Jorge Alfredo Blanco Sánchez
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Dada la ausencia de suficiente fundamentación empírica respecto a los usos y consumos por parte de los jóvenes en el ámbito del Internet en ciudades medianas y pequeñas del territorio nacional, y la poca investigación enfocada a jóvenes en el Estado de Guanajuato en relación a la apropiación de medios tecnológicos (salvo en algunos casos aislados); el presente estudio de campo tiene un carácter exploratorio, descriptivo de las condiciones existentes detectadas por el autor en el Estado de Guanajuato.
La mayoría de las investigaciones sobre uso y consumo de Internet están enfocados en las grandes ciudades del país, la mayoría de ellas sólo reportan datos de la Ciudad de México y de las ciudades con mayor concentración de habitantes. Además los datos reportados se agrupan en cuantificar las computadoras y las conexiones a Internet y pocos reportan aspectos de cultura tecnológica. El uso de Internet como medio tecnológico se ha incrementado de manera importante en casi todo el mundo y de alguna modo existe una tendencia a que siga gradualmente ocurriendo tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo. La tecnología en términos generales es considerada como un detonador de desarrollo económico y las innovaciones en este aspecto no dejan de ser sorprendentes en cuanto a la velocidad de ejecución como de miniaturización de los componentes.
Datos mundiales señalan que el crecimiento de usuarios en Internet es sólido en todas las zonas del planeta. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) estima que el enorme potencial de crecimiento del Internet se encuentra en los países menos desarrollados y emergentes, las zonas como África, Latinoamérica y Oriente Medio, se están movilizando rápidamente hacia las tecnologías de información y comunicación. En un estudio comparativo entre lo que ocurría en el año 2000 y lo que está ocurriendo en el 2007 muestra este notorio avance. África contaba en el 2000 con 4.514.400 millones de usuarios de Internet, en el último reporte de mediados del 2007 la zona antes mencionada aumentó sus usuarios a 33.545.600 millones de internautas. Esto representa un crecimiento en ese periodo del 643% . Aunque la tasa de penetración en porcentaje por población se mantiene bastante baja con 3.6% comparativamente con las zonas de mayor penetración como Norteamérica, Oceanía y Europa donde los porcentajes son del 69.5%, 54.5% y 39.8% respectivamente.
Latinoamérica en la misma tabla comparativa indica que en el año 2000 contaba con 18.068.919 millones de usuarios de Internet. Para el 2007 su población de internautas aumentó a 109.961.609 millones de usuarios. El crecimiento en este periodo representa el 508%. Sin embargo, la tasa de penetración entre los habitantes es de apenas el 19.8% . La relación que existe entre el aumento acelerado del crecimiento de usuarios de Internet debe de ser comparado con la penetración por habitantes, ya que su inclusión en el ciberespacio es importante pero hasta el momento poco satisfactoria.
Los países más desarrollados mantienen un crecimiento moderado de usuarios de Internet, ya que su índice de penetración es bastante alto. La misma OCDE en sus informes anuales indica que países como Dinamarca, Países Bajos, Islandia, Corea y Finlandia son los que mayor penetración mantienen por habitante, su índice de crecimiento es moderado, ya que en términos generales tienen la suficiente oferta de conectividad por diversos sistemas a Internet. La Internet World Stats estima que el uso de Internet cada vez penetra a mayor cantidad de habitantes. En el año 2000 el número de usuarios se encontraba en 358.871.012 millones de internautas en todo el mundo, para mediados del 2007 la cantidad se estima en 1.173.109.925 millones de usuarios. Con una tasa de crecimiento del 219.8% y una penetración media del 17.8%.
Por otro lado, los datos antes descritos se pueden interpretar como un claro ejemplo de lo que se denomina “brecha digital”, es decir, la distancia entre los países más desarrollados y los menos desarrollados es sustancialmente diferente, abismal en cuanto a disponibilidad de herramientas tecnológicas, uso y consumo de medios electrónicos. El Internet es solamente un caso de la gran gama tecnológica que está disponible para la población mundial. Se puede interpretar también como una “inclusión tardía”, es decir, los países en vías de desarrollo según la visión occidental, implementaron tardíamente su infraestructura tecnológica, los recursos disponibles para el desarrollo no están distribuidos de manera equitativa y por tanto, los menos favorecidos van a la retaguardia del desarrollo tecnológico en casi todos los ámbitos, ya que su respuesta a los cambios bruscos es demasiado costosa para sus economías poco consolidadas. Otro factor a considerar es que las tecnologías en términos generales se producen y se desarrollan en países primer mundistas y los países que no producen su propia tecnología tienen que importarla y transferirla. Es decir, compran lo que encuentran a su disposición, lo cual no quiere decir que sea lo mejor para su país o región, sino únicamente lo que está dentro de sus posibilidades. De esta manera, los países menos desarrollados tecnológicamente no tienen acceso a lo más nuevo o lo mejor existente en el mercado, en ocasiones se encuentra a su alcance tecnología descontinuada u obsoleta que otras regiones ya no consumen por haber sido superadas por artefactos más eficientes y mejores, —pero para ellos—, es precisamente lo más actualizado posible.
