que el producto innovado tenga en los grupos sociales consumidores de esa tecnología, de igual forma el propio usuario adopta e interpreta la tecnología en base a su uso y consumo, al grado de reinterpretar su utilización en su constante exposición al medio tecnológico. Aunado a las nuevas interpretaciones que el propio consumidor efectúa al momento de la aplicación.
Los jóvenes son parte importante del desarrollo del país y en algunos casos son considerados los actores estratégicos para el futuro de México, por tal motivo serán considerados el objeto de esta investigación, además son el sector que más fácilmente se adapta a las tecnologías info-comunicacionales (García Canclini, 1995). Los jóvenes de las zonas urbanas son los más indicados para esta investigación, ya que preponderantemente en las grandes ciudades se tiene mayor infraestructura tecnológica y de esa manera es más fácil que los jóvenes se integren como grupos afines (Zarzuri, 2000).
El concepto de culturas juveniles nos remite no sólo a la fase natural del desarrollo humano, sino a una forma de comportamiento social propio de los adolescentes que principalmente se manifiesta en zonas urbanas y muestra características diferentes a los grupos de adultos (Feixa, 1998). Por tal motivo, este trabajo se centrará en explorar la influencia que las tecnologías de información y comunicación tienen en los jóvenes mexicanos de zonas urbanas que acceden a ellas y de manera frecuente las utilizan como medio de identificación y expresión. Para matizar las condiciones de la investigación, se han tomado en cuenta varios estudios, los cuales, reportan una diferencia importante entre disponibilidad y uso de tecnologías, para tal efecto es necesario presentar dicha diferencia.
Estadísticas del INEGI de 2004 reportan que el equipamiento de tecnologías de información y comunicación en los hogares mexicanos se encontraba de la siguiente manera: hogares con televisión 91.7%, hogares con teléfono 47.9%, hogares con teléfono celular 35.3%, hogares con televisión de paga 19.2%, hogares con computadora 18% y hogares con conexión a Internet 8.7%.
El presente trabajo trata de investigar las tecnologías llamadas interactivas y como caso específico se seleccionó la computadora con conexión a Internet. De tal modo se establece que la Comunicación Mediada por Computadora con conexión a Internet (CMC), cuenta con una disponibilidad baja en los hogares mexicanos con menos del 10%, tomando en cuenta los reportes del INEGI. Pero por otro lado, la computadora con conexión a Internet es uno de los medios con mayor crecimiento, pues es considerada como la herramienta que está impactando de manera preponderante al mundo globalizado, muy similar junto al crecimiento de la telefonía celular e históricamente a lo ocurrido con la entrada de la televisión en México.
En 2006 el INEGI en su encuesta sobre disponibilidad de tecnologías en los hogares mexicanos reportó que el crecimiento estimado de la computadora fue del 20%, los datos corresponden al periodo comprendido entre el 2002-2006. La televisión en el mismo comparativo sólo creció un 4%, la telefonía fija un 8.8%, la televisión de paga un 16%, la telefonía celular un 17% y la conexión a Internet un 17.9%. De esta manera se infiere que el despegue de la disponibilidad de la computadora junto con la conexión a Internet en unos cuantos años será significativo en número de usuarios. Desde esta perspectiva, el estudio adquiere relevancia para los futuros acontecimientos y para las nuevas generaciones. En otro apartado, la misma encuesta reporta que los individuos en la actualidad, que requieren acceder al Internet recurren a un sitio externo al hogar para tal propósito. Dos de cada tres usuarios consultan Internet desde fuera de sus hogares. La razón a la que alude dicho estudio es por falta de recursos económicos en un 59.3% de las personas consultadas, más que al desinterés por el medio que representa un 5.3% o la indicación de que no necesitan tal recurso 21%. De esta manera se reafirma el hecho de que los sitios de renta de Internet públicos y los cibercafés son los lugares más solicitados por los cibernautas que carecen de acceso a la virtualidad y la disponibilidad más recurrente no se encuentra en los hogares sino en el exterior.
Otra de las fuentes consultadas reafirma lo anteriormente dicho, el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ) mediante su Encuesta Nacional del 2005 reporta que los jóvenes entre 14 y 25 años de edad de ambos sexos y de diferentes condiciones socioeconómicas, residentes de zonas urbanas dedican buena parte de su tiempo al consumo de tecnologías, aunque su disponibilidad sea baja y en ocasiones no tan accesible (el caso de la computadora con conexión a Internet). Los datos sobre equipamiento tecnológico de los jóvenes revelan que el 70.7% no dispone de computadora y el 78.4% responde que no cuenta con conexión a Internet, pero a su vez el 69.5% de jóvenes indican sí saber usar la computadora y el 60.7% reportan sí saber usar el Internet.
La relevancia entre una y otra de las encuestas antes mencionadas es que la primera (INEGI) levanta los datos en los hogares y la segunda (IMJ) recopila los datos directamente de los jóvenes incluidos dentro de la muestra. Aunque los datos muestran la misma tendencia en términos generales vale la pena hacer la distinción en que no es lo mismo hablar de la computadora como herramienta en el plano doméstico, ya que la posibilidad de usuarios por computadora en el hogar difiere en número y en tiempo de consumo, del uso y consumo de la computadora desde el plano individual. En otras palabras y aunque parezca reiterativo, el estudio del INEGI muestra datos sobre las computadoras y el del IMJ se refiere a usuarios de computadora, individuos que usan y consumen el medio tecnológico y que además supone el conocimiento necesario para su adecuada utilización.
La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) reporta que en 2006 existía en todo el territorio mexicano un total de 7.4 millones de computadoras y 20.2 millones de internautas . La gran mayoría son mayores de 13 años de edad y habitan zonas urbanas. Del total de computadoras solamente el 59% cuentan con alguna conexión a Internet y el 60% de todas las computadoras se encuentran instaladas en los hogares. Estos datos, anteriormente señalados, permiten sustentar la importancia de la presente investigación para conocer de manera más puntual las condiciones a las cuales se enfrentan los jóvenes urbanos al momento de interactuar con el medio tecnológico. Para lograr este objetivo se pretende recopilar datos de un estado de la República Mexicana que sirva como modelo y de ahí poder analizar lo que realmente ocurre tanto con la tecnología como con sus usuarios. De manera puntual se tratará de dar datos suficientes que respalden al segmento de la población seleccionado y de ahí testificar si los datos generales que reporta AMIPCI para todo el territorio nacional tienen la misma aplicación para una sola identidad del país.
El enfoque del estudio aborda el punto de vista local y doméstico, y trata de averiguar cómo los jóvenes consumen, utilizan, interactúan con las tecnologías y las adaptan a su realidad cotidiana. Además, la investigación pretende reportar la forma en que la virtualidad tiene cabida en las expectativas de los jóvenes al momento de entrar al ciberespacio y dedicar un tiempo razonable a tratar de contactar a sujetos similares, navegadores en el Internet. El proyecto de investigación se ajusta a las principales ciudades del estado de Guanajuato, donde los jóvenes, considerados usuarios de las tecnologías serán objeto de estudio; especialmente los que se encuentren entre los 14 y 25 años de edad, de ambos sexos y de diferentes condiciones socioeconómicas, residentes de zonas urbanas. A final de cuentas, se trata de analizar el impacto de dichas tecnologías sobre la vida social y cultural de los jóvenes y su influencia en el modo de comunicarse. Este es uno de los motores que impulsa al presente trabajo: el uso, consumo y adaptación de las tecnologías info-comunicacionales por jóvenes guanajuatenses.