México mantiene la misma tendencia de los países menos desarrollados. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) correspondientes al primer trimestre del 2007. En el territorio nacional el 22.1% de los hogares cuentan en la actualidad con una computadora, lo cual representa casi el doble de equipamiento del 2001. Los usuarios de Internet en el 2007 se estiman en 30.5 millones, un poco más del doble de los reportados en el 2001. De los cuales 20.8 millones cuentan con conexión a Internet .
La Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) reporta que en el 2004 el número de usuarios de Internet se ubicó en 14.9 millones . Para el 2006 la misma empresa reportó que existían 20.2 millones de internautas mayores a 6 años. El estudio general de BIMSA indica que la cantidad de 20 millones de usuarios de Internet debe ser matizada, ya que el estudio sólo incluye a 24 ciudades de la República Mexicana mayores a 400,000 habitantes.
Comscore, empresa estadounidense especializada en la medición de ratings en Internet ha investigado el mercado mexicano y estimó que en el 2004 en México existían 12 millones de visitantes únicos en Internet, para el 2006 la cifra aumentó a casi 18 millones. Este dato es importante ya que el término “visitante único” es una manera de referirse a la computadora, no al número de usuarios por computadora .
Select estimó que en el 2003 había 5.3 millones de computadoras con acceso a Internet en México y 12 millones de usuarios (ratio de personas por computadora está calculado en 2.26). Para el 2006 la cifra aumentó a 12.5 millones de computadoras y casi 15 millones de usuarios. La misma asociación de Internet en México publicó que en el 2006 había 12.5 millones de computadoras personales y que el acceso a Internet se encontraba en 7.4 millones de computadoras conectadas a la red. El mismo estudio estima que el 90% de esas computadoras se encuentran estacionadas en zonas urbanas y solamente el 10% en zonas rurales.
Los datos existentes en nuestro país se encuentran dispersos y poco estratificados. Las escalas frecuentes de medición consideran a la población en general y la distribución de edades se cataloga en menores de 6 años, jóvenes hasta 25 años, adultos y personas mayores. Por ejemplo la Comisión Federal de Telecomunicaciones (COFETEL) reporta que en México en el año 2000 había 5,058 millones de usuarios de Internet, tomando conjuntamente los usuarios en el hogar y fuera de él. Para el 2005 los reportes de usuarios bajo las mismas condiciones ascendieron a 18, 623 millones (anexo 9). Tal avance es significativo en números totales, pero la misma fuente reporta que a nivel mundial, en un estudio comparativo, México en el 2003 se encontraba en el lugar 26 de la tabla de penetración de Internet por cada 100 habitantes (anexo 10).
Los datos antes mencionados ayudan a dimensionar la escasa oportunidad que todavía tienen los mexicanos de conectividad con la red mundial, tomando en cuenta que nuestro país es de contrastes y de polos de desarrollo. Las condiciones del norte de la República Mexicana son diferentes de la situación que prevalece en el sureste, o en las regiones del Golfo de México. De esta forma y considerando que la infraestructura tecnológica se encuentra más desarrollada en las ciudades que en las zonas rurales y que las ciudades que prevalecen en el territorio nacional son en su gran mayoría pequeñas y medianas. Entonces se puede afirmar que la tendencia del crecimiento de conectividad en México será de moderado a escaso.
Los únicos reportes encontrados que realmente se abocan a investigar a los adolescentes corresponden a la Encuesta Nacional de la Juventud (ENJ), patrocinada por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJ) y su objeto central es construir un instrumento que permita documentar los hábitos frecuentes de los jóvenes en el territorio nacional. Los propósitos manifiestos de dicha investigación abarcan el espacio laboral, familiar y cultural a partir de cuatro líneas temáticas amplias como son: a) Transformaciones y permanencias de los jóvenes en la vida familiar, b) Nuevas trayectorias producidas entre la escuela y la incorporación juvenil a los mercados de trabajo, c) Cambios producidos por prácticas y mecanismos de participación social y política en los jóvenes, y d) Nuevas percepciones e interpretaciones que los sectores juveniles hacen de sus entornos.
Esta última línea de trabajo despertó en el autor, la inquietud de investigar el entorno tecnológico que percibe el joven mexicano, en especial el guanajuatense a partir de su realidad cotidiana.
La ENJ reporta (caso Guanajuato) que los jóvenes tienen muy bajo acceso a la computadora con conexión a Internet, solamente un 4.8% tiene acceso de manera general, mientras que de manera exclusiva la disponibilidad es del 1.3%. La propia encuesta indica que a la pregunta específica de disponibilidad de computadora con conexión a Internet el 91.3% dijo no contar con una computadora y el 94.2% no contar con conexión a Internet . En los resultados preliminares presentados por la misma Encuesta Nacional de la Juventud del 2005, pero a nivel nacional, los datos varían muy poco, a la pregunta específica de equipamiento tecnológico, los jóvenes respondieron no disponer de una computadora (75.2%) y a la disponibilidad de Internet, respondieron no contar con el servicio (82.1%) .En este sentido la oportunidad que tienen los jóvenes de acceder a un medio tan importante como el Internet resulta escaso, aún considerando que las ciudades con una población igual o superior a los 100,000 habitantes cuentan con la infraestructura de conectividad para acceder al medio. Uno de los impedimentos fundamentales para que los individuos contraten el servicio electrónico se encuentra en el costo de la renta mensual de la conexión a la red de Internet. Todavía no es accesible a la gran mayoría de los posibles usuarios. También es importante considerar el costo de la computadora, en algunos casos es difícil pensar en adquirir una máquina de estas características, ya que el ingreso por familia se encuentra muy por debajo de las posibilidades reales de adquisición.
Sin embargo, a pesar de todo lo anteriormente señalado el uso y consumo de las computadoras con conexión a Internet se encuentra a la alza y de manera acelerada. Algunos autores indican que su incremento es de carácter exponencial (Lechner, 2004), ya que cada vez son más los adolescentes que tienen la posibilidad de utilizar este medio tecnológico como una herramienta incorporada a su vida diaria, y año con año, los reportes son más halagüeños.
El interés por tomar el pulso a los jóvenes mexicanos en cuanto al impacto tecnológico sigue inquietando a los investigadores y estudiosos del Internet, ya que el panorama general no se encuentra descrito de manera satisfactoria. Los datos que reportan las agencias encargadas de los muestreos llaman la atención del sector económico, el cual considera que parte del mercado se está moviendo hacia la digitalización, que los jóvenes son los usuarios más frecuentes, sin embargo todavía no está bien establecido ¿qué hacen los jóvenes en Internet?, ¿para qué lo utilizan? Y ¿cuáles son los beneficios observables que la herramienta electrónica otorga a los internautas?
Para responder a las preguntas anteriores, se planeó precisamente este trabajo de campo, el cual tiene como objetivo conocer los hábitos de los jóvenes usuarios de Internet en el estado de Guanajuato.
Las preguntas conductoras se encuentran clasificadas de la siguiente manera:
a) Conocer las edades, género y escolaridad de los usuarios.
b) Tiempo de exposición al medio tecnológico en horas y días a la semana.
c) Preferencias en navegar por Internet para acceder a cierta información o como medio de comunicación.
d) Percepción de la CMC como medio efectivo de comunicación y preferencias específicas de programas disponibles para relacionarse con otros usuarios.
e) Percepción de la CMC como medio igualitario y democrático. Cultura tecnológica y Ciberespacio.
f) Percepción de Internet como medio electrónico que impacta los hábitos cotidianos de los usuarios.
g) Percepción de Internet como medio que ofrece beneficios observables.
h) Percepción de Internet como medio que crea dependencia en los usuarios.
Estas preguntas ayudan a estructurar un cuestionario que permite a los adolescentes describir su acercamiento al Internet. Se trata de combinar por un lado datos relacionados con hábitos y costumbres, utilidad de la herramienta tecnológica como medio de establecer relaciones humanas y percepciones que los propios usuarios manifiestan de su constante exposición a la herramienta electrónica.
Una posibilidad real para aumentar la disponibilidad de acceso, se encuentra en la renta del servicio de Internet en lugares públicos, el costo es relativamente bajo y dadas las condiciones de los jóvenes su uso y consumo se está incrementando de manera considerable en las ciudades del territorio nacional. La Asociación de Internet en México indica que la segunda fuente de acceso a Internet se encuentra en los cibercafés o lugares de renta de Internet. La posibilidad para los jóvenes que en su escuela o centro de estudio no cuenten con las suficientes conexiones a Internet disponibles por número de alumnos o que en sus casas no exista la posibilidad de pagar la renta mensual de conexión, predispone a que los jóvenes visiten de manera frecuente los lugares públicos de renta de Internet.